29 de marzo de 2013

"SOLO UNA NOCHE"


Esta noche es nuestra, es una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesa tu pasado, tu presente, no quiero tu futuro.
No pienses por favor en mañana por que solo tenemos este hoy, esta noche, mañana nos esperan caminos y sueños opuestos.
Esta noche te fundiré en mis brazos,
te haré sentir como de a dos se logra uno solo.
Porque nuestros seres tan desprolijamente diferentes,
nuestras almas tan defectuosas al unirse, al ensamblarse,
forman esta lujuria hermosa que estamos sintiendo.
¿Mañana? ¿O dentro de un rato?
No sé, no me lo hagas pensar, déjame seguir así de erizado.
Te abrazo, te miro y mis instintos se superan asimismo, mi cuerpo se transforma en una pluma que flamea en el viento.
¡Que piel, ¡Que cuerpo!, tus besos, tus manos, tu respiración, detén el tiempo amor mío, que el amanecer nos marcará nuestra realidad.
Esta noche es nuestra, es una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesa tu pasado, tu presente, no quiero tu futuro.
No pienses por favor en mañana porque solo tenemos este hoy,
esta noche, mañana nos esperan caminos y sueños opuestos.
No hables por favor, déjame que interprete el lenguaje de tus ojos.
Este hoy es para toda la vida, esta noche es para nuestras memorias.
Dejemos que nuestras respiraciones pongan
melodías al silencio de esta, nuestra noche.
Que el amanecer nos encuentre fundidos en un abrazo,
sin nada que conversar o planificar, sin mentiras o promesas por decirnos.
¿Mañana? ¡No sé! ¿Tal vez?,
es que no imagino la abstinencia después de este momento,
no me imagino controlar esta adicción.-
Ya pasaron cuatro horas, en las que te miro como duermes,
mis brazos se han cansado de acariciarte, en tu rostro dormido se ven las huellas de una noche de serenidad y en el mío, desvelado, “los miedos”,
los miedos por no poder dejar de preguntarme si nuevamente te veré.
Partiré, en silencio, sin ponerte en el lugar de contestar mis preguntas,
sin que ni siquiera notes mi ausencia.-
No fue por mí que te pedí que no pienses en mañana, que no hables.
No fue por mí que te pedí que te liberes solo disfrutando ese momento.
Es que mi única intención fue compartir contigo
un instante sin prejuicios ni realidades.
Esa noche fue nuestra, una de esas que un dios querido nos regaló.
No me interesó tu pasado, tu presente, ni quise tu futuro.
No pensaste en el mañana porque solo tuvimos esa noche,
al otro día, como siempre nos esperaron caminos y sueños opuestos.
Gracias por no hablar y permitirme
que interprete el lenguaje de tus ojos, el sonido del deseo.
Esa noche te fundí en mis brazos,
y sé que te hice sentir como de a dos se logra uno solo.
Esa noche te amé, como siempre lo hice
y lo sigo haciendo en cada uno de mis días.-

Texto: Martín Adalberto Iseppi,
Derechos Reservados © Copyright

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