16 de junio de 2013

CONSCIENCIA: CHARLAS SOBRE ESO QUE NUNCA CAMBIA.

Si algo te supone un problema, entonces eso significa simplemente que no quieres aceptar lo que es.
Hace unos días alguien me decía: "Yo quiero cambiar todo. Ahora, ¿qué debo hacer para llevarlo a cabo?" Yo le dije: "He estado escuchando ese mantra los últimos dos años y se ha convertido en un mantra para ti: Yo quiero hacer esto, quiero hacer lo otro. Mientras tanto nada ocurre en absoluto". Todos estos deseos de cambiar no conducen a nada. Puedo aceptar que esta es tu forma de actuar, pero yo no voy a apoyarla. Hay un océano de diferencia entre la forma en que vives y todas las ideas que tienes. Tanto el desear como el no-desear son meras ideas. La realización es actualización.

Una vez escuché una historia interesante. En Corea hay un monje Zen, que es llamado "el monje loco". Es totalmente no ortodoxo. Tan no ortodoxo es que, de hecho, es muy ortodoxo. Se podría decir que él es una paradoja andante. Él va en dirección contraria de cualquier tradición que, de nuevo, en realidad es bastante tradicional. Está acostumbrado a beber alcohol, y no sólo una pequeña copa de vino durante las comidas - No, ¡bebe en exceso y bebidas fuertes! Hace dibujos Zen, pero única y exclusivamente cuando está borracho. Sólo cuando está totalmente ebrio, hace sus "creaciones Zen". Sus cuadros se venden bien por un buen precio. Y a pesar de que no se parecen a los antiguos dibujos tradicionales, hay algo original, algo auténtico, algo refrescante en ellos. El monje loco duerme con mujeres y hombres de todas las edades, con cabras, perros y gatos, así como con pollos y ovejas. Duerme con todo lo que ha conseguido la "naturaleza de Buda". Así que es bastante coherente en su realización. Él no hace ninguna diferencia entre mujeres hermosas o feas, o entre la edad, sexo o color. No mata a los mosquitos, porque tienen la "naturaleza de Buda". No le importa si es devorado por los mosquitos o no.

Entonces, un día este "monje loco" llegó a un bello monasterio Zen particular con el fin de asegurarse un lugar para dormir. Hay que saber que, para que te permitan pasar la noche en un monasterio Zen, en primer lugar hay que llevar a cabo un cierto ritual. Hay que ganarse un lugar para dormir entrando en una corta discusión filosófica y así mostrar tu comprensión. Ahora en aquellos monasterios eso se ha convertido gradualmente en un ritual muerto y, hasta cierto punto, todo el asunto se acaba dando por sentado. Sin embargo, el monje loco es un loco original. Normalmente uno llegaría a una hora fijada y llamaría a la puerta. Entonces la puerta se abre, y una breve discusión tiene lugar. El resto se da por sentado. A continuación se te permite permanecer tres noches en uno de los hermosos monasterios zen, después de lo cual tendrás que seguir adelante tu camino.

En lugar de llegar a las seis de la tarde, como era la costumbre, el monje loco llegó a las tres y media de la mañana, que, incluso para un monje Zen, es una hora intempestiva. Así que llamó a la puerta y como no le abrían empezó a hacerlo a voz en grito: "¡Ustedes calvos imbéciles, despierten, despierten! ¡Estoy de pie en la puerta!" El monje que estaba de servicio de guardia despertó de su cómoda siesta y sacó su cabeza calva adormilada por la escotilla, preguntando: "¿Por qué gritas así? ¿No tienes un reloj? ¿Sabes qué hora es? La gente está tratando de dormir!" Pero el monje loco contestó: "estado de vigilia - estado de sueño - sueño profundo: ¿no son todos lo mismo?" iniciando así el ritual de discusión en medio de la noche. El otro monje de inmediato replicó: "¡Si son lo mismo para ti, entonces voy a volverme a dormir otra vez!" Con lo cual el monje loco contestó: "¡Y yo voy a empezar a gritar de nuevo!"

