13 de junio de 2012

SAL CON UNA CHICA QUE NO LEE (Charles Warnke)

Razones para tener en mente al momento de escoger entre la chica del bar o la de la biblioteca, 
la del maquillaje corrido o la del morral repleto de libros.
Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.
Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.
Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.
Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)
Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

5 de junio de 2012

! HABÍTAME ¡


Habítame mil años más hasta el encuentro
Con otros ojos, otro cuerpo, otros labios
Habítame detenidamente
Valor innumerado de las cosas ocultas.
Habítame mil años más
con lunas llenas y sol de pasiones.
Capricho de mi antojo
Manojo de claveles rojos
Agua para mi sed
¡Habítame!
Olor de río dulce
Sabor de vino tinto
¡Habítame!
Más allá del misterio
De los labios sellados
Más allá de noviembre
Más allá de los ojos
Condenados a olvido
¡Habítame!
Como el río a su cauce
En mañana florida
Como los dioses…
¡Habítame amor mío!

Doly Enríquez
(Poeta, caleña, Comunicadora Social de la Universidad del Valle)

27 de mayo de 2012

CONVERSATORIOS 2.



¿Qué es el miedo?
S.- Lo que usted dice da miedo. Yo me pregunto si la conciencia, en lo más profundo de sí misma, no tiene necesidad de este miedo. Eso explicaría por qué se lo mantiene constantemente, alimentado por las religiones, que se supone son refugios y tranquilizantes. Ellas alimentan el miedo, impidiendo que la conciencia se perciba tal como es. Ellas interponen, entre la conciencia y la realidad, la pantalla de las doctrinas teológicas.

K.- Este problema es profundo y vasto a la vez. Abordémoslo explorándolo, palpándolo, por así decirlo, por diversos lados. El miedo es tiempo y pensamiento. Le damos una continuidad al miedo por medio del pensamiento, y por medio del pensamiento le damos una continuidad al placer. Este hecho es sencillo: pensando en el objeto de nuestro placer, le otorgamos al placer una continuidad, y lo mismo hacemos con el miedo, pensando en el objeto de nuestro temor. Si yo tengo miedo de usted -o de la muerte, o de alguna otra cosa -  pienso en usted o en la muerte y así alimento el miedo. Si, por el contrario, llegásemos a encontrarnos cara a cara con el objeto de nuestro miedo, éste cesaría.

S.- ¿Cómo es eso?

K.- Hablo del miedo psicológico, no del miedo de un peligro físico que uno trata de alejar, lo cual es natural. Considere usted el miedo a la muerte. ¿En qué consiste ese miedo? Dividimos la totalidad del fenómeno vital en vida y muerte. La vida es conocida, y de la muerte nada se sabe ¿Se tiene miedo de lo que no se conoce, o más bien se tiene de perder lo que uno conoce? Es evidente que vida y muerte son dos aspectos de un mismo fenómeno. Si dejamos de considerarlos como dos fenómenos diferentes, ya no hay conflicto.

S.- No podríamos preguntarnos qué es el miedo en sí?

K.- No hay miedo en sí. Nunca hay miedo que no sea miedo de algo.

S.- Pero ¿no existe un miedo fundamental?

El problema de la muerte.

K.- No. El miedo es siempre miedo de algo. Examine el asunto con suma atención y verá que es así. Todo miedo, aun inconsciente, es el resultado de un pensamiento. El miedo que se halla presente en todas partes y el miedo psicológico, en el interior del yo, son siempre el miedo de no ser. De no ser esto o aquello, o simplemente de no ser. La contradicción evidente entre el hecho de que todo lo que existe es transitorio, y la búsqueda de una permanencia psicológica: ese es el origen del miedo. Para vernos libres de él, debemos investigar en su totalidad la idea de la permanencia. El hombre que no tiene ilusiones no tiene miedo. Eso no quiere decir que sea cínico, amargado o indiferente.

S.- Eso significa que él ha visto que la estructura psicológica en la cual basa la noción de su propia identidad no es real, es sólo verbal.

