22 de marzo de 2010

EL PASADO

Hay una afirmación popular que refleja plenamente la más alejada percepción de la vida e indica un camino que solo nos saca del “Aquí y Ahora”.

“Recordar es Vivir”

Esta afirmación confunde porque aquello que ocupa la mente parece real. Si traes pensamientos del pasado y te quedas en ellos, tus emociones no tardarán en llegar y le darán vida a algo que ya no existe y puedes pasar de la alegría a la tristeza solo dependiendo del recuerdo que caprichosamente aparezca.
El iniciado y entrenado en temas avanzados sabe la diferencia entre recordar y vivir.
Lo único que da validez a ese pensamiento pasado es ese alguien que ha estado en el pasado o sea un “yo histórico”, un “yo”, que se recuerda.
Un amigo y Maestro, Sesha, a través del cual he entendido el alcance de sus enseñanzas vedantas, pregunta filosamente: “¿Qué podrías decir acerca de ti sin el uso de tu memoria?
“Cada vez que repito en mi mente esa pregunta solo puedo quedar en silencio”, le respondo y el agrega: “es precisamente el silencio lo que queda cuando se trata de contestar a la pregunta ¿quién soy? sin el uso de la memoria.Es precisamente allí, recordando, que descubres que lo único que realmente haces es recordarte a través del tiempo. El yo recordado de cuando tenías cuatro años de edad, muere en el instante de reemplazarlo por otro recuerdo (pensamiento) de cuando tenías 9 años de edad.
Ese ejercicio demuestra que en la memoria hay muchos “yo” que han cambiado cada día de cada año manifestando así su inestabilidad y falta de Seidad.
Ahora mismo tú o sea tú “yo” está leyendo este texto y la ilusión de creer que se puede atrapar el Presente en la memoria, es la que dotará de ilusoria vida al recuerdo más adelante.
Es este contenido de la memoria lo que incesantemente y sin control volcamos sobre todo lo que nos rodea todo el tiempo, impidiéndonos VER el mundo como lo Ve un niño, es decir, por primera vez.
Tarea: la práctica de la meditación externa nos invita a ver todo lo que nos rodea sin historia, es decir, solo ver un objeto por 20 minutos, sin recordar su nombre, ni su color, ni su forma y de allí pasa a otro objeto y de allí a otro objeto.
Al no poner historia afuera tampoco encontrarás historia adentro y eso es más real y cualitativamente vivo, que recordarse. Por lo tanto la memoria es la tabla de salvación donde flota a la deriva, desde el pasado hacia el futuro, el Ego.
La ausencia de historia en la práctica sugerida desactiva el pensamiento por momentos y también requiere de una actitud constante y permanente.
Lo que Es no cambia ni se recuerda existiendo.

El Ser no se expresa al pensar y el pensar desaparece cuando se Es.

Siempre juntos. Siempre positivos.
Marcelo dos Santos
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