¿Ves la diferencia entre la cháchara de un libro, un ritual muerto o una formalidad y la verdadera realidad? Lo verdadero es inevitable. En este caso, el griterío era la situación real, mientras que la filosofía estaba muerta y no tenía sentido. Esa era la realidad de la situación. Y el monje loco era consciente de ello.
Por tanto, la pregunta es: ¿Vives la verdad o no? Si no vives realmente la verdad, entonces todo ese filosofar sólo es una cháchara. En ese caso, simplemente y únicamente estás desplazando aire. Y eso no es gran cosa.

(Extracto de: Consciousness: Talks About That Which Never Changes, por Alexander Smit).

Fuente: www.advaitainfo.com


¡ TODO ERA AMOR !

¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones,
de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue, cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor, incandescente —y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor.

Oliverio Girondo


10 de junio de 2013

SOBRE EROTISMO.

En la década de los 40, Anaïs Nin y Henry Miller sobrevivieron un tiempo escribiendo cuentos eróticos para un hombre que les pagaba por página. Este cliente, que se hacía llamar el coleccionista, permaneció siempre anónimo, llenando de indignada curiosidad a los dos grandes autores que prestaron su talento y su pluma para satisfacer sus caprichos. Este coleccionista de pornografía no apreciaba el estilo y en repetidas ocasiones les exigió que “se saltaran la poesía” y se concentraran en el sexo, porque lo demás no le interesaba. Anaiis Nin le escribió una carta en la que describe magistralmente la esencia del erotismo:

“Querido coleccionista: Le odiamos. El sexo pierde todo el poder y su magia cuando es explícito, rutinario, exagerado, cuando es una obsesión mecánica. Se convierte en un fastidio. Usted nos ha enseñado más que nadie sobre el error de no mezclar sexo con emociones, apetitos, deseos, lujuria, fantasías, caprichos, vínculos personales, relaciones profundas que cambian su color, sabor, ritmo, intensidad.
No sabe lo que se pierde por su observación microscópica de la actividad sexual, excluyendo los aspectos que son el combustible que la enciende: intelectuales, imaginativos, románticos, emocionales. Esto es lo que le da al sexo su sorprendente textura, sus transformaciones sutiles, sus elementos afrodisíacos. Usted reduce su mundo de sensaciones, lo marchita, lo mata de hambre, lo desangra.
Si nutriera su vida sexual con toda la excitación y aventura que el amor inyecta a la sensualidad, sería el hombre más potente del mundo. La fuente del poder sexual es la curiosidad, la pasión. Usted está viendo su llamita extinguirse asfixiada. La monotonía es fatal para el sexo. Sin sentimientos, inventiva, disposición, no hay sorpresas en la cama. El sexo debe mezclarse con lágrimas, risa, palabras, promesas, escenas, celos, envidias, todos los componentes del miedo, viajes al extranjero, nuevos rostros, novelas, historias, sueños, fantasías, música, danza, opio, vino.
¿Sabe cuánto pierde por tener ese periscopio en la punta de su sexo, cuando podría gozar un harén de maravillas distintas y novedosas? No hay dos cabellos iguales, pero usted no nos permite perder palabras en la descripción del cabello; tampoco dos olores, pero si nos expandimos en esto usted chilla. ¡Sáltense la poesía! No hay dos pieles con la misma textura y jamás la luz, temperatura o sombras son las mismas, nunca los mismos gestos, pues un amante, cuando está excitado por el amor verdadero, puede recorrer la gama de siglos de ciencia amorosa. ¡Qué variedad, qué cambios de edad, qué variaciones en la madures y la inocencia, perversión y arte…!”
Nos hemos sentado durante horas preguntándonos como es usted. Si ha negado a sus sentidos seda, luz, color, olor, carácter, temperamento, debe estar ahora completamente marchito. Hay tantos sentidos menores fluyendo como afluentes al río del sexo, nutriéndolo. Sólo la pulsación unánime del sexo y el corazón juntos puede crear éxtasis.

