Los caminos del Señor son misteriosos, mas, un hecho es cierto: no importa como otras cosas puedan cambiar, la Realidad Divina , el Ser Cósmico, el Supremo Espíritu Universal es siempre el mismo, no cambia, Él es siempre pleno, siempre perfecto.
Él es siempre omnipotente todopoderoso, capaz de hacer cualquier cosa inmediatamente y todo lo que Él divinamente desee.
El desear en la mente cósmica de Dios y la manifestación del deseo como hecho, son simultáneos, no hay nada imposible para el Ser Supremo.
La mente humana, limitada, finita, debiendo funcionar en tiempo y espacio, mezcla de fortaleza y debilidad, funciona de manera diferente. Nosotros deseamos algo: surge en nosotros el deseo y la voluntad para lograrlo. Mas, entre el deseo que surge en la mente y la actualización de ese deseo, hay a veces un largo período; aparece la indecisión, la vacilación, el titubeo, y también numerosas tendencias de la mente: "Si hago esto puedo tener esta dificultad, puede aparecer este obstáculo..." Así que incluso antes de iniciar una acción ya nos sentimos temerosos del resultado y titubeamos al actuar. De esta manera se produce un largo intervalo antes de que ejecutemos la acción. Y a veces la abandonamos antes de que sea realizada. Es así como se balancea la mente humana entre tipos opuestos de pensamientos.
Porque la mente humana es limitada, está sujeta a la influencia de las cualidades de naturaleza, Tamas (quietud), Rajas (movimiento) y Sattva (equilibrio). El deseo que surge cuando la mente se encuentra en el estado de sattva es puesto en práctica inmediatamente. El deseo que surge en el estado de Rajas es puesto en práctica, pero en forma incorrecta. Indudablemente nada sale de ella. Algo incorrecto surge, ya que en estado de Rajas hay siempre un elemento de confusión; y si el deseo surge en el estado de predisposición de Tamas, se pospone, porque el defecto de Tamas es letargo, falta de voluntad para obrar.
Más, el Ser Cósmico está más allá del tiempo, más allá de dualidades y de las tres gunas (tamas, rajas y sattva). Ahí se encuentra siempre el pensar purificado; no hay titubeo, vacilación, aplazamiento. El deseo es lograr, y la cosa es realizada.
Por lo tanto, en la Voluntad Divina , todas las cosas son posibles. Tener fe en esta verdad es vivir en su luz, estar victorioso sobre las circunstancias, tener progreso intenso, estable, absoluto, en el camino espiritual. No hay titubeo en el viaje hacia el interior, hacia Dios. No importa cuan fastidiosos sean los factores externos.
Hemos visto la vida de los santos: llena de dificultades, persecuciones, llena de obstáculos, de circunstancias adversas, muchos retrocesos y desventajas; mas, a través de todo ello, en su interior, los místicos, los buscadores tenían absoluta fe y confianza en Dios. Observemos la vida de Mira, la vida de Jesús, como en la vida de muchos santos, a pesar de la fiera oposición de afuera, continuaron intrépidos hacia la gran Meta, sin titubeos, firmemente establecidos en la fe: "Todas las cosas son posibles, todas las cosas son posibles, todas las cosas son posibles". ¿Por qué? Por su absoluta confianza y fe en la omnipotencia de Dios. Y Dios nunca cambia, lo que Él fue hace cientos de decenas de miles de años atrás, Él es en este momento y Él continuará siendo el mismo -todo misericordioso, todo Amor, omnipotente, capaz de todo y todopoderoso en Su divina voluntad. Y qué gran pensamiento es que nosotros pertenecemos a Él y Él nos pertenece.
PRACTICA SUGERIDA:
Él es realmente todo lo que podemos desear en la forma de un compañero en la vida, un ayudante, un socio. Cuando meditemos esta verdad, es decir, que tenemos tan gran Ser, todo perfecto y omnipotente Ser, tan compasivo, comprensivo y misericordioso Ser como mejor amigo y compañero en esta vida, como constante compañero, como nuestro siempre listo ayudante, no podremos hacer otra cosa que regocijarnos.
Esto es verdad en nuestra vida. Y ese Ser es el que está siempre en nosotros, antes y más cercano que cualquier otra cosa incluido nuestro nombre.
Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos