23 de febrero de 2015

CARTA DE JEAN PAUL SARTRE A SIMONE DE BEAUVOIR - DE CUANDO LA AMISTAD SE CONVIERTE EN AMO

Mi querida niña: 
Durante un largo tiempo he querido escribirte en la noche, después de una de esas salidas con amigos que pronto describiré en “Una derrota”,  del tipo de cuando el mundo es nuestro. Quería compartirte mi alegría de conquistador y acostarme a tus pies, como hicieron en la Era del Rey Sol. Y luego, cansado por todo el griterío, irme a la cama.
Hoy lo hago para sentir el placer que aún no conoces, de cambiar abruptamente la amistad por amor, de fuerza a cariño. Hoy te amo de una manera que no has conocido en mí: ni estoy cansado de los viajes ni estoy envuelto en deseo por tu presencia. Estoy dominando mi amor por ti y tornándolo hacia adentro en un elemento constitutivo de mi ser. Esto sucede mucho más seguido de lo que lo admito ante ti, pero rara vez  cuando te escribo. Intenta entenderme: te amo mientras pongo atención a las cosas externas. En Toulouse te amé deliberadamente. Hoy te amo en una tarde de verano. Te amo con la ventana abierta. Eres mía, y las cosas son mías, y mi amor cambia las cosas a mi alrededor y las cosas cambian mi amor.
Mi querida niña, como te dije, lo que te hace falta es amistad. Pero ahora es el momento para un consejo más práctico. ¿Podrías encontrar a una amiga? ¿Cómo es que Toulouse no tiene ninguna mujer inteligente y digna de ti? Pero no tendrías que amarla. Aunque tú siempre estás lista para dar amor, es lo que se obtiene más fácilmente de ti. No hablo de tu amor por mí, el cual va mucho más allá de eso, sino que eres dadivosa con pequeños amores secundarios, como aquella noche en Thiviers donde amaste a aquel peatón que caminaba cuesta abajo en la oscuridad, quien resultó ser yo. Conoce el sentimiento, libre de cariño, que surge de ser dos. Es difícil porque toda amistad, incluso la de dos hombres de temple fuerte, tiene sus momentos de amor. Tengo que consolar a mi amigo en duelo para amarlo; es un sentimiento fácilmente debilitado y distorsionado. Pero tú eres capaz de él y debes experimentarlo. Pese a tu misantropía ¿has imaginado qué bella aventura sería buscar en Toulouse a una mujer digna de tu amistad y de quien te podrías enamorar? No te preocupes por el lado físico o social de la situación y busca honestamente. Si no encuentras a nadie hazte amiga de Henri Pons, a quien ya casi no quieres.
Te amo con todo mi corazón.

Escrita por el filósofo francés en 1929.



22 de febrero de 2015

EL HOMBRE Y LA MUJER.

El hombre y la mujer son mundos diferentes; por eso es difícil que se comprendan mutuamente. Y el pasado ha estado lleno de malentendidos, pero esto no tiene que continuar así necesariamente en el futuro. Nosotros podemos aprender una lección del pasado, y la única lección es que el hombre y la mujer tienen que volverse más comprensivos uno respecto al otro y aceptar mejor sus diferencias. Estas diferencias son valiosas, no es necesario que generen ningún conflicto; de hecho, son las causas de la atracción entre ellos.
Si todas las diferencias entre los hombres y las mujeres desaparecieran, si ambos tuvieran el mismo tipo de psicología, también desaparecería el amor, porque ya no existiría la polaridad. El hombre y la mujer son como los polos negativo y positivo de la electricidad: se atraen entre sí magnéticamente. Son polos opuestos; por eso el conflicto es natural. Pero mediante la comprensión, mediante la compasión, mediante el amor, mirando el mundo del otro y tratando de adoptar una actitud favorable hacia él, todos los problemas se pueden resolver. No hay necesidad de crear más conflicto, ya basta.
El hombre necesita la liberación tanto como la mujer. Ambos necesitan la liberación, liberación respecto a la mente. Deberían cooperar mutuamente y ayudar al otro a que se libere de la mente. Ese será un verdadero movimiento de liberación.
Osho


20 de febrero de 2015

YO TENGO LA RAZÓN.

