“Por la paz no se lucha.
Por la paz se transita.”
Itziar Azkona
Durante
todos estos días y tras el atroz y brutal atentado en Francia a la revista
Charlie Hebdo, he estado escuchando muchos de los comentarios que se han
retransmitido a través de numerosos medios de comunicación.
Una
vez más, todo el mundo somos testigos de la violencia que nos acompaña en este
mundo como Humanidad. Y es desolador y desesperanzador. Yo, al menos, me
pregunto cuándo vamos a superar esto.
Ahora
bien, mientras los políticos dicen “estar en guerra contra el Yihadismo”,
mientras el sistema prepara una batería mayor de leyes para controlar a sus
ciudadanos y mientras los medios de comunicación han dejado ya de hablar de los
problemas internos para llenarse la boca, las pantallas y las páginas de un
problema global como el terrorismo…., a mí me cuesta cada día más aceptar esta
dualidad con la que no me identifico.
Me
identifico mucho más con aquellos que están alzando la voz y diciendo “yo no
soy Charlie”. Hasta ahora, hasta hace muy poco, la dualidad era tan tan férrea
que decir “Yo no soy Charlie” nos ubicaba directamente en “Soy Yihadista”. Así
es, o eres “nosotros” o eres “ellos”, o eres “bueno” o “malo”. Y no había lugar
para más.
Pero
ahora no, señores gestores del mundo global. ¡Esto ya se acabó! Entre
“Charlie” y “Asesino” hay tanto espacio libre que algunos ya hemos empezado a
ocuparlo. Porque ¿quién es el Estado Islamista? ¿De dónde sacan el dinero? ¿Quién
les vende las armas? ¿Y de verdad creen que me voy a creer que luchan contra
nosotros y nos matan sólo porque Alá es grande? ¿Es que de verdad “ellos” no
somos también “nosotros”?
¿Hasta
cuándo vamos a seguir negando “nuestra” parte en todo esto? Cuando ciudadanos
de urbes y localidades cercanas se unen a una lucha armada, a una guerra ¿nos
van a hacer creer que es por religión? Que pasa ¿que ahora la religión
asesinatiza? Y aún más si Francia o cualquier otro país occidental entrara
en guerra y sus ciudadanos se alistaran para combatir, ¿por qué ellos no serían
terroristas y estos sí? ¿No será que “ellos” están en guerra con nosotros por
algo y aún no nos hemos querido enterar”?
Yo
apuesto por hacer una revisión de todo el sistema, por mirar dentro y no fuera,
por hacer un debate y un análisis serio de lo que está fallando y en vez de
controlar y cerrar fronteras mirar lo que está ocurriendo dentro de ellas.
Observar y tratar de averiguar qué ocurre para que aún se desarrolle el
instinto asesino de las personas, vivan donde vivan y sean de la religión que
sean.
Mientras no interioricemos
que todos somos TODOS, no sólo Charlie, entonces no llegaremos a
la solución real del problema sino que tan sólo estaremos siguiendo el juego a
todos aquellos que ahora mismo se están frotando las manos, en sus despachos,
porque esta noticia les da aún más tregua para sus corruptelas, fechorías y
desatinos varios. Desatinos como el que ahora son dos organizaciones las que se
disputan el protagonismo de la barbarie. Y espero que sepan ustedes de quien
hablo porque no lo voy a escribir no vaya a ser que quien me vigila ahora por
Internet derribe la puerta de mi casa y me detenga.
Y
eso por no hablar de la incoherencia permanente en la que vivimos, ya que somos
capaces de dar cobertura a escala multinacional al asesinato de varias personas
en Francia y ni nos inmutamos por las de miles de muertes por hambre en África,
ni por las de miles de muertes de Ébola en África ni por las de miles de
muertes por esclavitud en las minas de África. Bueno, ya, pero es que África
está tan lejos! Y cómo no lo vemos!
Pues
va a ser que esto está cambiando, porque yo personalmente, al ver hoy a todos
los franceses ir a comprar en masa su “revista de la libertée” después
de haber visto el programa de Tierra Hostil sobre el Coltán en África como que
he tenido que sujetarme el corazón porque se me encogía y quería desaparecer.
Y
eso por no mencionar el pulso tan estúpido entre vecinos, ese que ha existido siempre
en los pueblos, tan frecuente, por las lindes, o vaya usted a saber por qué
otra cuestión. Yo, si un vecino me dice que algo le molesta, dejo de hacerlo, o
mejor aún, uso mi enorme creatividad para buscar
la manera de seguir haciendo aquello en lo que creo, pero sin
molestar al vecino. Eso en mi planeta se
llama RESPETO. Y además, si la creatividad no está para eso ¿para qué
sirve?
Desde
aquí animo a los Charlie Hebdo de todo el mundo a que usen su enorme
creatividad para ser libremente artistas y humoristas respetando los límites
razonables, esas líneas rojas, esas cuestiones que molestan a algunos vecinos. Con creatividad se supera todo, incluso
ofender al contrario. Para eso es el arte.
Para
mí, donde hay orgullo no hay libertad. Sin embargo donde hay respeto y
tolerancia sí, hay incluso una libertad más elevada. La libertad de expresión
es muchas cosas, y para mí, también incluye saber callarme aquello que no toca
decir. El silencio que nace del alma,
ese, el auténtico, el profundo, el meditado, ese, el que nace del amor, del
respeto y de la tolerancia, ese silencio forma parte de la mayor libertad
de expresión del mundo.
Sé
que lo que digo es sólo mío y no pretendo convencer a nadie. Tan sólo defender
mi espacio, ese que sólo ocupo yo y nadie más, el mío. Si de paso inspiro a más personas a replantearse un pensamiento
alternativo al:”ellos malos” - “nosotros buenos”, pues mejor
que mejor.
Autora: Itziar
Azkona
Analista
Política, Socióloga. Coach Transpersonal. Creadora de www.mundobocabajo.com, una iniciativa para
dar la vuelta a cada idea, a cada pensamiento, para ver qué aspecto tiene desde
otra perspectiva, abriendo puertas y ventanas, logrando un mundo diferente.
Fuente:
www.elblogalternativo.com