1 de marzo de 2018

EL AMOR HACIA NUESTRA MADRE TAL COMO ES.

Una de las grandes dificultades que enfrentamos es que nuestras expectativas respecto a nuestra madre van mucho más allá de lo que una mujer común puede dar. A menudo, ella, nuestra madre, tenía que ser aún mejor que Dios. ¡Ay de ella! Si no es como Dios, entonces le hacemos reproches. ¿Qué puede hacer ella entonces? Es una gran injusticia la que le hacemos. Cuando yo me di cuenta de ello, le escribí una carta a mi madre. Hace mucho que ella falleció, pero le escribí una carta. La carta a mi madre decía aproximadamente esto: 

Querida Mamá:
Tú eres una mujer común como millones de otras mujeres.
Te amo como a una mujer común. Solamente por haber sido una mujer común, has amado a mi padre y también él es totalmente común. Así es como se juntaron: como hombre y mujer. Se amaron como hombre y mujer, acto totalmente normal y común. Como millones de otras mujeres y hombres. De su amor surgí yo. Soy un fruto de su amor, un amor totalmente común, así como hombre y mujer que se aman. Luego me estuvieron esperando con esperanza y también con temor, pensando en que todo resultara con bien. Entonces me diste a luz con dolores, así como otras mujeres dan a luz a sus hijos, acto totalmente normal y común; así es como la naturaleza lo ha determinado. Entonces estaba ahí. Ustedes me miraron y se sorprendieron: " ¿Es ésta nuestra criatura?", pensaron. Se miraron a los ojos y dijeron: " Sí, es nuestra criatura y nosotros somos sus padres".
Me dieron un nombre, con el cual soy llamado. Me dieron su nombre y le comunicaron a todas las personas: " Esta es nuestra criatura y nos pertenece". Sí, y entonces me cuidaron a lo largo de muchos años. Siempre se preocuparon de mi bienestar y de lo que quizá necesitaría. Así estuvieron presentes para mí y como millones de otros padres también estuvieron presentes para sus hijos, de forma totalmente común. Por haber sido tan comunes, también cometieron errores y hubo cosas que me dolieron. Pero sólo porque han cometido faltas, yo pude crecer y me pude hacer como ustedes. Les agradezco que fueran tan comunes. Así los amo, exactamente como fueron. Así fueron buenos para mí.
Querida mamá, aún tengo que decirte algo importante. Te libero de todas mis expectativas. Que vayan todas más allá de lo que se pueda exigir a una mujer común. Nadie ha hecho más por mí que tú. Es mucho más de lo que fue necesario. Así te amo, totalmente común, como eres, querida mamá.
Bert Hellinger

Pd: Aplica también para los PADRES.



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