26 de marzo de 2013

NISARGADATTA MAHARAJ 1


Era muy directo y agudo en sus respuestas y no fomentaba el ego de nadie -de hecho, su propósito declarado era destruir esta «seudoentidad». Estar en su presencia era sentir la verdad vibrante, imposible de describir. Era sorprendente de ver: aquella «personalidad» podía estar feliz, colérica, triste, alegre, sarcástica, o amable, y una variedad de emoción se mostraba a través de aquel «paquete» como la luz del sol sobre el agua. Nunca había ningún intento de cambiar nada de ella... que haga sus cosas, ella no era él. Había sufrimiento en abundancia, debido al cáncer, pero en esta imagen humana yo nunca he visto a nadie con más coraje. Jamás salía una queja de sus labios. Aquel cuerpo continuaba cuando parecía imposible que pudiera hacerlo. Uno sólo podía mirarle con un amor y un respeto total. Aunque no había ninguna duda de la forma en que Sri Nisargadatta estaba sufriendo de cáncer, él continuaba como de costumbre con su rutina diaria de bhajans (cantos sagrados) cuatro veces al día, de sesiones de preguntas y respuestas dos veces al día, aunque como el cuerpo se tornaba cada vez más débil estas sesiones eran a menudo cortadas. Era suficiente estar en su presencia. Fue solo hacia el final cuando raramente hablaba.       

El Presente Vivo

Interlocutor: Por lo que yo puedo ver, no hay nada irregular en mi cuerpo ni en mi ser real. Ninguno de ellos son de hechura mía y no necesitan ser mejorados. Lo que no ha ido bien es el «cuerpo interior», llámalo mente, consciencia, antahkarana, cualquiera que sea el nombre.

Maharaj: ¿Qué considera usted que no va bien en su mente?

Int: Es inquieta, codiciosa de lo agradable y temerosa de lo desagradable.

Mah: ¿Qué hay de malo en su búsqueda de lo agradable y en su huida de lo desagradable? El río de la vida corre entre las orillas del dolor y del placer. Es solo cuando la mente se niega a correr con la vida y se aferra a las orillas, cuando eso deviene un problema. Por correr con la vida quiero decir aceptación -dejar que venga lo que viene y que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo que acontece, cómo y cuándo acontece, pues usted no es lo que acontece, usted es a quien ello acontece. Finalmente usted no es ni siquiera el observador. Usted es la potencialidad última de la que la consciencia omniabarcante es la manifestación y expresión.

Int: Sin embargo, entre el cuerpo y el sí mismo hay una nube de pensamientos y de sentimientos que no sirven ni al cuerpo ni al sí mismo. Estos pensamientos y sentimientos son inconsistentes, transitorios y desprovistos de significación, mero polvo mental que ciega y sofoca; sin embargo, están ahí, oscureciendo y destruyendo.

Mah: Ciertamente, la memoria de un acontecimiento no puede pasar por el acontecimiento mismo. Tampoco lo puede su anticipación. Hay algo excepcional, único, en el acontecimiento presente, que no tienen el acontecimiento pasado ni el venidero. Hay en él una viveza, una actualidad; destaca como si estuviera iluminado. En lo que acontece ahora hay el «sello de la realidad», que el pasado y futuro no tienen.

Int: ¿Qué es lo que da al presente ese «sello de la realidad»?

Mah: No hay nada peculiar en el acontecimiento presente que lo haga diferente del pasado y del futuro. Por un momento el pasado fue actual y el futuro lo devendrá también. ¿Qué hace al presente tan diferente? Obviamente, mi presencia. Yo soy real porque yo soy siempre ahora, en el presente, y lo que está conmigo ahora participa en mi realidad. El pasado está en la memoria, el futuro -en la imaginación. No hay nada en el acontecimiento presente mismo que lo haga destacar como real. Puede ser un suceso simple, periódico, como la campanada de un reloj. A pesar de nuestro conocimiento de que las campanadas sucesivas son idénticas, la campanada presente es completamente diferente de la anterior y de la siguiente -en tanto que recordada, o esperada. Una cosa enfocada en el ahora está conmigo, pues yo soy siempre presente; es mi propia realidad la que yo imparto al acontecimiento presente.

Int: Pero nosotros tratamos cosas recordadas como si fueran reales.

Mah: Nosotros consideramos los recuerdos, solo cuando irrumpen en el presente. Lo olvidado no cuenta hasta que uno lo recuerda -lo cual implica traerlo al ahora.

Int: Sí, puedo ver que hay en el ahora algún factor desconocido que da realidad momentánea a la actualidad transitoria.

Mah: Usted no necesita decir que es desconocido, pues usted lo ve en constante operación. Desde que usted nació, ¿ha cambiado alguna vez? Las cosas y los pensamientos han estado cambiando todo el tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado nunca, ni siquiera en sueño.

Int: En el sueño profundo no hay ninguna experiencia de la realidad presente.

Mah : La vacuidad del sueño profundo se debe enteramente a la falta de recuerdos específicos. Pero hay una memoria general de bienestar. Hay una diferencia de sensación cuando decimos «yo estaba profundamente dormido» y «yo estaba ausente».

