8 de septiembre de 2013

ME TIENES EN TUS MANOS.

Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

Jaime Sabines

EL LATIDO DE LO ABSOLUTO.

-En la Biblia cristiana se dice: "Al principio, dios creó al hombre de barro y agua y luego insufló vida en él, y el hombre se convirtió en un ser vivo". Entonces, ¿qué es el hombre, el cuerpo o el hálito?
-Ambos. El vehículo para el espíritu se formó de la tierra. Cuando estuvo terminado, el Ser supremo sopló en la forma inerte y esa forma cobró vida. Empezó funcionando como un cuerpo biológico y una entidad pensante —un ser psicosomático—, una integridad. Aparece bellamente expresado en la Biblia. El hálito, el soplo de dios, es la fuerza vital, que se anuncia en la sensación de yo-soy —la conciencia—, yo-existo. Sólo entonces pudo aparecer el conocimiento de ser. Por ello, la sensación yo-soy es el soplo o latido de lo absoluto.
-Pero has dicho que lo absoluto está más allá del proceso creativo.
-Sí, aunque toda la manifestación mana sólo de ahí. Primero debe manifestarse la conciencia, el Ser fluido. Para anunciar su presencia y expresarse a sí mismo necesita un cuerpo. Una vez que se ha preparado adecuadamente el cuerpo, aparece el conductor inteligente, el yo-soy-conciencia, junto con el hálito o fuerza vital, y se pone en marcha el potencial para un funcionamiento armonioso e inteligente. Así pues, lo absoluto, aunque no provoca deliberadamente la aparición de la manifestación, debe considerarse como el origen de la aparición de toda manifestación, aunque él mismo no sea causado. La conciencia y la fuerza vital son, juntas, el soplo o latido de dios. Aquí me tomo la libertad de referirme a dios como lo absoluto.
-¿Desde qué lugar hablas?
-La comprensión pura surge del intelecto de lo absoluto manifestado. Es el hijo (conciencia) de dios; el saber intuitivo del universo apareciendo en el cuerpo de un ser humano.
-¿En ese caso podrías decir que eres dios?
-El yo-soy también es dios. No en un sentido de separación o arrogancia, no personalmente, pero como dios es el único, anunciándose a sí mismo a través de la intuición o el saber —yo-soy— en el interior del cuerpo de todos y cada uno de los seres conscientes, ninguno puede existir separado de él. La persona tiene su ser en dios, pues dios es omnipresente. Es el único Ser consciente. En la India, el dicho "jiva es Shiva" se acepta con facilidad. Aquí jiva se refiere al individuo y Shiva al Ser supremo.
El término dios evoca muchas connotaciones incómodas para mí.
Puedes utilizar el término conciencia en su lugar.
Mooji
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