Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante años.
La mayoría de la gente cree que «es» lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con gran sorpresa, que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través de un cielo vacío. Están de paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad.
Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente la historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis pensamientos se marchen: me enfrento a ellos con comprensión. Son ellos los que me dejan marcharme a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas en los árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen del mismo modo, y a través de la indagación, podemos entablar amistad con ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que te has enfrentado a un concepto doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.
Byron Katie (Amar lo que Es)
29 de noviembre de 2009
25 de noviembre de 2009
RENUNCIA...
"No hay que renunciar a la vida cotidiana; se puede meditar y seguir cumpliendo las obligaciones mundanas, así fluirá la Energía incluso cuando estés absorto en el trabajo, pues en el mismo espíritu que meditas así manifestarás tus actividades. De este modo, tu actitud hacia las personas, los objetos y los acontecimientos cambiará gradualmente. Tus acciones se acompasarán a tus meditaciones. A lo que hay que renunciar totalmente es al egoísmo que nos liga al mundo; renunciar al falso ego es la auténtica renunciación" (Ramana Maharshi)
MANIFESTACIÓN
La Consciencia es todo lo que hay. Ésa es la Fuente de la cual ha surgido toda la manifestación. El funcionamiento de la manifestación es la vida tal como la conocemos, y dentro del funcionamiento de la manifestación nada sucede porque sea la voluntad del individuo. Nada puede suceder, a menos que sea la voluntad de Dios, y con Dios me refiero a la Fuente.
Así que, para comenzar, todo lo que hay es la Fuente. Llámalo Consciencia, llámalo el "Yo" [con mayúscula], como decía Ramana Maharshi, llámalo como quieras, pero entiende que a lo que se hace referencia es a la Fuente Una: el Uno-sin-segundo. Todo lo que hay es la Fuente de la cual ha surgido esta manifestación, que es la totalidad de loa objetos. El ser humano es una especie de objeto con el dudoso don adicional del sentido personal de ser el hacedor, que es el ego. Repito, el ser humano no es más que un objeto, una especie de objeto junto con todos los demás objetos que conforman la totalidad de los objetos dentro de la manifestación.
En el funcionamiento de la manifestación hallamos el segundo concepto básico: nadie, ninguna "persona" hace nada. Nada sucede, a menos que sea la voluntad de la Fuente, la voluntad de Dios. Esto significa que el ego es una ilusión. El sentido de autoría personal, el sentido personal de ser el hacedor, es una ilusión. Ésta es la comprensión última.
La comprensión última es que el ego no existe como algo bien diferenciado de la Fuente y que se vuelve uno con Ésta. Mientras digas "yo soy Eso", el "yo" personal es algo separado de la Fuente, y lo que estoy diciendo es que no existe un "yo" personal. El ego no se vuelve uno con la Fuente. El ego desaparece dentro de la Fuente cuando hay una aceptación total e incondicional de que nunca hubo un ego.
RAMESH S. BALSEKAR (¡A quién le importa!)
EL MUNDO ES COMO UN SUEÑO
El mundo es como un sueño, pero tú, el durmiente, crees que es real. Hasta que de pronto la muerte te despierta y te liberas de la noche de las opiniones y la falsedad. Te echarás a reír ante el sufrimiento de tu existencia terrenal cuando veas tu permanente morada. Al despertar, tomarás conciencia de todo cuanto hiciste mientras dormías en esta mundanal existencia. No pienses que tus acciones se considerarán sólo malas acciones cometidas mientras dormías, sin ninguna consecuencia para tí. Pero en la hora del despertar tus lágrimas de dolor y tus lamentos ¡se transformarán en dicha!
Jalal al-Din Rumi
Jalal al-Din Rumi
TU LO SABES...
“Tu lo sabes…que a pesar de los esfuerzos, nos venció la cotidiana costumbre de amarnos”
Primero fuiste el cristal de una sonrisa invadiendo mi existencia, luego…minúscula gota de silencio bebiéndose a orillas de mi piel, cada suspiro desués…Hombre que buscó en mis espacios, un rayo de luz para su rostro triste, el vaivén de una caricia para su pelvis vencida, la penetración exacta para rescatar su sexo exiliado entre secretos, todo lo demás tú lo sabes.
Fuimos ermitaños enajenados del amor perdidos por no se qué laberintos escoltados por la fantasía de los sueños.Me abandoné a tus eternas erecciones, a tus labios mágicos, a tu caricia extraviada en el más allá de tus rincones, a los ayes repetidos, pegados al lecho como estigmas.
Me acostumbré al encuentro intenso de nuestros cuerpos, a la fogosidad de la piel de tus manos, a sentir en mi carne la succión salvaje de tus desenfrenos.Todo lo demás tu lo sabes.
El verano que nos consumía comenzó a blasfemar por los excesos, las mentiras nos encadenaron más al yugo, las ataduras terminaron con los sueños, las fantasías se derrumbaron con la fragilidad de un castillo de naipes, como fortaleza inventada por chiquillos.
A nuestros polos se les agotó su magnetismo y hoy somos átomos ajenos a nuestros Universos, nubes extrañas surcando el firmamento, personajes desconocidos encontrándose en las esquinas con las sonrisas muertas, con los pasos dirigidos hacia otros destinos.
Todo lo demás…tu lo sabes ¡!!!
Primero fuiste el cristal de una sonrisa invadiendo mi existencia, luego…minúscula gota de silencio bebiéndose a orillas de mi piel, cada suspiro desués…Hombre que buscó en mis espacios, un rayo de luz para su rostro triste, el vaivén de una caricia para su pelvis vencida, la penetración exacta para rescatar su sexo exiliado entre secretos, todo lo demás tú lo sabes.
Fuimos ermitaños enajenados del amor perdidos por no se qué laberintos escoltados por la fantasía de los sueños.Me abandoné a tus eternas erecciones, a tus labios mágicos, a tu caricia extraviada en el más allá de tus rincones, a los ayes repetidos, pegados al lecho como estigmas.
Me acostumbré al encuentro intenso de nuestros cuerpos, a la fogosidad de la piel de tus manos, a sentir en mi carne la succión salvaje de tus desenfrenos.Todo lo demás tu lo sabes.
El verano que nos consumía comenzó a blasfemar por los excesos, las mentiras nos encadenaron más al yugo, las ataduras terminaron con los sueños, las fantasías se derrumbaron con la fragilidad de un castillo de naipes, como fortaleza inventada por chiquillos.
A nuestros polos se les agotó su magnetismo y hoy somos átomos ajenos a nuestros Universos, nubes extrañas surcando el firmamento, personajes desconocidos encontrándose en las esquinas con las sonrisas muertas, con los pasos dirigidos hacia otros destinos.
Todo lo demás…tu lo sabes ¡!!!
23 de noviembre de 2009
HAZ SAGRADA TODA ACCION.
Ahora bien, la diferenciación del YO-yo es fundamental para avanzar ya que lo que se avecina es sorprendente y ¡revelador!
Si el Yo no necesita nada, entonces, quién es ese que necesita hacer todas las cosas?... El ego (yo).
Es fundamental para cualquier camino que empiece el ser humano aclarar su relación con su pretensión en la acción y saber que de allí se desprenden consecuencias liberadoras o esclavizantes.