Int: Vamos a repetir la pregunta con la que comenzamos: entre la fuente de la vida y la expresión de la vida (que es el cuerpo), está la mente y sus estados siempre cambiantes. La corriente de los estados mentales es sin fin, sin significación y dolorosa. El dolor es el factor constante. Lo que nosotros llamamos placer es sólo un lapso, un intervalo entre dos estados dolorosos. El deseo y el temor son la trama y la urdimbre del hecho de vivir, y ambos están hechos de dolor. Nuestra pregunta es: ¿puede haber una mente feliz?

Mah: El deseo es el recuerdo del placer y el temor es el recuerdo del dolor. Ambos hacen a la mente inquieta. Los momentos de placer son meramente lapsos en la corriente del dolor. ¿Cómo puede ser feliz la mente?

Int: Eso es verdad cuando deseamos placer o esperamos dolor. Pero hay momentos de dicha inesperada, imprevista. Dicha pura, no contaminada por el deseo. No buscada, no merecida, dada por Dios.

Mah: Sin embargo, la dicha solo es dicha frente a un trasfondo de dolor.

Int: ¿El dolor es un hecho cósmico, o puramente mental?

Mah: El universo es completo y donde hay completud, donde no falta nada, ¿qué puede dar dolor?

Int: El universo puede ser completo como un todo, pero incompleto en los detalles.

Mah: Una parte del todo vista en relación al todo es también completa. Solo cuando se ve aisladamente deviene deficiente y así un foco de dolor. ¿Qué es lo que lleva al aislamiento?

Int: Las limitaciones de la mente, por supuesto. La mente no puede ver el todo por la parte.

Mah: Muy bien. La mente, por su naturaleza misma, divide y opone. ¿Puede haber alguna otra mente, que una y armonice, que vea el todo en la parte y la parte como totalmente relacionada con el todo?

Int: La otra mente -¿dónde buscarla?

Mah: Yendo más allá de la mente que limita, divide y opone. Poniendo fin al proceso mental tal como nosotros lo conocemos. Cuando éste llega a su fin, nace esa mente.

Int: ¿En esa mente ya no existe el problema de la alegría y de la pena?

Mah: No como nosotros las conocemos, como deseable o repugnante. Deviene más bien una cuestión de amor que busca expresión y que encuentra obstáculos. La mente inclusiva es amor en acción, batallando contra las circunstancias, inicialmente frustrado, finalmente victorioso.

Int: Entre el espíritu y el cuerpo, ¿es el amor el que proporciona el puente?

Mah: ¿Quién más? La mente crea el abismo, el corazón lo cruza.


Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos

24 de marzo de 2013

TODO SE MUEVE.


Todo se está moviendo suavemente al compás con tu ritmo natural. 
Confía en esto. Si empiezas a pensar “Quiero despertar rápido”, entonces esto viene de la mente. No intentes forzar la vida o te harás daño. Cuando te subes al avión para encontrar a tu amado, que te está esperando en otro país, quizás sean ocho horas de vuelo. No le dirías al piloto: “Llévame allí rápido, necesito urgentemente un beso y una caricia”. Porque que lo que va a pasar si dices esto: no disfrutaras del viaje y además, el piloto tampoco. Ya estás a bordo. Simplemente relájate y disfruta del vuelo y todos los entretenimientos de este. No te vayas a dormir, pero tampoco te apresures. Solo relájate. Permanece en la quietud natural interior y déjate llevar por la vida.

Mooji

6 de marzo de 2013

LAS BRUJAS TIENEN MANO PARA LAS PLANTAS


Si eres una mujer de edad y atrevida, quizá no seas jardinera, pero sin duda alguna tendrás mano para las plantas. Las ancianas se encuentran en la fase creativa de la vida, la época de propiciar el crecimiento. Las plantas y las personas reaccionan ante esas ancianas de mano experta. (Como también reaccionaría el planeta mismo si un número importante de mujeres maduras se aplicara en esta tarea.) Las ancianas alimentan el crecimiento.
Quitan muy bien las malas hierbas. Podan. Saben que las diferentes plantas y personas necesitan condiciones distintas para fructificar. Protegen todo aquello que es vulnerable hasta asegurar su supervivencia. Las ancianas han aprendido a tener paciencia y pueden esperar el paso de las estaciones. Saben que lo pequeño deviene grande, que hay cosas que pueden florecer o dar fruto antes de morir.
La jardinería es una metáfora, pues representa lo que podríamos hacer en realidad en un ámbito más personal. Trabajar con las manos, cavar la tierra para introducir en ella las plantas de cultivo o las semillas, sentir el sol y la brisa, quizá incluso sudar y ensuciarse, son placeres tan intensos, si no superiores, como el hecho de comer tomates maduros o poner un ramito de flores recién cortadas en casa. Si te encanta la jardinería (o cualquier otra cosa que te llegue al alma), pierdes la noción del tiempo, y el momento presente te absorbe. Es esa misma cualidad la que marca la diferencia entre lo que te alimenta, o te da energía, y lo que te deja vacía. Una tarea que para alguien puede ser pesada es divertida para otro.
Una profesora, terapeuta, editora, maestra, directora o madre, o incluso una clarividente que sepa desarrollar el potencial del otro, dotadas todas ellas de mano experta, son como las jardineras que aman su trabajo: saben reconocer lo frágil y titubeante y comprenden que deben tratarlo con ternura, ven lo que posee algún valor y tiene pleno sentido, y también lo que debe ser eliminado en la poda con las tijeras.

