27 de marzo de 2011

EL DHARMA

Dharma es sinónimo de Verdad, lo que aclara indirectamente algunos aspectos del Karma, es decir actuar en la ignorancia básica o egoica, donde creamos una cadena (de acciones y reacciones) que nos ata a los resultados esperados. Sucede que la mayoría de los problemas del buscador vistos más profundamente son debido a la negligencia, no se buscan a propósito, son debido al error, a la debilidad, no por maldad, sino por tontería, más que por libertinaje, por falta de vigilancia y a la permisividad que ofrece el mantener un mínimo nivel de conciencia espiritual hacia nuestros pensamientos, sentimientos y la vida en general.
Mantener cierta presencia de lo esencial en todo momento y en todas las acciones se llama, determinación.
El progreso se ve entonces como la dirección escogida hacia a Dios, hacia la perfección y liberación. Depositando nuestra confianza en Dios, dependiendo de Él, viviéndolo como un suave y creciente “esfuerzo” desde el corazón con determinación y agudo interés y que en el tiempo se mantiene como una presencia permanente ya sin esfuerzo.
La base de toda acción con la conciencia puesta en el más alto ideal, moviéndose desde lo mundano hacia su fuente original-se llama dharma. El factor que nos ayuda a movernos en dirección a Dios para así obtener experiencia es dharma.
Para seguir a Dios, están Sus sagradas escrituras y los mensajes de Sus profetas. Estos mensajes parecen diferentes pero no lo son.
Para la veracidad se requiere de fortaleza interior que proviene tan solo de un corazón puro que no tiene nada que temer.
La pureza es garantía de fortaleza interior. La pureza surge al albergar solo a Dios en nuestro corazón, sintiendo Su presencia dentro de nosotros. Surge al vivir una relación íntima con Él, seguros que El se encuentra dentro. Tal relación viva debe ser cultivada y afirmada con la ayuda de la oración.
El canalizar nuestra vida entera hacia el gran propósito de la existencia, la experiencia -de-Dios, es posible.
Solo un corazón y una mente fuerte puede adherirse a la veracidad en todos los altos y bajos de la vida. Tal fortaleza surge tan solo con pureza, que proviene de un contacto vivo y una relación con Dios sabiendo que Él se encuentra establecido en nuestro corazón.

Practica:
Hacer de nuestro corazón espiritual interior, una morada digna de la presencia de Dios.

Siempre Juntos. Siempre positivos.
Marcelo dos Santos
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...