La acción es el acto en función de alguien que actúa. Así resulta que todos “actuamos”. Estas acciones se van impregnando de connotaciones de todo tipo: moral, ético, religioso, etc. a través del tiempo y con diferentes etiquetas, de acuerdo al contexto y a quién tenga el poder de juzgar o indultar los actos de los demás. Así aprendemos que podemos ser buenos, malos, justos, injustos, generosos o avaros y representar modelos de todo tipo, aceptados o rechazados por otros.
Por lo anterior algunas acciones tendrán una consecuencia agradable y otras, desagradable. Siempre hacemos cosas que nos den placer y rechazando o haciendo de mala gana las que produzcan displacer. En este orden de ideas establecemos para siempre que entre “yo” y “la acción” hay un literal “interés”, un “enganche propio” que se desprende de nuestra intención de obtener un resultado de cada acción. También se cree que la acción la hago “yo” (el ego), por lo tanto es mía, me identifico con “mí” acción, soy mi acción.
¿Y si no resulta lo que quiero?... Me empeño por que resulte y empiezo a “sufrir” hasta conseguir lo que quiero, o “sufro” si no lo consigo, o “sufriré” si no lo mantengo.
Todo esto relacionado con sufrir (antes-durante o después) tiene un origen claramente mental, porque allí está el “ego” “deseando algo” y tejiendo una serie de acciones que desde el principio y hasta el final lo “encadenan” a un resultado.
Cómo haríamos para liberarnos de sufrir por algo.
Recuerdas que el YO superior, es… ¡libre!
¿Que te parece si tu acción llevara menos “yo”? Ya estuviste practicando decir menos “yo”, “mí” o “mío” al hablar, ¿cierto?
Tarea: Te propongo actuar sin estar sujeto o atado al resultado. Ejemplo: si le das de comer a un niño, solo lo haces ofreciéndole un alimento “divino” sin esperar el famoso “ahora estará sano y fuerte” ya que el efecto se sucederá naturalmente. Actuar orientado hacia algo y a la vez entregado a algo superior, es como aceptando que toda acción se valiera de una fuerza divina y natural para poder existir y ser hecha. Es cierto que cualquier “yo” olvida por completo que para pensar primero necesita existir, ¿cierto? Y que la existencia es un misterio que el “yo” no puede develar, por lo tanto entrega la acción al misterio de la existencia sin convertirte en esclavo del resultado, deja de vivir pendiente de obtener esto, aquello o lo otro. Actúa en confianza sin más rollo y acepta el aprendizaje en la acción con amor. Ofrece toda acción a la vida misma, al aire, al sol, a la tierra, a todo eso que te mantiene vivo y que es ajeno tanto a tu voluntad como a tus deseos e igualmente y de manera desinteresada está allí ¡para ti y para todos!.
Te sorprenderás al darte cuenta, como el miedo, la angustia, el rencor y el apego comienzan a desaparecer progresivamente de tu vida. Porque trascendido el ego, nada de ello existe!
Siempre juntos. Siempre positivos
Marcelo dos Santos
Si el Yo no necesita nada, entonces, quién es ese que necesita hacer todas las cosas?... El ego (yo).
Es fundamental para cualquier camino que empiece el ser humano aclarar su relación con su pretensión en la acción y saber que de allí se desprenden consecuencias liberadoras o esclavizantes.
La acción es el acto en función de alguien que actúa. Así resulta que todos “actuamos”. Estas acciones se van impregnando de connotaciones de todo tipo: moral, ético, religioso, etc. a través del tiempo y con diferentes etiquetas, de acuerdo al contexto y a quién tenga el poder de juzgar o indultar los actos de los demás. Así aprendemos que podemos ser buenos, malos, justos, injustos, generosos o avaros y representar modelos de todo tipo, aceptados o rechazados por otros.
Por lo anterior algunas acciones tendrán una consecuencia agradable y otras, desagradable. Siempre hacemos cosas que nos den placer y rechazando o haciendo de mala gana las que produzcan displacer. En este orden de ideas establecemos para siempre que entre “yo” y “la acción” hay un literal “interés”, un “enganche propio” que se desprende de nuestra intención de obtener un resultado de cada acción. También se cree que la acción la hago “yo” (el ego), por lo tanto es mía, me identifico con “mí” acción, soy mi acción.
¿Y si no resulta lo que quiero?... Me empeño por que resulte y empiezo a “sufrir” hasta conseguir lo que quiero, o “sufro” si no lo consigo, o “sufriré” si no lo mantengo.
Todo esto relacionado con sufrir (antes-durante o después) tiene un origen claramente mental, porque allí está el “ego” “deseando algo” y tejiendo una serie de acciones que desde el principio y hasta el final lo “encadenan” a un resultado.
Cómo haríamos para liberarnos de sufrir por algo.
Recuerdas que el YO superior, es… ¡libre!
¿Que te parece si tu acción llevara menos “yo”? Ya estuviste practicando decir menos “yo”, “mí” o “mío” al hablar, ¿cierto?
Tarea: Te propongo actuar sin estar sujeto o atado al resultado. Ejemplo: si le das de comer a un niño, solo lo haces ofreciéndole un alimento “divino” sin esperar el famoso “ahora estará sano y fuerte” ya que el efecto se sucederá naturalmente. Actuar orientado hacia algo y a la vez entregado a algo superior, es como aceptando que toda acción se valiera de una fuerza divina y natural para poder existir y ser hecha. Es cierto que cualquier “yo” olvida por completo que para pensar primero necesita existir, ¿cierto? Y que la existencia es un misterio que el “yo” no puede develar, por lo tanto entrega la acción al misterio de la existencia sin convertirte en esclavo del resultado, deja de vivir pendiente de obtener esto, aquello o lo otro. Actúa en confianza sin más rollo y acepta el aprendizaje en la acción con amor. Ofrece toda acción a la vida misma, al aire, al sol, a la tierra, a todo eso que te mantiene vivo y que es ajeno tanto a tu voluntad como a tus deseos e igualmente y de manera desinteresada está allí ¡para ti y para todos!.
Te sorprenderás al darte cuenta, como el miedo, la angustia, el rencor y el apego comienzan a desaparecer progresivamente de tu vida. Porque trascendido el ego, nada de ello existe!
Siempre juntos. Siempre positivos
Marcelo dos Santos
19 de noviembre de 2009
EL MIEDO.
El miedo es lo que nos separa de Dios. El miedo, el temor, la angustia, la ansiedad & Es el miedo, lo que nos impide fluir, lo que nos separa de los demás, nos separa de nuestros sueños, lo que nos corroe la fe y la confianza. El miedo nos encoge, nos debilita, nos paraliza, nos neurotiza, o nos hace caer en la negligencia, en el desorden de carácter. El miedo nos destruye la estima y la falta de estima nos produce inseguridad y miedos. El miedo puede también venir acompañado de culpa, vergüenza, hostilidad y otros.
¿Pero cómo superar el miedo? La ley de la entropía, la segunda ley de la termodinámica, nos habla de cómo se mueve la energía, nos explica una tendencia a la degradación de esta. Es decir, el calor, por ejemplo va hacia el enfriamiento. La materia va naturalmente hacia un mayor grado de desorden, degradación o entropía. Necesitamos hacer un esfuerzo para trascender, para crecer. No crecemos naturalmente, sino con trabajo. Es revelador que podemos sortear la ley de la entropía. Es también revelador, que ese trabajo puede ser feliz y armonioso y no necesariamente de lucha, de pelea, o dolor. Con el desarrollo del carácter podríamos hacer las cosas bien y aprender a hacerlas con un manejo del estrés, de la ansiedad de los miedos. Para ello hay que vigilarse, estar conscientes de cuando nos aparece el miedo. Asegurarnos de que respondemos a la realidad y no a nuestro niño asustado. Nuestro obstáculo, el miedo hay que validarlo, explorarlo, utilizarlo como nuestro aliado, utilizarlo para poner límites, explorar que trata de decirnos, hacerlo nuestro consejero, integrarlo, hacerlo mi espía, mi investigador, mi conciencia. Es el no enfrentarlo, el no validarlo, lo que le otorga poder. Lo que no integramos nos divide y nos separa. Ese miedo puede ser una parte nuestra no atendida, quizás hace muchos, muchos años. La manera de liberarlo es bajar hasta el calabozo donde lo tenemos arrinconado y abandonado y atenderlo y liberarlo. Somos libres en la medida que liberamos a nuestros prisioneros que tenemos en nuestros calabozos interiores. Requiere descifrarnos, expresarnos, abrirnos, exponernos y descubrirnos. Tocar la llaga para sanar. La libertad se gana desde adentro hacia afuera. ¿Cómo aceptar que si algo te sale mal no es que no sirvas, sino que estas aprendiendo?. ?Como eliminas la neura de la compulsión de que las cosas te tienen que salir perfectas y como por otro lado no caes en la negligencia, en el desorden de carácter.? ¿Cómo enfrentarte a la realidad abierto, vacío, aunque con un criterio, para entregarte a ella y que ella moldee tu intención? Es un arte de ser industrioso y soltar.
Con frecuencia, el miedo se manifiesta como que queremos tener control, no queremos enfrentar la incertidumbre, queremos tenerlo planificado y los resultados predecibles. No estamos dispuestos a enfrentar la incertidumbre, cuando esta es ley del universo, como nos dice el principio de la incertidumbre de la física cuántica. Este principio también llamado de la indeterminación, nos dice que precisamente el intento de observar hace que lo observado altere su posición de manera impredecible.
Reflexionemos, un milagro es encontrar resultados que no esperábamos. Al querer tener completo control perdemos la magia que nos brinda este universo. Tener fe es estar conectado con Dios, confiar, saber que somos guiados por Dios y que para estar con él, para aprender a estar con él tenemos que pasar por un proceso que implica disciplina, acción, responsabilidad, proactividad, estar alineados, ser consecuentes. Aprender a manejar nuestros miedos es parte del proceso de lograr armonía. Nos ayuda el orar, confiar e integrar. Con una intención trabajada y no completamente determinada podemos enfrentar a la realidad con nuestra experiencia y sabiduría, y podemos ir creando y dando forma a nuestra intención. Otro principio importante es saber que podemos pedir ayuda a otros. Saber pedir ayuda es también un arte, requiere exponer tu vulnerabilidad, a veces. Requiere humildad. La fe requiere también desapego. Se pone la intención, se trabaja, pero se suelta el resultado. Es encontrar el estado de gracia. La gracia siendo aquel estado de conciencia y de sincronicidad donde tus deseos se cumplen de una manera creativa, fácil, en armonía- aunque siempre haya dificultades- pero esta no te tienen a ti, no te dominan, no te afectan hasta el nivel donde te identificas con el problema, te atrapa el miedo y dejas el estado de fe, confianza y gracia. La gracia es el arte de cómo poner tu intención para cumplir tus deseos, como trabajar creativa y felizmente el proceso de la creación y además hacer que durante el proceso no se apoderen de ti los miedos, sino que sigas en la conexión, en la fe y la confianza. Tu diriges tus acciones, pero a su vez no tratas de controlar los resultados, sino que sabes fluir y abandonarte. Lograr ese balance es el arte de la felicidad.
Trabajar la espiritualidad, es decir trabajar la conexión con Dios es fundamental para vencer los miedos. Pero también es requisito pasar por un proceso sicológico de verse identificarse, explorarse, darse cuenta. Identificar de donde vienen los miedos enfrentarlos, descifrarlos y trascenderlos, identificar las imágenes que nos conectan con esos miedos, como nos dice el Pathwork es parte del proceso. Las imágenes son conclusiones emocionales que hicimos de niños, concepciones erróneas de la realidad, que son recreadas en el presente, al actuar como un filtro que nos hacen chocar con la realidad de una manera conflictiva o traumática. Los conflictos o los sentimientos de decepción y vergüenza son provocadas por nuestras imágenes y son señales para identificarlas.
No enfrentar la vida desde el miedo, la inseguridad, la lucha, la supervivencia, sino desde la fe, la confianza la creatividad, la valentía de atreverse, la gracia de hacerlo sin neurosis y sin negligencia, esto es el estado de gracia. Esa armonía entre la disciplina y la flexibilidad, el orden y el abandono, nos permite como en una danza enfrentar la vida con fe, con entrega, con creatividad, con entusiasmo, con pasión, con alegría.
Si conectas con tu Ser, si estas alineado, se te manifestará en su momento tu manera personal de expresarte en tu manifestación creativa y esplendorosa. Pero el reto siguiente es hacerlo en armonía y felicidad. Ahora tendrás que aprender a bailar. A bailar al ritmo de la danza cósmica de Shiva. Shiva es el dios(a) hindú cuya imagen tiene numerosos símbolos. Tiene cuatro brazos y dos piernas. En una mano crea y en la otra suelta, con un pie aplasta al demonio de la ignorancia el mal esencial- con el otro danza, con otra mano te señala la tierra- el aquí y ahora- y con la otra te hace el mudra (1) de "no temas". La danza cósmica de Shiva es quizás la mejor imagen universal de la actitud de sabiduría en este mundo dual en el que todos estamos condicionados a unas leyes cósmicas. Y que mejor forma de hacerlo que bailar al unísono y en armonía con las leyes de este infinito y mágico universo.
Lo primero para poder hacer esta danza de armonía, el vivir en gracia , es darte cuenta de que es posible y proponértelo. Creerlo posible. Si conscientemente te lo propones, lo obtendrás. Las leyes del cosmos son conocibles y manejables, pero nuestro ser dormido no se da cuenta y nuestra falta de fe nos hace abandonar. Lo primero es darte cuenta, después desearlo, creerlo, después trabajar, insistir, orar y pedir con fuerza, alinearnos y desearlo profundamente."Lo que realmente pedimos, deseamos y oramos con todas nuestras fuerzas y con insistencia nos será dado"
Articulo de Luis Miguel Rico.
¿Pero cómo superar el miedo? La ley de la entropía, la segunda ley de la termodinámica, nos habla de cómo se mueve la energía, nos explica una tendencia a la degradación de esta. Es decir, el calor, por ejemplo va hacia el enfriamiento. La materia va naturalmente hacia un mayor grado de desorden, degradación o entropía. Necesitamos hacer un esfuerzo para trascender, para crecer. No crecemos naturalmente, sino con trabajo. Es revelador que podemos sortear la ley de la entropía. Es también revelador, que ese trabajo puede ser feliz y armonioso y no necesariamente de lucha, de pelea, o dolor. Con el desarrollo del carácter podríamos hacer las cosas bien y aprender a hacerlas con un manejo del estrés, de la ansiedad de los miedos. Para ello hay que vigilarse, estar conscientes de cuando nos aparece el miedo. Asegurarnos de que respondemos a la realidad y no a nuestro niño asustado. Nuestro obstáculo, el miedo hay que validarlo, explorarlo, utilizarlo como nuestro aliado, utilizarlo para poner límites, explorar que trata de decirnos, hacerlo nuestro consejero, integrarlo, hacerlo mi espía, mi investigador, mi conciencia. Es el no enfrentarlo, el no validarlo, lo que le otorga poder. Lo que no integramos nos divide y nos separa. Ese miedo puede ser una parte nuestra no atendida, quizás hace muchos, muchos años. La manera de liberarlo es bajar hasta el calabozo donde lo tenemos arrinconado y abandonado y atenderlo y liberarlo. Somos libres en la medida que liberamos a nuestros prisioneros que tenemos en nuestros calabozos interiores. Requiere descifrarnos, expresarnos, abrirnos, exponernos y descubrirnos. Tocar la llaga para sanar. La libertad se gana desde adentro hacia afuera. ¿Cómo aceptar que si algo te sale mal no es que no sirvas, sino que estas aprendiendo?. ?Como eliminas la neura de la compulsión de que las cosas te tienen que salir perfectas y como por otro lado no caes en la negligencia, en el desorden de carácter.? ¿Cómo enfrentarte a la realidad abierto, vacío, aunque con un criterio, para entregarte a ella y que ella moldee tu intención? Es un arte de ser industrioso y soltar.
Con frecuencia, el miedo se manifiesta como que queremos tener control, no queremos enfrentar la incertidumbre, queremos tenerlo planificado y los resultados predecibles. No estamos dispuestos a enfrentar la incertidumbre, cuando esta es ley del universo, como nos dice el principio de la incertidumbre de la física cuántica. Este principio también llamado de la indeterminación, nos dice que precisamente el intento de observar hace que lo observado altere su posición de manera impredecible.
Reflexionemos, un milagro es encontrar resultados que no esperábamos. Al querer tener completo control perdemos la magia que nos brinda este universo. Tener fe es estar conectado con Dios, confiar, saber que somos guiados por Dios y que para estar con él, para aprender a estar con él tenemos que pasar por un proceso que implica disciplina, acción, responsabilidad, proactividad, estar alineados, ser consecuentes. Aprender a manejar nuestros miedos es parte del proceso de lograr armonía. Nos ayuda el orar, confiar e integrar. Con una intención trabajada y no completamente determinada podemos enfrentar a la realidad con nuestra experiencia y sabiduría, y podemos ir creando y dando forma a nuestra intención. Otro principio importante es saber que podemos pedir ayuda a otros. Saber pedir ayuda es también un arte, requiere exponer tu vulnerabilidad, a veces. Requiere humildad. La fe requiere también desapego. Se pone la intención, se trabaja, pero se suelta el resultado. Es encontrar el estado de gracia. La gracia siendo aquel estado de conciencia y de sincronicidad donde tus deseos se cumplen de una manera creativa, fácil, en armonía- aunque siempre haya dificultades- pero esta no te tienen a ti, no te dominan, no te afectan hasta el nivel donde te identificas con el problema, te atrapa el miedo y dejas el estado de fe, confianza y gracia. La gracia es el arte de cómo poner tu intención para cumplir tus deseos, como trabajar creativa y felizmente el proceso de la creación y además hacer que durante el proceso no se apoderen de ti los miedos, sino que sigas en la conexión, en la fe y la confianza. Tu diriges tus acciones, pero a su vez no tratas de controlar los resultados, sino que sabes fluir y abandonarte. Lograr ese balance es el arte de la felicidad.
Trabajar la espiritualidad, es decir trabajar la conexión con Dios es fundamental para vencer los miedos. Pero también es requisito pasar por un proceso sicológico de verse identificarse, explorarse, darse cuenta. Identificar de donde vienen los miedos enfrentarlos, descifrarlos y trascenderlos, identificar las imágenes que nos conectan con esos miedos, como nos dice el Pathwork es parte del proceso. Las imágenes son conclusiones emocionales que hicimos de niños, concepciones erróneas de la realidad, que son recreadas en el presente, al actuar como un filtro que nos hacen chocar con la realidad de una manera conflictiva o traumática. Los conflictos o los sentimientos de decepción y vergüenza son provocadas por nuestras imágenes y son señales para identificarlas.
No enfrentar la vida desde el miedo, la inseguridad, la lucha, la supervivencia, sino desde la fe, la confianza la creatividad, la valentía de atreverse, la gracia de hacerlo sin neurosis y sin negligencia, esto es el estado de gracia. Esa armonía entre la disciplina y la flexibilidad, el orden y el abandono, nos permite como en una danza enfrentar la vida con fe, con entrega, con creatividad, con entusiasmo, con pasión, con alegría.
Si conectas con tu Ser, si estas alineado, se te manifestará en su momento tu manera personal de expresarte en tu manifestación creativa y esplendorosa. Pero el reto siguiente es hacerlo en armonía y felicidad. Ahora tendrás que aprender a bailar. A bailar al ritmo de la danza cósmica de Shiva. Shiva es el dios(a) hindú cuya imagen tiene numerosos símbolos. Tiene cuatro brazos y dos piernas. En una mano crea y en la otra suelta, con un pie aplasta al demonio de la ignorancia el mal esencial- con el otro danza, con otra mano te señala la tierra- el aquí y ahora- y con la otra te hace el mudra (1) de "no temas". La danza cósmica de Shiva es quizás la mejor imagen universal de la actitud de sabiduría en este mundo dual en el que todos estamos condicionados a unas leyes cósmicas. Y que mejor forma de hacerlo que bailar al unísono y en armonía con las leyes de este infinito y mágico universo.
Lo primero para poder hacer esta danza de armonía, el vivir en gracia , es darte cuenta de que es posible y proponértelo. Creerlo posible. Si conscientemente te lo propones, lo obtendrás. Las leyes del cosmos son conocibles y manejables, pero nuestro ser dormido no se da cuenta y nuestra falta de fe nos hace abandonar. Lo primero es darte cuenta, después desearlo, creerlo, después trabajar, insistir, orar y pedir con fuerza, alinearnos y desearlo profundamente."Lo que realmente pedimos, deseamos y oramos con todas nuestras fuerzas y con insistencia nos será dado"
Articulo de Luis Miguel Rico.
PARA.
Para. Por favor, para.
Para de hablar, para de objetar. Deja que haya silencio, aunque solo sea por un momento.
Date cuenta de que tú no puedes hacerlo, de que no puedes lograr que eso ocurra. Date cuenta de que las objeciones y los juicios y las resistencias seguirán brotando en tanto que sigan brotando.
Déjalo estar. Deja ser al silencio, a la quietud.
