He
conocido a muchas mujeres que viven su vida fuera de su elemento primordial. He
visto, por ejemplo a mujeres Fuego viviendo vidas de Agua, comportándose con
suavidad y humildad, dando toda su energía, trabajando como sanadoras,
masajistas en vez de expresar su fuego como líderes apasionadas, empoderadas y
seguras de sí mismas. El Agua extingue su Fuego.
He
conocido a mujeres Tierra viviendo vidas de Aire, devorando libros, videos,
alimentando su mente de información, en vez de descalzar sus pies en la tierra húmeda
y encontrar su ritmo interno con un tambor. El Aire extrae sus raíces del
suelo. Estas mujeres jamás podrán sentirse plenas porque viven vidas "a
medias", escondidas, detrás del elemento que es "aceptado", en
vez de crecer en su elemento verdadero y vivir vidas llenas y auténticas.
Tampoco tienen el éxito en sus profesiones porque, internamente, su energía, misión
y foco de atención están en conflicto.
El
Espíritu en nosotras es aire, fuego, agua, tierra o éter (el éter contiene
todos los elementos). Todas nacemos con un elemento primordial, y cada elemento
encierra las claves de nuestros talentos naturales y de nuestro propósito en la
Tierra.
Desde
que nacemos aprendemos mecanismos de supervivencia y, si nuestro elemento no es
aceptado por nuestra familia, acabamos adoptando el que creemos nos servirá
mejor para ser aceptadas y amadas. Llega un momento en que nos acabamos
identificando con el elemento que "nos salvó la vida", en vez de con
nuestra esencia verdadera. Tampoco la manera de meditar, ser agua no es lo
mismo que ser fuego, ser Fuego no es lo mismo que ser Tierra. Aire no es Éter
ni Éter es Agua.
Nacimos
con una configuración diferente, con una esencia diferente y, sin embargo,
muchas personas se empeñan en defender una espiritualidad única y plana para
todo el mundo. La espiritualidad de una persona de Fuego no es la
espiritualidad de una persona de Agua. No es porque el Espíritu en ella es
distinto. La esencia que las mueve, las llama, las inspira, jamás podrá ser la misma.
Una persona de Aire no puede meditar con las técnicas de una persona de Agua. No
puede porque no va a conseguir la conexión y profundidad que se espera de ella.
La persona de Agua florece en las profundidades, la persona de Aire no, y ello traerá
como consecuencia que se sienta frustrada cada vez que intenta meditar y, sin
la orientación adecuada, terminará creyendo que la meditación es una tarea
ardua e imposible para ella. Meditar es lo más sencillo del mundo cuando sabes quién
eres. En ciertos círculos espirituales, nueva era, religiosos, educativos...
etc. no son permitidas las diferencias individuales. Cualquier mujer (o niña)
que se salga por encima del estándar esperado, que destaque como diferente, es
considerada como ________________(rellena el espacio), dependiendo de aquello
que intenten suprimir. Se espera de ella obediencia, humildad, una actitud de
"todos somos iguales". Se califica incluso como ego y arrogancia, no
permitiendo que su elemento brille de la manera particular y específica en la
que tiene que brillar. Esta es otra forma de control. Cualquier espiritualidad
que no te permite ser tú misma, en tu esencia específica, busca crear seres
uniformes, en cadena. Muchos círculos espirituales defienden y protegen a la
mujer Agua y a la Mujer Tierra, por sus cualidades de sanadora, dulce, suave,
humilde, callada, nutritiva, amorosa, mujer que se adapta fácilmente a las
reglas. Y condenan a la mujer Fuego por ser independiente, autónoma,
apasionada, ruidosa, sexy, rebelde, mujer que no sigue a los grupos. Muchas
Mujeres Fuego acaban convirtiéndose en Mujeres Agua o Tierra para ser aceptadas;
su falta de confianza en sí mismas y en su misión hace que el rechazo sea
insoportable. Sienten que necesitan "pertenecer a ______, ser parte
de______". Mujer Fuego, tú perteneces al Fuego, ahí es donde tienes
permiso para brillar, arder, inspirar, liderar, dar calor.
Mujer Aire, tu espiritualidad
necesita del Aire para conectar y sentirte plena. Observa el Aire. Ve a los
lugares donde se mueve libremente. Abre tus alas. Sé Aire cuando meditas. Eres
independiente y libre. No te gusta que te aten a dogmas ni a nada que mantenga
prisionera tu mente. Tienes una excelente imaginación y puedes ver el camino
antes de que sea construido. Te necesitamos para que nos ayudes a expandir
nuestra consciencia, nuestra forma de pensar, nuestra manera de ver la vida. Te
necesitamos para que nos ayudes a encontrar soluciones que no sabíamos que existían.
Ayúdanos a ver múltiples probabilidades y caminos. Ayúdanos a liberarnos de los
acuerdos mentales que nos atan y mantienen prisioneras. Ayúdanos a ver las
creencias que nos mantienen rígidas y limitadas, y nos hacen sufrir.
Mujer Fuego, tu espiritualidad
necesita del Fuego para conectar y sentirte plena. Observa el Fuego. Enciende
una hoguera. Observa cómo se mueve, de qué se alimenta. Medita con fuego. Sé
Fuego. Eres independiente y líder. No te gusta seguir a las masas. Tienes la visión,
el poder y la confianza para guiar a otras mujeres y empoderarlas, y ayudarles
a ser independientes. Te necesitamos para que nos ayudes a conectar con nuestro
poder y con nuestra pasión, para que podamos saber qué amamos de verdad, qué
nos mueve por dentro. Te necesitamos para que nos muestres el camino, nos guíes,
nos lideres, nos ayudes a movernos, a tomar acción. Te necesitamos para
transformar nuestras vidas, quemar nuestros obstáculos y creencias, ser auténticas.
Ayúdanos a tener un corazón alegre y a protegerlo.
Mujer Agua, tu espiritualidad
necesita del Agua para conectar y sentirte plena. Observa el Agua. Entra en el
Agua. Sumérgete. Permite que te mueva. Practica la no resistencia. Honra tus
emociones y sentimientos. Después, déjalos ir. Eres Agua. Fluida. En movimiento.
Húmeda. Lágrimas. Sientes lo que los demás no sienten. Conectas con el corazón
de las personas y de todos los seres sintientes. Escuchas, apoyas, amas. Te
necesitamos para que nos ayudes a conectar con nuestras emociones. Te
necesitamos para que nos enseñes cómo nutrir nuestro corazón, nuestros
sentimientos. Te necesitamos para que nos enseñes cómo dejar ir las emociones
que nos hacen daño. Te necesitamos para que nos enseñes que todos los seres
sienten, tienen un corazón. Muéstranos
nuestras habilidades psíquicas, nuestra intuición, nuestro poder para conectar
e ir profundo. Te necesitamos para que nos ayudes a honrar nuestros talentos
naturales, nuestra Alma. Ayúdanos a conectar unas con otras.
Mujer Tierra, tu espiritualidad
necesita de la Tierra para conectar y sentirte plena. Observa la Tierra, pon
tus pies en la Tierra, entiérrate. Siente la humedad, los ritmos, las
vibraciones bajo tus pies. Cocina. Haz pan, haz manualidades. Trabaja con tus
manos, con tu cuerpo. Cuida del jardín. Eres Tierra, sólida, nutritiva, fuerte.
Vibrante, Segura de ti misma. Paciente. Sabia. Medicina. Amas. Das. Nutres.
Alimentas. Das refugio. Te necesitamos para que nos ayudes a conectar con
nuestro cuerpo y a nutrirlo. Te necesitamos para que nos enseñes a nutrir y
respetar el cuerpo de la Madre Tierra. Te necesitamos para que nos ayudes a
conectar con nuestros ritmos internos, nuestras estaciones personales, nuestra
luna y nuestra sangre. Ayúdanos a ser más creativas y alegres, a confiar en
nuestra vida. Te necesitamos para que nos enseñes a tener los pies en la
Tierra, en el aquí y ahora. Muéstranos cómo florecen las plantas. Ayúdanos a
amar nuestro cuerpo, nuestra sensualidad y feminidad.
Mujer Éter, tu espiritualidad
necesita del Éter para conectar y sentirte plena. Medita en el éter. Fluye con
el éter. Muévete en el éter. Visualiza dejando tu cuerpo y convirtiéndote en
Alma. Viaja en el cosmos. Ve a la matriz energética. Siente como todo está
unido, conectado. Observa cómo todo tiene un Alma. Entra en los registros
akashicos. Conoce tu historia, la historia de la tierra y la humanidad. Eres
etérica. Ligera. De apariencia divina. Comprensiva. Te necesitamos para
entender que todos estamos conectados, que somos uno. Te necesitamos para
entender nuestra eternidad. Te necesitamos para aprender a conectar con nuestra
Fuente. Te necesitamos para que nos ayudes a entender nuestro elemento primordial
y la conexión con otros elementos, las relaciones, la interdependencia. Te
necesitamos para sentir que somos seres vibracionales y nuestra vibración atrae
y también crea consecuencias en toda la matriz energética. Ayúdanos a valorar quiénes
somos, lo que nos hace diferentes, y lo que nos une. Somos iguales en derechos
pero no en esencia.
Nuestra
expresión natural no puede ser la misma, la manera en la que nos comportamos y creamos
el mundo que deseamos. Tampoco la manera en la que conectamos y nos sentimos
vivas. Debemos aspirar a expresar nuestra esencia más alta, sin miedo al
rechazo. Debemos aspirar a brillar con toda nuestra Luz. Parte de tu tarea es
encontrar tu esencia primordial y expresar tu vida alrededor de ella. Cuando
encuentras tu elemento, tu vida cobra sentido: tu pasado, lecciones, deseos,
sueños. He venido a recordarte que eres una Diosa, con toda la belleza, el
poder y la magia para hacer realidad tus sueños más salvajes. Deseo recordarte
que dentro de ti posees los talentos, la sabiduría, el poder y la medicina para
transformar tu vida. Quiero que florezcas y Ames ser Mujer; Ames tu preciosa
feminidad, tu cuerpo, tus talentos y vivas tus sueños. Te mereces todo lo
mejor. El camino comienza con el primer paso y deseo mostrarte la dirección de
tu Espíritu.
Camila
Ibáñez Hormazabal