K.- Estamos, pues, ante uno de los mayores problemas: la muerte. Para comprender esta cuestión, no de forma verbal sino realmente, o sea, para profundizar con realismo en el hecho de la muerte, hay que desprenderse de todo concepto, de toda especulación, de toda creencia que tengamos, porque toda idea que pueda tenerse sobre este asunto estará engendrada por el miedo. Si nosotros, usted y yo, no tenemos miedo, podremos plantear correctamente el problema de la muerte. No nos preguntaremos qué sucede -después-, sino que exploraremos la muerte como un hecho en sí misma. Para comprender lo que es la muerte, toda búsqueda mendigante en las tinieblas debe cesar. ¿Estamos nosotros, usted y yo, en esa disposición de espíritu que no busca saber lo que hay -después de la muerte-, sino que se pregunta qué es la muerte? ¿Percibe usted la diferencia? Si uno se pregunta qué hay -después-, es porque no se ha preguntado qué es la muerte. ¿Estamos en condiciones de hacernos esta pregunta? ¿Puede uno realmente preguntarse qué es la muerte mientras no se pregunte qué es la vida? ¿Es acaso posible preguntarse qué es la vida a base de nociones, ideas y teorías sobre ella? ¿Cuál es la vida que conocemos? Nosotros conocemos la existencia de una conciencia que se debate sin cesar en toda clase de conflictos, internos y externos. Desgarrada por sus contradicciones, esta existencia esta encerrada en el círculo de sus exigencias y de sus obligaciones, de los placeres que busca y de los sufrimientos que rehúye. Estamos enteramente embargados por un vacío interior, que la acumulación de posesiones materiales y mentales jamás puede colmar. En tal estado, no podemos plantearnos el problema de lo que es la muerte, porque no nos hemos planteado la cuestión de lo que es la vida. La existencia que conocemos, ¿es la vida? Las explicaciones como: resurrección de los muertos, reencarnación, etc., ¿provienen de un conocimiento de la muerte? Solo son meras proyecciones de ideas que nos forjamos acerca del fragmento de existencia que llamamos -vida-. Morir para la estructura psicológica con la cual nos identificamos; morir cada minuto, cada día, en cada acto que realizamos; morir para el placer inmediato y para la continuidad del dolor, y saber todo lo que está implícito en ese morir; entonces, es cuando estamos en condiciones de formular  la pregunta: ¿qué es la muerte?
No se discute con la muerte corporal. Sin embargo, sólo aquellos que saben morir de instante en instante pueden evitarse iniciar con la muerte un diálogo imposible. En esa muerte constante hay una renovación constante, un frescor que no pertenece al mundo de la continuidad en la duración. Ese morir es creación. Creación es muerte y amor.

Las iglesias nada pueden.

S.- Tengo que hacerle algunas preguntas sobre religión. Las grandes religiones más recientes han nacido, sin embargo, en épocas en las que se creía que la tierra era plana, que el sol recorría la bóveda celeste, etc. Hasta una época reciente (la de Galileo no está tan lejos) las religiones imponían por la violencia una serie de imágenes infantiles del cosmos. Hoy, no pudiendo hacer otra cosa, se colocan al lado de la ciencia y se contentan con declarar que sus cosmogonías son simplemente simbólicas. Pero proclaman que, a pesar de esta capitulación, son depositarias de las verdades eternas. ¿Qué piensa usted de eso?

K.- Las religiones hacen su propaganda con el fin de obtener poder sobre las conciencias. Procuran apoderarse de la infancia para condicionarla mejor. Las religiones de las Iglesias y las de los Estados, proclaman la necesidad de todas las virtudes, mientras que su historia no es sino una serie de violencias, de terrores, de torturas, de matanzas inimaginables.

S.- Pero ¿no cree usted que hoy en día las Iglesias son menos combativas? ¿No vemos a los jefes de las más grandes Iglesias declarar que la fraternidad humana es lo más importante y que el culto es secundario?

K.- Si la declaración de fraternidad es más importante que el culto, se debe a que el culto ha perdido su importancia incluso ante sus pontífices. Este pretendido universalismo es a lo sumo una simple tolerancia. Ser tolerante, es apenas tolerar al vecino con ciertas condiciones. Toda tolerancia es intolerancia, así como la no-violencia, es violencia.
De hecho, en nuestra época, la religión, como verdadera comunión del hombre con aquello que lo supera, no desempeña ningún papel en la trayectoria de los asuntos humanos. Más bien es todo lo contrario: las organizaciones religiosas son instrumentos políticos y económicos.

S.- Pero ¿no pueden esas organizaciones religiosas guiar a los hombres hacia una realidad que está más allá de ellos mismos?

K.- No.

Siempre juntos. Siempre Positivos.
Marcelo dos Santos


20 de mayo de 2012

CONVERSATORIOS 1.


Desde esta lectura, Dios sabrá hasta cuándo, recogeré extractos de charlas con Maestros y amorosamente (sin permisos) se los haré llegar. Todo está dicho y de todas las formas y aun así, la torpeza y la ignorancia, continúan instaladas en nosotros. Discernimiento o Viveka, vida simple. Amor.

