24 de junio de 2015

LO QUE OTRAS PERSONAS PIENSEN DE TI ES SU REALIDAD, NO LA TUYA.

Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya. Ellos saben tu nombre, pero no tú historia, no han vivido en tu piel, ni han calzado tus zapatos. Lo único que los demás saben de ti es lo que tú les has contado o lo que han podido intuir, pero no conocen ni a tus ángeles ni a tus demonios.
Con frecuencia nos cuesta entendernos a nosotros mismos pero nos aventuramos valientes a descifrar el código del sentir ajeno. No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten. De la misma forma, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no. Por lo tanto, no deberíamos darle importancia a lo que los demás dicen de nosotros, pues sus palabras obedecen a una realidad ilusoria que su mente ha creado con el afán de saberlo todo.

LAS PERSONAS QUE CRITICAN.

Hay personas que dan su opinión sobre ti, sobre tu vida y sobre tus decisiones aunque nadie se la haya pedido. Suelen ser opiniones malintencionadas o carentes de todo criterio cuyo único objetivo es hacer daño, menospreciar y disfrutar del pesar ajeno.
Generalmente, es gente con baja autoestima que no se acepta a sí misma, por lo que difícilmente puede aceptar a los demás. Estas personas ponen etiquetas que reflejan la realidad de cómo se sienten ellas mismas, proyectando así sus dificultades emocionales.

SOMOS LOS ÚNICOS QUE PODEMOS RECORRER NUESTRO CAMINO.

Vive tu vida de la forma que quieras, no de la que los demás quieren que vivas. Es probable que si nos pudiésemos meter en el cuerpo y la mente de los demás, no nos atreviésemos a juzgar. No obstante, valdría la pena el ofrecimiento para poder valorar nuestra valentía. Sería una verdadera prueba de fuego.
Fantasías aparte, debemos asumir como única la responsabilidad de valorarnos y dejar de condenarnos. Lo que los demás piensen de nosotros no nos pone un precio. Es decir, del mismo modo que no dejamos que nos digan qué ropas tenemos que ponernos o cómo debemos vestirnos, no tenemos que permitir que los demás elijan nuestro armario emocional. Si vivimos conforme a lo que los demás piensen de nosotros, perderemos nuestro estilo y nuestra personalidad. Nos veremos obligados a colocarnos una máscara y nuestra imagen en el espejo solo reflejará nuestra inseguridad y la inexistencia de una autoestima saludable.

CURAR NUESTRA PARTE DAÑADA POR LA CRÍTICA.

Las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás.
Para sanar las heridas emocionales que nos causa la crítica, debemos de tener claro, en primer lugar, que somos personas únicas y excepcionales. Conforme a esto, debemos perderle el miedo a sentir y a pensar por nosotros mismos.
Son los demás los que están juzgando y criticando, no tú. La crítica no constructiva lleva consigo gran pobreza emocional en el mundo interno de quien la realiza. Por lo tanto, si la persona no se deja enriquecer, en estas ocasiones te conviene ser emocionalmente egoísta y “que cada palo aguante su vela”.
Así pues, despréndete de la negatividad y piensa que tu vida es mucho más fácil sin meterte en la vida de los demás. Te damos algunas claves para que te reclames a ti mismo:
Como hemos comentado, la consecuencia directa de dar crédito a lo que los demás piensen y digan es que acabamos convirtiéndonos en alguien que no somos. Y, por supuesto, querer complacer a otros a costa de nuestra identidad no es para nada saludable.
¿Eres una buena madre? ¿Eres una persona con éxito? ¿Eres inteligente? ¿Realizas bien tu trabajo? ¿Les gustas a los demás? Date cuenta de toda la energía que pierdes preocupándote por estas cuestiones.
De todas maneras, los demás piensan sobre nosotros mucho menos de lo que creemos. Es decir, solemos sentirnos el centro de las miradas del resto de la gente cuando, en realidad, puede que lo que hagamos no sea relevante para muchos de los de nuestro alrededor. Quítate ese miedo, es en gran parte producto de tu imaginación.
Da igual lo que hagas y como lo hagas, siempre habrá alguien que lo malinterprete. Así que intenta vivir y actuar con naturalidad. Lo que tú haces porque lo sientes siempre será lo correcto. No solo no te podrás justificar, sino que te sentirás falso si no sintonizas contigo mismo.
No esperes que los demás comprendan tu viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer tu camino.


Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/

22 de junio de 2015

ALGUNAS VECES LAS PÉRDIDAS, SON EN REALIDAD GANANCIAS.

Continuar rodeada de gente equivocada es algo que no te permite avanzar
Aunque la palabra perder signifique desprenderse de algo que se tenía, en realidad su significado es mucho más amplio. Perder no siempre significa literalmente perder, y perder no siempre es algo negativo.
Día a día perdemos desde aretes hasta ilusiones, y eso es simplemente parte del proceso de la vida. Y es que así como perdemos cosas materiales, a lo largo de nuestra vida perdemos también personas que en algún minuto fueron muy importantes para nosotros.
Alguna vez escuché que la vida es como un viaje en tren. Muchas personas se van subiendo a lo largo del camino; algunas se bajan apenas comienza, otras en la mitad y otras llegan contigo hasta tu destino final. A veces te gusta que el tren esté lleno de gente, de ruido, de vida, pero cuando la persona que se sentaba a tu lado se baja a la mitad del camino, te das cuenta de que en realidad es agradable tener un espacio más amplio para poder acomodarte.
Y es que eso es exactamente lo que pasa cuando perdemos a alguien que pensamos era indispensable en nuestra vida. Muchas veces esas pérdidas, son en realidad ganancias, solo hay que detenerse un segundo a pensar.
Piensa en todas esas veces en que esa persona no estuvo ahí cuando la necesitaste, aun cuando tú siempre te preocupaste de estar para ella en las buenas y en las malas.
Piensa en todas las veces en las que fuiste su opción y no su prioridad.
Piensa en cómo te hizo sentir tantas veces. Y es que no deberías estar recordándole a nadie lo valiosa que eres.
Sé que no es fácil dejar ir a gente que nos importa, pero debemos ser capaces de construir nuevas relaciones. Relaciones sanas, profundas, recíprocas. Es hora ya de dejar ir todas esas relaciones que no nos aportan, que nos llenan de sentimientos y energías negativas, que solamente nos hacen querernos menos de lo que deberíamos.
Sigue adelante, porque continuar pegada a la gente equivocada no te hace ningún favor. Déjalos ir, porque esa es la única cosa racional que puedes hacer para salvarte. No mires atrás, porque no tienes nada de lo que arrepentirte.
Porque piensa en todas las personas que hicieron un impacto en tu vida, las que dejaron una huella y las que aún siguen a tu lado para acompañarte. Esas son las que valen la pena, porque la vida no se trata de cantidad, sino de calidad.

Fuente: http://www.upsocl.com/

19 de junio de 2015

SEA CUAL SEA TU SUEÑO...

Aceptar tu vida tal cual, estar presente a todo lo que es inmediato y vivo, enamorarte del aquí y ahora, NO es lo mismo que renunciar a la posibilidad de cambios futuros. Todo lo contrario.
Por favor, no dejes de soñar esos preciosos sueños, no dejes de imaginar un futuro para ti y para el mundo que haga cantar tu corazón.
Pero, en medio de todos esos sueños, nunca olvides Eso que nunca sueña, el espacio abierto que lo abraza todo. No pierdas contacto con tu verdadera naturaleza, ya completa, eternamente plena, que no tiene necesidad de nada y que está profundamente conectada con todo lo que Es. Nunca descuides este momento apresurándote a perseguir 'aquello que sigue'.
Es desde este momento, desde este punto de profunda conexión y descanso donde tu vida florecerá. Estar presente, ser presencia, no significa borrar o negar la posibilidad de un pasado y un futuro, significa recordar tu verdadero suelo, estés donde estés, sea cual sea tu sueño.
Es desde el lienzo de este momento presente que todos tus mañanas serán pintados. No puedes dibujar en el lienzo de mañana, porque el mañana nunca llega. Sólo hoy, sólo hoy - y esta es la preciosa paradoja de la iluminación.
Sueña, y suelta tus sueños, sin contradicción. Porque en este mundo de ensueño... cualquier cosa es posible.
Jeff Foster

Traducción: Tarsila Murguía

18 de junio de 2015

EL COMPAÑERO DE LA MUJER SALVAJE.

Hombres y mujeres se buscan a sí mismos, pero generalmente se distraen con placeres pasajeros y ciertas adicciones. A menudo olvidamos o ni siquiera llegamos a tener presente nuestros sueños y propósitos, nuestro camino espiritual. Nos distraemos, nos entretenemos con relaciones donde perdemos parte de nuestra consciencia, a veces durante demasiado tiempo. Descuidamos los alimentos del alma, aquello que verdaderamente nos nutre. El proceso de estar consciente de continuo sin sucumbir a las distracciones, adicciones y pseudorelaciones no es fácil. Necesitamos recordarlo una y otra vez para reconducirnos al sendero de la consciencia, comprometernos de verdad con nuestro proceso.
Es muy frecuente que las mujeres elijan hombres creyendo que podrán cambiarles con su amor, lo cual nunca sucede. Más bien se enganchan a una dinámica de rechazo y no aceptación que socava la relación. Otras veces sufren muertes lentas detrás de una esplendorosa fachada. Cuando una mujer se da cuenta de lo atrapada que está puede buscar una salida. Atrapada tanto por una fuerza exterior como por una interior, por ella misma. Lo peor es ser la propia “carcelera”, el asumir el desvalimiento y participar en la propia destrucción. Es un momento crítico en el que puede tomar la decisión de poner fin a esa situación, y para ello necesita conectar con su animus, con su energía masculina, una energía con movimiento y dirección que la ayudará a conseguir lo que se proponga.
Según la psicoanalista jungiana Clarissa Pinkola Estés, las mujeres deben esmerarse en elegir y relacionase con sus amigos o amantes. Muchas veces la mujer transfiere su fuerza y poder en nombre del amor, y esa clase de “amor” destruye la conexión con la fuerza femenina. Es preciso entonces recuperar aspectos que se habían depositado en el otro, como la fortaleza o la seguridad. Las mujeres deseamos un encuentro profundo e íntimo, y a menudo nos desgastamos y vaciamos de nosotras mismas. Nos entregamos al amor sin saber que para entregarse primero se ha de ser dueña de sí misma. La mujer necesita un amigo que también esté conectado con su corazón, que la respete profundamente, que preste apoyo a esa fuerza genuina femenina. Un verdadero amigo del alma.
La Mujer Salvaje desea un compañero que sea como ella, que se le pueda igualar. Según Pinkola Estés, si las mujeres quieren que los hombres las conozcan de verdad tienen que enseñarles un poco de sabiduría profunda. Muchas mujeres se han cansado de tratar de enseñar a hombres que no quieren aprender. Ahora bien, cuando ellos están dispuestos es el momento de revelarles porque su alma lo demanda.
Para ganarse el corazón salvaje de una mujer el compañero tiene que comprender la doble naturaleza de ella, sus dos polaridades, el masculino y el femenino, el animus y el ánima. Cuando una mujer desarrolla únicamente uno de las dos polaridades esta desequilibrada, lo que le impide el acceso a su fuerza interior.  Generalmente la mujer busca su parte masculina en el hombre, con lo cual deposita su fuerza y dirección lejos de ella. Ahora bien, esta doble naturaleza de las mujeres cuando están unidas en la conciencia y funcionan de manera integrada proporcionan un enorme poder.
Las mujeres desean encontrar un compañero que tenga la paciencia y el ingenio para comprender su naturaleza profunda. Una mujer que quiera que su compañero la conozca de verdad tiene que conseguir que él le pregunte: “¿Qué es lo que quieres?”, “¿Qué es lo que quiere tu yo profundo?”. Y si realmente se quieren conocer ella habrá de preguntarle a su vez lo mismo. El Hombre Salvaje, el amigo, compañero y amante más estimable es aquel que desea aprender.
El compañero de la Mujer Salvaje es el que posee tenacidad y paciencia espiritual, el que tiene voluntad para atisbar la naturaleza profunda de la mujer, el que regresa para comprender sin alejarse por aquello que le aparta de su propósito, el que no hace uso de ese conocimiento para ejercer su poder sobre ella. Un hombre que capta su auténtica naturaleza, se deja sorprender, atemorizar y siente reverencia por lo que percibe y ve. Y permanece ahí, con ella. Porque amar el placer es muy fácil, para amar verdaderamente se requiere de un “héroe” capaz de manejar su propio miedo.
