14 de octubre de 2012

LIDERAZGO EN TIEMPO DE TEMPESTAD.


Nosotros estamos en plena era de la competencia intensa, concurrencia, presión, búsqueda frenética de resultados…Ciertamente tu te preguntas:  ¿para qué sirve todo esto?.
Cuando miro a las personas procurando desesperadamente el éxito, abandonando su felicidad pienso: “ese juego no va a dar resultados. El final de esa película va a ser ruin…Éxito sin felicidad es el comienzo de la desgracia humana”.
Necesitamos ser competentes y competitivos, pero principalmente debemos intentar ser felices pues el mayor éxito es SER FELIZ!
La felicidad no es algo que vamos a encontrar en bienes materiales. El único lugar para encontrarlo es en el fondo del corazón. Mucha gente lucha tanto para tener una casa en la playa y cuando eso ocurre no la aprovecha. Cuántas personas se sacrifican para ir a Europa, pero pasan todo el día dentro del hotel.
Cuando yo era un recién graduado, tuve la oportunidad de trabajar en un hospital de pacientes terminales. Después de algún tiempo, el médico ya sabe cuando llega el momento de que el paciente pase “al otro lado”.
Como siempre sentí amor por los seres humanos, buscaba una forma de estar junto a las personas en sus últimos momentos de vida. Acompañé a muchas de ellas en estos momentos angustiantes y la gran mayoría veía a la muerte con mucha frustración y arrepentimiento, debido a la manera como vivieron y condujeron sus vidas. Algunos decían: “Doctor, siempre me sacrifiqué, y ahora que iba a comenzar a vivir, estoy muriendo. Eso no es justo…por favor no me deje morir.
Mucha gente piensa que la muerte es inevitablemente frustrante y desesperante, pero esto no es verdad. Cuando la persona vive plenamente en determinado momento ella quiere conocer la próxima estación…así como una criatura que tuvo infancia plena quiere avanzar para la adolescencia.
La muerte en verdad, es más un viaje. Pero a la mayoría de las personas muere absolutamente frustrada por no haber aprovechado la vida, y se arrepiente por no haber aprovechado bien el gran regalo que es la vida. Jamás vi a alguien arrepentido por no haber masacrado a alguien.
Todos se arrepentían por no haber amado más, por no haber gozado la vida. Se arrepentía por no haber hecho amigos, por no haber curtido sus hijos, no haber vivido un gran amor, no haber ido tras sus sueños. Y en ese momento, las personas percibían que las cosas más importantes de la vida son las más simples.
La felicidad es hecha de cosas simples como amigos, hijos, familia y compañerismo. Y lo más importante: EL MEJOR MOMENTO PARA SER FELIZ ES AHORA.
Siendo así, no esperes la promoción o la jubilación para comenzar a ser feliz. Sé feliz todos los días, aunque sea un poco pero todos los días. Al final la sensación de ser feliz es el mejor combustible para que sintamos que vivir vale la pena. Y cómo vale!
Si tu trabajo es tu fuente de angustias, para y reflexiona en los siguientes puntos: ¿Será que estoy en el lugar correcto?, ¿Será que estoy en el empleo que corresponde a mi talento?, ¿Será que quiero pasar mi vida entera haciendo esto?. Si no estás feliz, cambia de profesión, de empleo, o aprende más para conseguir un mejor lugar.
A pesar de los problemas que siempre van a aparecer, el trabajo precisa ser un camino para la felicidad y para la realización, nunca un sacrificio.
No hagas algo apenas por obligación, procura tener siempre mucho placer en lo que haces. Vive siempre con mucha pasión. Cuando haces lo que te gusta, los otros no percibirán si estás trabajando o divirtiéndote.
Éxito cuando los niños sonríen para ti, y los perros mueven la cola cuando tu llegas. Victoria es cuando tus hijos tienen orgullo de ti. Éxito es cuando te despiertas en la mañana y el día no pesa en tus hombros. Cuando consigues dejar el mundo un poco mejor cada día. Éxito de verdad, es cuando colocas la cabeza en la almohada para dormir y el gran Creador mira hacia ti con  dulzura infinita y te dice: “GRACIAS HIJO POR CONTINUAR MI OBRA”.

Roberto Shinyashiki



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