Esgrimiendo la frase “yo tengo la razón”: Los matrimonios se separan, los amigos se pierden, los padres y los hijos se alejan, los pueblos van a la guerra, las discusiones se agrían y se extienden, los diálogos se destruyen, los hombres se matan.
Pero ¿quién tiene la razón?
La razón es una virtud que la posee quien cree no tenerla. Porque si cree lo contrario, ya no la tiene. Porque nadie tiene toda la razón. Todos tienen algo de la razón (con tal que se hable medianamente razonablemente).
En las discusiones nadie tiene toda la razón en exclusividad. Porque nadie conoce la verdad completa bajo todos los aspectos, de todas las cosas. O mejor de ninguna cosa. Sólo Uno, el que conoce todo y es La Verdad tiene Toda la Razón. Y justamente el que tiene toda la razón nos permite a los demás, tener nuestra pequeña y parcial razón. Lo importante es respetar la parte de razón que tiene el otro. Sin reticencias. Con sinceridad. Hay que reconocer que el otro puede ver aspectos que yo no vea. Porque las cosas y los problemas tienen diversos ángulos y yo desde mi perspectiva no puedo ver todos esos ángulos. Nadie tiene toda la razón. Más o menos. Pero algo.
El que concede y comprende la razón que tiene el otro está aumentando su grado de razón, el que se cierra en su única razón empequeñece su razón. Se limita. Tiene menos razón. A la hora de dialogar es necesario usar del diálogo comprensivo.
El diálogo comprensivo es el de aquellos que tratan de comprender la posición contraria, no desde su propia perspectiva sino desde la del contrario. Las cosas desde la perspectiva del otro, se verán de distinta manera. Y se verá otro ángulo que no se veía. Los fanáticos de alguna ideología determinada sólo ven una perspectiva sin querer ver otra distinta. Cuanto más fanáticos son, más se obcecan en su propia postura y menos quieren hablar de otro distinta... Los fanáticos se empequeñecen más cuanto mayor es su fanatismo. Más se ciegan. Menos razón tienen. Los fanatismos pueden ser políticos, científicos, artísticos, deportivos, filosóficos, religiosos, nacionalistas, racistas, sociales... personales. Los fanatismos son una clase de ceguera del espíritu. Y la única manera de crecer como persona y vivir más intensamente es crecer en amplitud de conciencia y comprensión del mundo.
La gente disfruta de vivir con etiquetas, y en muchos casos las defienden con posturas ciegamente fanáticas. Parece que el fanatismo es una de las maneras de pregonar la inseguridad con que viven tales personas. Necesitan mantener sus posturas con terquedad y cerrazón a las posturas de los demás porque interiormente saben la poca consistencia que tienen sus ideas. Se convierten en pequeños o grandes ciegos. En pequeños o grandes sin razón. Como el filósofo antiguo, sé amigo de Catón, pero más amigo de la Verdad. La razón de la inmensa, infinita verdad la tendrás, la irás teniendo en la medida que reconozcas que no tienes, toda la razón.

Darío Lostado

Fuente: www.alegriadesertumismo.blogspot.com

19 de febrero de 2015

EGO ESPIRITUAL.

¿En qué medida mi camino de búsqueda se ha transformado en una forma de adicción a mí mismo?
En la búsqueda de una espiritualidad más profunda es posible que hayamos decidido ser fieles a nosotros mismos. Algunos, cansados del estilo de vida tradicional, podemos haber definido que de aquí en adelante viviremos completamente en el presente y para nuestro bienestar.
Es posible también que nos hayamos dado cuenta que, en cierto nivel, hemos vivido una vida falsa, pues hemos estado viviendo según los estándares de nuestros seres queridos. Puede que hayamos hecho el insight sobre cómo nuestra crianza, la relación con nuestros padres, abuelos o incluso nuestra cultura influyeron en la manera de vivirnos. Algunos puede que hayan percibido cómo la noción de pecado original los hizo sentir con baja autoestima por muchos años. Incluso podemos habernos dado cuenta cómo mendigábamos el afecto de muchas maneras, burdas o sutiles, y en ese proceso decidimos ponernos en el centro de nuestra búsqueda y bienestar. Para los fines de esta reflexión las razones son irrelevantes.
La empresa de buscarse a sí mismo o de profundizar en la espiritualidad y el sentido de la vida puede habernos llevado al callejón sin salida de la adicción a nosotros mismos, la adicción al consumo de productos espirituales, talleres, charlas, conferencias, retiros, terapias. A veces, la adicción nos puede llevar a ir a todas las actividades que nos sacan de nuestra cruda realidad. Algunos podrían plantear si en alguna medida este camino es una evitación. En este caso, quiero visitar la posibilidad de haber caído en una adicción a uno mismo.
Esto es curioso, pues al profundizar en la propia espiritualidad, debiera haber, en teoría, menos YO. Esto no solo tiene que ver, en parte, con el tiempo dedicado a la espiritualidad, sino más bien con hacia quién está dirigida la energía y la atención. Sabemos que a mayor espiritualidad, la persona se encuentra más conectada consigo misma, más expandida y sensible al entorno y en conexión con alguna noción de índole espiritual-filosófica más allá de sí mismo. Más espiritualidad implica una reducción del narcisismo en todas las áreas de la vida, indica Jorge Ferrer, experto en diálogo interreligioso.
Si uno observa con atención a las personas involucradas en estos caminos (así como a uno mismo), hay veces en que podremos constatar la presencia de una especie de “ego espiritual”: el cultivo de una imagen de mí mismo con conceptos espirituales. Este ego espiritual se manifiesta algunas veces a través del uso de ciertos códigos como lenguaje especial, la ropa característica de un grupo, un corte de pelo particular…
La espiritualidad tiene relación con una forma de experimentar las realidades más allá del ego, así como con una transformación gradual o radical de mi experiencia cotidiana. El mencionar el “ego” en los círculos espirituales está de moda, y se ha transformado al mismo tiempo en un tabú: el ego del gurú, el ego del maestro, el ya tener un ego parece ser considerado un pecado mortal. Y el asunto es que todos tenemos un ego, más o menos fuerte, más o menos evidente, más o menos burdo o sutil, más o menos escondido tras una apariencia espiritual. Este último caso es el del ego espiritual; intentamos cubrir nuestras heridas y carencias mostrando al mundo una forma exterior, una carcasa teñida de paños de colores, palabras y símbolos religiosos.
Con esto sólo quiero constatar el hecho, y si estás leyendo esto y te hace sentido, puedes preguntarte hasta qué punto te sientes identificado. ¿En qué medida la imagen que proyecto hacia afuera busca generar un efecto en la opinión de los demás? ¿En qué grado me he comprado la idea de que ahora estoy más evolucionado que antes por tener una práctica espiritual o vestir de una manera particular?
La espiritualidad es vertical, es una relación conmigo mismo y lo superior. Por otro lado, es horizontal y se manifiesta en mi relación con los demás. La dimensión vertical es privada y me conecta con mis imágenes interiores y mi sabiduría, mientras que la horizontal me pone en relación con las personas, los demás seres encarnados y con mi entorno. Generalmente, quien se encuentra en la adicción a sí mismo ha potenciado la espiritualidad vertical y ha descuidado la espiritualidad horizontal. En la adicción a sí misma, la persona se encuentra embriagada por sus estados interiores y el culto a sí misma.
La espiritualidad actual implica un equilibrio entre adentro y afuera, y el sentido siempre involucra a otros a quienes las consecuencias de mi trabajo y acciones en el mundo afectan. La vida es sabia y encontrará medios hábiles para despertarnos de este autoengaño. 

Felipe Landaeta Farizo (Psicólogo, Doctorado en Psicología Transpersonal, Facilitador de Respiración Holotrópica y Diplomado en Constelaciones Familiares).

 "El ego es la individualidad artificial creada por la familia y la sociedad. Tú jaula mental." Alejandro Jodorowsky

18 de febrero de 2015

LA BELLEZA Y EL PLACER REFUERZAN EL SISTEMA INMUNE.

Observar la belleza y sentir emociones positivas relacionadas con ella (como el asombro, la alegría o el placer) puede potenciar el sistema inmunitario, según un estudio de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.). Aunque no se sabe qué es primero, si la emoción o el proceso químico, o si es algo bidireccional, los científicos comprobaron que las personas que pasaban un día mejor tenían niveles más bajos de proteínas pro-inflamatorias.

Contemplar maravillas como el Gran Cañón del Colorado y el techo de la Capilla Sixtina, o escuchar el Ave María de Schubert, puede potenciar las defensas del cuerpo, según una nueva investigación de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.). Los investigadores han relacionado las emociones positivas (especialmente el asombro que sentimos cuando somos tocados por la belleza de la naturaleza, el arte y la espiritualidad) con niveles más bajos de las pro-inflamatorias citosinas, que son proteínas que indican al sistema inmunológico que trabaje más duro. 
"Nuestros hallazgos demuestran que las emociones positivas se asocian con los marcadores de buena salud", afirma en la información de la universidad Jennifer Stellar, investigadora postdoctoral en la Universidad de Toronto (Canadá) y autora principal del estudio, que se llevó a cabo mientras estaba en Berkeley. 
Aunque las citosinas o citoquinas son necesarias para pastorear las células hacia los campos de batalla del cuerpo para que combatan las infecciones, las enfermedades y los traumatismos, altos niveles sostenidos de ellas se asocian con peor salud y trastornos tales como diabetes tipo 2, enfermedades del corazón, artritis e incluso la enfermedad de Alzheimer y la depresión clínica. 
Durante mucho tiempo se ha considerado que una dieta saludable y dormir mucho y hacer mucho ejercicio refuerzan las defensas del cuerpo contra las enfermedades físicas y mentales. Pero el estudio de Berkeley, cuyas conclusiones se acaban de publicar en la revista Emotion, es uno de los primeros en estudiar el papel de las emociones positivas en ese arsenal. 
"Que la fascinación por la belleza promueva niveles saludables de citosinas, sugiere que las cosas que hacemos para experimentar estas emociones (un paseo por la naturaleza, perderse en la música, ver arte) tienen una influencia directa sobre la salud y la esperanza de vida", asevera el psicólogo de Berkeley Dacher Keltner, co-autor del estudio.
Con este reciente estudio se confirma una vez más, que las emociones y sentimientos influyen directamente en el micro mundo que habita en el interior de nuestro cuerpo. Para bien o para mal... la decisión es individual.
Fuente: http://horizontes-manuel.blogspot.com/

17 de febrero de 2015

LA RELACIÓN PERFECTA.

Imagínate una relación perfecta.
Siempre te sentirías feliz con tu pareja porque vives con el hombre o con la mujer perfecta para ti. ¿Cómo describirías tu vida con esta persona?
Bien, la manera en que te relacionas con ella será, exactamente, la manera en que te relacionas con un perro. Un perro es un perro y hagas lo que hagas, seguirá siendo un perro. No puedes convertir un perro en un gato o en un caballo; es lo que es. 
El perro es responsable de la mitad de su relación contigo, la cual es completamente normal. Cuando llegas a casa, te ladra, mueve la cola y jadea porque se siente muy feliz de verte. Hace su parte realmente bien y tú sabes que es el perro perfecto. El perro es un perro y tú lo aceptas así. No necesitas responsabilizarte de él para que sea un perro. El perro no intenta que tú seas un buen ser humano. A un perro no le importa lo que tú hagas; sencillamente te ama. No tiene ninguna expectativa. Tu parte también es casi perfecta. Te ocupas de lo que es responsabilidad tuya; lo alimentas, cuidas de él, juegas con él. Le quieres incondicionalmente; harías casi cualquier cosa por tu perro. Desempeñas tu parte perfectamente y él la suya con la misma perfección.

Pero imaginemos que te compras un perro y adoras a los gatos. Quieres que tu perro se comporte como un gato e intentas cambiar al perro porque nunca dice: «Miau». ¿Qué estás haciendo con un perro? ¡Búscate un gato! Esta es la única manera de empezar una relación maravillosa…no es necesario que te mientas a ti mismo…
Ves lo que estás comprando y bien lo quieres o no lo quieres. Pero no puedes culpar a la otra persona por ser un perro o un gato o un caballo. Si quieres un perro, entonces ¿por qué te compras un gato? Si quieres un gato, entonces ¿por qué comprarte un caballo o un pollo? ¿Sabes qué tipo de mujer o de hombre quieres? El que hace que tu corazón cante, el que se alinea a tu modo de ser, el que te ama sencillamente como eres. ¿Por qué engañarte con otra cosa? ¿Por qué no conseguir lo que quieres? ¿Por qué fingir que alguien se ajusta a lo que no es? No significa que no quieras a esa persona. Significa que haces una elección y dices sí o no porque también te amas a ti mismo. Haces una elección y eres responsable de tus elecciones.
Aceptar este hecho en tus relaciones con otros seres humanos resulta fundamental. No es posible cambiar a las personas, las amas tal como son o no las amas; las aceptas tal como son o no las aceptas. Intentar cambiarlas para que se ajusten a lo que tú quieres que sean es como intentar que un perro se convierta en un gato o que un gato se convierta en un caballo.…es un hecho: son lo que son y no son lo que no son;
así como tú eres lo que eres y no eres lo que no eres…
Quizás estés pensando: «Pero ¿y si no estoy con la mujer o con el hombre adecuado?». Sin duda, esta es una pregunta muy importante. Por supuesto, hay que escoger al hombre adecuado o a la mujer adecuada. ¿Y quién es el hombre adecuado o la mujer adecuada? Alguien que amas tal como es, alguien que no tienes necesidad de cambiar en absoluto, que quiere ir en la misma dirección que tú, alguien que es compatible con tus opiniones y con tus valores emocionales, físicos, económicos, espirituales y que te ama sencillamente tal como eres. Porque, si alguien quiere cambiarte, significa que no eres lo que esa persona quiere. Entonces ¿por qué está contigo?
Así que, en primer lugar tienes que saber lo que quieres, cómo lo quieres y cuándo lo quieres. Tienes que saber exactamente cuáles son las necesidades de tu cuerpo, cuáles son las necesidades de tu mente y qué se adapta bien a ti.
Y lo que vas a compartir con tu pareja no es basura, sino el amor, la relación romántica, la comprensión. El objetivo que persigues para los dos es ser cada vez más felices, y para alcanzarlo es preciso tener cada vez más y más amor. Eres el hombre perfecto o la mujer perfecta, y tu pareja ese ser humano perfecto, del mismo modo que el perro es el perro perfecto. Si tratas a tu pareja con amor y con respeto, ¿quién saldrá beneficiado? Nadie más que tú.
Una vez que te decides a formar pareja estás ahí a fin de servir a la persona que amas, a la persona que eliges…estás ahí para servir tu amor a tu amante, para serviros mutuamente…
En cada beso, en cada caricia, sentís que ambos estáis ahí para satisfacer a la persona que amáis sin esperar nada a cambio. Más que de sexo, se trata de estar juntos. El sexo también se vuelve maravilloso, pero es completamente distinto. El sexo se convierte en una comunión; en una entrega absoluta, una danza, un arte, una suprema expresión de la belleza.


