Si nuestra búsqueda es en pos de la libertad, el conocimiento es considerado como un intento hacia el logro de esta libertad. Las instituciones del mundo, sean educacionales, sociales o políticas, son los instrumentos para la realización de este intento hacia la libertad humana.
Un análisis que investigara la estructura de la mente humana y sus anhelos, revelaría por cierto, que hay una similitud básica de carácter en las necesidades de la gente y sus esfuerzos por lograr esencialmente más y más dominio sobre técnicas para la realización de esta libertad.
Esto puede ser también considerado como un progreso en el conocimiento. El crecimiento del conocimiento es equivalente al crecimiento de la capacidad de una persona para lograr la liberación.
Esto puede ser también considerado como un progreso en el conocimiento. El crecimiento del conocimiento es equivalente al crecimiento de la capacidad de una persona para lograr la liberación.
Pero ¿liberación de qué? es la pregunta básica. Si esta pregunta no puede ser respondida, no podemos tampoco saber qué es conocimiento, e implícitamente, qué es educación, porque educación es el proceso para la adquisición del conocimiento. De esta manera, una cosa está conectada a la otra. Si no sabemos qué queremos, qué buscamos y cual es el tipo de libertad que esperamos en nuestras vidas, tampoco podremos saber cual es el conocimiento que buscamos en la vida. En consecuencia, no podremos saber cuál debería ser el proceso de educación. Todo se vendrá abajo si la meta central no está clara en nuestra mente. Aunque todos los aprendizajes acerca de arte y ciencia, que obtenemos en las instituciones educacionales del mundo son en sí mismas buenas y necesarias, porque nos ayudan en la vida de una u otra forma; debemos saber que la intención de la humanidad no es el mero sobrevivir. Porque muchos pueden sobrevivir bellamente en la vida en el ámbito superficial, pero sentirse muy infelices en lo profundo del corazón.
Nuestra intención, no es ciertamente andar el trillado camino de la tradición social, ni siquiera de la idiosincrasia o sentimiento personal, sino encontrar algunas formas y medios para desarrollar los misterios que parecen estar al fondo de los anhelos de la humanidad y proveerlos de verdadera iluminación, que es tal vez mejor palabra que conocimiento. Para este propósito, debemos proceder desde un grado a otro grado de realidad progresivamente. Debe ser reiterado desde el comienzo, que no debemos interpretar conocimiento como información de algún tema en particular. El conocimiento es un porcentaje o grado de absorción de nuestra vida con el carácter de nuestro conocimiento. El conocimiento es valioso tan solo si puede acomodarse a nuestra vida personal y permanecer como fundamento básico para nuestra búsqueda del propósito último. Es relativamente fácil estar cómodos en la vida, pero muy difícil ser felices. La sociedad puede decepcionarnos con la noción de encontrarnos bien. Cuando nos conformamos con los estándares de la ética e idiosincrasia social, sentimos el apoyo de la sociedad.
Lo que llamamos instituciones, academias, sociedades, universidades, colegios, etc. son ciertas formas convenientes para educar a las personas para que adquieran conocimiento verdadero de vida, que los hará verdaderamente libres y felices, incluso cuando se encuentren absolutamente solos. Estas instituciones han fracasado en este propósito. No sirve ser libres para movernos en la sociedad con la ayuda de una armada o ejército de policías. Eso no es libertad. Libertad es una clase de intrepidez que surge al adquirir sabiduría de la vida, o realidad de la vida. Por lo tanto, cualquier grupo que formemos dentro del patrón social, tal como instituciones, academias o universidades, no servirá a su propósito en tanto satisfaga tan solo los instintos y sentimientos de los grupos de gente que llamamos sociedad, y no alimente las necesidades del alma.
El alma no es un departamento del cuerpo. Si lo que aprendemos no nos hace libres y confiados en nuestro propio ser, ese conocimiento no vale nada. Cualquiera que piense honestamente, diga si se siente libre de ansiedades, de hostigamiento de la atmósfera en la que vivimos y libre de sospechas y dudas sobre nuestra propia capacidad para lograr nuestro propósito. Nadie puede estar seguro de estas cosas. Esto significa que nuestro aprendizaje no ha estado a la altura de nuestros requerimientos. Son tan solo invenciones convenientes para vivir una vida confortable en sociedad. Podemos ser ricos mentalmente y también ricos en reputación. Podemos ser el centro o blanco del aplauso de la sociedad, lo cual es otro modo de llegar a decepcionarse de ella. Pero, todo esto no nos ayudará cuando llegue la última llamada.
El completo propósito no es el jugar con la vida o llegar a ser importante en la sociedad humana.
Nuestra intención, no es ciertamente andar el trillado camino de la tradición social, ni siquiera de la idiosincrasia o sentimiento personal, sino encontrar algunas formas y medios para desarrollar los misterios que parecen estar al fondo de los anhelos de la humanidad y proveerlos de verdadera iluminación, que es tal vez mejor palabra que conocimiento. Para este propósito, debemos proceder desde un grado a otro grado de realidad progresivamente. Debe ser reiterado desde el comienzo, que no debemos interpretar conocimiento como información de algún tema en particular. El conocimiento es un porcentaje o grado de absorción de nuestra vida con el carácter de nuestro conocimiento. El conocimiento es valioso tan solo si puede acomodarse a nuestra vida personal y permanecer como fundamento básico para nuestra búsqueda del propósito último. Es relativamente fácil estar cómodos en la vida, pero muy difícil ser felices. La sociedad puede decepcionarnos con la noción de encontrarnos bien. Cuando nos conformamos con los estándares de la ética e idiosincrasia social, sentimos el apoyo de la sociedad.
Lo que llamamos instituciones, academias, sociedades, universidades, colegios, etc. son ciertas formas convenientes para educar a las personas para que adquieran conocimiento verdadero de vida, que los hará verdaderamente libres y felices, incluso cuando se encuentren absolutamente solos. Estas instituciones han fracasado en este propósito. No sirve ser libres para movernos en la sociedad con la ayuda de una armada o ejército de policías. Eso no es libertad. Libertad es una clase de intrepidez que surge al adquirir sabiduría de la vida, o realidad de la vida. Por lo tanto, cualquier grupo que formemos dentro del patrón social, tal como instituciones, academias o universidades, no servirá a su propósito en tanto satisfaga tan solo los instintos y sentimientos de los grupos de gente que llamamos sociedad, y no alimente las necesidades del alma.
El alma no es un departamento del cuerpo. Si lo que aprendemos no nos hace libres y confiados en nuestro propio ser, ese conocimiento no vale nada. Cualquiera que piense honestamente, diga si se siente libre de ansiedades, de hostigamiento de la atmósfera en la que vivimos y libre de sospechas y dudas sobre nuestra propia capacidad para lograr nuestro propósito. Nadie puede estar seguro de estas cosas. Esto significa que nuestro aprendizaje no ha estado a la altura de nuestros requerimientos. Son tan solo invenciones convenientes para vivir una vida confortable en sociedad. Podemos ser ricos mentalmente y también ricos en reputación. Podemos ser el centro o blanco del aplauso de la sociedad, lo cual es otro modo de llegar a decepcionarse de ella. Pero, todo esto no nos ayudará cuando llegue la última llamada.
El completo propósito no es el jugar con la vida o llegar a ser importante en la sociedad humana.
Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos