Te busco en el encuentro de tu mirada.
Recojo el instante tuyo
que se entrega a luz diversa,
haciéndose una y pura
la llama profunda que tu amor desvela.
Eres hallazgo donde guardo
toda la esperanza,
el cálido abrazo del susurro
que me dice que me ama.
Entre visitas furtivas
nuestro encuentro de amantes
regala tu voz al día,
saliendo de nosotros
para entrar en el yo-nuestro,
yendo hacia el sueño encumbrado
de dos labios que se funden
en la luz de la mañana.
Y entonces amanezco,
amanece, amanecemos,
acariciados por el aire
que mece nuestras almas.
José Manuel Martínez Sánchez
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