30 de noviembre de 2010

HAZ CASO A TU CEREBRO DERECHO.

Tu cerebro izquierdo calcula, soluciona cosas, analiza y te conduce a tomar las elecciones más lógicas para ti. ¡Él piensa, piensa y piensa!

Tu cerebro derecho representa tu lado intuitivo. Es la parte de ti que va más allá de la razón y del análisis. Es esa parte de ti que siente cosas, que es sensible al amor, la que se emociona con lo que es importante para ti.Tu cerebro derecho es el que nos permite emocionarnos hasta las lágrimas cuando tomas a tus hijos en brazos, o el que se baña en la belleza de un día glorioso.Tu cerebro izquierdo puede analizarlo, mientras que Tu cerebro derecho te permite sentirlo.
Tu inteligencia puede resolver exactamente cómo debes proceder cuando las cosas estén colapsando en una relación, o cuando tengas un impulso súbito, pero también hay otras veces en las que lo que sientes se impone a lo que sabes. Cuando estás asustado o tienes miedo o te sientes solo; pero, por otra parte, si te sientes conmovido, enamorado y extasiado, esas serán las fuerzas que dominen el modo en el que actuarás.
A veces está bien usar tu cerebro derecho, siempre te guiará apasionadamente hacia tu propósito.
Escucha a Tu cerebro derecho, es una presencia intuitiva invisible que siempre te acompaña.
Yo me imagino esta presencia como una criaturita en pañales que se sienta sobre tu hombro derecho y te avisa cuando pierdes el sentido de tu propósito y te mete prisa para que pongas en marcha aquello para lo que viniste aquí, porque tienes contados los días para conseguirlo, y cuando este viaje termine, tu cuerpo se marchará.
Tu compañero invisible te pinchará cuando pases otro día más haciendo algo que no sea parte de tu pasión en la vida y que te haya sido dictado por cualquier otra persona.
Sigue a Tu cerebro derecho, escuchando cómo te sientes e interpretando tu propio y exclusivo estilo musical. No tienes que temer a nada ni a nadie, y no volverás a sentir jamás ese terror a estar yaciendo algún día en tu lecho de muerte diciendo: El compañero invisible que está sobre tu hombro derecho te va a pinchar cada vez que te estés apartando de tu propósito. Te va a obligar a que tomes conciencia de tu música. Así que escúchalo, y no te mueras sin haber sacado afuera tu música.

Wayne Dyer

YO NO SE TODAVÍA COMO EXISTE...

Yo no sé todavía cómo existe,
cómo ha venido a mí y está creciendo
la indócil llamarada que no enciendo
y esta emoción que tiembla y que persiste.
No sé si estar alegre o estar triste,
ya no entiendo la voz sino el acento,
ya no busco ni espero ni presiento:
apenas sé que estoy. Que está. Qué existe.
Pero cómo saber si es sólo un juego:
neblina, soledad, engaño, fuego.
¿Es un juego? Pues bien, hay que jugarlo
con una dulce complacencia esquiva
o una total entrega fugitiva.
¿Y si fuera el amor? Hay que aceptarlo.
Julia Prilutzki

NO AMARSE AHORA PERO HABER AMADO.


No amarse ahora, pero haber amado.
Y encontrarse otra vez... Recuerdo grave
como el de alguna flor de aroma suave
que se mustia en un libro ya olvidado.
Va surgiendo el recuerdo desvelado:
una palabra, un gesto... Es una clave
que nadie descifró, que nadie sabe;
recinto nuestro, cántico inviolado.
Estamos en silencio, frente a frente.
Y sin verte, yo sé que me has mirado
con no sé qué recuerdo transparente
en los ojos lejanos... No has cambiado.
Y es dulce estarse así, indolentemente,
pero no amarse ya. Haberse amado.
Julia Prilutzky


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