Date cuenta de que casi cada pensamiento que tienes es un pensamiento "yo" o un pensamiento "mí". Casi todos tus pensamientos tienen que ver con "yo" o se refieren a "mí" o a lo "mío". "Lo que yo siento..., lo que me parece... lo que es para mí..., según mi experiencia..., de donde yo vengo...", y así sucesivamente. Y aun en las ocasiones en que no empleas tales palabras, pensar sigue siendo importante para "ti", porque "tú" piensas que es "tu" pensamiento. "Tu" opinión. Lo que "tú" sientes sobre "ti" mismo o sobre "tu" realidad. Abandónalo ya...
Cuando se te da la inefable gracia, el increíble e inmerecido don de ver, de percibir que lo que piensas es solo una opinión, o que pensar es algo mediante lo cual te identificas a ti mismo; cuando tienes ese don de ser capaz de escucharte, entonces para. Honra ese don parándote. Y suéltala. La opinión. Suéltala. El pedacito de identidad contenido en cada afirmación acerca de ti mismo, cada pregunta que proviene de ti, cada comentario que te concierne, suéltalos. Deja que te detenga la gracia que en un momento dado te permite pillarte teniendo una opinión y hablando como un "yo"; deja que esa gracia te pare...
"Aquietarse" no significa dejar de mover el cuerpo. "Aquietarse" no significa tratar de impedir que aparezcan pensamientos o sentimientos. "Aquietarse" significa soltar el nivel secundario del pensamiento: las opiniones, los juicios, los comentarios. Eso es lo que significa pararse.
Ningún pensamiento que hayas tenido jamás es verdad. Ninguna opinión que hayas mantenido nunca es correcta. Suéltalos. Ninguna idea que tengas o hayas tenido acerca de ti, o acerca de quién o qué eres, se ha correspondido jamás con la realidad. Y jamás lo hará. Suéltalas todas.
Comparar, tamizar, aprender, batallar, imaginar, sentir, pensar..., todo eso es como tratar de asir una sombra o perseguir el viento. En cambio, está el impresionante y desbordante don de parar, de permitir el desprendimiento...
Deja que todo eso pare. Permite que se desprenda. Deja de tomártelo en serio. Deja por completo de sostenerlo. Déjalo estar. Aquiétate. Simplemente, para. Deja que la gracia te pare.
David Carse
Publicado en Wu Wei's Corner
Para de hablar, para de objetar. Deja que haya silencio, aunque solo sea por un momento.
Date cuenta de que tú no puedes hacerlo, de que no puedes lograr que eso ocurra. Date cuenta de que las objeciones y los juicios y las resistencias seguirán brotando en tanto que sigan brotando.
Déjalo estar. Deja ser al silencio, a la quietud.
Date cuenta de que casi cada pensamiento que tienes es un pensamiento "yo" o un pensamiento "mí". Casi todos tus pensamientos tienen que ver con "yo" o se refieren a "mí" o a lo "mío". "Lo que yo siento..., lo que me parece... lo que es para mí..., según mi experiencia..., de donde yo vengo...", y así sucesivamente. Y aun en las ocasiones en que no empleas tales palabras, pensar sigue siendo importante para "ti", porque "tú" piensas que es "tu" pensamiento. "Tu" opinión. Lo que "tú" sientes sobre "ti" mismo o sobre "tu" realidad. Abandónalo ya...
Cuando se te da la inefable gracia, el increíble e inmerecido don de ver, de percibir que lo que piensas es solo una opinión, o que pensar es algo mediante lo cual te identificas a ti mismo; cuando tienes ese don de ser capaz de escucharte, entonces para. Honra ese don parándote. Y suéltala. La opinión. Suéltala. El pedacito de identidad contenido en cada afirmación acerca de ti mismo, cada pregunta que proviene de ti, cada comentario que te concierne, suéltalos. Deja que te detenga la gracia que en un momento dado te permite pillarte teniendo una opinión y hablando como un "yo"; deja que esa gracia te pare...
"Aquietarse" no significa dejar de mover el cuerpo. "Aquietarse" no significa tratar de impedir que aparezcan pensamientos o sentimientos. "Aquietarse" significa soltar el nivel secundario del pensamiento: las opiniones, los juicios, los comentarios. Eso es lo que significa pararse.
Ningún pensamiento que hayas tenido jamás es verdad. Ninguna opinión que hayas mantenido nunca es correcta. Suéltalos. Ninguna idea que tengas o hayas tenido acerca de ti, o acerca de quién o qué eres, se ha correspondido jamás con la realidad. Y jamás lo hará. Suéltalas todas.
Comparar, tamizar, aprender, batallar, imaginar, sentir, pensar..., todo eso es como tratar de asir una sombra o perseguir el viento. En cambio, está el impresionante y desbordante don de parar, de permitir el desprendimiento...
Deja que todo eso pare. Permite que se desprenda. Deja de tomártelo en serio. Deja por completo de sostenerlo. Déjalo estar. Aquiétate. Simplemente, para. Deja que la gracia te pare.
David Carse
Publicado en Wu Wei's Corner
16 de noviembre de 2009
CREER EN DIOS ES NEGAR A DIOS
Esto es el Misterio innombrable. Pero, aun así, le ponemos un nombre.
Y después de ponerle más de mil nombres al innombrable Misterio, nos convencemos de que esos nombres constituyen la realidad. Entonces, acoplamos nuestra vida a esta realidad y nos olvidamos de que los nombres eran sólo algo arbitrario que había producido la mente.
Después, nos sentimos torturados por los nombres. Nos quedamos atrapados en las polaridades y nos debatimos entre los pares de opuestos: el bien y el mal, el amor y el odio, la riqueza y la pobreza, la belleza y la fealdad, lo sagrado y lo profano. Aunque esta cárcel es obra nuestra, no nos damos cuenta de que la hemos construido nosotros mismos.
A la mente no le interesa el Misterio, porque el Misterio no puede ser un objeto cognoscible ya que es justamente de donde brotan todos los objetos cognoscibles -es la vacuidad que origina toda forma de vida y sin la cual nada puede existir-. Da igual que lo llames Tao, Dios, Espíritu, Conciencia, Vida, que no lo llames de ningún modo o que niegues su existencia -esa negación no es más que Ello negándose a Sí mismo-. Ello no necesita de ninguna prueba. ¿Por qué? Porque este momento existe. Tú estás aquí, ahora. Eso, y sólo eso, es Dios. No hay ninguna necesidad de creencia. Creer en Dios es negar a Dios. No es necesario creer en algo cuando ese algo te está mirando directamente a los ojos.
Cuando uno toma conciencia de todo esto, ¡qué silencioso se vuelve todo! Todo el ruido mental se acalla y es percibido tal y como es verdaderamente: una realidad falsa, un espejismo y nada más. Dejas de ser una persona -no eres ni hombre ni mujer, ni inglés ni americano, ni blanco ni negro, ni hindú ni cristiano, ni musulmán ni ateo, ni rico ni pobre, ni bueno ni malo, ni feliz ni infeliz-. No eres nada de eso. No eres ni el cuerpo ni la mente. Esos pies no son tuyos, ni esas manos, ni esas piernas. La cara no te pertenece. La cabeza sigue en su sitio, pero no te pertenece. Ni ojos, ni lengua, ni nariz, ni garganta, ni corazón: ninguna forma en absoluto. Antes de ser todas esas cosas eres. Eres conciencia, consciencia: un espacio abierto, una inmensidad en la que se permite que surja el mundo. En Esa infinitud que eres, brota un mundo finito. Así de esencial eres.