Miguel Ruíz (La Maestría del Amor).

15 de febrero de 2015

PARA AQUELLOS QUE SE AMAN.

No busquéis nunca nada exteriormente
si no habéis intentado primeramente encontrarlo dentro de vosotros.
Cuando lo hayáis visto,
encontrareis vuestra alma gemela por todas partes, en el mundo entero,
a través de los rostros, en los lagos, las montañas,
las plantas, los pájaros y oiréis su voz.
He aquí una verdad importante que deben saber todos aquellos que se aman.

Omraam Mikkael Aïvanhov

SI SUPIERAS...


13 de febrero de 2015

LIBERAR EL CORAZÓN DE LA JAULA DE LA MENTE.


LUCES EN EL CAMINO.

1. No te apegues a la perfección: mi padre me decía: “Miguel, cuando comprendas que eres perfecto tal como eres, verás que todo es perfecto tal como es” (…) Abandona primero cualquier idea falsa sobre la perfección. Cualquier apego a lo que creas que significa ser perfecto. Y luego deja de juzgarte por no estar a la altura.
Práctica: Deja lo que estés haciendo y dedícate ahora a quererte y respetarte. Eres perfecto tal como eres, porque estás vivo en este instante.

2. Aquieta la mente: “En la tradición tolteca, el concepto de mitote representa las mil voces que suenan en nuestra cabeza y acaparan nuestra atención (…). Dependiendo de la voz a la que te apegues, percibirás el mundo según lo que te diga y lo verás todo desde su punto de vista (…). Apaga el volumen de tus voces interiores –la voz del conocimiento-, y vive el momento presente.
Práctica: Dedica unos momentos a aquietar la mente escuchando el silencio que reina en los más profundo de ti. Cuando la mente se aquieta, te ves a ti y a los demás como puro AMOR.

3. Cada vez que te oigas decir en tu interior: “Necesito esto o necesito aquello”, advierte que te estás apegando a esta idea. Has hecho que tu felicidad y tu amor propio dependan de conseguir una idea.
Práctica: cobrando conciencia de ello, recuerda hoy que no necesitas nada de fuera de ti para sentirte lleno por dentro. Ya eres completo y perfecto tal como eres en este instante.

4. Miedo y apego: “Cuando ocurre un cambio el mundo que conozco puede desaparecer, obligándome a afrontar la molesta oscuridad de lo desconocido (…) Pero los cambios son inevitables y se dan una y otra vez a lo largo de nuestras vidas: las relaciones se acaban, perdemos un trabajo, nos vamos de casa, o sufrimos la muerte de un ser querido”.
Práctica: Toma conciencia de ello, advierte hoy que cada vez que te apegas a un objeto o a una idea, estás al fin y al cabo, defendiendo tu definición del yo. Deja de apegarte a estas cosas al recordar que eres muchísimo más grande que cualquier objeto o idea que pueda existir.

5. Analiza tus emociones molestas: cuando algo te produzca una emoción, es el momento oportuno para hacerte preguntas como:
¿Por qué me siento así?
¿Qué acuerdo hay detrás de esta emoción?
¿Qué apego está en peligro?
¿De verdad creo esto?
¿Es importante para mí?
Responde a estar preguntas te permite analizar tus creencias y decidir cuáles siguen siendo ciertas para ti hoy.
Práctica: Los sentimientos de rabia, angustia o miedo suelen indicar que tus creencias ya no coinciden con tu verdad interior. La próxima vez que te sientas estresada, tómate un momento para hacerte las preguntas. Si tu respuesta no coincide con algo que creías, sabrás que esta creencia ha dejado de ser cierta para ti.
Miguel Ruiz Jr.

10 de febrero de 2015

MUNDO FÍSICO.