Además, para crear un amor duradero ambos han de aceptar los ciclos Vida/Muerte/Vida e integrar la transformación en la relación, las sucesivas muertes y renacimientos, la infinidad de finales y comienzos que acontecen a lo largo de la relación. Hay que saber cuándo las cosas tienen que nacer y cuando hay que dejarlas morir. Dejar morir las falsas ilusiones, las expectativas, las fantasías de un amor agradable y romántico. Atravesar las diferentes fases eligiendo amar y permanecer al lado de alguien. Quedarse, cuando lo que se quiere es echar a correr. El Hombre y la Mujer Salvajes pueden conocer y compartir sus naturalezas instintivas con la confianza de que cualquier cosa que ocurra entre ellos será transformativa.
Es preciso comprender al otro y fortalecer la propia capacidad de amar. Amar a pesar de los miedos y las dudas, a pesar de las heridas y anteriores desengaños. Amar las heridas, carencias y partes “feas” del otro también, porque sin una tarea que suponga un reto no puede haber transformación. Es necesario un corazón dispuesto a morir y nacer, y a volver a morir y nacer una y otra vez. Un hombre que prefiera arriesgarse a explorar un territorio desconocido a permanecer en el seco y cómodo espacio conocido, a sabiendas de que aquello que teme es precisamente lo que le ayuda a sanar. Hay un guerrero espiritual en aquellos hombres que en su interior saben que quieren vivir, exponerse, entregarse, arriesgarse a abrir el corazón y amar. Un guerrero sabio que no tiene miedo a la muerte.
Un Hombre Salvaje es aquel que se atreve a curar sus heridas y disolver sus proyecciones, que se atreve a llorar su dolor y toma conciencia de cómo su existencia defensiva le ha protegido del amor. Un hombre que permita que se le rompa la coraza de su corazón y deje que brote un amor tan inmenso como el océano, que es lo que tiene para ofrecer a la mujer, para amarla plenamente, sin reservas. Cuando un hombre entrega su corazón se convierte en una fuerza asombrosa, se vuelve fértil; cuando integra su parte femenina intuitiva se vuelve inspirador. Al enfrentarse a la propia herida con compasión, al entregar su corazón el hombre lo gana todo, se completa. Ya no le teme a la fuerza salvaje de la mujer ni a los ciclos Vida/Muerte/Vida. Cuando integra su espíritu salvaje restituye su lugar de dignidad.
Algunas personas tienen el privilegio, después o mientras realizan un profundo trabajo interior, de crear un amor encarnado, hecho de pasión, confianza, afecto y compromiso. Una relación que se experimenta como una oportunidad de expandir el corazón y aprender a amar más profundamente. El otro es un buen amigo, alguien en quien confiar y ante quien desnudarse emocionalmente para mostrar las heridas y carencias sin temor. Una relación en la que comunicarse íntimamente, sin máscaras ni juegos defensivos. Al dejarse ver, al amarse de esta manera, al vivir una sexualidad sagrada se sanan mutuamente. En el compromiso de crecer juntos se transforman uno al otro y transforman su realidad. Sabiéndose seres completos en proceso de crecimiento se embarcan en un viaje de autoconocimiento en el que descubren en el compañero, en la compañera un “tesoro espiritual”. En la intimidad renuevan su amor mirándose a los ojos, aullando al unísono, dejándose conmover por el alma salvaje del otro. La relación es una vía espiritual para despertar a la totalidad de su Ser. Un vínculo así es una verdadera fuerza de la naturaleza.
A las mujeres que se desesperan al ver que pasa el tiempo y su compañero no aparece les digo: no desistas, sigue nutriendo tu día a día, ten fe, pídeselo al Universo y confía en que la vida lo traerá. Mientras tanto, conecta con tu instinto, vive, disfruta, crea, amate a ti misma, prepárate para abrirte al amor. Todo llega si de verdad creemos que nos lo merecemos. Ellos se están preparando, también. Como está escrito en Mujeres que corren con lobos: “Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que ocurre a continuación”.

Ascención Belart

Fuente: https://ascensionbelart.wordpress.com/

16 de junio de 2015

FEDERICO GARCÍA LORCA PRESENTA A PABLO NERUDA EN ESPAÑA (1934).

Esto que yo hago ahora se llama una presentación en el protocolo convencional de conferencias y lecturas, pero yo no presento, porque a un poeta de la calidad del chileno Pablo Neruda no se le puede presentar, sino que con toda sencillez, y cobijado por mi pequeña historia de poeta, señalo, doy un suave, pero profundo, toque de atención.
Y digo que os dispongáis para oír a un auténtico poeta de los que tienen sus sentidos amaestrados en un mundo que no es el nuestro y que poca gente percibe. Un poeta más cerca de la muerte que de la filosofía, más cerca del dolor que de la inteligencia, más cerca de la sangre que de la tinta. Un poeta lleno de voces misteriosas que afortunadamente él mismo no sabe descifrar; de un hombre verdadero que ya sabe que el junco y la golondrina son más eternos que la mejilla dura de la estatua.
La América española nos envía constantemente poetas de diferente numen, de variadas capacidades y técnicas. Suaves poetas de trópico, de meseta, de montaña; ritmos y tonos distintos, que dan al idioma español una riqueza única. Idioma ya familiar para la serpiente borrada y el delicioso pingüino almidonado. Pero no todos estos poetas tienen el tono de América. Muchos parecen peninsulares y otros acentúan en su voz ráfagas extrañas, sobre todo francesas. Pero en los grandes, no. En los grandes cruje la luz ancha, romántica, cruel, desorbitada, misteriosa de América. Bloques a punto de hundirse, poemas sostenidos sobre el abismo por un hilo de araña, sonrisa con un leve matiz de jaguar, gran mano cubierta de vello que juega delicadamente con un pañuelito de encaje. Estos poetas dan el tono descarnado del gran idioma español de los americanos, tan ligado con las fuentes de nuestros clásicos; poesía que no tiene vergüenza de romper moldes, que no teme el ridículo y se pone a llorar de pronto en mitad de la calle.
Al lado de la prodigiosa voz del siempre maestro Rubén Darío y de la extravagante, adorable, arrebatadoramente cursi y fosforescente voz de Herrera y Reissig y del gemido del uruguayo y nunca francés Conde de Lautreamont, cuyo canto llena de horror la madrugada del adolescente, la poesía de Pablo Neruda se levanta con un tono nunca igualado en América, de pasión, de ternura y sinceridad.
Se mantiene frente al mundo lleno de sincero asombro y le fallan los dos elementos con los que han vivido tantos falsos poetas, el odio y la ironía. Cuando va a castigar y levanta la espada, se encuentra de pronto con una paloma herida entre los dedos.
Yo os aconsejo oír con atención a este gran poeta y tratar de conmoveros con él cada uno a su manera. La poesía requiere una larga iniciación como cualquier deporte, pero hay en la verdadera poesía, un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Y ojalá os sirva para nutrir ese grano de locura que todos llevamos dentro, que muchos matan para colocarse el odioso monóculo de la pedantería libresca y sin el cual es imprudente vivir.


11 de junio de 2015

UN MUNDO AL REVÉS.

La vida es un gigantesco juego de Serpientes y Escaleras. Crees que estás a punto de alcanzar la cima, cuando de pronto te ves deslizándote nuevamente hacia abajo. A veces llegas hasta el fondo, sólo para darte cuenta que hay una mejor forma de subir. A veces crees que estás yendo hacia arriba, y sin embargo, realmente estás yendo hacia abajo. Las altas son las bajas, y las bajas son las altas en este enrevesado mundo de sueños. El único sufrimiento surge al tratar de alcanzar la cima, ganar el juego, escapar del mundo. Entonces, te pones en guerra constante con cualquier caída, te aterra que las subidas puedan conducirte hacia abajo nuevamente, que la bajada resulte demasiado pronto y que jamás llegues a descansar realmente. Oscilas entre el triunfo y la humillación, entre el éxito y el fracaso mientras te aferras a la ilusión del control.
¿La solución? Relájate mientras juegas, ríndete, entrégate al juego mismo.
Recuerda que a las subidas le siguen las bajadas y que a las bajadas le siguen las subidas, así como la noche sigue al día. Ve más allá de ganar y perder, más allá de las serpientes y las escaleras. Disfruta de las escaladas… pero también de las caídas. Cae para escalar y escala para caer. Y enamórate de estar dentro del juego, abraza la preciosa incertidumbre del juego. Deja de pretender que sabes.
El juego nunca puede salir mal cuando realmente estás jugando.

