26 de mayo de 2014

LA INUTILIDAD DE LA PRÁCTICA.

El Iluminado Rumi es una hermosa recopilación de poesía, traducido por Coleman Barks e ilustrado por Michael Greene. A continuación se muestra uno de los poemas traducidos por el poeta y místico sufí del siglo XIII, Jelaluddin Rumi:
“He vivido al borde de la locura,
Tratando de conocer las razones,
Aporreando una puerta.
De pronto, se abre.
¡He estado golpeando desde adentro!”

Como Rumi tan poéticamente señalaba en el poema anterior, ya te encuentras en el interior. Tú eres lo que estás buscando. No hay ni siquiera una puerta que abrir, así que no hay necesidad de llamar. Tú estás Despierto y el Siempre Ahora es atemporal. Un paso en el tiempo y eres cautivado por el pensamiento condicionado.
Las prácticas requieren de un practicante y un practicante requiere tiempo. El tiempo es el ego pasado, que es el practicante. No necesitas practicar el estar presente. No puedes llegar a ser lo que ya eres. El darte cuenta está a pesar de todas las apariencias en la Consciencia. ¿No es verdad que te das cuenta de cuando estás consciente y te das cuenta de cuando estás inconsciente? Tu eres Conciencia consciente y Eso está Despierto. El esfuerzo para ser consciente es sólo de la mente. El esfuerzo del practicante protege al ego. Renuncia a toda idea de llegar a ser y simplemente sé. Al detenerte, ves que todo está sucediendo por sí mismo. Estás floreciendo en Presencia y una hermosa flor no necesita practicar para florecer. No hay lugar a donde ir y no hay nada que hacer, sino darte cuenta y ser quien realmente eres, no quien piensas o deseas ser. "Pensar" y "desear" son actividades del ego. En su lugar, sé fiel en el Ser sin esfuerzo, con una disposición de "no saber" quién eres. La conciencia entonces discierne la impermanencia.
Por ejemplo, y como analogía, imagínate que te identificas con ser una ola en la superficie del océano, te darías cuenta de que la ola es temporal y no permanente. La ola parece moverse, según el agua ondula arriba y abajo. En el reconocimiento de la impermanencia, tu identificación de ser una ola sería realizada como falsa. Al renunciar al cambio, tu realización te llevaría más cerca de lo que realmente eres. En tu disposición a no saber quién eres, permanecerías presente y alerta para el cambio. Continuando con nuestra analogía, quizás entonces observarías que eres realmente el océano, hasta que sintieras el ir y venir de las mareas. Renunciando a las mareas, te disolverías en la quietud de la profundidad del océano. Los matices de la mente se vuelven cada vez más sutiles y tal vez incluso la profundidad del océano parecería ir y venir, ser impermanente, y por lo tanto renunciarías aún más. Tal vez reconocerías que la esencia del océano y de la ola parece ser el agua, así que te difundirías en ser agua. Sin embargo, incluso el agua cambia de forma, por lo que sería reconocida como impermanente, cuando te dieras cuenta del vapor. Todo el tiempo, has reposado como la vanguardia de la Presencia, que es la permanencia de la tranquila atención.
Y lo mismo ocurre con el despertar. Estando presente y e inmutable, eres capaz de discernir lo cambiante. Cuando se observa el cambio, la renuncia se produce espontáneamente. Entonces, permaneces tranquilo para discernir un cambio más profundo. Este discernimiento es la permanencia de la Verdad viviente dentro de ti. Se podría decir que se trata de un proceso de eliminación, un reconocimiento constante de lo que no eres. La permanencia inamovible reconoce fácilmente como falso el movimiento y el cambio y lo elimina. Renuncia a todo lo que va y viene, a todo devenir y escape, y a todo movimiento de acercarse y alejarse.