El mundo físico es diáfano. Es como música. Cuando se toca música simplemente desaparece, no queda nada, y por esa razón es una de las artes más elevadas y espirituales. También es la más fugaz. Se puede decir que la fugacidad es un distintivo de la espiritualidad. Mucha gente piensa lo contrario: que lo espiritual es imperecedero. Cuando más tiende una cosa a ser permanente, más tiende a carecer de vida. Nada es tan permanente como un diamante, y esta metáfora, la idea del más mineral de los objetos como el más permanente, se asocia con ser el más espiritual. Jesucristo es llamado la "Roca de las Eras". Incluso los budistas han utilizado el diamante como una imagen de la realidad fundamental del universo, pero la razón de su uso no ha sido la dureza, sino porque es completamente transparente. Por lo tanto sirve como símbolo del vacío, el vacío que todo es. Vacío no significa que no haya nada, sino que no puede alcanzarse idea alguna que pueda definir suficientemente la realidad física. Toda idea será equivocada, y en ese sentido será vacío.
Así pues, al examinar el mundo físico nos resulta imposible encontrar ninguna materia de la que esté hecho. Sólo podemos reconocernos unos a otros y decir: "Bueno me doy cuenta de que ya te he encontrado antes y ahora te veo otra vez", pero lo que realmente reconocemos no es sino una forma consistente. Supongamos que tengo una soga que en principio es de manila, después de algodón, más tarde de nilón y luego de seda. Entonces, si hago un nudo en la soga y lo muevo a lo largo de su extensión, ¡sigue siendo el mismo nudo u otro diferente?. Diríamos que es el mismo porque reconoceríamos la forma del nudo, aunque fuese cambiando hasta llegar a ser seda. Lo mismo ocurre con nosotros. Somos reconocidos por el hecho de que nuestro rostro parece el mismo de un día a otro, y la gente reconoce eso. Se suele decir: "Ese es John Doe, o Mary Smith", pero en realidad, el contenido del rostro, el agua, los carbonos, los elementos químicos y lo que sea están en continuo cambio. Somos como un remolino en una corriente. La corriente forma el remolino y por ello reconocemos el remolino, pero el agua siempre está en movimiento. Nosotros somos exactamente eso y todo lo demás también. No hay nada en el mundo físico que podamos llamar "substancial". Es una forma; y por eso es tan espiritual. Ser no espiritual es no verlo. Dicho de otra manera, es imponer la idea de "cosaidad" o substancialidad, sobre el mundo físico.
Los hindúes utilizan esta idea para describir a alguien que se implica con el concepto de materia, que se identifica con el cuerpo, creyendo que es algo constante, algo tangible. Sin embargo, el cuerpo es en realidad muy intangible. No podemos concretarlo, decae, y todos envejecemos. Si nos aferramos al cuerpo nos frustraremos. Lo importante es que el mundo material, el mundo de la naturaleza, es maravilloso mientras no tratemos de apoyarnos en él; mientras no nos aferremos a él. Si no lo hacemos podemos llegar a pasarlo muy bien.
Alan Watts (Extracto del libro "La vida como juego").


¿QUIÉN CONOCE?


MENTE SILENCIOSA.


8 de febrero de 2015

MAKTUB.

“El destino, al igual que todo lo humano, no se manifiesta en abstracto sino que se encarna en alguna circunstancia, en un pequeño lugar, en una carta amada, o en un nacimiento pobrísimo en los confines de un imperio. Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que están misteriosamente reservados. Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos aquellas que, de alguna manera, poseen las tablas de nuestro destino, como si hubiéramos pertenecido a una misma organización secreta, o a los capítulos de un mismo libro!.
Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino”.

Ernesto Sábato

HÁGASE TU VOLUNTAD.


6 de febrero de 2015


DONDE HAY HUMANOS HAY MOSCAS… Y TAMBIÉN BUDAS.

