Si eres una mujer fuerte protégete
de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón. Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra: se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar. Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos hasta lo más profundo del magma de tu esencia no para alumbrarse con tu fuego sino para apagar la pasión, la erudición de tus fantasías.
almorzar tu corazón. Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra: se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar. Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos hasta lo más profundo del magma de tu esencia no para alumbrarse con tu fuego sino para apagar la pasión, la erudición de tus fantasías.
Si eres una mujer fuerte tienes
que saber que el aire que te nutre acarrea también parásitos, moscardones, menudos
insectos que buscarán alojarse en tu sangre y nutrirse de cuanto es sólido y
grande en ti.
No pierdas la compasión,
pero témele a cuanto conduzca a negarte la palabra, a esconder quién eres, lo
que te obligue a ablandarte y te prometa un reino terrestre a cambio de la
sonrisa complaciente.
Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla: aprende a estar sola, a dormir en la más absoluta
oscuridad sin miedo, a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta, a nadar
contra corriente.
Entrénate en los oficios
de la reflexión y el intelecto. Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu
castillo, rodéalo de fosos profundos pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives
enormes amistades, que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres, que te
hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación, una estufa
siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.
Si eres una mujer fuerte protégete
con palabras y árboles e invoca la memoria de mujeres antiguas. Haz de saber
que eres un campo magnético hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios. Ampara, pero ampárate primero.
Guarda las distancias. Constrúyete. Cuídate. Atesora tu poder, defiéndelo.
Hazlo por ti. Te lo pido en nombre de todas nosotras.
Gioconda Belli