10 de enero de 2010

Krishnamurti - La relación sin conflicto

DESEO


En primera instancia reconozcamos la existencia de necesidades materialmente vitales y variables de acuerdo a cada contextura humana, condiciones del entorno y salud. Son aquellas que le permiten al cuerpo vivir. El aire, el alimento, el agua, techo y vestimenta básica.
En el proceso de la evolución humana las necesidades se diversificaron, y su satisfacción estaba sujeta o condicionada por el entorno “psicológico” del hombre, que modificó el “cómo satisfago”, “cuándo satisfago” y sobre todo en el “cuánto necesito para satisfacer”
Digo esto porque cuando comenzó a intervenir el lenguaje “el sujeto psicológico” y ante tanta abundancia terrestre, cambió la percepción de toda necesidad y la decisión para su satisfacción se hizo más subjetiva.
Ejemplo: Todos seguimos necesitando alimento pero a pesar que existe una cantidad adecuada para cada quién, hay un sin número de preferencias en los humanos según sus culturas o elecciones por ejemplo: carnívoros, vegetarianos, ayurvédicos, macrobióticos y otros, que a su vez derivan tipologías como obesos, delgados u otros con enfermedades de origen psicológico como la bulímia o la anorexia, cuando se trata principalmente de conseguir alimento y comer.
Cuando las necesidades del alma también se presentaron y el hombre se acercó o vivenció la divinidad, estos encuentros con el Ser integraron a los hombres dando distintos niveles de Realización a sus vidas y llevándolos a planos más elevados que interpenetran los planos materiales.
Hubo entonces y a grandes rasgos dos estados complementarios: el de las necesidades primarias susceptibles de ser satisfechas y el de las necesidades más elevadas desatendidas. Allí es cuando el hombre creó la brecha entre el mundo material y el Espiritual. Como consuelo, distractor, somnífero espontáneo y mentiroso, se coronó Rey, el DESEO.
El deseo es toda distancia psicológica que se recorre entre un estado de incompletud, no felicidad o vacío percibido hoy, hacia la consecución de “algo” que me completará, me hará feliz o llenará en el futuro y que una vez que consigo ese “algo” descubro tarde o temprano que sigo vacío como al comienzo.
Nunca algo externo llenará el “vacío” ya que todo lo que allí se ponga desaparecerá.
El deseo ocupa a la persona en alguna tarea que lo distrae y aleja por años de una práctica sencilla y para la cual todos estamos dotados. Ejemplo la capacidad de ATENDER o ESTAR ATENTO.
Todo lo que deseo, siempre refleja una carencia interna y la ilusión propia de que esta carencia desaparecerá. Llegar a poseer cosas y/o personas o llegar a tener “todo” es sencillamente la necia pretensión del ego de llenar un “total vacío”.
¿Que llena un carro nuevo, una casa, muchas relaciones, un cigarrillo, un cargo, un viaje, parecer más linda, más flaca, más gorda?¿ Te llena más sexo, exigir más fidelidad, más dinero, más droga, más trabajo?
Todo deseo es futuro y dicen los maestros que en el futuro solo hay ILUSION.

TAREA:
OBSERVATE DESEANDO. Quédate percibiendo aunque sea por poco tiempo, ese algo que necesitas, permanece en esa carencia que si se prolonga puede desesperarte y allí desesperado no instales la imagen mental del objeto que desees, permanece en la sensación de ausencia que se manifieste y que aunque sea muy intensa, por irreal, no gozará de energía eterna. Digo “irreal” porque es dentro, solo respirando y en el silencio que descubriremos la abundancia del SER en el vacío, pero de ego.

Hazte diestra/o en desarticular deseos y así desarticula sufrimientos, apegos e infelicidad.

Siempre juntos. Siempre positivos.
Marcelo dos Santos
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