La famosa frase zen: “Donde hay humanos hay moscas… y también Budas” me vino a la mente en las últimas semanas, para recordarme una vez más que no hace falta ir a ningún lado, el maestro está siempre ahí, delante nuestro todo el tiempo. Tomando todas las formas imaginables, y cuando la mente no está como el parabrisas del auto yendo de un lado a otro, pasado, futuro, pasado, futuro, sino simplemente presente, los Budas aparecen por doquier.
El otro día caminaba por una pequeña calle, que si bien se encuentra engarzada en el centro de la ciudad, está poblada de silencio que se mezcla con el olor de los árboles. Disfrutando de sus veredas, y habitantes bohemios de los pequeños cafés que la visten. Aparece un negocio de otro tiempo, una tienda de juguetes, sin embargo es diferente, estos juguetes al único lugar donde pueden enchufarse es a la imaginación. Es una tienda de juguetes exclusivamente de madera.
Uno entra en ese micro mundo de colores cálidos, poblado de habitantes de la infancia donde es recibido literalmente dentro de un cuento. Una abuela de cabellos blancos con un rodete en su cabeza, lentes, un vestido con delantal se acerca, casi es inevitable que el primer pensamiento que se me acerca sea, sentarme en un banquito, con una chocolatada y pedirle que me cuente un cuento. Mientras nos miramos y sonreímos, inevitablemente me quedo observando unas espadas de madera que estaban en un costado, evidentemente se me debe haber iluminado la cara recordando esas espadas de palo de escoba con las cuales pasé infinitas horas, recordando mis luchas contra dragones, ninjas o piratas imaginarios. La abuela comenzó a decirme: “Las espadas no son como las armas de ahora, están llenas de honor dado que el verdadero caballero solamente debía desenvainarla para luchar contra el mal. La espada representa la verdad, que corta y destruye las mentiras, y destruye los enemigos imaginarios para que al final, el caballero habiendo probado su valentía y enfrentando sus propios miedos y dragones descubra el secreto de su corazón.”
La abuela tímidamente, quizás acostumbrada a que no muchas personas se interesen en este tipo de comentarios, me comentó que no me preocupe por ella que podía seguir mirando. Sin embargo, esas palabras simplemente me habían fascinado. Busqué un pequeño instrumento de música, un xilofón y solamente una mirada cómplice bastó para recomenzar otro diálogo mágico.
La abuela me comenta que este xilofón en particular lo habían hecho sin ninguna nota discordante, precisamente porque era para los chicos más chicos. Las notas discordantes, normalmente nos cierran, como en cierta forma están ligadas al dolor, nos suelen llevar hacia adentro, a una introspección del mundo interior. Para los chicos más pequeños, que no están tan identificados, cuando hay tristeza, es su muñeco el que está triste no ellos. Todas esas armonías ligadas a las experiencias más duras humanas se van adquiriendo más adelante y es parte de las experiencias que vinimos a explorar.
En ese instante justo entraron muchas más personas preguntando precios, hablando si la cuna pegaba con el color de la pared de su casa, etc. El mundo volvió a la normalidad, el negocio se convirtió nuevamente en un negocio y me fui con la sonrisa de un buscador de oro casual, cuando encuentra una pepita valiosa en un río del cual no lo esperaba.
Una de las noches siguientes mientras un amigo me llevaba en el auto, me comentaba que él había pasado varios de sus primeros años de vida en el hospital y que él había aprendido lo siguiente: En la vida hay solamente una sola decisión verdadera que podemos hacer. La gente piensa que hay muchas decisiones, pero en realidad hay solamente una: elegir ver las cosas de forma positiva o negativa, porque más allá de esto, no podemos elegir lo que llega a nuestra vida, pero si podemos elegir que vamos a hacer con lo que nos tocó. Yo elegí ver lo positivo y hago lo mejor que puedo con cada momento.
El quizás sabiéndolo o no, acababa de repetir por experiencia propia las mismas palabras que hace miles de años muchos de los seres iluminados nos repiten a través de los tiempos.
Andrés Wu Wei

Fuente: https://lacucharanoexiste.wordpress.com

5 de febrero de 2015

BENDICIONES EN EL VIENTO.

Que el camino salga a tu encuentro, que el viento siempre esté detrás de ti, y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que tu Dios te sostenga con el puño de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que nunca quieras vivir tanto como vives. 
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron. Pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos. Pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron. Pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta. Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que tu Dios te guarde en su mano, y nunca apriete mucho su puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y que el cielo te acoja, que la fortuna de las colinas Irlandesas te abracen. Que las Bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero, que la buena suerte te persiga y que cada día y cada noche haya muros contra el viento, y un techo para la lluvia, y bebidas junto a la fogata, risas para consolarte y aquellos a quienes AMAS cerca de ti... ¡y todo aquello que tu corazón desee! Que tu Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio sea pobre y rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad desde este día en adelante, que tu Dios te conceda muchos años de vida, de seguro él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.

PD: ¡Me alegra inmensamente tu existencia en el eterno presente!


2 de febrero de 2015

SIEMPRE ATENTOS.


