Estoy tan cansado de toda esta mierda espiritual de la Nueva Era. Estoy cansado de CUALQUIER espiritualidad que no honre completamente nuestra experiencia humana encarnada, desordenada, irresoluble, de primera mano, en tiempo real. Eso no se inclina profundamente ante la lucha de nuestros corazones tiernos. Esa culpa nos hace tropezar con nuestras imperfecciones y avergüenza nuestras limitaciones. No, no siempre es tu proyección. Sí, a veces otras personas SON realmente abusivas y necesitan ser detenidas. No, no todo está siempre "en tu mente". Sí, tu cuerpo importa. Tus sentimientos también. No, tus dudas y miedos no son 'incorrectos', 'malos' o 'no evolucionados'. No, no 'atraes' el abuso a través de una 'frecuencia vibratoria' defectuosa. No, no mereces ser violado de ninguna manera, en nombre de la Verdad, en el nombre de Dios, en el nombre del Amor, o EN CUALQUIER OTRO NOMBRE. Sí, tus límites merecen ser respetados, tu "sí" y tu "no" también. No, no está bien que los maestros espirituales abusen de las personas "por su propio bien" - sacudirlos para que despierten, iluminarlos, ayudarlos a dejar su "ego". Los maestros que usan el abuso como herramienta son simplemente abusadores, no maestros.
Rechazo cualquier espiritualidad que descarte nuestra tierna, vulnerable y frágil humanidad. Rechazo cualquier espiritualidad que nos avergüence por nuestros preciosos pensamientos y sentimientos humanos. Rechazo cualquier espiritualidad que comience cualquier oración con "Si fueras iluminado ..." Rechazo cualquier espiritualidad que separe el yo del no yo, lo divino de lo humano, lo sagrado de lo profano, lo absoluto de lo relativo, el cielo de la tierra, la dualidad de la no dualidad, lo material de lo espiritual. Una vez vi a un maestro espiritual popular dirigirse a una mujer recientemente afligida. Dijo: "Tu desamor es ilusorio y solo es la actividad del yo separado. Un día, el yo separado desaparecerá, junto con todo el sufrimiento". Y en ese momento, vi una profunda, profunda enfermedad e inhumanidad en el corazón de la espiritualidad contemporánea. La invalidación del trauma, las falsas promesas, los juegos de poder, la supresión de lo femenino. Y juré inclinarme ante ese maldito corazón roto como si fuera Dios mismo.
Hasta el fin de los tiempos.
Jeff Foster
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