31 de marzo de 2013

LA MUJER SOLAR.


En las leyendas y cuentos con frecuencia la mujer tiene un carácter solar que ha perdido en las sociedades contemporáneas. Ostenta una irradiación, un poder que le confieren el derecho de elegir a su héroe. Es la mujer la que elige al hombre y no a la inversa. Emprendedora, impúdica pero mágica, brinda una iniciación sexual y guerrera. Con frecuencia benéfica, joven y deseable, guía a su héroe, lo retiene cerca de ella o lo envía a combatir por grandes causas. Prende en él el fuego que le permitirá vencer a los otros hombres y que le otorga asimismo un aura de seducción atractiva para las mujeres. El héroe deberá utilizar todo su discernimiento y a veces su astucia para saber lo que puede aceptar. Porque las sirenas, princesas, hadas, magas, vírgenes, pese a su apariencia seductora, no serán todas bienintencionadas. Si la mujer es una divinidad solar, sus rayos ambivalentes dan la vida o la muerte.
La mujer solar es bella, incluso cuando esta entrada en años, porque irradia, permanece esencial y su rol solar es irreemplazable  Al hombre se le ofrecen dos posibilidades: o bien busca a la mujer divina, la mujer solar a través de todas las mujeres que encuentra y que sólo son figuras parciales, o bien encuentra el rostro ideal que cristaliza sus pulsiones. Por su parte, o bien la mujer solar tiene múltiples amantes, es la Prostituta Sagrada, la Puta Real, la que prodiga "la amistad de sus muslos" o bien encuentra también al amante ideal, el mejor caballero del mundo. A partir del momento en que la mujer solar elige a su sacerdote-amante, su sacerdote único, él ya no debe faltar a su misión, si no ella se retiraría a la sombra y todo serían tinieblas.
La mujer solar comunica un juego sexual al hombre, cálida y lujuriosa, nutre al hombre-luna, al hombre-rayo. El héroe es el prisma en el que convergen todos los rayos emitidos por la mujer sol. Habiendo captado y concentrado todos esos rayos, los restituye con una violencia acrecentada. El hombre-luna alumbra la tierra durante la noche reenviándole un poco de la luz del sol. Es el obligado intermediario entre sol y luna. Es la esperanza que conserva la humanidad sumida en la noche de sobrevivir y encontrar el paraíso perdido.
El poder de decisión sobre una relación pertenece a la mujer. El tierno pretendiente no se atreverá a hablarle a su gran reina de luz a menos que ella lo aliente. Es la mujer quien hace el primer gesto y quien designa a su sacerdote-amante. También le da fuerza y coraje al caballero, con su amor.

La mujer solar. Paule Salomón. 

29 de marzo de 2013

"SOLO UNA NOCHE"


