Imagínate
una relación perfecta.
Siempre
te sentirías feliz con tu pareja porque vives con el hombre o con la mujer
perfecta para ti. ¿Cómo describirías tu vida con esta persona?
Bien,
la manera en que te relacionas con ella será, exactamente, la manera en que te
relacionas con un perro. Un perro es un perro y hagas lo que hagas, seguirá
siendo un perro. No puedes convertir un perro en un gato o en un caballo; es lo
que es.
El
perro es responsable de la mitad de su relación contigo, la cual es
completamente normal. Cuando llegas a casa, te ladra, mueve la cola y jadea
porque se siente muy feliz de verte. Hace su parte realmente bien y tú sabes
que es el perro perfecto. El perro es un perro y tú lo aceptas así. No
necesitas responsabilizarte de él para que sea un perro. El perro no intenta
que tú seas un buen ser humano. A un perro no le importa lo que tú hagas;
sencillamente te ama. No tiene ninguna expectativa. Tu parte también es casi
perfecta. Te ocupas de lo que es responsabilidad tuya; lo alimentas, cuidas de
él, juegas con él. Le quieres
incondicionalmente; harías casi cualquier cosa por tu perro. Desempeñas tu
parte perfectamente y él la suya con la misma perfección.
Pero imaginemos que te compras un perro y adoras a los gatos. Quieres que tu perro se comporte como un gato e intentas cambiar al perro porque nunca dice: «Miau». ¿Qué estás haciendo con un perro? ¡Búscate un gato! Esta es la única manera de empezar una relación maravillosa…no es necesario que te mientas a ti mismo…
Ves
lo que estás comprando y bien lo quieres o no lo quieres. Pero no puedes culpar
a la otra persona por ser un perro o un gato o un caballo. Si quieres un perro,
entonces ¿por qué te compras un gato? Si quieres un gato, entonces ¿por qué
comprarte un caballo o un pollo? ¿Sabes
qué tipo de mujer o de hombre quieres? El que hace que tu corazón cante, el que
se alinea a tu modo de ser, el que te ama sencillamente como eres. ¿Por qué
engañarte con otra cosa? ¿Por qué no conseguir lo que quieres? ¿Por qué fingir
que alguien se ajusta a lo que no es? No significa que no quieras a esa
persona. Significa que haces una elección y dices sí o no porque también te
amas a ti mismo. Haces una elección y eres responsable de tus elecciones.
Aceptar
este hecho en tus relaciones con otros seres humanos resulta fundamental. No es
posible cambiar a las personas, las amas tal como son o no las amas; las
aceptas tal como son o no las aceptas. Intentar cambiarlas para que se ajusten
a lo que tú quieres que sean es como intentar que un perro se convierta en un
gato o que un gato se convierta en un caballo.…es un hecho: son lo que son y no son lo que no son;
así como tú eres lo que eres y no eres lo que no eres…
así como tú eres lo que eres y no eres lo que no eres…
Quizás
estés pensando: «Pero ¿y si no estoy con la mujer o con el hombre adecuado?».
Sin duda, esta es una pregunta muy importante. Por supuesto, hay que escoger al
hombre adecuado o a la mujer adecuada. ¿Y
quién es el hombre adecuado o la mujer adecuada? Alguien que amas tal como es,
alguien que no tienes necesidad de cambiar en absoluto, que quiere ir en la
misma dirección que tú, alguien que es compatible con tus opiniones y con tus
valores emocionales, físicos, económicos, espirituales y que te ama
sencillamente tal como eres. Porque, si alguien quiere cambiarte, significa que
no eres lo que esa persona quiere. Entonces ¿por qué está contigo?
Así
que, en primer lugar tienes que saber lo que quieres, cómo lo quieres y cuándo
lo quieres. Tienes que saber exactamente
cuáles son las necesidades de tu cuerpo, cuáles son las necesidades de tu mente
y qué se adapta bien a ti.
Y lo que vas a compartir
con tu pareja no es basura, sino el amor, la relación romántica, la
comprensión. El objetivo que persigues para los dos es ser cada vez más
felices, y para alcanzarlo es preciso tener cada vez más y más amor. Eres el
hombre perfecto o la mujer perfecta, y tu pareja ese ser humano perfecto, del
mismo modo que el perro es el perro perfecto. Si tratas a tu pareja con amor y
con respeto, ¿quién saldrá beneficiado? Nadie más que tú.
Una
vez que te decides a formar pareja estás ahí a fin de servir a la persona que
amas, a la persona que eliges…estás ahí para servir tu amor a tu amante, para
serviros mutuamente…
En cada beso, en cada caricia,
sentís que ambos estáis ahí para satisfacer a la persona que amáis sin esperar
nada a cambio. Más que de sexo, se trata de estar juntos. El sexo también se
vuelve maravilloso, pero es completamente distinto. El sexo se convierte en una
comunión; en una entrega absoluta, una danza, un arte, una suprema expresión de
la belleza.
Miguel
Ruíz (La Maestría del Amor).