La gente crece y florece contigo cuando se dan estas condiciones; y a ti, al mismo tiempo, también te influye esa presión que te desafía a madurar. A medida que las mujeres inician sus años de vejez la implicación en esta tarea irá cambiando. Los hijos se convierten en adultos independientes, llega, o planea en el horizonte, la jubilación, mudarse es una opción o una necesidad, y suceden acontecimientos predecibles e impredecibles. No es sólo que cambien las circunstancias externas; los pensamientos, los sentimientos y los sueños también pueden modificarse y cambiar. Muchas mujeres sienten la atracción de la soledad llegado este momento, y quieren dedicarse a reflexionar, expresarse, desarrollar su vida interior, o simplemente quieren tomarse un tiempo libre, al margen de los demás. Es necesario, sobre todo, disponer de tiempo interior cuando comienza una nueva etapa de tu vida. Una anciana almacena y decide cuáles serán las dimensiones de su jardín, y lo que plantará en él, cuando llegue su estación.
Las mujeres siempre han tenido que hacer malabarismos con los distintos papeles que encarnan. Eso era innegable cuando la mayoría eran amas de casa y madres a dedicación completa; y en la actualidad, que las mujeres además poseen un trabajo o ejercen una profesión, eso es más cierto que nunca. 
La vida de una mujer siempre requería flexibilidad y el dominio de diversas habilidades, pero la vida tradicional como tal era mucho más predecible. La generación de las mujeres que crearon el Movimiento para la Liberación de la Mujer se benefició de las oportunidades que aquello generó, abrieron nuevos caminos. No disponían de la posibilidad de seguir otras pisadas, y tampoco podían fijarse demasiado en la senda que siguieron sus madres. Nos convertimos en el modelo que había que seguir en lo que a distribución de papeles se refería, en refugios de esperanza, cajas de resonancia, y en apoyo y consuelo expertos que nos dedicábamos las unas a las otras. Ser una mujer que cuenta con buenas amigas es desde hace muchos años como participar en una terapia de grupo sobre supervivencia en la que se cuentan las experiencias vividas. Nosotras aprendimos a partir de las historias que vivieron esas amigas, y al mismo tiempo vivimos nuestro propio experimento.
Es ahora cuando nos damos cuenta de que nos hacemos viejas. Durante los años más significativos de la madurez son muchas las mujeres sabias que, aunque aman su profesión, deciden trabajar menos, escogen respecto a sus proyectos futuros o se centran en objetivos más ambiciosos y creativos. Para otras, en cambio, la jubilación puede ser liberadora. Por fin, contamos con tiempo para nosotras mismas, para nuestros objetivos, para desarrollar la creatividad, los pasatiempos y las aficiones. Las mujeres asalariadas que tenían que trabajar cuarenta horas por semana, tomar el tren cada día y ocuparse de la casa debían de tener muy poco tiempo disponible, o una renta modesta, y, sin embargo, ahora que son ancianas cuidan de su propio jardincillo, cultivan sus aficiones y recogen las semillas de los diversos planes para plantarlos. Finalmente les ha llegado la hora, a ellas y a nosotras. La jardinería requiere atención. Existen plagas insignificantes y grandes plagas destructivas contra las cuales tenemos que tender una barricada. Donde yo vivo, por ejemplo, las familias de alces contemplan nuestros jardines como si fueran restaurantes.

En cuanto a los jardines metafóricos, la amenaza, por lo general, viene bajo la forma de bípedo. Como ya saben desde hace tiempo las mujeres que trabajan en casa, si no construimos unos límites sólidos que protejan nuestro propio tiempo, los demás dan por sentado que pueden entrometerse en nuestra vida priorizando sus necesidades. Cuando nos jubilamos, la habilidad de mantener intactos nuestros límites es absolutamente necesaria. El jardín que somos nosotras es el que necesita, más que ningún otro, disponer de buena mano para las plantas y de vallas muy resistentes.

Jean Shinoda Bolen

6 de febrero de 2013

PARA UN ADIÓS SIN LÁGRIMAS.


Las paredes extendían su compasión en torno.
Era el andén, el puerto, la orilla definitiva ya.
Un cielo azul y un aire rodado en caracoles, 
el ventanal abierto.Firmes hombros, 
mis manos en tu profunda noche sobre sienes,
pude mirar tus ojos.
Habíamos bebido juntos; 
largo sorbo las dulces lunas lentas.
Tú me contabas cosas, yo recordaba sueños, 
y reía, reía con la risa más distante, 
más dichosa de todas las que tuve. 
Hablábamos del pasado como de un ave 
irremediablemente muerta.
Del futuro, como de una increíble profecía sin rostro.
Esencialmente nos habíamos amado, 
con el sólo apacible o volcánico
y siempre sorprendente gesto de amarnos, 
sencillamente amarnos.
Luego, tú a tú destino, 
yo a cualquiera, el más opuesto al tuyo.
Fue una botella de mar, cuando brindamos:
“Que te olvide en seguida si es que no puedes recordarme siempre.”
Una ráfaga virgen todavía, nos envolvió de pronto.
Era el instante de evadir,buscábamos la manera 
más simple de engañarnos.
Todo fue buen refugio; las paredes, el techo, 
las ventanas, el almohadón propicio, la lámpara, el espejo, 
las flores condenadas a morirse de sed, luego, mañana...
No quisimos mirarnos.
Tu sonrisa acarició mis hombros pensativos.
Displicente, con los ojos, en corales y piedras y naufragios,
hallé decir fingida: “tal vez llueva”.
Un silencio como un pájaro enorme que abatía.
El acero girado de la llave, un sollozo de gozne, tensa puerta,
y creí escucharte desde el nunca, voz de ráfaga y nube, tal vez llueva...

