Alan
Wilson Watts (1915-1973) fue un filósofo, conferenciante y escritor
inglés. Conocido por su labor de divulgación en el campo de la filosofía y
religiones orientales, publicando numerosos libros en los que adaptaba de manera
popular el pensamiento asiático del budismo Zen o el taoísmo. Muchas de sus
conferencias y cursos fueron también recopilados en forma de libros y guías.
Alan
Watts fue un conocido autodidacta y sin embargo recibió diversos honores
académicos: Becado por la Universidad de Harvard y la Bollingen Foundation,
obtuvo un máster en Teología por el Seminario teológico Sudbury-Western y un
doctorado honoris causa por la Universidad de Vermont, en reconocimiento a su
contribución al campo de las religiones comparadas.
Radicado
en Estados Unidos, contó con mucha influencia durante la década de 1960, en el
pensamiento esotérico de Norte América, particularmente en la
difusión del pensamiento y la filosofía Oriental en el estado de
California, de donde salieron distintos movimientos en los años sesenta y
setenta.
Místico,
poeta y ferviente ecologista, Alan Watts era un filósofo para quien la
existencia y el sentido del humor nunca podían separarse. Prueba de su
capacidad para tomarse con humor los asuntos más trascendentes fue su respuesta
cuando le preguntaron por qué era vegetariano: "Porque las vacas gritan
más que las zanahorias".
Escribió
más de veinticinco libros y numerosos artículos sobre temas como la identidad
personal, la verdadera naturaleza de la realidad, la elevación de la conciencia
y la búsqueda de la felicidad, relacionando su experiencia con el conocimiento
científico y con la enseñanza de las religiones y filosofías orientales y
occidentales (budismo Zen, taoísmo, cristianismo, hinduismo, etc.)
Entre
sus obras más importantes se encuentran El camino del Tao; El camino
del Zen; La Identidad Suprema; Naturaleza, hombre y mujer; Las
dos manos de Dios; Mito y Religión; El Arte de ser Dios: Más
allá de la teología; Salir de la trampa; El sentido de la felicidad; Esto
es eso; Qué es la realidad; Vivir el presente.
Junto
con Wei Wu Wei, Douglas
Harding, y Robert Powell,
Alan Watts fue uno de los pioneros que ayudaron a difundir las enseñanzas de la
no-dualidad en Occidente.
Les dejo algunas de sus frases:
“Los
planes del mañana pueden carecer de sentido a menos que estemos plenamente
conectados al presente. Dado que vivimos en el presente, y sólo en el presente,
no hay más realidad que la realidad presente.”
“Un
buda es una persona que ha despertado del sueño de la vida tal y como
habitualmente la consideramos y ha descubierto quién es en realidad.”
“Las
palabras no pueden expresar más que un pequeño fragmento del conocimiento
humano, porque lo que podemos decir y pensar es siempre inmensamente menor de
lo que experimentamos.”
“Es
inútil decir que no deberíamos querer la seguridad. Hemos de descubrir que no
existe la seguridad, que buscarla es doloroso y que cuando imaginamos haberla
encontrado, no nos gusta. Lo principal es comprender que no hay ninguna
seguridad.”
“Es
posible alcanzar el éxito mundano y poseer todo tipo de comodidades materiales
-como una lujosa casa, comida deliciosa, un yate y varios automóviles, por
ejemplo- pero, si su vida carece de un toque de misticismo, el éxito material
no tardará en hastiarle.”
“Una
característica típica del estilo zen es que en la acción se compromete a fondo
y va hasta las últimas consecuencias. En todo se entrega total y libremente sin
consideración de sí mismo. No confunde la espiritualidad con el pensar en Dios
mientras uno pela patatas. La espiritualidad zen consiste justamente en pelar
patatas.”
“Ni
el pasado ni el futuro tienen una existencia separada de este ahora; por sí
mismos son una ilusión. La vida existe sólo en este preciso momento, y es en
este momento cuando es infinita y eterna. Ya que el momento presente es
infinitamente pequeño, antes de que podamos medirlo ha desaparecido, y sin
embargo persiste para siempre.”
“El
término nirvana significa "exhalar" -el suspiro de alivio-, algo de
lo que nos alejamos en el mismo momento en que retenemos la respiración. Cuando
nos aferramos a nosotros mismos, a la vida, a la respiración, al espíritu o a
dios, todo queda reducido a algo tan inerte como una piedra o un ídolo. Pero
cuando soltamos y exhalamos, la respiración volverá. Eso, precisamente, es el
nirvana.”
“El
desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el
futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su
movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar
la desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es moverse al ritmo
de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama
iluminación.”
“Quisiera
insistir en el hecho de que las religiones del Lejano Oriente -como el
hinduismo, el budismo y el taoísmo, por ejemplo- no requieren de ninguna
creencia concreta, no imponen obediencia a mandamientos emanados de las alturas
y tampoco exigen la ejecución de ningún ritual específico. Su objetivo no son
las ideas o las doctrinas sino que, por el contrario, constituyen un método
para la transformación de nuestra conciencia y de nuestra sensación de
identidad.”
“Sólo
podemos conocer lo que somos en relación a lo que no somos; sólo podemos
conocernos a nosotros mismos en el trasfondo que nos proporciona la relación
con los demás. Nosotros dependemos de los demás como la cara de una moneda
depende de su cruz. Por más corta o larga que sea nuestra vida, todo lo que
existe depende de ella. Si usted no hubiera nacido, nada habría sucedido. El
mundo entero lleva su impronta y no sería el mismo mundo si usted no formase
parte de él.”
“El
amor es un acto de entrega a otra persona; es el abandono total. En el amor uno
se da a sí mismo, se deja ir diciendo: "me entrego a ti. Tómame, y haz o
que quieras conmigo". Para mucha gente esto resulta una locura porque
significa perder el control, y toda la gente sensible quiere mantener el
control. Así pues, ¿Es algo sensible encontrar seguridad mediante la
vigilancia, la policía y guardias? En realidad la sabiduría nos dice que lo que
es realmente sensible es dejarse ir, entregarse, darse; y eso está considerado
una locura. Es así como llegamos a la extraña conclusión de que en la locura
reside la cordura.”