Los Maestros -parecen-  decir cosas diferentes para que la mente se agote deponga sus pensamientos-diferencias polarizantes  y descanse en el corazón del Sabio.
La importante revista francesa Planète publicó, en su número 14 de enero-febrero 1964, un diálogo de enorme interés para toda persona a quien le preocupen los problemas fundamentales de la existencia humana. El diálogo, considerado por Planète como un -documento excepcional-, ocurrió entre el periodista y escritor francés de gran renombre Carlo Suarès y U.G. Krishnamurti,

K.- Dígales que yo no he leído nada, que no poseo referencias. Para mí no hay mutación psicológica más que cuando cesa el proceso acumulativo.
Mutación, religiones, temor...

S.- Por ahí es por donde podemos iniciar un debate. Yo creo que muchos lectores de Planète le dirán esto, puesto que también ellos están de acuerdo en comprobar que la sociedad está en pleno desorden y confusión ¿Por qué, entonces, no pensar que este formidable movimiento no se producirá al mismo tiempo en nuestros cerebros?

K.- Efectivamente, podemos pensarlo. Pero ¿es eso lo que puede llamarse una mutación? ¿Tener un cerebro electrónico? El cerebro no es toda la conciencia.

S.- No se trata del cerebro. Nuestra conciencia se ensancha y abarca todo nuestro planeta, y lo que ocurre en el otro extremo del mundo....

K.- Sí, ya he comprendido....

S.-...Los monjes budistas que se hacen quemar vivos, los negros de Norteamérica...

K.- Por supuesto. Desde luego. Ellos forman parte de nosotros, y la espantosa miseria de Asia, y todas las tiranías por todas partes, y la crueldad, y la ambición, y la codicia, y los innumerables conflictos del mundo; todo eso nosotros lo sentimos. Todo eso, somos nosotros. Tenga usted todo eso totalmente presente en su mente, y vea a qué extraordinaria profundidad debe efectuarse la mutación ¿Qué otras cuestiones considera usted?

S.- La cuestión religiosa, naturalmente. ¿Puede preverse una religión del porvenir, basada en un mejor conocimiento del Cosmos y en el sentimiento de que el hombre forma parte de él?

K.- ¿Y que más?

S.- Me han encargado que le pregunte por lo que usted piensa del hecho de que en lo más recóndito del ser humano moderno, joven o viejo, esta el temor... ¿Puede usted, en una frase, indicarme lo esencial de lo que se propone hacer?

K.- Des condicionar- la totalidad de la conciencia.

S.- ¿Quiere usted decir que pide a cada uno que -des condicione- la absoluta totalidad de su propia conciencia? Permítame decirle que lo que más desconcierta en la enseñanza de usted, es su reiterada afirmación de que ese –des condicionamiento- total no requiere tiempo alguno. Toda experiencia es condicionante.

K.- En efecto, toda experiencia vivida -y no sólo hablo de aquellas que se llaman -espirituales-- tiene necesariamente sus raíces en el pasado. Que se trate de la realidad o de mi vecino, lo que yo reconozco implica una asociación con algo del pasado. Una experiencia llamada espiritual es la respuesta del pasado a mi angustia, a mi dolor, a mi temor, a mi esperanza. Esta respuesta es la proyección que ocurre para compensar un estado miserable. Mi conciencia proyecta lo contrario de lo que ella es, porque yo estoy persuadido de que ese contrario, exaltado y dichoso, es una realidad consoladora. Así, mi fe católica o budista construye y proyecta la imagen de la Virgen o del Buda, y esas invenciones despiertan una emoción intensa en esas mismas capas inexploradas de la conciencia que habiéndolas inventado sin saberlo, las confunde con la realidad. Los símbolos, o las palabras, se vuelven más importantes que la realidad. Se instalan en calidad de memoria en una conciencia que dice: -Yo sé, puesto que he tenido una experiencia espiritual-. Entonces las palabras y el condicionamiento se vitalizan mutuamente en el círculo vicioso de un circuito cerrado.

S.- ¿Un fenómeno de inducción?

