Discípulo:
¡Maestro!, ¿Cuál es el medio de obtener
el estado de felicidad eterna, siempre vacío de miseria?
Maestro: Aparte de
la afirmación del Veda de que dondequiera
que hay cuerpo hay miseria, ésta es también la experiencia directa de todas
las gentes; por consiguiente, uno debe indagar en la verdadera naturaleza de
uno, que es siempre sin cuerpo, y debe permanecer como tal. Éste es el medio de
obtener ese estado.
2
D: ¿Qué se
entiende al decir que uno debe indagar en la verdadera naturaleza de uno y
comprenderla?
M: Experiencias
tales como «Yo fui; yo vine; yo era; yo hice» vienen naturalmente a todos. ¿No
es evidente, por estas experiencias, que la consciencia «yo» es el sujeto de
esos diferentes actos? Indagar en la verdadera naturaleza de esa consciencia, y
permanecer como uno mismo, es la manera de comprender, a través de la
indagación, la verdadera naturaleza de uno.
3
D: ¿Cómo ha
de indagar uno «¿Quién soy yo?»?
M: Las
acciones tales como «ir» y «venir» pertenecen solo al cuerpo. Y así, cuando uno
dice «Yo fui, yo vine», eso equivale a decir que el cuerpo es «yo». ¿Pero,
puede decirse que el cuerpo es la consciencia «yo», puesto que el cuerpo no era
antes de nacer, está hecho de los cinco elementos, es no existente en el estado
de sueño profundo, y deviene un cadáver cuando muere? ¿Puede decirse que este
cuerpo que es inerte como un tronco de madera brilla como «yo—yo»? Por
consiguiente, a la consciencia «yo» que surge primero respecto al cuerpo, se la
llama diversamente como auto-orgullo (tarbodham), egoidad (ahankara),
nesciencia (avidya), maya, impureza (mala) y alma individual (jiva). ¿Podemos
nosotros permanecer sin indagar sobre esto? ¿No es para nuestra redención a
través de la indagación por lo que todas las escrituras declaran que la
destrucción del «auto-orgullo» es la liberación (mukti)? Por consiguiente,
haciendo que el cuerpo-cadáver permanezca como un cadáver, y sin pronunciar
siquiera la palabra «yo», uno debe indagar agudamente así: «¿Qué es lo que
surge como “yo”?».
Entonces,
brillará en el Corazón una suerte de iluminación sin palabras, en la forma
«yo—yo». Es decir, brillará por sí misma la consciencia pura, que es ilimitada
y una, una vez desaparecidos los pensamientos limitados y múltiples. Si uno
permanece quiescente sin abandonar esa (experiencia), serán totalmente
destruidos la egoidad, el sentido individual en la forma «yo soy el cuerpo», y
finalmente, el pensamiento final, es decir, la forma «yo», también será
extinguida como el fuego que quema el alcanfor (sin dejar ningún sedimento).
Los grandes sabios
y las escrituras declaran que sólo esto es la liberación.
4
D: Cuando uno
indaga en la raíz del «auto-orgullo», que es en la forma de «yo», parecen
surgir toda suerte de innumerables pensamientos diferentes; y ningún
pensamiento «yo» separado.
M: Aparezca o
no el caso nominativo, que es el primer caso, las frases en las que aparecen
los otros casos tienen como su base el primer caso. Similarmente, todos los
pensamientos que aparecen en el corazón tienen como su base la egoidad, que es
el primer modo mental «yo», la cognición de la forma «yo soy el cuerpo»; así
pues, el surgimiento de la egoidad es la causa y la fuente del surgimiento de
todos los demás pensamientos; por consiguiente, si se destruye el auto-orgullo
en la forma de la egoidad, que es la raíz del árbol ilusorio del samsara (esclavitud
que consiste en la transmigración), todos los demás pensamientos perecerán
completamente como un árbol arrancado. Surjan los pensamientos que surjan como
obstáculos a la sadhana (disciplina espiritual) de uno, no debe permitirse que
la mente vaya en su dirección, sino que debe hacerse que permanezca en el
propio sí mismo de uno, que es el Atman; uno debe permanecer como presenciador
de todo lo que acontece, adoptando la actitud: «¡Cualesquiera cosas extrañas
que acontezcan, qué acontezcan; veamos!» Ésta debe ser la práctica de uno. En
otras palabras, uno no debe identificarse con las apariencias; uno no debe
abandonar el propio sí mismo de uno. Éste es el medio adecuado para la
destrucción de la mente (manonasa), que es de la naturaleza de ver el cuerpo
como el sí mismo, y que es la causa de todos los obstáculos ya mencionados.
Este método, que destruye fácilmente la egoidad, merece ser llamado devoción (bhakti),
meditación (dhyana), concentración (yoga) y conocimiento (jnana). Debido a que
Dios permanece de la naturaleza del Sí mismo, brillando como «yo» en el
corazón, y debido a que las escrituras declaran que el pensamiento mismo es
esclavitud, debido a esto, la mejor disciplina es permanecer quiescente sin
olvidar-Le nunca a Él (Dios, el Sí mismo), después de disolver en Él la mente,
que es de la forma del pensamiento «yo», sin importar a través de qué medios.
Ésta es la enseñanza concluyente de las escrituras.
Siempre
juntos. Siempre
Positivos
Marcelo Dos Santos