29 de diciembre de 2018

EL FINAL DE UN AÑO

Cada final de año; inevitablemente (como en los cumpleaños) tendemos a pensar, y sentir demasiado. Debe ser que los finales, nos obligan a ver qué cosas hicimos bien, cuanto la pifiamos, y que nos quedó trancado como si fuera un hueso de pollo en el medio del pecho. El exceso de felicidad de las redes, los shopping y los Papá Noel, nos bambolea el mundo. Nos replanteamos si somos felices, si estamos donde queremos estar, o si una abducción extraterrestre sería el mejor plan para el 31. Por eso, hoy nos digo esto: No importa cuánto pan dulce haya en tu mesa, si estás tomando el mejor vino, o si pegaste uno berreta cortado con sprite. Que nadie te diga cómo tiene que ser tu mesa, ni tu amor. Que no te presionen las publicidades, y que si tenés ganas de quedarte solo y meditar está bien, estás haciendo lo que tenés ganas. A la larga tanta cosa instaurada lo único que hace es que los que están lejos, o solos sientan una presión inagotable en el pecho. Dejemos de usar fórmulas, no vivís en el polo norte, y clavarte un lechón con 40 grados no le hace bien a nadie. Abrazá, sí; abrazá... pero abrazá porque tenés ganas, y no porque estás obligado con gente que ves una vez al año. Sostené el pecho a las 00:00, y alejate un toque del ruido para escucharte, pá llorar si quedó algo trancado, no finjas sonrisas si tenés dolor guardado. No todos tienen la suerte de tener la familia... abrí los ganchos, y fijate; que por ahí alguien puede ser feliz si lo invitas a pasar con vos. No importa si comes 12 uvas, o si das vuelta a la manzana con las valijas, importa que tengas fe. Al fin y al cabo la gente que pone fe incluso en las cosas más estúpidas, la está ejercitando, así que cerrá el culo y acompañala a tirar el balde, o a barrer la entrada. No importa si gastaste millonadas en fuegos artificiales, si cuando se van al cielo y vos te quedas ahí abajo, solo pensás en lo efímero de la felicidad. La plata no compra un corazón contento, así que mejor concentrate en curarte el alma y escucharte. Las cosas que SI valen no tienen etiqueta, ni dicen SALE. El 31 rompe moldes, crea tus propias reglas, abrazá, celebrate, amá y soltá. Así el 2019 llega con espacio.
Soledad Voulgaris
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