Matilde Alba Swann

5 de febrero de 2013

LA SOLEDAD COMO UNA DANZA.


El ser humano todavía no aprende a conocer las bellezas de la soledad. Siempre está ansiosamente buscando estar con alguien para olvidarse de que esta solo, nació solo, morirá solo y, no importa lo que haga, vive solo. La soledad es algo tan esencial a su ser que no hay manera de evitarla. Todos los esfuerzos fallaron y fallarán porque son contrarios a los fundamentos de la vida es necesario tornarse consciente de la soledad. Y es tan lindo sentirla porque te libera de la multitud, del otro. Soledad significa simplemente ser completo. Tú eres entero, no necesitas a nadie para completarte. Así, intenta descubrir tu centro más profundo donde siempre estuviste solo y tan lleno, tan completo y tan desbordante con todas las savias de la existencia que, habiendo probado tu soledad, el dolor del corazón desaparecerá siendo reemplazado por un nuevo ritmo de inmensa suavidad, paz, alegría y bienaventuranza. Esto no significa que una persona centrada en su soledad no pueda hacer amigos. En realidad sólo ella puede hacer amistades, porque ahora eso no es más una necesidad, es simplemente un compartir. La soledad es una flor, un loto abriéndose en tu corazón, la soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio. Meditación significa: éxtasis de estar solo. Uno está realmente vivo cuando llegó a ser capaz de estar en soledad, cuando ya no depende más de nadie, ni de ninguna situación ni condición y como la soledad es nuestra, puede quedarse mañana, tarde, día o noche; en la juventud o en la vejez; cuando estamos sanos o enfermos; en la vida y en la muerte también puede estar presente porque no es algo que te pasa desde afuera, es algo que emana de ti, es tu verdadera naturaleza, tu propia naturaleza.
Un viaje a nuestro interior es un viaje hacia la soledad absoluta; ahí no puedes llevarte a nadie contigo; no puedes compartir tu centro con nadie, ni siquiera con tu pareja, no es parte de su naturaleza y no hay nada que hacerle. Desde el momento que entras en tu interior, se rompen todas las conexiones con el mundo externo, se rompen todos los puentes. En realidad, desaparece el mundo entero.

Celebra la soledad, festeja tu espacio puro y va a surgir una gran melodía de tu corazón, y va a ser una canción de conciencia, va a ser una canción de meditación, va a ser el cantar de un pájaro solitario llamando a la distancia -no llamando a alguien en particular- , sino simplemente llamando, porque su corazón está lleno y quiere llamar, porque la nube está llena y quiere llover, porque la flor está colmada, se abren sus pétalos y se libera su fragancia sin estar dirigida a nadie.

Deja que tu soledad se transforme en una danza.

Osho

22 de enero de 2013

EL PODER CURATIVO Y LIBERADOR DE LA VERDAD.



La mayoría de las mujeres se convierten en grandes expertas de las conversaciones que sirven para darse ánimos, práctica que en sí misma conduce a la superficialidad cuando, por lo general, las verdades incómodas o las diferencias de opinión no se pronuncian por una cuestión de educación. Decir lo que los demás desean oír, en lugar de lo que es cierto, se puede convertir en una segunda naturaleza. El desafío, que nos hará ancianas, consiste en aprender a mostrarse sincera y compasiva. La observación es el primer paso: escuchar de verdad lo que nos cuentan. ¿Acaso deseamos profundizar en la conversación? ¿Actuamos por educación o por cobardía? ¿Vale la pena intervenir en este momento? La sabiduría de la anciana interior está en saber cuándo hay que hablar y qué hay que decir.
La verdad es afilada: es un instrumento que puede causar dolor, heridas, desfiguraciones o amputaciones; o bien puede ser el escalpelo del cirujano que extrae un cuerpo maligno o reconstruye una cara destrozada, y con ello restaura la salud o la autoestima. Las mujeres tienen tendencia a ocultar la verdad a aquellos que más les importan emocionalmente, y, al actuar de este modo, alimentan y fortalecen sus debilidades. Si estás padeciendo una relación abusiva, no sólo permites que lo peor de la otra persona te oprima, sino que además refuerzas su comportamiento. La anciana que hay en toda mujer lo sabe. Escúchala, y decide no colaborar con el abuso. Sobre todo si proviene de un hijo o una hija, y esa mala conducta ha reorganizado este mal comportamiento. La anciana sabe cuándo sucede algo que debe afrontar. Si escuchas a la anciana interior, tendrás que recordar el principio siguiente: «Hacer es transformarse»; es decir, al actualizar la conducta de la mujer madura, nos volvemos mujeres valientes y sabias. No querer que una amiga se sienta incómoda y ocultarle la verdad, no le va a servir de nada: las amigas se dicen la verdad. ¿Tiene mal aliento? ¿No presta atención a su aspecto? ¿Te preocupa la cantidad de alcohol que ingiere? Podríamos estar ante las primeras señales de una depresión causada por la soledad o una pérdida, ante los síntomas que remiten a problemas médicos, metabólicos o nutricionales, ante los efectos secundarios de un medicamento recetado, ante el uso del alcohol como sustitutivo de una medicación o ante la preocupación por un problema no compartido. Quizás a tu cónyuge o a tu amiga les falla la memoria, y, si éste fuera el caso, no hacer, ni decir nada, oculta una información que podría ser crucial para ganar tiempo.
Una anciana desea saber la verdad (para ayudarse a sí misma y a los que ama); lo cual significa que irá ella sola o acompañará a una amiga al médico, al abogado o a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Las ancianas se valoran a sí mismas, y valoran sus relaciones: ¿quién nos importa y a quién importamos en realidad? Entre las conocidas y amigas, ¿hay alguna que nos deja vacías y que, sea porque se siente con derecho, sea por sus persistentes invitaciones, sea por su necesidad, nos manipula para que pasemos el rato con ella? Pienso en las historias de aquellas mujeres con cáncer que luego yo narré en Cióse to the Bone\ me dijeron que «el cáncer fue una cura para su codependencia», es decir, que finalmente sentían que tenían una excusa lo bastante buena como para no ver a personas que les hacían sentirse culpables si no las escuchaban, o si no se reunían con ellas. Al igual que les sucede a las pacientes de cáncer, las ancianas sabias saben que su tiempo y su energía son preciosos: «Todo lo que haces se resta de lo que hubieras podido hacer de otro modo».

