Lo
primero que quiero que ustedes comprendan, si realmente quieren despertar, es
que ustedes no quieren despertar. El primer paso para despertar es que tengan
suficiente honestidad como para admitir que no les gusta. No quieren ser
felices. ¿Quieren una prueba? Ensayemos.
Tardará
exactamente un minuto: Podrían cerrar los ojos o mantenerlos abiertos,
realmente no importa. Piensen en alguien a quienes ustedes quieren mucho,
alguien cercano a ustedes, alguien que para ustedes es muy valioso y díganle mentalmente
a esa persona: "Preferiría ser feliz a tenerte", vea lo que sucede,
"Preferiría ser feliz a tenerte. Si yo pudiera elegir, sin duda elegiría
la felicidad". ¿Cuántos de ustedes se sintieron egoístas cuando dijeron
eso? Parece que muchos. ¿Ven cómo nos han lavado el cerebro? ¿Ven cómo nos han
lavado el cerebro para que pensemos: "¿Cómo puedo ser tan egoísta?".
Pero miren quién es egoísta.
Imaginen
que alguien les dice a ustedes: "¿Cómo puedes ser tan egoísta como para
elegir la felicidad en lugar de elegirme a mí?" ¿No les gustaría responder
esto?: "Excúsame, pero cómo puedes ser tan egoísta como para exigir que yo
te elija a ti por encima de mi felicidad?"
Cierta
vez una mujer me contó que cuando ella era niña su primo jesuita organizó un
retiro espiritual en la iglesia jesuita de Milwaukee. Él empezaba cada
conferencia con estas palabras: "La prueba del amor es el sacrificio, y la
medida del amor es el desinterés". ¡Qué maravilla! Le pregunté a ella:
"¿Usted quisiera que yo la amara a costa de mi felicidad? “Sí", me
contestó. ¿No sería maravilloso? Ella me amaría a costa de su felicidad, y yo
la amaría a costa de mi felicidad, así tendríamos dos personas desgraciadas,
¡Pero que viva el amor!
Anthony
De Mello S.J