K.- Sí. El recuerdo de la emoción intensa, del choque, del éxtasis, engendra una aspiración hacia la repetición de la experiencia, y el símbolo se convierte en la suprema autoridad interior, en el ideal hacia el cual tienden todos los esfuerzos. Captar la visión llega a ser un propósito; pensar en ella sin cesar y disciplinarse, un medio. Pero el pensamiento es aquello mismo que crea una distancia entre el individuo tal como él es, y el símbolo o el ideal. No puede haber mutación posible sin morir para esa distancia. La mutación sólo es posible cuando cualquier experiencia cesa totalmente. El hombre que ya no vive ninguna experiencia es un hombre despierto. Pero vea usted lo que pasa en todas partes: se buscan siempre experiencias más profundas y más vastas. El hombre está persuadido de que vivir experiencias es vivir realmente. De hecho, lo que se vive no es la realidad sino el símbolo, el concepto, el ideal, la palabra. Vivimos de palabras. Si la vida llamada espiritual es un perpetuo conflicto, es porque en ella formulamos la pretensión de alimentarnos de conceptos, como si teniendo hambre pudiéramos alimentarnos con la palabra -pan-. Vivimos de palabras y no de hechos. En todos los fenómenos de la vida, ya se trate de la vida espiritual, de la vida sexual, de la organización material de nuestro tiempo de trabajo o de descanso, nos estimulamos por medio de palabras. Las palabras se organizan en ideas, en pensamientos, y sobre la base de esos estímulos, creemos vivir tanto más intensamente cuanto mejor hayamos sabido, gracias a ellas, crear distancias entre la realidad (nosotros, tales como somos) y un ideal (la proyección de lo contrario de lo que somos). De esa manera le volvemos la espalda a la mutación.
Hay que morir para el tiempo, para los sistemas, para las palabras

S.- Recapitulemos. Mientras exista en la conciencia un conflicto, sea el que fuere, no hay mutación. Mientras domine nuestros pensamientos la autoridad de la Iglesia o del Estado, no hay mutación. Mientras nuestra experiencia personal se erija en autoridad interior, no hay mutación. Mientras la educación, el medio social, la tradición, la cultura, o sea nuestra civilización, con todas sus influencias, nos condicione, no hay mutación. Mientras haya adaptación, no hay mutación. Mientras haya evasión, de cualquier naturaleza que sea, no hay mutación. Mientras yo procure alcanzar altas virtudes de asceta, mientras yo crea en una revelación, mientras yo tenga un ideal cualquiera, no hay mutación. Mientras yo procure conocerme analizándome psicológicamente, no hay mutación. Mientras haya un esfuerzo en pos de una mutación, no hay mutación. Mientras haya una imagen, un símbolo, ideas, o solamente palabras, no hay mutación. ¿He dicho bastante? No. Puesto que, llegado a este punto, sólo puedo verme obligado a agregar: mientras haya pensamiento, no hay mutación.

K.- Exactamente.

S.- ¿Qué es, entonces, esa mutación de la que usted habla en todo momento?

K.- Es una explosión total en el interior de las capas inexploradas de la conciencia, una explosión en el germen, o si le parece mejor, en la raíz del condicionamiento, una destrucción de la continuidad.

S.- Pero la vida misma es condicionamiento. ¿Cómo es posible destruir la continuidad y no destruir la vida misma?

K.- ¿Quiere usted realmente saberlo?

S.- Si!

K.- Muera usted para la continuidad. Muera para el concepto total del tiempo: para el pasado, para el presente y para el futuro. Muera para los sistemas, muera para los símbolos, muera para las palabras, porque todo eso son factores de descomposición. Muera para el psiquismo, pues él es el que se inventa el tiempo psicológico. Ese tiempo carece totalmente de realidad.

S.- Entonces, ¿qué es lo que queda sino la desesperanza, la angustia, el miedo de una conciencia que ha perdido todo punto de apoyo y hasta la noción de su propia identidad?

K.- Si un hombre me formulase esta pregunta de esa manera, yo le respondería que él no ha hecho el viaje, que ha tenido miedo de pasar a la otra orilla.


Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos

11 de mayo de 2012

DECÁLOGO DE LA MADRE SEGÚN LA PSICOGENEALOGÍA.


1.-He parido un hijo que no es mío. Lo entrego al mundo.

2.-Este hijo no ha venido a cumplir mi proyecto, ni los proyectos de mi árbol genealógico, sino el suyo propio.

3.-No lo bautizo con ningún nombre ya presente en el árbol, ni con nombres que le impriman un destino.

4.-Se lo doy todo, lo crío con afecto, sin dejar de ser yo misma, sin adicción al sacrificio, sino con responsabilidad y desde la libertad.

5.-Le ofrezco herramientas que ayuden a construir el edificio de su propia vida, pero acepto que tome libremente las que el juzgue adecuadas y rechace las inadecuadas para él. Me doy cuenta que la mejor manera de enseñar a un hijo no es con mítines, ni con límites, sino con el ejemplo.

