¡Aquí está el secreto de lo que es renunciación! No es la renunciación a algo, puesto que nosotros somos Dios. No hay nada fuera del Si mismo, es decir, de ÉL.
Renunciación no significa abandonar un objeto. Si esa hubiera sido la definición acertada de renunciación no se la podría aplicar a Dios. Dios no renuncia o abandona un objeto, porque todos los objetos son partes de Su Cuerpo Cósmico. Dios es el poseedor de todas las cosas. Es solo cuando interpretamos las cosas en términos de Dios que las cosas se hacen claras. De otro modo nos confundimos, no podemos saber qué es bondad, no podemos saber qué es maldad, no podemos saber qué es virtud en tanto no refiramos todos estos valores de la vida al concepto de Dios en Su Perfección.
El único patrón de referencia para nosotros que da valor a la vida es la existencia de Dios. Dios no renuncia a nada. Entonces, en ese caso, ¿qué es renunciación en este contexto? Es liberación- supresión en la conciencia del concepto de ALGO AJENO O DIFERENTE A MÍ. ¿Cómo se puede abandonar cosas? Todas las cosas están frente a nosotros como los árboles del bosque. No existe el abandonar cosas puesto que ellas están internamente relacionadas a nosotros. Nadie puede renunciar a nada puesto que todas las cosas en este mundo están conectadas entre sí. Entonces, ¿qué la renunciación a un objeto? , eso es imposible; todas las cosas están EN nuestra percepción, en nosotros. Pero la idea de que las cosas están fuera de nosotros nos hace sentir que estamos necesitándolas para ser felices y permanecemos apegados a ellas. ¡Este apego es tan innecesario como falso!.
Él nos muestra el ideal de renunciación suprema nacida de la Realización Divina , no nacida de la frustración, ni nacida de una actitud de escapismo, no nacida del derrotismo sino nacida al penetrar en la naturaleza de las cosas, una clara comprensión de la naturaleza de la vida y la sabiduría de la existencia en su totalidad. Esta es la fuente de la renunciación.
No desear nada, no porque no se pueda conseguir cosas, sino porque podemos darnos cuenta de la interconexión de las cosas y la unidad de todo propósito de la conciencia. Todos los deseos se acallan frente al de re-conocer a Dios, se le llama realización. Dios no posee cosas. Posesión es la relación de una cosa con otra cosa. Somos siempre en Dios, ÉL es, antes, durante y después de nuestra vida relativa en el mundo con todas sus cosas incluidas. Es por eso que Lo llamamos EL Absoluto, Él no es relativo. Cualquier cosa relacionada a algo se encuentra bajo la categoría de relativo. Dios no está relacionado con otra cosa, porque Él, Todo-lo-incluye. Y, por ello, en su Absolutividad que Todo-lo-incluye, que es la más elevada sabiduría concebible, por lo tanto es libertad del apego a todo.
Al ver la imagen del Maestro Buda, representado como sentado en postura de loto, como rey de todos los renunciantes; no significa que Buda desee auto-control, Buda es lo que el auto-control es en sí mismo. No practica auto-control. El auto-control mismo está simbolizado, expresado en Buda.
Practica:
Con la práctica del ayuno (un día a la semana solo comiendo un tipo de fruta y agua o solo agua), se trata de tomar control de nuestros sentidos, no es abandonar o renunciar a los alimentos (que representan lo vital, mucho más necesarios que una casa o un carro), es comprender que somos mucho más que el cuerpo. No es renunciar tampoco al cuerpo, sino reconocerlo como recipiente-templo y expresión limpia y pura, auto conciente de Dios. Cuando superamos esta tendencia de sucumbir al placer de los sentidos, trascendemos los niveles consciente e inconsciente de nuestra personalidad.
Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos