25 de noviembre de 2009
MANIFESTACIÓN
La Consciencia es todo lo que hay. Ésa es la Fuente de la cual ha surgido toda la manifestación. El funcionamiento de la manifestación es la vida tal como la conocemos, y dentro del funcionamiento de la manifestación nada sucede porque sea la voluntad del individuo. Nada puede suceder, a menos que sea la voluntad de Dios, y con Dios me refiero a la Fuente.
Así que, para comenzar, todo lo que hay es la Fuente. Llámalo Consciencia, llámalo el "Yo" [con mayúscula], como decía Ramana Maharshi, llámalo como quieras, pero entiende que a lo que se hace referencia es a la Fuente Una: el Uno-sin-segundo. Todo lo que hay es la Fuente de la cual ha surgido esta manifestación, que es la totalidad de loa objetos. El ser humano es una especie de objeto con el dudoso don adicional del sentido personal de ser el hacedor, que es el ego. Repito, el ser humano no es más que un objeto, una especie de objeto junto con todos los demás objetos que conforman la totalidad de los objetos dentro de la manifestación.
En el funcionamiento de la manifestación hallamos el segundo concepto básico: nadie, ninguna "persona" hace nada. Nada sucede, a menos que sea la voluntad de la Fuente, la voluntad de Dios. Esto significa que el ego es una ilusión. El sentido de autoría personal, el sentido personal de ser el hacedor, es una ilusión. Ésta es la comprensión última.
La comprensión última es que el ego no existe como algo bien diferenciado de la Fuente y que se vuelve uno con Ésta. Mientras digas "yo soy Eso", el "yo" personal es algo separado de la Fuente, y lo que estoy diciendo es que no existe un "yo" personal. El ego no se vuelve uno con la Fuente. El ego desaparece dentro de la Fuente cuando hay una aceptación total e incondicional de que nunca hubo un ego.
RAMESH S. BALSEKAR (¡A quién le importa!)
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