29 de agosto de 2012

AMORES IMPOSIBLES.


Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.

Darío Jaramillo Agudelo

SRI RAMANA MAHARSHI


Las enseñanzas de Sri Ramana no se daban en general. De hecho, el Sabio no solía dictar «conferencias» ni pronunciar «discursos». Sus palabras se dirigían principalmente al aspirante particular que sentía alguna dificultad en su senda espiritual y buscaba resolverla. Pero, como en la búsqueda del Sí mismo surgen las mismas dificultades y el método de resolverlas es el mismo, las respuestas del Maharshi a las preguntas tienen la cualidad de la universalidad.
Sin embargo, no todo consiste en poder formular las preguntas correctas ni en estructurarlas adecuadamente. Por consiguiente, las «Conversaciones» del Gurú no consisten simplemente en responder a la pregunta, como si se tratara de un examen por escrito. A menudo, el Gurú se mantiene detrás de las palabras que constituyen la pregunta y corrige a quien la formula incluso en el propio interrogante que se plantea. Y, cuando las preguntas que se le formulan son irrelevantes o fútiles, no es al Gurú a quien le concierne satisfacer la curiosidad ociosa de quien le interroga ni confirmarle en sus engaños. Sri Ramana no deja a su interlocutor en el lugar donde estaba. Como lo expresara uno de los devotos: «Todas nuestras preguntas son desde nuestro punto de vista, y las respuestas de Sri Bhagaván son desde su punto de vista. Las preguntas no sólo son respondidas, sino también socavadas».
Con frecuencia, quienes visitaban el Asramam solían preguntar a Sri Ramana sobre poderes ocultos y fenómenos psíquicos. ¿No es bueno adquirir poderes ocultos, tales como la telepatía? ¿No es el poder de hacer invisible el propio cuerpo de uno una señal de sabiduría madura? ¿Puede uno leer las mentes de los demás? La respuesta del Maestro a tales preguntas era que lo oculto y lo milagroso no son lo espiritual. Los poderes supranormales son más bien obstáculos que ayudas en el camino hacia el Espíritu Supremo. A algunos interlocutores les interesaban los temas relativos a los muertos: ¿Qué les ocurre a los muertos? ¿Puede uno verlos? Aquí, nuevamente, Sri Ramana enseñaba que estos problemas eran irrelevantes y que ningún buscador de la Verdad debía interesarse por ellos. Una señora aristocrática y distinguida que le visitó una vez le preguntó: «Maharaji, ¿podemos ver a los muertos?» El Maestro respondió: «Sí». La señora le volvió a preguntar: «¿Pueden los yogis mostrárnoslos?» El Maestro respondió: «Sí, pueden. Pero no me pida que se los muestre, porque yo no puedo». La señora preguntó otra vez: «¿Los ve usted?» Y el Maestro respondió: «Sí, en sueños».
La enseñanza central de Sri Ramana es: la indagación del Sí mismo (o autoindagación). En vez de querer saber esto y aquello, uno debe buscar conocer al Sí mismo. Uno ha de preguntar: «¿Quién soy yo?» en vez de preguntar sobre cientos de otras cosas. La indagación del Sí mismo debería ser la más fácil de todas las tareas. Pero parece ser la más difícil porque hemos devenido extraños para nuestro Sí mismo. Lo que uno tiene que hacer es simple: permanecer como el Sí mismo. Ésta es la Verdad última.

Éste es el estado inherente, natural y eterno de uno. Debido a la ignorancia, nosotros nos identificamos con el no-sí mismo. La más sutil de todas estas identificaciones es con el ego. Busquemos la raíz del ego. ¿De dónde surge este seudo-Sí mismo? Al final de esta búsqueda encontraremos que el ego desaparece dejando que el Sí mismo eterno brille. Así pues, la mejor disciplina es la indagación: «¿Quién soy yo?»

Siempre juntos. Siempre Positivos                                   
Marcelo dos Santos



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