6.-Acepto que deje de llamarme “mamá” cuando él lo decida, para pasar a llamarme por mi propio nombre, porque así rompe lazos de dependencia y la relación entre ambos se equilibra.

7.-Le permito y facilito que tenga un espacio privado e íntimo en la casa que sienta como su propio territorio.

8.- En cuanto a la elección de sus amistades, de su carrera, de sus actividades de ocio, etc., le escucho, le doy mi parecer, pero no selecciono nada por él, ni le prohíbo ni lo obligo.

9.- Dejo que mi hijo cometa errores, que se caiga, que no sea perfecto. Comprendo que cada fracaso es un cambio de camino y con ellos se crece cada día; si lo protejo demasiado lo bonsaitizo, nunca será adulto.

10.-Jamás definiré a mi hijo (“es tranquilo”, “eres nervioso”, “es tímido”…), porque entiendo que los niños se forman su autoconcepto a partir de lo que sus padres dicen de él. Le transmito que dentro de él están todas las posibilidades del ser, lo es todo en potencia.

Alejandro Jodorowsky

FELIZ DÍA A TODAS LAS HERMOSAS MADRES EN COLOMBIA Y EN LOS PAÍSES QUE TAMBIÉN LO CELEBRAN EL SEGUNDO DOMINGO DE MAYO!

9 de mayo de 2012

LA PAREJA CÓSMICA


En el universo existen dos tipos de seres:
-Los Seres Andróginos
-Los Seres Complementarios

Hace 500.000 años fueron mandados al planeta una gran cantidad de seres complementarios con unas misiones muy específicas de ayuda a la humanidad.
Estos seres llegaron en pareja porque en El planeta Tierra es una de las formas principales de evolución, estas son las parejas cósmicas.

El Padre bombea desde su corazón, cada cierto tiempo, una Oleada de Vida compuesta por millones de Chispas Divinas, llamadas monadas. Todas estas chispas que surgen juntas son lo que se denominan Almas Afines. Estas Almas Afines serán personas con las que nos iremos encontrando en el camino de nuestra evolución y por las que sentiremos una gran afinidad.
Es posible que una de estas entidades decida dividirse en varias partículas para evolucionar en diferentes partes del Universo. Estas chispas desprendidas de una original es lo que se llama las Almas Gemelas.
Normalmente no se suelen encontrar sino es después de eones o ciclos muy largos, ya que cada una se va a un confín del Universo diferente, precisamente para adquirir mucha mas evolución y experiencia; no se encuentran hasta que es el momento del retomo y se integran otra vez para volver al centro del Universo de nuevo.

Lo más habitual que se puede encontrar un Ser en un planeta como este, es lo que se llama la Pareja Cósmica. En este caso, dos chispas son reclamadas por el Creador, independientemente de que sean almas gemelas o no, para efectuar una misión concreta. Bajan juntas y deben subir juntas cuando la misión haya concluido.

Estos dos Seres llegan al planeta Tierra y a través de sucesivas rencarnaciones se van encontrando en diferentes papeles, muchos de estos son en pareja porque normalmente las energías se complementan mejor de esta manera, pero no es requisito imprescindible. De hecho muchas veces se han ido encontrando en diferentes papeles: padre, madre, hermanos, amigos, enemigos, etc. Actualmente se suelen encontrar como pareja. Aunque se pueden dar algunos casos en que no sea así, no suele ser lo normal.

Hace varios cientos de miles de años hubo un cambio en la evolución en esta raza en el cual el Creador determino que viniesen a este planeta una serie de Instructores Cósmicos a apoyar la evolución de las Entidades Evolucionantes en el Planeta Tierra, entonces bajaron lo que en la Biblia llamaron los 144.000 o los elegidos, los Gutas’ de la Humanidad.

Estos Seres procedentes de diferentes Estrellas, son de elevada evolución, de otras dimensiones, y encarnaron para realizar este Servicio de elevación de la frecuencia planetaria, de la conciencia y la vibración. Esto es lo que se llama las 150.000 Parejas Cósmicas. Ahora termina el ciclo de estas parejas y las parejas tienen que volver a re-encontrarse para regresar al lugar de donde vinieron.
No todo el mundo que esta ahora encarnado tiene Pareja Cósmica, solo la tienen los Seres Descendentes. Los Seres Ascendentes tienen parejas, pero no las podríamos llamar Cósmicas, son Seres con los que se van encontrando y van ascendiendo juntos, pero no son como las otras en el sentido que el Creador las une para hacer un trabajo, como que ellos se van encontrando y por afinidad se van uniendo; ellos mismos van comprometiéndose a lo largo del camino y a medida que van llegando a dimensiones superiores se van convirtiendo en Pareja Cósmica.

