Cuántas veces hemos
querido que los que Amamos «vean» lo mismo que nosotros estamos viendo. Debemos
aprender y entender que para Amar hay que dejar de «querer». Si no quiere ver, no
le enciendas la luz, dañarás sus ojos. Si no quiere escuchar, no levantes la
voz, lastimarás su conciencia. Si no quiere caminar, no proporciones apoyo, sangrarán
sus pasos. Su despertar no es tuyo, es exclusivamente suyo. Si en algún momento
hiciste de su dolor tu dolor, suelta, no te pertenece. Sé Amorosamente egoísta,
silenciosamente paciente, amigablemente distante. No te pierdas en ello. Re-encuéntrate
y alégrate, porque tú sigues siendo tú. Respeten el camino de cada ser humano.
Fuente: Marina inshtar.