Eres la propia Vida y no un individuo desvinculado de la totalidad. Todas las cosas y Tú constituis una unidad, y todas las cosas son manifestaciones de Ti. Surge el espejismo de la individualidad, pero es una manifestación que tu no provocas. No es personal y tampoco hace falta negarla. Está ahí. No es necesario negar el yo.
El yo surge. Pues que surja. Después de todo, es un espejismo, algo que los pensamientos construyen. Tú eres el espacio abierto en el que lo construyen. No estoy jugando con las palabras: así es como todo funciona realmente. Si lo deseas ponte a buscarte ahora mismo. Medita acerca de ello. Regresa a la experiencia presente (eso sí que es meditar). ¿Has encontrado algo consistente que se llame "yo"? ¿Existe alguna clara distinción entre tú y lo que no eres tú? ¿Dónde está esa línea divisoria? ¿Estás contenido en el cuerpo?, ¿o es que el cuerpo surge en ese espacio que tú eres?
Regresa a la experiencia presente. Sin tomar el pasado como referencia, ¿puedes saber quién eres? ¿Estás capacitado para decir quién eres, realmente?
¿Esto es agotador! Intentar nombrar a lo innombrable, describir lo que precede a cualquier explicación, decir lo inexpresable con palabras.
Lo cierto es que no hay nada que decir. El silencio es la única forma de abordarlo. Cuando se alcanza este punto, todas las palabras son puro ruido -ruido para llenar el silencio que precede a cualquier ruido y que lo abraza. ¿Por qué lo prestamos tanta atención al ruido? ¿Qué tiene de malo el silencio?
JEFF FOSTER (La Vida Sin Centro)
Publicado en el Blogs Wu Wei's Corner
Y después de ponerle más de mil nombres al innombrable Misterio, nos convencemos de que esos nombres constituyen la realidad. Entonces, acoplamos nuestra vida a esta realidad y nos olvidamos de que los nombres eran sólo algo arbitrario que había producido la mente.
Después, nos sentimos torturados por los nombres. Nos quedamos atrapados en las polaridades y nos debatimos entre los pares de opuestos: el bien y el mal, el amor y el odio, la riqueza y la pobreza, la belleza y la fealdad, lo sagrado y lo profano. Aunque esta cárcel es obra nuestra, no nos damos cuenta de que la hemos construido nosotros mismos.
A la mente no le interesa el Misterio, porque el Misterio no puede ser un objeto cognoscible ya que es justamente de donde brotan todos los objetos cognoscibles -es la vacuidad que origina toda forma de vida y sin la cual nada puede existir-. Da igual que lo llames Tao, Dios, Espíritu, Conciencia, Vida, que no lo llames de ningún modo o que niegues su existencia -esa negación no es más que Ello negándose a Sí mismo-. Ello no necesita de ninguna prueba. ¿Por qué? Porque este momento existe. Tú estás aquí, ahora. Eso, y sólo eso, es Dios. No hay ninguna necesidad de creencia. Creer en Dios es negar a Dios. No es necesario creer en algo cuando ese algo te está mirando directamente a los ojos.
Cuando uno toma conciencia de todo esto, ¡qué silencioso se vuelve todo! Todo el ruido mental se acalla y es percibido tal y como es verdaderamente: una realidad falsa, un espejismo y nada más. Dejas de ser una persona -no eres ni hombre ni mujer, ni inglés ni americano, ni blanco ni negro, ni hindú ni cristiano, ni musulmán ni ateo, ni rico ni pobre, ni bueno ni malo, ni feliz ni infeliz-. No eres nada de eso. No eres ni el cuerpo ni la mente. Esos pies no son tuyos, ni esas manos, ni esas piernas. La cara no te pertenece. La cabeza sigue en su sitio, pero no te pertenece. Ni ojos, ni lengua, ni nariz, ni garganta, ni corazón: ninguna forma en absoluto. Antes de ser todas esas cosas eres. Eres conciencia, consciencia: un espacio abierto, una inmensidad en la que se permite que surja el mundo. En Esa infinitud que eres, brota un mundo finito. Así de esencial eres.
Eres la propia Vida y no un individuo desvinculado de la totalidad. Todas las cosas y Tú constituis una unidad, y todas las cosas son manifestaciones de Ti. Surge el espejismo de la individualidad, pero es una manifestación que tu no provocas. No es personal y tampoco hace falta negarla. Está ahí. No es necesario negar el yo.
El yo surge. Pues que surja. Después de todo, es un espejismo, algo que los pensamientos construyen. Tú eres el espacio abierto en el que lo construyen. No estoy jugando con las palabras: así es como todo funciona realmente. Si lo deseas ponte a buscarte ahora mismo. Medita acerca de ello. Regresa a la experiencia presente (eso sí que es meditar). ¿Has encontrado algo consistente que se llame "yo"? ¿Existe alguna clara distinción entre tú y lo que no eres tú? ¿Dónde está esa línea divisoria? ¿Estás contenido en el cuerpo?, ¿o es que el cuerpo surge en ese espacio que tú eres?
Regresa a la experiencia presente. Sin tomar el pasado como referencia, ¿puedes saber quién eres? ¿Estás capacitado para decir quién eres, realmente?
¿Esto es agotador! Intentar nombrar a lo innombrable, describir lo que precede a cualquier explicación, decir lo inexpresable con palabras.
Lo cierto es que no hay nada que decir. El silencio es la única forma de abordarlo. Cuando se alcanza este punto, todas las palabras son puro ruido -ruido para llenar el silencio que precede a cualquier ruido y que lo abraza. ¿Por qué lo prestamos tanta atención al ruido? ¿Qué tiene de malo el silencio?
JEFF FOSTER (La Vida Sin Centro)
Publicado en el Blogs Wu Wei's Corner
SER ES INEVITABLE
Dejamos planteadas estas preguntas: ¿SOY? y ¿Quién es YO?
Ser es tan inevitable e indudable como existir. “Todos somos y somos lo mismo, Todo”. Somos esencia de la creación sin juicio de valor, somos aquello que no se define con palabras ni se limita a las “formas”. Somos lo que no se puede apresar, atrapar, engañar, poseer o reducir, es decir: la Vida, el Amor o el Saber.
Respecto a Quién es YO?. Hagamos la primera aclaración, por un lado el “YO” (en mayúsculas) es la comprensión de la divinidad en “mí”, tú lo conoces como el YO SOY, libre y autoexistente y por el otro el “yo” (en minúsculas) como una construcción psicológica que solo existe en nuestra mente y que con el tiempo reemplaza (ilusoriamente) al Ser, ¿OK?
Ahora, yo, es eso que llamamos EGO, vive en los pensamientos, las emociones y generalmente se manifiesta a través del cuerpo. Es el que nos distingue y separa de todo lo demás, nos hace superficialmente “diferentes” distanciándonos de las otras criaturas a tal punto de tratar y tratarse a sí mismo como “cosa” u “objeto”.