Esta noche es nuestra, es una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesa tu pasado, tu presente, no quiero tu futuro.
No pienses por favor en mañana por que solo tenemos este hoy, esta noche, mañana nos esperan caminos y sueños opuestos.
Esta noche te fundiré en mis brazos,
te haré sentir como de a dos se logra uno solo.
Porque nuestros seres tan desprolijamente diferentes,
nuestras almas tan defectuosas al unirse, al ensamblarse,
forman esta lujuria hermosa que estamos sintiendo.
¿Mañana? ¿O dentro de un rato?
No sé, no me lo hagas pensar, déjame seguir así de erizado.
Te abrazo, te miro y mis instintos se superan asimismo, mi cuerpo se transforma en una pluma que flamea en el viento.
¡Que piel, ¡Que cuerpo!, tus besos, tus manos, tu respiración, detén el tiempo amor mío, que el amanecer nos marcará nuestra realidad.
Esta noche es nuestra, es una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesa tu pasado, tu presente, no quiero tu futuro.
No pienses por favor en mañana porque solo tenemos este hoy,
esta noche, mañana nos esperan caminos y sueños opuestos.
No hables por favor, déjame que interprete el lenguaje de tus ojos.
Este hoy es para toda la vida, esta noche es para nuestras memorias.
Dejemos que nuestras respiraciones pongan
melodías al silencio de esta, nuestra noche.
Que el amanecer nos encuentre fundidos en un abrazo,
sin nada que conversar o planificar, sin mentiras o promesas por decirnos.
¿Mañana? ¡No sé! ¿Tal vez?,
es que no imagino la abstinencia después de este momento,
no me imagino controlar esta adicción.-
Ya pasaron cuatro horas, en las que te miro como duermes,
mis brazos se han cansado de acariciarte, en tu rostro dormido se ven las huellas de una noche de serenidad y en el mío, desvelado, “los miedos”,
los miedos por no poder dejar de preguntarme si nuevamente te veré.
Partiré, en silencio, sin ponerte en el lugar de contestar mis preguntas,
sin que ni siquiera notes mi ausencia.-
No fue por mí que te pedí que no pienses en mañana, que no hables.
No fue por mí que te pedí que te liberes solo disfrutando ese momento.
Es que mi única intención fue compartir contigo
un instante sin prejuicios ni realidades.
Esa noche fue nuestra, una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesó tu pasado, tu presente, ni quise tu futuro.
No pensaste en el mañana porque solo tuvimos esa noche,
al otro día, como siempre nos esperaron caminos y sueños opuestos.
Gracias por no hablar y permitirme
que interprete el lenguaje de tus ojos, el sonido del deseo.
Esa noche te fundí en mis brazos,
y sé que te hice sentir como de a dos se logra uno solo.
Esa noche te amé, como siempre lo hice
y lo sigo haciendo en cada uno de mis días.-

Texto: Martín Adalberto Iseppi,
Derechos Reservados © Copyright

26 de marzo de 2013

NISARGADATTA MAHARAJ 1


Era muy directo y agudo en sus respuestas y no fomentaba el ego de nadie -de hecho, su propósito declarado era destruir esta «seudoentidad». Estar en su presencia era sentir la verdad vibrante, imposible de describir. Era sorprendente de ver: aquella «personalidad» podía estar feliz, colérica, triste, alegre, sarcástica, o amable, y una variedad de emoción se mostraba a través de aquel «paquete» como la luz del sol sobre el agua. Nunca había ningún intento de cambiar nada de ella... que haga sus cosas, ella no era él. Había sufrimiento en abundancia, debido al cáncer, pero en esta imagen humana yo nunca he visto a nadie con más coraje. Jamás salía una queja de sus labios. Aquel cuerpo continuaba cuando parecía imposible que pudiera hacerlo. Uno sólo podía mirarle con un amor y un respeto total. Aunque no había ninguna duda de la forma en que Sri Nisargadatta estaba sufriendo de cáncer, él continuaba como de costumbre con su rutina diaria de bhajans (cantos sagrados) cuatro veces al día, de sesiones de preguntas y respuestas dos veces al día, aunque como el cuerpo se tornaba cada vez más débil estas sesiones eran a menudo cortadas. Era suficiente estar en su presencia. Fue solo hacia el final cuando raramente hablaba.       

El Presente Vivo

Interlocutor: Por lo que yo puedo ver, no hay nada irregular en mi cuerpo ni en mi ser real. Ninguno de ellos son de hechura mía y no necesitan ser mejorados. Lo que no ha ido bien es el «cuerpo interior», llámalo mente, consciencia, antahkarana, cualquiera que sea el nombre.

Maharaj: ¿Qué considera usted que no va bien en su mente?

Int: Es inquieta, codiciosa de lo agradable y temerosa de lo desagradable.

Mah: ¿Qué hay de malo en su búsqueda de lo agradable y en su huida de lo desagradable? El río de la vida corre entre las orillas del dolor y del placer. Es solo cuando la mente se niega a correr con la vida y se aferra a las orillas, cuando eso deviene un problema. Por correr con la vida quiero decir aceptación -dejar que venga lo que viene y que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo que acontece, cómo y cuándo acontece, pues usted no es lo que acontece, usted es a quien ello acontece. Finalmente usted no es ni siquiera el observador. Usted es la potencialidad última de la que la consciencia omniabarcante es la manifestación y expresión.

Int: Sin embargo, entre el cuerpo y el sí mismo hay una nube de pensamientos y de sentimientos que no sirven ni al cuerpo ni al sí mismo. Estos pensamientos y sentimientos son inconsistentes, transitorios y desprovistos de significación, mero polvo mental que ciega y sofoca; sin embargo, están ahí, oscureciendo y destruyendo.

Mah: Ciertamente, la memoria de un acontecimiento no puede pasar por el acontecimiento mismo. Tampoco lo puede su anticipación. Hay algo excepcional, único, en el acontecimiento presente, que no tienen el acontecimiento pasado ni el venidero. Hay en él una viveza, una actualidad; destaca como si estuviera iluminado. En lo que acontece ahora hay el «sello de la realidad», que el pasado y futuro no tienen.

Int: ¿Qué es lo que da al presente ese «sello de la realidad»?

Mah: No hay nada peculiar en el acontecimiento presente que lo haga diferente del pasado y del futuro. Por un momento el pasado fue actual y el futuro lo devendrá también. ¿Qué hace al presente tan diferente? Obviamente, mi presencia. Yo soy real porque yo soy siempre ahora, en el presente, y lo que está conmigo ahora participa en mi realidad. El pasado está en la memoria, el futuro -en la imaginación. No hay nada en el acontecimiento presente mismo que lo haga destacar como real. Puede ser un suceso simple, periódico, como la campanada de un reloj. A pesar de nuestro conocimiento de que las campanadas sucesivas son idénticas, la campanada presente es completamente diferente de la anterior y de la siguiente -en tanto que recordada, o esperada. Una cosa enfocada en el ahora está conmigo, pues yo soy siempre presente; es mi propia realidad la que yo imparto al acontecimiento presente.

Int: Pero nosotros tratamos cosas recordadas como si fueran reales.

Mah: Nosotros consideramos los recuerdos, solo cuando irrumpen en el presente. Lo olvidado no cuenta hasta que uno lo recuerda -lo cual implica traerlo al ahora.

Int: Sí, puedo ver que hay en el ahora algún factor desconocido que da realidad momentánea a la actualidad transitoria.

Mah: Usted no necesita decir que es desconocido, pues usted lo ve en constante operación. Desde que usted nació, ¿ha cambiado alguna vez? Las cosas y los pensamientos han estado cambiando todo el tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado nunca, ni siquiera en sueño.

Int: En el sueño profundo no hay ninguna experiencia de la realidad presente.

Mah : La vacuidad del sueño profundo se debe enteramente a la falta de recuerdos específicos. Pero hay una memoria general de bienestar. Hay una diferencia de sensación cuando decimos «yo estaba profundamente dormido» y «yo estaba ausente».

Int: Vamos a repetir la pregunta con la que comenzamos: entre la fuente de la vida y la expresión de la vida (que es el cuerpo), está la mente y sus estados siempre cambiantes. La corriente de los estados mentales es sin fin, sin significación y dolorosa. El dolor es el factor constante. Lo que nosotros llamamos placer es sólo un lapso, un intervalo entre dos estados dolorosos. El deseo y el temor son la trama y la urdimbre del hecho de vivir, y ambos están hechos de dolor. Nuestra pregunta es: ¿puede haber una mente feliz?

Mah: El deseo es el recuerdo del placer y el temor es el recuerdo del dolor. Ambos hacen a la mente inquieta. Los momentos de placer son meramente lapsos en la corriente del dolor. ¿Cómo puede ser feliz la mente?

Int: Eso es verdad cuando deseamos placer o esperamos dolor. Pero hay momentos de dicha inesperada, imprevista. Dicha pura, no contaminada por el deseo. No buscada, no merecida, dada por Dios.

Mah: Sin embargo, la dicha solo es dicha frente a un trasfondo de dolor.

Int: ¿El dolor es un hecho cósmico, o puramente mental?

Mah: El universo es completo y donde hay completud, donde no falta nada, ¿qué puede dar dolor?

Int: El universo puede ser completo como un todo, pero incompleto en los detalles.

Mah: Una parte del todo vista en relación al todo es también completa. Solo cuando se ve aisladamente deviene deficiente y así un foco de dolor. ¿Qué es lo que lleva al aislamiento?

Int: Las limitaciones de la mente, por supuesto. La mente no puede ver el todo por la parte.

Mah: Muy bien. La mente, por su naturaleza misma, divide y opone. ¿Puede haber alguna otra mente, que una y armonice, que vea el todo en la parte y la parte como totalmente relacionada con el todo?

Int: La otra mente -¿dónde buscarla?

Mah: Yendo más allá de la mente que limita, divide y opone. Poniendo fin al proceso mental tal como nosotros lo conocemos. Cuando éste llega a su fin, nace esa mente.

Int: ¿En esa mente ya no existe el problema de la alegría y de la pena?

Mah: No como nosotros las conocemos, como deseable o repugnante. Deviene más bien una cuestión de amor que busca expresión y que encuentra obstáculos. La mente inclusiva es amor en acción, batallando contra las circunstancias, inicialmente frustrado, finalmente victorioso.

Int: Entre el espíritu y el cuerpo, ¿es el amor el que proporciona el puente?

Mah: ¿Quién más? La mente crea el abismo, el corazón lo cruza.


Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos

24 de marzo de 2013

TODO SE MUEVE.


Todo se está moviendo suavemente al compás con tu ritmo natural. 
Confía en esto. Si empiezas a pensar “Quiero despertar rápido”, entonces esto viene de la mente. No intentes forzar la vida o te harás daño. Cuando te subes al avión para encontrar a tu amado, que te está esperando en otro país, quizás sean ocho horas de vuelo. No le dirías al piloto: “Llévame allí rápido, necesito urgentemente un beso y una caricia”. Porque que lo que va a pasar si dices esto: no disfrutaras del viaje y además, el piloto tampoco. Ya estás a bordo. Simplemente relájate y disfruta del vuelo y todos los entretenimientos de este. No te vayas a dormir, pero tampoco te apresures. Solo relájate. Permanece en la quietud natural interior y déjate llevar por la vida.

Mooji

6 de marzo de 2013

LAS BRUJAS TIENEN MANO PARA LAS PLANTAS


Si eres una mujer de edad y atrevida, quizá no seas jardinera, pero sin duda alguna tendrás mano para las plantas. Las ancianas se encuentran en la fase creativa de la vida, la época de propiciar el crecimiento. Las plantas y las personas reaccionan ante esas ancianas de mano experta. (Como también reaccionaría el planeta mismo si un número importante de mujeres maduras se aplicara en esta tarea.) Las ancianas alimentan el crecimiento.
Quitan muy bien las malas hierbas. Podan. Saben que las diferentes plantas y personas necesitan condiciones distintas para fructificar. Protegen todo aquello que es vulnerable hasta asegurar su supervivencia. Las ancianas han aprendido a tener paciencia y pueden esperar el paso de las estaciones. Saben que lo pequeño deviene grande, que hay cosas que pueden florecer o dar fruto antes de morir.
La jardinería es una metáfora, pues representa lo que podríamos hacer en realidad en un ámbito más personal. Trabajar con las manos, cavar la tierra para introducir en ella las plantas de cultivo o las semillas, sentir el sol y la brisa, quizá incluso sudar y ensuciarse, son placeres tan intensos, si no superiores, como el hecho de comer tomates maduros o poner un ramito de flores recién cortadas en casa. Si te encanta la jardinería (o cualquier otra cosa que te llegue al alma), pierdes la noción del tiempo, y el momento presente te absorbe. Es esa misma cualidad la que marca la diferencia entre lo que te alimenta, o te da energía, y lo que te deja vacía. Una tarea que para alguien puede ser pesada es divertida para otro.
Una profesora, terapeuta, editora, maestra, directora o madre, o incluso una clarividente que sepa desarrollar el potencial del otro, dotadas todas ellas de mano experta, son como las jardineras que aman su trabajo: saben reconocer lo frágil y titubeante y comprenden que deben tratarlo con ternura, ven lo que posee algún valor y tiene pleno sentido, y también lo que debe ser eliminado en la poda con las tijeras.

La gente crece y florece contigo cuando se dan estas condiciones; y a ti, al mismo tiempo, también te influye esa presión que te desafía a madurar. A medida que las mujeres inician sus años de vejez la implicación en esta tarea irá cambiando. Los hijos se convierten en adultos independientes, llega, o planea en el horizonte, la jubilación, mudarse es una opción o una necesidad, y suceden acontecimientos predecibles e impredecibles. No es sólo que cambien las circunstancias externas; los pensamientos, los sentimientos y los sueños también pueden modificarse y cambiar. Muchas mujeres sienten la atracción de la soledad llegado este momento, y quieren dedicarse a reflexionar, expresarse, desarrollar su vida interior, o simplemente quieren tomarse un tiempo libre, al margen de los demás. Es necesario, sobre todo, disponer de tiempo interior cuando comienza una nueva etapa de tu vida. Una anciana almacena y decide cuáles serán las dimensiones de su jardín, y lo que plantará en él, cuando llegue su estación.
Las mujeres siempre han tenido que hacer malabarismos con los distintos papeles que encarnan. Eso era innegable cuando la mayoría eran amas de casa y madres a dedicación completa; y en la actualidad, que las mujeres además poseen un trabajo o ejercen una profesión, eso es más cierto que nunca. 
La vida de una mujer siempre requería flexibilidad y el dominio de diversas habilidades, pero la vida tradicional como tal era mucho más predecible. La generación de las mujeres que crearon el Movimiento para la Liberación de la Mujer se benefició de las oportunidades que aquello generó, abrieron nuevos caminos. No disponían de la posibilidad de seguir otras pisadas, y tampoco podían fijarse demasiado en la senda que siguieron sus madres. Nos convertimos en el modelo que había que seguir en lo que a distribución de papeles se refería, en refugios de esperanza, cajas de resonancia, y en apoyo y consuelo expertos que nos dedicábamos las unas a las otras. Ser una mujer que cuenta con buenas amigas es desde hace muchos años como participar en una terapia de grupo sobre supervivencia en la que se cuentan las experiencias vividas. Nosotras aprendimos a partir de las historias que vivieron esas amigas, y al mismo tiempo vivimos nuestro propio experimento.
Es ahora cuando nos damos cuenta de que nos hacemos viejas. Durante los años más significativos de la madurez son muchas las mujeres sabias que, aunque aman su profesión, deciden trabajar menos, escogen respecto a sus proyectos futuros o se centran en objetivos más ambiciosos y creativos. Para otras, en cambio, la jubilación puede ser liberadora. Por fin, contamos con tiempo para nosotras mismas, para nuestros objetivos, para desarrollar la creatividad, los pasatiempos y las aficiones. Las mujeres asalariadas que tenían que trabajar cuarenta horas por semana, tomar el tren cada día y ocuparse de la casa debían de tener muy poco tiempo disponible, o una renta modesta, y, sin embargo, ahora que son ancianas cuidan de su propio jardincillo, cultivan sus aficiones y recogen las semillas de los diversos planes para plantarlos. Finalmente les ha llegado la hora, a ellas y a nosotras. La jardinería requiere atención. Existen plagas insignificantes y grandes plagas destructivas contra las cuales tenemos que tender una barricada. Donde yo vivo, por ejemplo, las familias de alces contemplan nuestros jardines como si fueran restaurantes.

En cuanto a los jardines metafóricos, la amenaza, por lo general, viene bajo la forma de bípedo. Como ya saben desde hace tiempo las mujeres que trabajan en casa, si no construimos unos límites sólidos que protejan nuestro propio tiempo, los demás dan por sentado que pueden entrometerse en nuestra vida priorizando sus necesidades. Cuando nos jubilamos, la habilidad de mantener intactos nuestros límites es absolutamente necesaria. El jardín que somos nosotras es el que necesita, más que ningún otro, disponer de buena mano para las plantas y de vallas muy resistentes.

Jean Shinoda Bolen

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