“Sobre Erotismo” -  Isabel Allende



6 de junio de 2013

PREDESTINADOS.

Te miré y sucedió;
sucedió que volvemos a encontramos otra vez,
como en una nueva primera vez;
y sentí que sentíamos lo mismo.
Las miradas en sus extrañezas nos delatan.
Pareciera como si tu destino y el mío,
hubieran estado dormidos en algún rincón de nuestras mentes
por muchos siglos en un sueño muy profundo,
y que ahora despiertan en el alba de otra época
por la coincidencia de un mirar tan divino, como extraño.
Es como si nos hubiéramos amado inconclusamente en otros tiempos,
y que ahora, en la intercepción de nuestros caminos,
súbitas remembranzas vienen a nuestras miradas
con la aparente intención en que cerremos un ciclo.
Las miradas dentro de un halo de misticismo,
develan y hablan de nuestro destino,
al mismo tiempo que sentencian su veredicto condenatorio en amarnos aquí,
o en otro tiempo más allá de esta existencia.

Rourke Boada

2 de junio de 2013

JESÚS Y EL CAMINO.

"Nadie viene al Padre sino por Mí". Así habló Jesús. Aunque muchos escucharon, pocos entendieron, así que buscaron al Padre a través de creer en un hombre que vivió por un corto tiempo en esta tierra. Pero ningún hombre es "Yo" [Mí], porque el hombre es un objeto, mientras YO SOY siempre es el sujeto. Por tanto, traduciendo la cita anterior en el sentido de, "nadie viene al Padre sino por Jesús", cambia completamente el significado. El Padre es la Divinidad, Dios, Brahman, la Realidad Trascendente final. Ahora bien, esta Realidad es la Consciencia en la que sujeto y objeto ya no están divididos sino que juntos forman un Mar de Consciencia unido. La tendencia general de la humanidad es buscar a Dios como un objeto, es decir, Dios es adorado como un objeto que se representa como algo aparte del adorador. Lo que Jesús quería decir es que el éxito no se puede alcanzar por esta vía. Es sólo a través del "Yo" que el Padre puede ser alcanzado.

Mientras que tanto los factores subjetivos como los objetivos se mezclan en la Conciencia Absoluta, sin embargo la cualidad se realiza en el momento subjetivo. No hay más que un solo "Yo" o sujeto. Una vez más, este es la más inmediato e íntimo de todos los hechos. Por lo tanto, sólo a través del "Yo" se realiza la identidad. Abordado de cualquier otra manera, Dios es siempre algo aparte del buscador y, por lo tanto, se encuentra en la distancia. Venir al Padre es ser uno con el Padre, y esto sólo puede lograrse a través del Sujeto puro o el YO [el Ser o Sí mismo].

Con la interpretación más común de la cita anterior hay un claro enfrentamiento entre la enseñanza de Jesús y el de las otras luces espirituales más importantes del mundo. Pero con la interpretación presentada aquí se da una casi, si no total, completa reconciliación, no solo con las enseñanzas de los otros grandes fundadores de religiones, sino también con los aforismos espontáneos de casi todas las almas espiritualmente iluminadas. Se ajusta perfectamente con el "YO SOY el que SOY" del Antiguo Testamento. Es idéntico en significado a la doctrina central del budismo y el brahmanismo, donde encontramos la formulación más clara y más completa de todas. 

El "Cristo" de San Pablo es un Cristo místico y no una persona distinta. Es un nivel de Consciencia del que Jesús el Cristo era el símbolo para él. Este nivel de Consciencia es idéntico con aquel desde el que Jesús habló. Esta concordancia además se puede observar leyendo las obras de una serie de Hombres Realizados en Dios, como Jacob Boehme, Spinoza, Whitman, Hegel, Rama Tirtha y Inayat Khan. No es necesario elaborar más aquí.

Franklin Merrell Wolff

Fuente: Advaita info
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