Hay que dejar claro que para el Ser no es importante el saber si es ascendente o descendente, eso solo tiene importancia para el ego, para el Ser lo único importante es tener otro ser al que amar y con el que compartir la evolución.

* Como se sabe si tenemos Pareja Cósmica?

- Para empezar internamente se sabe que se tiene Pareja Cósmica y de alguna forma siempre late dentro de si esa inquietud y esa necesidad de encontrarla.

- Es un Guía de la Humanidad, un Instructor, un ser involucrado en la evolución de la humanidad, cada uno en un área determinada, sintiendo la necesidad de crear algo importante y de encontrar un Ser que lo acompañe
para cumplir juntos ese objetivo.

- Tiene conciencia de los momentos que estamos viviendo y si no tiene consciencia esta muy cercano a tenerla, y estos años mas que nunca va sentir la necesidad de crear algo nuevo para ayudar al desarrollo de la consciencia.

- Se siente desarraigado de este planeta y que no vibra con el resto de la humanidad.

- No acepta las relaciones humanas de la forma en que normalmente lo acepta la gente, si no que normalmente quiere vivirlas de otra manera diferente y esto a veces puede llevarle también a muchas frustraciones, porque busca una integración con su pareja de una forma que esta difiera de los códigos actuales.

Dentro de estas 150.000 parejas puede haber muchos cambios. Hay Seres que bajan con una pareja y luego ascienden con otra. En algunos casos puede que se tenga mas de una pareja, pero siempre que dentro del grupo principal no difiera de él; a veces algunas parejas cambian por otras ya que por afinidad no terminan de integrarse. Pero no es lo normal, lo normal es bajar con una pareja y volver con ella.

Awka Malen

22 de abril de 2012

PENSAMIENTO AUTOPERPETUADO


U.G. Krishnamurti decía que uno no se puede separar a sí mismo de lo que escucha o mira, queriendo decir probablemente que nuestros pre-conceptos y expectativas son parte de lo que uno cree que está escuchando o mirando. Normalmente solo oímos en las charlas de Maestros (o cualquiera que hable), aquellas cosas que nos interesan, nos dan esperanza, nos dan algo que podemos volver una receta sobre como vivir, o algo que nos da (o podamos usar para tener) desde riqueza, prestigio, felicidad hasta la iluminación. El mero hecho de que hasta tratemos a alguien  como a un maestro o gurú (místico, empresario o deportista) y lo escuchemos con atención y reverencia revela que estamos detrás de alguna clase de transformación la cual esperamos recibir usando lo que él dice. Des-afortunadamente para nosotros, este proceder nos frustra desde el primer paso.

U.G. Krishnamurti, dice que -No hay nada que uno pueda hacer para cambiar la actual condición porque cualquier cosa que uno sea ahora, su confusión, sus problemas, sus conflictos, su violencia, son todos productos del pensamiento y la auto-conciencia. Cualquier intento de parte de uno por cambiar lo que es nace del pensamiento! , y cualquier cosa que el pensamiento haga solo lo perpetúa y fortalece a él y al conocimiento que tiene, pero nunca lo libera a uno de él-.

Cada pensamiento se parte en dos y crea la división del pensador, o el yo, y el mundo. El proceso de pensar es un intento constante por convertirse en otra cosa, por cambiar lo que ya es o la condición actual, como sea que se perciba esa condición. El pensamiento usa todo su conocimiento del pasado, conocimiento de todas las cosas que nos han dado placer o dolor, para crear un estado de permanencia para sí mismo, un estado de felicidad permanente, y busca perpetuamente alcanzar ese estado. Ya sea un millonario buscando su siguiente millón o un devoto religioso buscando la gracia de Dios, el proceso de buscar es idéntico.

Con el fin de perpetuarse a sí mismo el pensamiento crea muchas ilusiones, incluyendo la ilusión de las experiencias espirituales. Estas últimas son también ilusiones, porque solamente el pensamiento puede identificar una experiencia como tal; en la ausencia de pensamiento identificando y reconociendo no tenemos forma de saber ni siquiera que eso es una experiencia, mucho menos una experiencia espiritual de alguna clase. El pensamiento utiliza el mecanismo del conocimiento para perpetuarse a sí mismo, para producir una continuidad y una permanencia para sí mismo. El pensamiento nunca puede conocer nada tal cual es. Tiene que distorsionar lo que es de acuerdo a sus preferencias según lo que es placentero y lo que es desagradable, perseguir lo placentero y evitar lo que ve como una experiencia desagradable, y perpetuarse a sí mismo en este proceso de buscar. La ilusión del 'yo' también es un producto del pensamiento, una abstracción de grado superior que e l pensamiento usa para perpetuarse. Incluso la actividad egoísta es un plan que el pensamiento usa en su actividad egocéntrica.

No hay problema con nuestra vida actual. El pensamiento cree que sí porque extrae cierto conocimiento de los placeres y dolores pasados, compara el presente con eso, emite juicios, y evita el presente proyectando un futuro y persiguiéndolo. Pero aparte de las comparaciones que el pensamiento hace no hay problema con nuestra vida tal cual es; y no hay otra vida. Es precisamente nuestro pensamiento sobre un estado mejor lo que nos impide lidiar con nuestra vida tal como es.

Las preguntas que generalmente hacemos las personas  son parte también del intento del pensamiento por continuar. De hecho nosotros ya sabemos las respuestas en tanto que solo aceptamos aquellas respuestas que se ajustan a nuestras preferencias y rechazamos las otras. Pero esas respuestas no pueden, y de hecho ninguna puede, satisfacernos en absoluto. Si lo hicieran, el pensamiento tendría que descansar en la respuesta, pero eso destruiría el proceso del pensamiento porque este no podría ya buscar ninguna respuesta en su intento por perpetuarse a sí mismo. En otras palabras, el pensamiento no quiere que ninguna respuesta termine con él. Si alguna respuesta realmente satisficiera la pregunta, tendría que terminar con ella. Pero si la pregunta es el pensador, entonces con el final de la pregunta el 'cuestionador' debería llegar a un final, y esa es la última cosa que queremos. U.G. dice que nosotros realmente no queremos una respuesta a nuestras preguntas.

¿Qué bien le hace a alguien que escuchar a un Maestro? Preguntar eso es caer otra vez en la trampa de pescar alguna -directiva-, para usar un término de U.G., a partir de lo que dice. Él dice a veces que cuando nos demos cuenta de que todo lo que el pensamiento hace es un intento de este por perpetuarse, de que no hay absolutamente nada que uno pueda hacer para liberarse a sí mismo de su estado, y de que la misma idea de libertad es una ilusión producida por el pensamiento, entonces tal vez la pregunta se -consuma a sí misma.- Y con la pregunta se va el pensador.

Uno tal cual se conoce se termina. Uno atraviesa lo que U.G. llama una -muerte clínica.- Lo que le sucede a uno luego de eso no es, -asunto nuestro.- Escuchar esto nos da, otra vez, una pizca de esperanza.
Nosotros esperamos que por hacer algo, por tratar de renunciar al pensamiento o lo que sea, podremos hacer que este -darse cuenta- suceda. Pero desafortunadamente no podemos hacer nada tampoco para que este -darse cuenta- suceda.
U.G. dice que uno tiene que aceptar el hecho de que esta vida del pensamiento, a la que llaman de no libertad, podría ser lo único que haya, y que podría no haber, en lo que a nosotros concierne, ninguna otra vida. Esto, otra vez, nos da esperanza, y recomenzamos nuestro -viaje-: ¿Qué podemos hacer para aceptar esta vida tal cual es? Preguntar eso es querer cambiar lo que es, y no aceptar lo que somos en realidad. 

Obviamente otra vez no entendimos el punto. ¿Por qué entonces dice U.G. esas cosas? O para hacer la pregunta de forma diferente, ¿por qué nosotros, a pesar de las garantías de un Maestro como por ejemplo U.G. de lo contrario, seguimos tratando de cambiar lo que tenemos?

Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos


11 de abril de 2012

DISCIPLINA-ego-DIOS.

Consideremos dos temas indispensables para la reflexión: el primero es en referencia al conflicto y confusión que sufrimos los buscadores en estos tiempos modernos, causados por las diferentes enseñanzas de varios maestros. Gurudev y otros maestros como él, prefería dar instrucciones específicas. Ellos recomendaban seguir ciertas disciplinas prácticas; ellos decían: -Seguid una cierta rutina diaria, tomando ciertas decisiones, adhiriéndose a ciertos principios.- 
Otros maestros decían: -Sed libres, no os atéis a nada, a nada de esas tonterías, es todo auto-hipnosis, adoctrinamiento para condicionarles. En cambio, vosotros debéis des-condicionaros. El condicionamiento es tan malo como cualquier otra cosa -es cambiar de una prisión a otra.-