Cuando asumes una práctica, estás esencialmente de acuerdo con el proceso del devenir. Practicas con el fin de llegar a ser lo que quieres ser en el futuro. Pero no puedes llegar a ser el Ser ahora-presente. Tú no estás en el futuro ni tampoco lo está el ahora. Tú y el Ahora ya están aquí, ¿no es así? Cuando te implicas en el proceso del devenir, del llegar a ser, no puedes estar presente para realizar lo que eres. La práctica mantiene la creencia de que se puede alcanzar en el futuro, lo que no eres ahora. Devenir es evitar el ahora. Sólo el ego es el que practica y así mantiene y prolonga su supervivencia como el hacedor imaginario. En Verdad, no hay ningún practicante. La práctica es la estrategia del ego de posponer. Es un alejamiento de lo que eres. ¿Por qué hay que practicar para ser lo que ya eres? Una montaña no practica para ser una montaña en el futuro. Una montaña es una montaña ahora. Mediante la práctica, escondes el tesoro infinito que estás buscando. Incluso buscar es hacer demasiado. No hay ningún buscador. Este es el mismo engaño. No tienes que buscar el Ser inherente. Además, si hay una expectativa de encontrar un tesoro, eso es demasiado. La expectativa es el futuro y tú no puedes estar presente cuando estás en expectativa. Esencialmente, libera todos los obstáculos que hacen que creas que no eres el Ser ahora-presente.
¿Quién busca? "yo". ¿Quién espera? "yo". ¿Quién se esfuerza? "yo". ¿Quién practica? "yo". La imagen del "yo" es el ego. Para deshacer del nudo de la obstrucción, "yo" hago la pregunta, "¿Quién soy yo?" Sigue al pensamiento "yo" de vuelta a su fuente dentro de ti. Haz la pregunta y luego escucha intensamente. Esta pregunta elimina la idea del practicante, que es un producto de la imaginación. Aquel que hace el esfuerzo es el problema, por así decirlo. Sólo tienes que reconocer lo que está aquí ahora sentándote en silencio y pacientemente Ser. A través de la observación, descubres lo que es real y lo que no lo es. Como un imán, atraes la Gracia hacia ti. Sé aquí ahora, como realmente eres. "¿Está la Presencia aquí?" Sí, y tú eres Eso.
Para la mayoría de las actividades, se puede practicar, pero no para la iluminación. Se puede practicar con el fin de aprender a patinar sobre hielo, a montar en bicicleta, o pintar un cuadro. Sin embargo, ¿por qué practicar estar tranquilo o en silencio, cuando tu propia naturaleza es la quietud? En lugar de tratar de alcanzar algo, busca al que trata de alcanzar. Síguelo hasta su Fuente. Las prácticas en ocasiones pueden proporcionar una "solución" temporal, pero el resultado no es permanente. Es a través de la Presencia y no de la práctica que descubres lo que es permanente dentro de ti. La auto-realización no es algo que se pueda alcanzar. No puedes convertirte en un Ser iluminado. El Ser es lo que ya eres. A través de la Presencia, rompes las capas de condicionamiento, con el fin de revelar lo que está realmente aquí. Por lo tanto, las prácticas son aplazamientos sin sentido. Tu salvación es la revelación del Ser, que está oscurecida por el practicante y sus prácticas.

