"Ya sabemos que estas
celebraciones de fin de año son una pura convención, pero ¿no es magnífico que
un viejo ritual nos ayude a parar por un instante la velocidad aturdidora del
tiempo y a reflexionar siquiera un poco sobre nuestro pasado y nuestro
porvenir?, o sea, a replantearnos la existencia. Yo, que ya he vivido lo
bastante como para aprender que la felicidad es la ausencia de dolor, me deseo y
os deseo: un futuro sin demasiados mordiscos. Pero en realidad somos capaces de
hacer más, mucho más. Porque no podemos controlar lo que nos sucede, pero sí la
manera en que respondemos a lo que nos sucede. Hay que vivir con panache
(literalmente penacho, pluma), como Cyrano de Bergerac, cuyas últimas palabras
antes de morir son precisamente "mom panache", un término que
representa la virtud de la bravura modesta, de la vitalidad y el sentido del
humor ante la adversidad. Tengo un amigo que suele decir, citando a Viktor
Frank: "Lo único que no te pueden quitar es la actitud". Nadie te
puede quitar la belleza de los árboles desnudos que se estiran por las mañanas
rechinantes de escarcha; la emoción y el orgullo de saber que si te sucede algo
a media noche, siempre habrá un amigo o una amiga dispuesto a ayudar; los
momentos de risa y bienestar con la gente que quieres, esas carcajadas tontas y
niñas que te dejan sin fuerza en los costados; la pasión de leer, de aprender,
de escuchar música, de ver un cuadro hermoso, una película, de pasear por una
ciudad, una playa, un monte. La gloriosa sensualidad del cuerpo, de sentirte lo
suficientemente sano, de oler y acariciar a un hijo pequeño o a un animal
querido, de oler y disfrutar el cuerpo de tu amante. Me deseo y os deseo todo
esto en el 2014.
MUCHO PANACHE, MUCHA ACTITUD Y SERENIDAD PARA SABER GOZAR DE LA
INDUDABLE BELLEZA DE LA VIDA."
Rosa Montero