Jeff Foster

Traducido por Tarsila Murguía

4 de junio de 2015

ESTO ES LO QUE APRENDES CUANDO ERES UNA MUJER DIFÍCIL DE AMAR.

Que no todo el mundo está preparado
para vivir la vida a tu lado.
Empezar la aventura del romance siempre es sencillo pero mantenerlo a lo largo del tiempo es lo complejo. Te das vueltas en círculos, a veces feliz y extasiada, a veces aterrorizada. Una y otra vez te has hecho las mismas preguntas, te has cuestionado lo mismo, has dejado que el amor te invada, que el miedo de inunde, que las dudas no dejen de hacerte preguntas molestas.
La gente se te acerca con rapidez pero pronto deciden que estar cerca de ti es demasiado, que la energía que irradias pronto se transformará en un fuego que los consumirá. Que tu amor no es sencillo, que tu personalidad requiere mucho, que no están preparados para vivir el amor como el amor debe vivirse, que prefieren seguir escapando a esa realidad descolorida y aburrida que día a día los consume un poco más.
Esto te costó entenderlo y por muchos años tan sólo asumiste que eras tú la del defecto. Las cosas han cambiado, no sin lágrimas y sufrimiento de por medio, pero te has hecho más grande, más fuerte, has llegado a la versión más verdadera de ti misma y no permitirás que nadie te lo quite. Estar contigo significa vivir una montaña rusa de emociones y muchas veces sentiste que tu capacidad de sentir demasiado pronto no era un don como tu madre siempre decía, que no era un regalo, que no era una cualidad importante. Pero ahora ves todo con otra luz: amas más fuerte y más intensamente que nadie que hayas conocido y te sientes orgullosa de ello. Porque, verás, contigo las cosas nunca son a medias, nunca son grises, nunca son inciertas. Tú amas u odias y tus sentimientos siempre son tan claros como una explosión de colores en el cielo. No amas a medias, no haces las cosas sólo para cumplir: tú sientes y actúas con la verdad de lo que tu corazón siente.
Eres brillante, eres hermosa y es cierto que en muchas ocasiones estas personas han clamado que los volverás locos, pero ¿acaso no es eso mismo lo que todos buscamos en realidad? Un amor tan intenso que nos haga olvidar la monotonía del día a día y la simpleza de vivir días que se repiten cíclicamente.
Hubo ocasiones en las que intentaste calmarte, en las que intentaste ir más lento en el nombre del supuesto “amor” que se vivía de esa manera. Las cosas no fueron sencillas, porque tu fuerza es una fuerza incontrolable y te mueves cómo un huracán. Nada podrá detenerte. Eres un fenómeno de la naturaleza, impredecible y hermosa y si hay algo que has comprendido, es que no puedes dejar que nada ni nadie extinga tu fuego interior.
Lo que has aprendido siendo una mujer difícil de amar es claro y es algo que sabes que nunca olvidarás. Has aprendido que el amor que te mereces es uno igual de intenso que el tuyo y que aceptarás nada menos, incluso si eso significa que tendrás que quedarte sola por un tiempo. También has aprendido que el amor más importante de todos es el amor propio y que si te aceptas tal y cómo eres nunca más volverás a caer en la tentación de cambiar por alguien que no vale la pena. La última lección que aprendiste fue la más difícil de todas y algunos días aún tienes que mirarte al espejo para convencerte: pero tu locura a la hora de amar es lo que te hace tan bella, es la fuerza que alimenta tu vida, es lo que hace que seas tan tú y tan increíble. Si hay algo que te repites todos los días cuando te levantas, es que no importa lo que suceda, porque todos los días los vives como si fueran el último y realmente, no hay milagro más hermoso en la vida que ese.
Por Emilia García
Fuente: http://www.upsocl.com/



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