Si ya es hora de que demos por finalizadas algunas relaciones y de disponer de tiempo para nosotras mismas y para aquellos que en realidad nos importan en la vida, necesitamos enfrentarnos a eso, y esos propósitos son los que hemos de llevar a cabo. Los principios son: ser sincera y amable; el desafío estriba en cómo ponerlo en práctica, y saber si es posible. Lo más fácil de recortar son los tira y afloja sociales. En este caso, lo único que se puede hacer es desaparecer. Los conocidos que nos envían postales durante las vacaciones entran en esta categoría. Lo único que hay que hacer es dejar pasar dos años sin enviarles noticias nuestras. El mismo principio es aplicable a las excusas que nos hemos de inventar ante una invitación. El mensaje de que no estamos libres es ambiguo, y está abierto a las interpretaciones. Cuando el desaparecer funciona, no hay tensión si nos cruzamos en actos en los que asistan las dos partes. Las relaciones más difíciles, las que te agotan, parece, no obstante, que nunca terminan tan fácilmente, y éstas sí que son un verdadero desafío. Es duro mantenernos firmes delante de la otra persona: lo que digamos puede que posea un tono defensivo que nos lleve a "ceder" y seguir como antes; o bien quizá nos veamos inmersas en una rueda de conversaciones culpable-culpa que sólo conseguirá hacernos daño. Es mejor atribuir la retirada a ciertos cambios que suceden en nosotras, quizá por causa de un retraimiento, por la necesidad de estar solas para desarrollar nuestra creatividad o algún compromiso que requiere de todo nuestro tiempo, arguyendo además la petición de que nuestro esfuerzo se respete. Una mujer diagnosticada de cáncer me contó que le había dicho a varias personas que no esperaran encontrarla disponible para mantener conversaciones telefónicas, recibir visitas porque, según sus propias palabras, «necesito toda la energía que tengo para curarme». La determinación y la claridad del mensaje cuando se comunica que algo ha terminado es todo un detalle cuando la alternativa es la de un proceso doloroso, eterno y larguísimo. Sobre todo cuando se trata de sentimientos amorosos no correspondidos. Las ancianas atrevidas son personas atractivas, divorciadas o viudas, interesadas o no en encontrar a un nuevo compañero. Seleccionar agencias matrimoniales y páginas web por Internet en las que se ofrecen parejas serias es un método convencional para conocer a posibles candidatos. Sin embargo, también se pueden conocer en encuentros ocasionales, en especial cuando las mujeres salen solas. Los encuentros ocurren del modo más tradicional, esa manera que tienen las personas que no están casadas de conocerse: a través de amigos comunes. Así, es posible que conozcamos hombres con unas intenciones que no sean de nuestro agrado y, no obstante, entren en nuestra vida, se enamoren y se muestren persistentes, sin darse cuenta, o sin querer captar el mensaje, de que no estamos interesadas. Una anciana termina esta clase de relaciones limpiamente, con claridad y mucho respeto. No se siente culpable, ni responsable, de la falta de reciprocidad de sus sentimientos. Sabe que ella no le condujo a eso, ni le debe nada, aunque él piense de otra manera y así se lo comunique. La mujer se muestra clara y sin ambivalencias frente a esa historia que ha terminado. Si eres una mujer que no sabe actuar con decisión, cederás cuando él insista y saldrás con él, o bien te dará pena y lo volverás a ver; o incluso le dirás que no te llame, y, cuando él te telefonee, mantendréis conversaciones larguísimas. Quizá pienses que puede parecer mezquino o, como mínimo, desconsiderado actuar de otro modo. En ese caso te ofrezco una imagen que podría ayudarte a mostrarte firme y decidida. Piensa en la costumbre de recortar la cola de los cachorros cócker spaniel: no sería muy correcto ir cortándoles la cola a trocitos, sobre todo cuando la tarea puede realizarse con un corte limpio, contundente y definitivo. Muchas ancianas saben que la verdad nos libera. Hay que ser valiente para mostrarse como una es cuando «no se lo digas a nadie» o «¿qué dirán los vecinos?», son frases con las que nos han martilleado durante la infancia. Muchas mujeres necesitan sentir compasión por la niña traumatizada o avergonzada que todavía albergan en sí mismas, así como romper las cortapisas que la vergüenza todavía les impone. Cuando tal es el caso, la verdad se bloquea y nos queda una herida emocional sin sanar.
Las ancianas no viven fingiendo, ni se encogen de miedo ante la idea de la condena o el rechazo, echando marcha atrás en los momentos significativos en los que se mantienen conversaciones incómodas. Sentirse avergonzada supone estar oprimida por partida doble: primero por lo que fue, y segundo por la sensación de poca valía que eso despierta en nosotras. Muchas mujeres han sufrido malos tratos en su infancia, o proceden de familias pobres, alcohólicas o sin educación, o bien han abortado, son lesbianas en secreto, o crecieron guardando secretos familiares. En algún momento de sus vidas, la mayoría recuerda que temió que estas verdades llegaran a saberse. No obstante, las ancianas también recuerdan el momento y la persona con quien rompieron este tabú de silencio como el primero en el que se sintieron plenas. 

