"Y de repente vi la dificultad.La vida es calor, expansión, relieve.Pero se vuelve algo aplastante para el hombre que está obligado a comprimirla en una sola dimensión para tratar con ella, a aplanarla y esterilizarla. Y esta necesidad se presenta cada vez que uno quiere orientarse en alguna dirección determinada. Es ese movimiento de tratar de dirigirse hacia alguna parte lo que genera la dificultad, es eso lo que nos aparta de las verdes praderas, lo que nos exila el Edén. Pues desde el instante en que se desea ir a algún lugar, uno no se contenta ya con dejar que las cosas sean lo que son, con vivir y sentirse bien. En nuestro afán por "ser" algo, perdemos la auténtica vida y debemos luego contentarnos con esa pobre, chata, y vulgar imitación..., hasta que ya no hay sino lúgrubes habitaciones de hotel, semejantes a decorados de cartón y piedra levantados sobre un escenario y que son atravesados con prisa frenética por personajes de teatro, empujados por la angustia permanente de encontrar un sentido a la vida, cuando es esa presión y esa compulsión lo que hace a la vida irreal".
Michel Hulin