Katie Davis

Fuente: Advaita Visión

9 de mayo de 2014

LA VIDA ES LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO AHORA.

El arte más grande es el arte de vivir, más grande que todas las cosas que los seres humanos han creado con la mano o con la mente, más grande que todas las Escrituras con sus respectivos dioses, y tan sólo a través de este arte de vivir puede establecerse una nueva cultura, pero ese arte de vivir únicamente puede surgir cuando hay libertad total.
Esa libertad no es un ideal, no es algo que suceda ocasionalmente; en la libertad, el primer paso es el último, lo que cuenta es ese primer paso no el último, lo que haga ahora es mucho más importante que cualquier cosa que haga en alguna fecha futura. La vida es lo que está sucediendo en este instante, no en algún momento imaginario ni en algo que el pensamiento ha concebido, por eso el primer paso que dé ahora es lo importante, porque si el primer paso está dado en la buena dirección se abre ante uno la totalidad de la vida. La buena dirección no es en pos de un ideal o hacia un fin predeterminado, esa buena dirección es inseparable de lo que está sucediendo en ese instante; no se trata de una filosofía con una serie de teorías, es exactamente lo que la palabra "filosofía" significa, el amor a la verdad, el amor a la vida, no algo que uno aprende en la universidad, sino que aprendemos el arte de vivir en nuestra vida cotidiana.
Como la vida es tan compleja, siempre resulta difícil y confuso elegir un solo aspecto y decir que es el más importante, porque el mismo elegir, el diferenciar categorías, conduce a más confusión: si uno dice que algo es lo más importante, entonces relega a un segundo plano todas las demás facetas de la vida. O tomamos todo el movimiento de la vida como uno solo, lo cual resulta muy difícil para la mayoría de las personas, o bien tomamos un aspecto fundamental en el cual estén incluidos todos los demás. Vamos a investigarlo despacio y con cuidado.
Estamos explorando juntos una faceta de la vida, y si la comprendemos, podremos abarcar todo el campo de la vida. Para investigar debemos estar libres de nuestros prejuicios, de nuestras experiencias personales y conclusiones predeterminadas, como los buenos científicos debemos poseer una mente que no esté ensombrecida por conocimientos previamente acumulados, debemos abordarlo como si fuera la primera vez y sin reaccionar ante lo que estamos observando, lo cual es absolutamente necesario, de lo contrario, la investigación estará coloreada con nuestros temores, esperanzas y placeres; la misma urgencia y la intensidad de investigar liberan a la mente de esa coloración.
Una de las cosas más importantes es el arte de vivir, por tanto, ¿existe una forma de vivir la vida diaria que sea por completo diferente de lo que normalmente es ahora? ¿Existe una forma de vivir sin control, sin ningún conflicto, conformidad o disciplina? Tan sólo puedo descubrirlo cuando toda la mente afronta lo que está sucediendo exactamente ahora, eso quiere decir que sólo puedo descubrir qué significa vivir sin conflicto si observo lo que está sucediendo "ahora".
Esta observación no es una cuestión intelectual o emocional, sino la percepción intensa, aguda y clara, en la cual no hay dualidad, no hay resistencia ni contradicción en relación con lo que está sucediendo. La dualidad tan sólo surge cuando nos evadimos de "lo que es", y esa evasión crea el opuesto, por tanto, aparece el conflicto, pero lo único que existe es la realidad y nada más.
Las asociaciones y las reacciones como consecuencia de lo que sucede son el condicionamiento de la mente, y este condicionamiento impide observar lo que ahora está sucediendo porque el tiempo no está implicado en ese suceso de ahora. El tiempo es la evolución de nuestro condicionamiento, es la herencia de la humanidad, una carga que no tiene principio, pero cuando observamos lo que está sucediendo de forma apasionada, eso que observamos se disuelve en la nada; si observamos el enojo en el momento en que surge, nos mostrará toda la estructura, toda la naturaleza de la violencia, y esa percepción instantánea elimina por completo la violencia.
Detrás del enojo hay mucho trasfondo, no es un simple suceso aislado, tiene muchas asociaciones, y estas asociaciones con sus emociones impiden observar directamente. El contenido del enojo es el mismo enojo, el enojo es su contenido, no son dos cosas separadas, el contenido es el condicionamiento, y cuando existe una observación apasionada de lo que en realidad está sucediendo, o sea, de las actividades del condicionamiento, la naturaleza y la estructura del condicionamiento se disuelven.
De hecho es muy simple, tan simple que uno pierde su simplicidad y, en consecuencia, su sutileza. Estamos diciendo que cualquier cosa que suceda mientras estemos paseando, hablando, meditando o lo que sea, debemos observarla y, aunque la mente divaga, el mismo observar termina con el parloteo, de manera que no hay distracción en ningún momento.
En ese arte de vivir los recuerdos no tienen cabida, la relación es el arte de vivir, y si hay recuerdos en la relación eso no es relación. La relación es entre seres humanos y no entre el contenido de sus recuerdos, porque los recuerdos son los que dividen y, por consiguiente, hay disputas, conflicto entre "usted" y "yo", por eso el pensamiento, que en sí mismo es recuerdos, no tiene ningún lugar en la relación, este es el arte de vivir.
El arte de vivir sólo es posible cuando el pensamiento no contamina el amor.

J. Krishnamurti

8 de mayo de 2014

BAJO LA LLUVIA.

Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.
Un pájaro se baña
en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene… me mira… nos sentimos amigos…
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.

Juana de Ibarbourou

5 de mayo de 2014

PERMANECE SOLAMENTE COMO CONCIENCIA.

Sé consciente de esta persistente sensación de que hay algo más que hacer para alcanzar el Ser. De alguna forma has sido traído, hasta ahora, a una etapa en la que estás siendo alentado a dejar de lado todas las intenciones, proyecciones, fantasías y simplemente mantenerte tranquilo dentro de tu ser. La mente está inclinada a decir que esto no es suficiente. Está sugiriendo tomar alguna acción. Sin embargo, el Maestro te dice que te mantengas tranquilo y te enfoques en el Silencio de tu Corazón y no en el apuro de tu mente. Es recomendado que evites la trampa de esperar que algo ocurra. Quizás pueda surgir una pequeña tensión a raíz de este consejo de no ir con el movimiento proveniente de la mente. Aprende a soportar tu propio Silencio observando las tensiones que lo rodean. Observa en vez de reaccionar. De nuevo, mantente tranquilo. Permanece solamente como Conciencia.
Mooji


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