Es esa fuerza invisible que nos mantiene
apresurados, sin descanso, en la búsqueda de alguna meta intangible, aquello
que nos mantiene atrapados en alguna actividad innecesaria. Adicción.
Compulsiones. Lo que nos hace escapar hacia el pensamiento, lo que hace que el
cuerpo se sienta poco seguro, lo que convierte al momento presente en un
enemigo. Si desaceleramos, si paramos, si descansamos, si simplemente no
hacemos nada, tendremos que entonces enfrentarnos a nosotros mismos. Tendremos que encontrarnos con sentimientos enterrados, toda la mierda de la
que estuvimos huyendo, toda la oscuridad, la porquería, la basura, la soledad,
el aburrimiento, el vacío. El trauma dice: “¡Corre!” El trauma dice: “¡La
tranquilidad es peligrosa!” El trauma dice: “¡No descanses!” ¡Tenemos que
comenzar probándonos a nosotros mismos que descansar es algo seguro! Es seguro
estar en tranquilidad. Es seguro estar sin hacer nada, solo por un
momento, es seguro pensar los pensamientos y sentir los sentimientos…sin
intentar “arreglar” el momento. Podemos comenzar, de a un paso por vez, a
digerir las cosas sin digerir que llevamos dentro. Quedarnos con la
tristeza por un tiempo un poco más largo. Estar presentes con nuestra alegría,
respirar en nuestra ansiedad en vez de huir de ella. Sentir curiosidad acerca
de nuestra incomodidad en vez de distraernos con la comida, la bebida, la
necesidad de limpiar, las drogas, el sexo, con irnos de compras, con internet,
con pensar, hablar, con yoga, con la búsqueda, con el constante rumiar, con la
práctica espiritual… Podemos comenzar a desafiar la historia central en el
mismo corazón del trauma: la creencia de que el momento presente es poco
seguro, de que el cuerpo está en nuestra contra, de que los sentimientos
son peligrosos. De que la quietud es igual a estar muerto o a la destrucción. Que
necesitamos “hacer” algo para ser valiosos, amados, estar a salvo, y ser
completos.
Requiere coraje dejar de huir, requiere
coraje acercarse a la tormenta, requiere de coraje hacer contacto con la
oscuridad interna desde la luz infinita de nuestra atención curiosa. Requiere
de coraje romper con la adicción al futuro y estar presentes aquí, ahora, y
respirar, y no saber.
Fuente: Jeff
Foster en español (Facebook)