Responde ahora esto y luego continúa leyendo: ¿Quién eres?...
Seguro contestarás desde estas perspectivas: lo que haces (soy abogado, albañil, pintor, etc.), lo que tienes (soy madre, padre, soy dueño de una empresa, de una casa, de un carro, etc) o de acuerdo a tu estado civil (soltera/o, casada/o, separada/o, etc.). En ninguno de estos aspectos dices nada relevante de tu existencia, es como si pusieras el play en un equipo de audio y repites siempre lo mismo acerca de ti.
Por eso, profundicemos.
¡El YO SOY no necesita nada en ningún aspecto! En Cambio el yo (lo finito y limitado), la construcción mental de lo que creo de mí, siempre necesita y le falta algo por eso es sobre este yo que se trabaja para comprender y vivenciar La Verdad y en eso podemos estar una vida o miles de vidas.
Los Egos van desde los básicos, que tienen muchos miedos, son siempre ellos primero y nunca experimentan el Dar sin esperar algo a cambio, hasta los egos sofisticados, que coquetean intelectual, emocional o físicamente con La Verdad. Evitan dañar a otros procurando hacer “el bien” y habitualmente quieren estar en un camino más espiritual, sabiendo que todavía no han diluido las fronteras entre su yo y el yo de los demás. Tarde o temprano dejan de buscar caminos y herramientas para alcanzar los logros del espíritu porque por su puesto siempre desean que todo salga de acuerdo a su voluntad sin conseguir entregarse a la voluntad superior.
Estemos atentos a la percepción del ego porque esta es: parcial, limitada, incompleta y definitivamente subjetiva. El ego nunca comprende la Realidad, solo la fracciona para sentirse seguro y auto-perpetuarse.
En este sitio trabajaremos trascendiendo el Ego y su ilusión de realidad.
Estamos listos, ¿cierto? A partir de aquí, si es tu elección, comienzas a hacer tareas. Desde este momento y como mínimo, hasta nuestra próxima lectura (la Nº 3), procura estar atenta/o cuando hablas y decir lo menos posible la palabra “yo”, incluso si te animas usa lo menos posible las palabras Mí o Mío. Verás que además es divertido. Recuerda que el trabajo es silencioso y personal, ¿OK?
¡Gracias!
Marcelo dos Santos
Ser es tan inevitable e indudable como existir. “Todos somos y somos lo mismo, Todo”. Somos esencia de la creación sin juicio de valor, somos aquello que no se define con palabras ni se limita a las “formas”. Somos lo que no se puede apresar, atrapar, engañar, poseer o reducir, es decir: la Vida, el Amor o el Saber.
Respecto a Quién es YO?. Hagamos la primera aclaración, por un lado el “YO” (en mayúsculas) es la comprensión de la divinidad en “mí”, tú lo conoces como el YO SOY, libre y autoexistente y por el otro el “yo” (en minúsculas) como una construcción psicológica que solo existe en nuestra mente y que con el tiempo reemplaza (ilusoriamente) al Ser, ¿OK?
Ahora, yo, es eso que llamamos EGO, vive en los pensamientos, las emociones y generalmente se manifiesta a través del cuerpo. Es el que nos distingue y separa de todo lo demás, nos hace superficialmente “diferentes” distanciándonos de las otras criaturas a tal punto de tratar y tratarse a sí mismo como “cosa” u “objeto”.
Responde ahora esto y luego continúa leyendo: ¿Quién eres?...
Seguro contestarás desde estas perspectivas: lo que haces (soy abogado, albañil, pintor, etc.), lo que tienes (soy madre, padre, soy dueño de una empresa, de una casa, de un carro, etc) o de acuerdo a tu estado civil (soltera/o, casada/o, separada/o, etc.). En ninguno de estos aspectos dices nada relevante de tu existencia, es como si pusieras el play en un equipo de audio y repites siempre lo mismo acerca de ti.
Por eso, profundicemos.
¡El YO SOY no necesita nada en ningún aspecto! En Cambio el yo (lo finito y limitado), la construcción mental de lo que creo de mí, siempre necesita y le falta algo por eso es sobre este yo que se trabaja para comprender y vivenciar La Verdad y en eso podemos estar una vida o miles de vidas.
Los Egos van desde los básicos, que tienen muchos miedos, son siempre ellos primero y nunca experimentan el Dar sin esperar algo a cambio, hasta los egos sofisticados, que coquetean intelectual, emocional o físicamente con La Verdad. Evitan dañar a otros procurando hacer “el bien” y habitualmente quieren estar en un camino más espiritual, sabiendo que todavía no han diluido las fronteras entre su yo y el yo de los demás. Tarde o temprano dejan de buscar caminos y herramientas para alcanzar los logros del espíritu porque por su puesto siempre desean que todo salga de acuerdo a su voluntad sin conseguir entregarse a la voluntad superior.
Estemos atentos a la percepción del ego porque esta es: parcial, limitada, incompleta y definitivamente subjetiva. El ego nunca comprende la Realidad, solo la fracciona para sentirse seguro y auto-perpetuarse.
En este sitio trabajaremos trascendiendo el Ego y su ilusión de realidad.
Estamos listos, ¿cierto? A partir de aquí, si es tu elección, comienzas a hacer tareas. Desde este momento y como mínimo, hasta nuestra próxima lectura (la Nº 3), procura estar atenta/o cuando hablas y decir lo menos posible la palabra “yo”, incluso si te animas usa lo menos posible las palabras Mí o Mío. Verás que además es divertido. Recuerda que el trabajo es silencioso y personal, ¿OK?
¡Gracias!
Marcelo dos Santos
11 de noviembre de 2009
CONFERENCIA MARCELO DOS SANTOS ""Felicidad una habilidad sin dueño"
Ya quedó atrás el siglo XX y se dio un paso tecnológico e informático gigantesco en dirección hacia una transformación completa de los valores humanos. La visión humana de las cosas ha cambiado, debido a innumerables cambios en todos los campos de la vida.El hombre común ha visto las revoluciones de ciencia e industria, negocio, comercio, religión y globalización. Igualmente hoy, nos sentimos afligidos. Todos tenemos un dolor en el corazón. Existen: radios, televisores, internet, aviones y automóviles, tenemos mejor comida y usamos vestidos muy atractivos, tenemos status social y posición, dinero para gastar, quemar, guardar u esconder, de nada carecemos materialmente hablando. Pero, nos sentimos infelices, alienados, y hay un dolor en lo profundo de nuestro corazón. En tanto que todo fue logrado, una sola cosa sigue siendo ignorada...
- ¿Cuál es el hábito común en todos que nos aleja de la felicidad?
- ¿Por qué la mente puede lograr lo imposible pero no lo evidente?
- ¿Qué es aquello que el Ser Humano pasa por alto una y otra vez y está ante sus ojos todo el tiempo?
- ¿Qué cosas hacen que lo Principal y Obvio se vuelva secundario y oculto?
- ¿Cuál es entonces la pregunta definitiva cuya respuesta trae la medicina para el alma y la felicidad única y verdadera?
Auditorio Salón Moro
Hotel Mudejar
Calle 8 # 5-53
Viernes 13 de Noviembre de 2009 6:45 pm
Inversión : $35.000
Info Reservas : Viviana Mazuera
Tels: 57 2 3155221325 - 3127067718
Cali - Colombia
CUPOS LIMITADOS
- ¿Cuál es el hábito común en todos que nos aleja de la felicidad?
