2 de septiembre de 2015

APRENDÍ.

Aprendí estos últimos años sobre la urgente necesidad de desaprender todo lo que he aprendido.
Aprendí que las mujeres no somos aquello que yo creí que éramos.
Aprendí que Dios no era Padre, es decir ese hombre de barba que mete culpa del cual tanto me hablaron. Si, lo aprendí estos últimos años.
Aprendí que consumimos para calmar nuestra angustia.
Aprendí que estamos devastando los ecosistemas de nuestra Tierra de un modo tal que ya hemos puesto en riesgo de vida inclusive a nosotros mismos.
Aprendí que los árboles para muchos son una molestia, porque dan trabajo y arruinan veredas, y que aun entonces falta mucho por aprender.
Aprendí que personas que nunca vi en persona, pueden darte la mano, y rescatarte en tu noche oscura del alma.
Aprendí que esa "gente mala" es gente muerta de miedo y que nunca recibió Amor.
Aprendí que las revoluciones si no pasan por uno mismo ante todo, poco van a cambiar el mundo.
Aprendí que la realidad que me rodea en mis vínculos más cercanos, es en gran parte responsabilidad mía.
Aprendí que los animales no son seres inferiores y que los zoológicos son cárceles.
Aprendí que está en nosotros y cada uno cambiar la realidad que no nos gusta, porque esta no existe en el afuera sino en la medida que nosotros mismos permitimos que exista.
Aprendí que si no traemos a la conciencia lo vivido y no aceptado, esto reaparecerá como enfermedad o seguirá repitiéndose indefinidamente. Aprendí que si no me quiero a mi misma, mis "te quiero" a los otros serán posiblemente superficiales.
Aprendí que los niños necesitan otro tipo de educación, especialmente una que involucre el aprendizaje de sus emociones, y la ecología.
Aprendí que mucho de lo que DECIMOS son repeticiones de cosas que NOS DIJO ALGÚN OTRO, y que si no son elegidas a conciencia ahora de adultos, nuestra lengua simplemente es "movida" por un titiritero que nos dirige inconscientemente.
Aprendí que la PALABRA es sagrada y crea realidades.
Aprendí que tengo permitido perdonarme y que al hacerlo, eventualmente dejare de sentir la necesidad de criticar.
Aprendí que la vida no es amenazante sino una danza perfecta en donde cada uno tiene su lugar y razón de ser.
Aprendí muchas cosas más que me son imposibles de enumerar aquí, y aprendí que aún tengo mucho por aprender. Y por sobre todo aprendí que no podemos arrancar una flor sin perturbar una estrella.
M u j e r A r b o l αεյαηdrα ßαdrïςh


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