Decir la verdad es ser capaz de afirmar que «yo soy así». Nunca es lo que sucedió, sino el modo como reaccionamos ante lo que ocurrió lo que importa. Oculto en forma de secreto, te conviertes en una víctima, sola con tu sufrimiento. Cuando encuentras el coraje suficiente para decir la verdad, empiezas a liberarte del pasado que antes te retenía como rehén. 
Las ancianas tienen por costumbre decir la verdad.

Shinoda Bolen

El amor mordisqueará y roerá tus huesos
hasta que tus rodillas se rompan y tú te desplomes en el suelo.
Allí, el amor te susurrará al oído :
"Mira, no te puedes sostener tú mismo"
"Entonces, ¿qué es lo que me sostiene?", preguntarás.
Y tus ojos se encontrarán con los de él...y sabrás.

Jeff Foster

Ilustración "Idle" by Kathy Hare

16 de enero de 2013

EL ASOMBRO Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.


Un elemento muy importante en la educación es la capacidad de asombrase. ¿En qué consiste esta capacidad, en un mundo actual, en que las nuevas tecnologías llenan el espacio que deberían ocupar los sentimientos y las emociones?
El asombro es la base de la educación según el sistema que el Vedanta ofrece. Asombrarse es vivir la momentaneidad del presente. En el encuentro de la continuidad presencial es donde podemos allegar soluciones maravillosas a un mundo al que se suele tan solo recordar o futurizar.
El presente es la fuerza pedagógica que transforma la mente y lleva al entendimiento real de qué es la conciencia. El constante asombro, como método pedagógico, lleva a la continuidad presencial, que a su vez es la base metafísica del sistema Vedanta. Tras la vivencia de la simpleza del presente llega la paz. Sin embargo, el presente no es la concepción simplista que solemos tener de él. El presente, como entidad continua y no puntal, es el faro de la restructuración de la mente. Por ello, la sorpresa, el asombro, es el arte fundamental que debe esgrimir todo pedagogo.
Diverjo con su opinión de la tecnología.  Creo sinceramente que el problema de la juventud se basa en la falta de una educación que le genere sorpresa y asombro como sí lo hace una play station o un móvil. Impedir la aparición de la tecnología o limitarla es simplemente ocultar el sol con las manos. Es menester ofrecer una re-educación de la mente para favorecer un válido uso de la tecnología. Una mente equilibrada puede dar correcto uso en lugar y tiempo a cualquier instrumento. Note usted que un joven chatea horas frente a su ordenador. ¿Acaso se ha preguntado si lo importante es el ordenador o la comunicación que realizan? Los jóvenes requieren comunicarse y la mejor forma que se les ofrece para hacerlo es un chat, pero lo indispensable es la comunicación que sin descanso realizan entre unos y otros. Si se les ofrece un entorno para compartir que sea diferente a una maquinita,  con seguridad encontrarán una forma de ajustar el uso que hagan de la tecnología.

Sesha  (Entrevista publicada por la Comarca de Olot).

13 de enero de 2013

INSTRUCCIONES PARA AMAR.

Pósese justo frente a la persona que se quiere amar. Mírela a los ojos, sonría delicadamente, no exagere. Haga lento el abrir y cerrar de ojos: baje lentamente los párpados, súbalos de igual forma. Así durante todo el procedimiento.
Tome lentamente su cara y acérquela a la propia; inmediatamente verá la fusión de labios. Con suavidad, abra la boca y mezcle las lenguas, manteniendo las manos sobre la cara. Luego de algunos segundos sentirá una reacción química que liberará energía calórica, pero no se precipite, prosiga con las instrucciones. Tranquilamente aparte las manos de la cara del ser amado, deslizándolas suavemente por los hombros hacia abajo, hasta llegar a la espalda.

Abrazar fuerte.

Continúe con los procedimientos anteriores, verá que no experimentará ninguna dificultad para realizar estos pasos al mismo tiempo. Relaje las piernas y los brazos, sosténgase de pie sobre la persona que se quiere amar, verá que es el mejor soporte posible. Apague o disminuya la luz, el ambiente será más tranquilo.
Aproxímese a una cama, preferentemente hecha sólo de sábanas. No se preocupe por las almohadas, sus propios torsos cumplirán esa función perfectamente.
No se apresure, póngase, despacio, en posición horizontal, guíe al amado a ponerse en la misma posición, de manera que los dos queden acostados y de costado, mirándose una vez más.

No deje nunca de abrazar.

En silencio, recuéstese sobre el torso ajeno y déjese reposar un buen rato.
La oscuridad le dará una sensación muy pacífica de la realidad y limitando la visión y el oído, podrá disfrutar de los sentidos que suelen dejarse relegados: el tacto, el olor, el gusto. Mantenga el abrazo, pero no se quede dormido, el sueño bien podrá experimentarse despierto.
Admirar todo lo que guste, deleitarse con las más inocentes excusas, detener el tiempo mientras se ve a la persona amada hacer algo tan simple como hablar, fruncir el ceño o jugar infantil y tiernamente con un peluche. Agregue dulzura a gusto. Añada sonrisas, payasadas y bromas (las lágrimas no hacen mal si están medidas en proporción y están bien batidas con amor), regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas. Pueden ser valorados más que una joya.

Consejo: las caricias y besos extras a lo largo de todo el procedimiento producirá un mejor efecto y mejor resultado. No olvide las miradas.

Secreto: Esta receta es especial para noches de lluvia; el sonido de las gotas rompiendo el silencio conforma una atmósfera imperdible.

Julio Cortázar.




LAS ANCIANAS SON ATREVIDAS.


Una anciana es una mujer madura con entusiasmo, pasiones y alma. Si aspiras a ser una de ellas, has de saber que el secreto está en ti misma, siempre y cuando la mente, el corazón y el cuerpo todavía sigan funcionando razonablemente bien, y por tu parte valores el hecho de estar viva. Hablando en sentido metafórico, las tres fases lunares (creciente, llena y menguante), las tres fases de la diosa antigua (doncella, madre y anciana) y los tres indicadores biológicos de la menarquía, la menstruación y la menopausia, dividen la vida de las mujeres como si se tratara de una obra de teatro en tres actos. Hemos llegado, pues, al tercer acto, y el telón bajará cuando éste finalice. 

En el tercer acto quizá tratemos de enhebrar el significado de las anteriores etapas de nuestra vida, y con ello nos encontremos absortas en algo nuevo. Alcanzamos conclusiones y desenlaces; unas puertas se cierran, pero otras se abren. Sin tener en cuenta los detalles más concretos, lo que da sabor a la vida es estar profundamente implicada en ella. Puede que seas una anciana atrevida que ha descubierto la riqueza de la soledad y puede que disfrutes de una vida y un espacio propios, sabiendo que sólo tienes que agradarte a ti misma. A lo mejor eres una anciana atrevida, dispuesta a abrir tu hogar y tu corazón a muchísimas personas, y cuya vida incluso podría erigirse en pilar central de la actividad de una comunidad. Quizá seas una mujer de edad avanzada y atrevida que ha encontrado un amante más joven. Igual estás casada con la persona adecuada ("adecuada" respecto a tu manera de ser y a lo que deseas de la vida).

Podría ser que contemplaras el mundo desde la perspectiva de una turista, una peregrina o una voluntaria de una ONG. Es posible que te dediques a leer y aprender acerca de todo aquello que te interesa conocer. Quizá seas una activista que trabaja para conseguir mejorar un poco el mundo. Tal vez te encuentras en una fase creativa de la vida, o bien te encanta pasar el rato con tus nietos, o no, claro (lo cual dependerá mucho de cómo sean ellos, y de como seas tú también). Otros pensarán (e incluyo a tus nietos) que estás fuera de lugar y que eres caprichosa o excéntrica porque puedes mostrarte auténtica y no te conformas con el estereotipo que, según ellos, tiene que regir "a una mujer cabal de tu edad". Es posible, por otro lado, que descubras que te has convertido en el modelo inesperado que inspira a mujeres más jóvenes que tú, cuyas madres sí que encajan con ese estereotipo.

Cuando escribí Las diosas de la mujer madura: arquetipos femeninos a partir de los cincuenta, era muy consciente de que "anciana" no era una palabra convencional que pudieran aceptar las mujeres que pasaban de los cincuenta. "Mujer madura", sin embargo, ya sonaba diferente. La yuxtaposición de estas dos palabras parecía tanto una contradicción, en lo relativo a sus términos, como una feliz posibilidad; "seca y vieja", a fin de cuentas, eran los adjetivos más habituales asociados a "anciana". "Madura", en cambio, nos trae a la mente metáforas que tienen que ver con la humedad y la jugosidad. 
El significado positivo de la palabra "madurez" implica placer. Es como decir que la mujer que la posee está conectada a una fuente de electricidad o energía, o bien que tiene la capacidad de provocar que determinadas cosas ocurran. Lo que en verdad nos revitaliza es el amor incondicional, que es la única fuente de energía que jamás se agota; al contrario, cuanto más entreguemos, con mayor cantidad contaremos.  

