Desde muchos puntos de vista hemos atendido el tema del cambio externo, de esa percepción (siempre interna) que aspira a poseer algo de afuera, mejorarlo o modificarlo según su criterio.
El hecho de Conocer es condición propia de la Conciencia y conocer hacia fuera es la dirección natural de la mente. Eso ocasiona entonces el desbalance del mundo interno en función de lo externo. Estar todo el tiempo estimulados por el exterior nos quita el foco hacia adentro.
Una vez más destacamos que quién ve EL MUNDO es la percepción de uno, no existe para mí el mundo que no veo o en el que no vivo. Así todo aparece y desaparece.
Nuestras acciones en el mundo material tienen resultados visibles y concretos independientemente del tiempo que lleven las transformaciones, existen y son palpables.
El tema para atender es ¿Por qué afuera nunca está completo o perfecto así como lo encuentro? Sencillo, porque transfiero esta incompletud interna al exterior.
Lo que busco afuera es un estado, algo totalizador, pero la fórmula para conseguirlo es deficiente. El deseo hacia fuera siempre cubre una necesidad, algo parcial, no proporciona un estado.
Fíjate cada vez que avanzas en la dirección de algo –físico, emocional o mental- cuando lo alcanzas, nunca es suficiente para darte… Totalidad.
Las transformaciones realmente valiosas son las internas y requieren principalmente dirigir la mente hacia adentro, allí las variables a tener en cuenta nos son otras que el mismo cuerpo, emociones y sobre todo pensamientos, llamados objetos internos.
Hacia lo que vamos es el Ser, que al estar siempre y antes que cualquier deseo conciente no permite ser considerado un objeto o algo que se pueda obtener. Siempre está!
El deseo de iluminación o plenitud espiritual se esconde ante aquellos que lo buscamos como satisfacción a un deseo de realización. Muchos nos dimos cuenta que desear las cosas del mundo, nos deja más enredados en los tentáculos del mundo, entonces decimos: “ahora me volví espiritual ya no voy tras el carro o la casa ahora voy a iluminarme” . Malas noticias así no lo conseguiremos
Practica:
Permítete contemplarte en espacios donde no pretendas parecer nada (rica, amable, inteligente, hacendosa, moderna, etc.), allí no habrán presiones, ni tiempos futuros o pasados. Acepta lo que hay. Cuando vislumbres la paz y felicidad que allí asoman, entonces intensifica la frecuencia de ese jugar a no pretender parecer y dicen los maestros que allí, APARECE.
Siempre Juntos. Siempre positivos.
Marcelo dos Santos