¿QUÉ ES FELICIDAD? 1


Por Michael James  

¿Cuál es la única cosa que desean todos los seres? ¿No es la felicidad? En el análisis final, ¿no son todos nuestros deseos solo distintas formas de nuestro único deseo fundamental de ser felices? ¿No es nuestro deseo fundamental de felicidad, la esencia de cada forma de deseo que podamos tener nunca?
Nuestro deseo de felicidad es la fuerza impulsora detrás de todas las formas incontables de esfuerzo que estamos haciendo siempre. Nosotros no hacemos nada -bien sea con la mente, el habla o el cuerpo- que no esté impulsado por nuestro deseo fundamental de ser felices. Todas y cada una de nuestras acciones está motivada por nuestro deseo de ser perfectamente felices.
¿Para quién deseamos felicidad? ¿No desea cada uno de nosotros felicidad para nosotros mismos? Lo primero y más importante, cada uno de nosotros queremos ser felices. Aunque también podamos querer que otras gentes sean felices, queremos que sean felices debido a que ver su felicidad nos hace sentir felices.
¿Por qué es nuestro deseo de nuestra propia felicidad la causa fundamental y última de nuestro deseo de felicidad de otras gentes? ¿Por qué deseamos su felicidad?, ante todo porque contribuye a nuestra propia felicidad. ¿Por qué, en otras palabras, deseamos finalmente nuestra propia felicidad más de lo que deseamos la felicidad de otros?
Ante todo nosotros estamos interesados en nuestra propia felicidad debido a que nos amamos a nosotros mismos más de lo que amamos a ninguna otra persona o cosa. Amamos a otras gentes y cosas debido a que creemos que pueden contribuir a nuestra propia felicidad. Amamos a cada uno de ellos solo hasta el punto en que creemos que son capaces de hacernos felices, y si pensáramos que no contribuyen o no pueden contribuir de una manera u otra a nuestra felicidad, no sentiríamos ningún amor particular por ellos.
Nuestro amor más grande es solo por nosotros mismos, y es por nuestro propio bien que amamos a otras personas y cosas. Amamos a nuestra familia, nuestros amigos y nuestras posesiones debido a que sentimos que son nuestros, y debido a que amarlos nos hace sentir felices. Nuestro amor por nuestra propia felicidad es inseparable de nuestro amor por nuestro propio sí mismo.
Amamos y deseamos todo lo que nos hace felices, y aborrecemos y tenemos miedo de todo lo que nos hace infelices. Todas nuestras preferencias y aversiones, todos nuestros deseos y miedos, están arraigados en nuestro amor por nuestra propia felicidad, que a su vez está arraigado en nuestro amor por nuestro propio sí mismo.
De hecho, nosotros somos la única fuente verdadera de toda nuestra felicidad, debido a que cualquiera que sea la felicidad que parezcamos obtener de otras gentes o cosas, surge solo de dentro de nosotros. Puesto que toda nuestra felicidad finalmente viene solo de dentro de nosotros, ¿no está claro que la felicidad es algo inherente en nosotros? De hecho, la felicidad es nuestra propia naturaleza verdadera y esencial. Por lo tanto, la razón por la que nosotros amamos nuestro sí mismo más que a cualquier otra persona o cosa, es simplemente que nosotros mismos somos felicidad -la plenitud de felicidad perfecta, y la única fuente final de todas las diversas formas de felicidad que obtenemos aparentemente de otras gentes y cosas.
Nuestro amor por nuestro propio sí mismo y por nuestra propia felicidad no es malo. Es perfectamente natural, y por lo tanto inevitable. Deviene malo solo cuando, debido a nuestra falta de comprensión correcta sobre dónde está la verdadera felicidad, nos impele a realizar acciones que causan daño a otras gentes. Por lo tanto, para evitar hacer daño a alguien -para evitar hacer a algún otro infeliz- es esencial que comprendamos qué es la verdadera felicidad y dónde está nuestra verdadera felicidad.
Para comprender esto, primero debemos comprender más sobre nosotros mismos. Puesto que el amor y la felicidad son sentimientos subjetivos que son experimentados por nosotros, no podemos comprender la naturaleza verdadera de ninguno de ellos sin comprender primero la naturaleza verdadera de nosotros mismos. Solo si comprendemos nuestra propia naturaleza verdadera seremos capaces de comprender cómo surge dentro de nosotros el deseo de felicidad, y por qué amamos nuestro propio sí mismo y nuestra propia felicidad sobre todas las otras cosas.
La cara opuesta de nuestro deseo de ser felices es nuestro deseo de estar libres de dolor, sufrimiento, miseria o cualquier otra forma de infelicidad. Lo que todos nosotros deseamos es ser perfectamente felices, libres de la más mínima forma de infelicidad. De hecho, lo que llamamos felicidad es solo el estado en el que estamos libres de infelicidad.
Nuestro estado natural es ser felices. Nuestro deseo de felicidad es nuestro deseo de nuestro estado natural. Consciente o inconscientemente, todos estamos buscando lo que es natural para nosotros.
Nosotros no podemos sentirnos completamente cómodos o felices con algo que no es verdaderamente natural a nosotros. Por eso es por lo que nunca nos sentimos totalmente felices, a pesar de todos los placeres materiales, mentales y emocionales que podamos estar gozando. Todos esos placeres vienen y se van, y, por consiguiente, no son naturales a nosotros.
Todo lo que es verdaderamente natural a nosotros -todo lo que es inherente a nuestra naturaleza esencial -debe estar con nosotros siempre.

Marcelo Dos Santos




1 de febrero de 2015

QUIEN SABOREA, CONOCE.

En el amor, nada existe entre el corazón y el Corazón. El discurso nace del anhelo, la auténtica descripción, de la verdadera experiencia. 
Quien saborea, conoce; quien habla, miente. ¿Cómo describir la verdadera forma de Algo en cuya presencia desapareces, 
en cuyo ser todavía existes,  y que vive como un signo de tu viaje?

Rabi'a al-Adawiyya
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