En la naturaleza, la vitalidad (el estar vivo) significa que existe una fuente de agua que alimenta un nuevo crecimiento y conserva la vida, que es húmeda. La humedad metafórica y el fluir, tanto para la salud física como para el bienestar emocional, también son esenciales. Los sentimientos genuinos y su expresión sin trabas son húmedos. En períodos de dolor, las lágrimas de pesar fluyen. En la risa y la alegría desinhibidas, las lágrimas fluyen. Implicarse en la vida y comprometerse con ella es una proposición madura. Cada mujer madura recurre a una fuente o a un acuífero profundo lleno de significado que se halla en su mente.

Jean Shinoda Bolen  (“Las brujas no se quejan”)

12 de enero de 2013

BOLERO.

Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.

Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Julio Cortázar


9 de enero de 2013

Quiero enamorarme de tal forma,
que la visión del hombre,
incluso a una manzana de distancia,
me conmueva y me penetre,
me debilite y me haga temblar,
aflojarme y derretirme entre las piernas.
Así es como quiero yo enamorarme;
tan fuerte que el simple hecho de pensar en el amado
me produzca un orgasmo.
Anais Nin


EL DOS VECES NACIDO.


El jivanmukta posee consciencia de su cuerpo, de su vitalidad y de su mente. Puede reconocer la existencia del dolor físico, atestiguar enfermedades e incluso bucear por sus propios recuerdos. La única diferencia entre un jivanmukta y una persona común es la capacidad de des-identificación que opera en su mente. Todo ser humano convierte cualquier experiencia mental o física que realiza en algo propio, personal, a tal punto que presume de conciencia individual y atestigua que es él quien realiza la acción, pues se advierte a sí mismo como ejecutor de todo acto. Al levantarse a la mañana es él quien hace el sobrehumano esfuerzo de retirar las cálidas cobijas que le arropan en invierno; es él quien necesita asear su cuerpo y vestirlo para alistarse antes de ingresar a su trabajo diario; es su cuerpo quien tiene hambre y requiere de desayunar para tomar fuerzas. Así, cada acción siempre se interpreta bajo la óptica de alguien que la realiza.
Toda persona común, en su lenguaje cotidiano, siempre declina los verbos en primera persona cuando se siente realizador de los actos. Piensa y habla diciendo: camino, trabajo, me aseo; así, todas las actividades que implican acción se convierten en verbos asociados a cualquiera de los pronombres personales: yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos. El verbo, al declinarse, inmediatamente toma el matiz propio de quien realiza la acción, tal como la lluvia que cae al mar adopta inmediatamente el carácter salado del agua.
La des-identificación impide la aparición del sentido de yo en la acción realizada, ya sea esta física o mental. La mente procesa entonces la información sin que exista sentido de apropiación ni pertenencia. La atención del sujeto permanece, pero no encuentra un centro activo donde se presuma que existe el centro de la individualidad. Entonces la acción se hace pero no hay quien la haga; hay saber pero no hay quien sepa. Liberada la mente del sentido del yo cambia la modalidad de percepción y se establecen nuevas reglas de cognición; son estas nuevas reglas de cognición las que determinan la aparición de nuevos estados de conciencia.
El jivanmukta tiene la posibilidad de convertir en objetos a sus pensamientos, esto es, puede experimentarse des identificado de ellos. Normalmente cualquier persona se atribuye a sí misma la condición mental que experimenta. Si por momentos está alegre, se define a sí mismo de igual manera; si, por el contrario, se encuentra triste, de igual manera asume dicho rol. Esta actividad psicológica que frecuentan los seres humanos se parece a suponer que un vidrio totalmente límpido asume el color que su natural capacidad de traslucir provee. Observando desde dentro de una casa a través de los tabiques acristalados, estos entintan los diversos colores que el paisaje visualmente transmite. Igual pasa con el sentido de identificación mental humano: los sentimientos, pensamientos, sensaciones y pasiones se integran con el yo combinándose y creando una entidad consciente que se diferencia de cualquier otra individualidad. La mente le otorga a dicha individualidad el sentido de pasado y la manera de fluir del tiempo, asegurando al individuo tener una dirección evolutiva hacia el futuro. El jivanmukta, en cambio, no posee un centro activo desde el cual obre y al cual podamos llamar ego. La consciencia permanece activa pero no asume un rol individual. Lo conocido se sigue conociendo, el conocedor sigue conociéndose; sin embargo, entre conocedor y conocido no se advierte sentido de diferencia; ha nacido el sentido no-dual de percepción.
También a los jivanmuktas, como apunta la sloka y por la misma razón, se les llama los “grandes ignorantes” o “los dos veces nacidos”, pues nacieron primero de un vientre y luego nacieron a la percepción suprema, esa que les permite alcanzar y traspasar el “océano de la ilusión”. Esto se ilustra en algunas otras culturas, como por ejemplo en la budista Zen, con el apelativo de “Gran Ignorante” que se atribuye al maestro que se ha establecido en el satori, porque después de haber conocido todo lo que puede conocerse, no se le nota, no se percibe nada extraordinario en él y sigue pareciendo a los ojos del mundo tan ignorante como la mayoría.

Sesha.
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