- ¿Por qué la mente puede lograr lo imposible pero no lo evidente?
- ¿Qué es aquello que el Ser Humano pasa por alto una y otra vez y está ante sus ojos todo el tiempo?
- ¿Qué cosas hacen que lo Principal y Obvio se vuelva secundario y oculto?
- ¿Cuál es entonces la pregunta definitiva cuya respuesta trae la medicina para el alma y la felicidad única y verdadera?
Auditorio Salón Moro
Hotel Mudejar
Calle 8 # 5-53
Viernes 13 de Noviembre de 2009 6:45 pm
Inversión : $35.000
Info Reservas : Viviana Mazuera
Tels: 57 2 3155221325 - 3127067718
Cali - Colombia
CUPOS LIMITADOS
7 de noviembre de 2009
AMOR UNIVERSAL
Vivir integrado en la unidad significa no hallar diferencia alguna entre lo tuyo o lo mío, verlo todo en el mismo plano, fundidos con todo lo que suceda, formando parte de la cosa en sí, sea cual sea el foco observado. Hay observación real en el instante único que vive unificado en la conciencia eterna. La experiencia de lo místico, de esta unión con el Todo, puede ser sentida, acaso simbolizada. Puede no hablarse de ella, incluso conociéndola, porque por mucho que digamos de ella siempre será poco. En este aspecto, la frase de Wittgenstein que nos invita a callar ante lo que no se puede hablar es muy sabia. Pero al menos, se puede corroborar, como tantos místicos han hecho, su existencia, a través de su mirada de paz y amor, de sus silencios, de su suave hablar vacío de ego y profundamente generoso. La ofrenda de amor hacia el otro supone entregar una verdad mística, llena de belleza, de realidad con sentido.
Ser todo amor, renacer siempre en esa conciencia. Darlo todo por el sólo hecho de dar, sin condición de reciprocidad alguna. Llenarnos el corazón al entregarlo. Esa es la verdadera palabra del sabio. No decir la verdad con teorías, sino vivificarla, siendo su acción, su movimiento de virtud el baño purificador. Siendo su ser mismo la verdad rebosando. Amanece el camino de quien se encuentra a un ser así, o comprende esa verdad en sí mismo. Porque esa verdad está presente en todos, universal como la vida, única y total como toda esencia, gen de todo lo creado. No se puede olvidar lo que el corazón memoriza como pulso de sentido, como ritmo de existencia motivada. La verdad del amor nos ama más que a nada en el mundo, porque siempre corresponde, responde con creces, infinita, auténtica. Sólo hay que sentir la llamada del amor para comprender que somos eso, que formamos parte de ello; y, por tanto, siempre podemos experimentarlo, regalarlo, recogerlo.
Publicado por José Manuel Martínez Sánchez
Las letras del Aire.
Ser todo amor, renacer siempre en esa conciencia. Darlo todo por el sólo hecho de dar, sin condición de reciprocidad alguna. Llenarnos el corazón al entregarlo. Esa es la verdadera palabra del sabio. No decir la verdad con teorías, sino vivificarla, siendo su acción, su movimiento de virtud el baño purificador. Siendo su ser mismo la verdad rebosando. Amanece el camino de quien se encuentra a un ser así, o comprende esa verdad en sí mismo. Porque esa verdad está presente en todos, universal como la vida, única y total como toda esencia, gen de todo lo creado. No se puede olvidar lo que el corazón memoriza como pulso de sentido, como ritmo de existencia motivada. La verdad del amor nos ama más que a nada en el mundo, porque siempre corresponde, responde con creces, infinita, auténtica. Sólo hay que sentir la llamada del amor para comprender que somos eso, que formamos parte de ello; y, por tanto, siempre podemos experimentarlo, regalarlo, recogerlo.
Publicado por José Manuel Martínez Sánchez
Las letras del Aire.
3 de noviembre de 2009
UNO POR UNO ES UNO.
Uno por uno es uno, ni más ni menos,
El error comienza con la dualidad,
La Unidad no conoce el error.
No hay dualidad en el mundo del amor,
¿qué es todo este hablar de “ti” y de “mí”?
¿Cómo puedes llenar una taza que está llena?
Tú que conduces este rebaño con tu misericordia...
Pero, ¿qué palabras son éstas?
Pastor, rebaño, misericordia, todo eres Tú.
Hakim Sanai
El error comienza con la dualidad,
La Unidad no conoce el error.
No hay dualidad en el mundo del amor,
¿qué es todo este hablar de “ti” y de “mí”?
¿Cómo puedes llenar una taza que está llena?
Tú que conduces este rebaño con tu misericordia...
Pero, ¿qué palabras son éstas?
Pastor, rebaño, misericordia, todo eres Tú.
Hakim Sanai
DE DISCIPULO A APRENDIZ.
El paso de discípulo de Dios a aprendiz de Dios viene marcado por la transformación del interés en amor…˜ de la acumulación de conocimiento en adoración de la Presencia invisible…˜ Invisible para el interés…˜ invisible para la acumulación de conocimiento…˜ pero visible para el amor…˜ visible para la adoración…˜
Uno no puede cambiar a voluntad su disposición…˜ Cuando la disposición de uno es la del discípulo de dios…˜ El motor de la actividad de uno es que uno quiere conocimiento…˜ es que uno quiere saber…˜ Cuando la disposición de uno es la del aprendiz de Dios…˜ ya no queda nada en uno para querer algo para uno mismo…˜ sea ello conocimiento…˜ sea ello realización…˜ sea ello llamado como quiera que ello sea llamado…˜ En un aprendiz de Dios no hay más que amor y adoración…˜ Lo que es invisible para uno mismo como uno es en uno mismo…˜ lo que es inaprensible para el conocimiento de uno mismo como uno es en uno mismo…˜ deviene visible y aprehensible para uno cuando uno ha sido cambiado en amor y adoración sólo…˜
El cambio de discípulo a aprendiz de Dios uno no lo provoca…˜ uno sólo lo reconoce en su corazón.
Pedro Rodea
Uno no puede cambiar a voluntad su disposición…˜ Cuando la disposición de uno es la del discípulo de dios…˜ El motor de la actividad de uno es que uno quiere conocimiento…˜ es que uno quiere saber…˜ Cuando la disposición de uno es la del aprendiz de Dios…˜ ya no queda nada en uno para querer algo para uno mismo…˜ sea ello conocimiento…˜ sea ello realización…˜ sea ello llamado como quiera que ello sea llamado…˜ En un aprendiz de Dios no hay más que amor y adoración…˜ Lo que es invisible para uno mismo como uno es en uno mismo…˜ lo que es inaprensible para el conocimiento de uno mismo como uno es en uno mismo…˜ deviene visible y aprehensible para uno cuando uno ha sido cambiado en amor y adoración sólo…˜
El cambio de discípulo a aprendiz de Dios uno no lo provoca…˜ uno sólo lo reconoce en su corazón.
Pedro Rodea
1 de noviembre de 2009
BESOS...
Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada ,hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles ,hay besos enigmáticos, sinceros ,hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral.
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