Así que existen dos puntos de vista extremos: un sistema rígido, conservador y patrón de sadhana y disciplina, y el otro: -No os atéis a nada, no os esclavicéis ni os condicionéis; sed libres, sed libres.- Esto es debido a una falta fundamental de entendimiento. En términos egoicos, Hay un tiempo y lugar para todas las cosas

Hay un tiempo durante en el cual mantenemos la disciplina, porque si no, nos sentimos perdidos. Las reglas y los reglamentos son necesarios. La disciplina es necesaria, el tomar ciertos votos y ciertas decisiones es necesario. El adoptar ciertos principios de vida, es necesario. Pero eso no significa quedarse allí para siempre. Gradualmente iremos más allá, y llega un tiempo en que todo aquello se desprende por sí solo. Pero decir que todas esas cosas son tonterías, que esclavizan, que no son necesarias desde el comienzo, es demostrar ser muy corto de vista.

Se insiste en la disciplina pero al mismo tiempo, la disciplina se torna mecánica y sin sentido, rutinaria, de miras estrechas, inmediatamente hay que abandonarla, ser libres. La disciplina es necesaria y  cuando es trascendida (o totalmente incorporada) se torna -naturalmente- innecesaria.
Como el egoísmo humano y el ego son difíciles de erradicar es muy aconsejado el servicio desinteresado, no abandonar el altruismo, el servicio desinteresado. En tanto no nos disciplinamos no podemos generar cierto poder espiritual.
Situémonos así respecto a los dos extremos: hay un tiempo en el que la sistematización, la disciplina y el adherirse a ciertos principios es absolutamente necesario. Hay un tiempo en que uno los trasciende gradualmente, pero, tontamente imaginamos que los hemos superado y abandonado. Si ellos caen solos, por sí mismos, es diferente. La naturaleza los ha llevado más allá; nosotros no los necesitaremos más.
El segundo tema es: dicen los maestros que todo está impregnado por Dios. Dios se ha manifestado como este universo. Él está por todos lados, en todas las cosas. Cada átomo de materia, cada mota de espacio Lo contiene. Él es omnimpregnante, inmanente. Decimos esto, citamos escrituras, se lo decimos a otros, pero cuando lo decimos no lo aplicamos a nosotros mismos ¡No lo aplicamos a nosotros mismos!
Si todo es Dios, el poder la palabra es Dios, la fortaleza de las manos y pies, es Dios. El intelecto, la mente, el cuerpo, visión, sonido, sabor, olor, habla, son Dios manifiesto. Si Dios lo impregna todo, está presente en todo. Por lo tanto debemos considerarlos con reverencia, usarlos con reverencia.
Pretender o Creer posible  Usar a Dios en -nombre propio- es la Gran Ignorancia.

Mal uso de la palabra,  dañar o insultar a alguien, hablar irrespetuosamente, No es Facultad, es uso pervertido y equivocado, del poder que es Dios.

Dice el maestro Gandhiji: -Hay que cerrar vuestros oídos-, de lo contrario, estáis utilizando una facultad divina de una manera no divina, no espiritual. Dejad que vuestras manos y pies se muevan solo de una manera divina y espiritual; de lo contrario, estaréis usando mal la presencia y el poder de Dios en la forma de esta facultad.
De esta manera, debéis tratar de aplicar el concepto o la verdad acerca de la presencia de Dios, en la forma de todas las facultades en vuestro propio ser. Sabiendo esta verdad, haced uso divino de todas vuestras facultades que son Dios. Dios dinámico.

Todas nuestras facultades, miembros, fortaleza, habla, visión, oído, movimientos, todo se encuentra presidido por Dios. Por lo tanto, la presencia de lo Divino debe ser sentida por nosotros en todas nuestras facultades y en todo lo que poseemos.
No necesitamos negar a Dios, decir que Él está muerto. Por nuestra misma vida y acciones lo estamos demostrando ¿En este momento Dios no existe para nosotros?

Meditemos sobre esto. Todas las facultades son divinas, por lo tanto, deberíamos considerarlas y  relacionarnos a ellas con gran reverencia. Son manifestaciones de Dios...Son el flujo de la vida en la Divina Manifestación.

Siempre juntos. Siempre Positivos                                                  
Marcelo dos Santos

26 de marzo de 2012

EL SER HUMANO ES MILAGROSO EN CUANTO QUE PUEDE TRANSFORMAR SU PASADO.

Algunos dicen "no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe", pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.
La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la auto-sanación.
Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.
Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo.

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbo-sacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.
Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle "tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también". Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.
Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.
Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.
La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.
Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.
Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana.
El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.
La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.
Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.
Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse "estoy triste porque no me curé el cáncer", eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.
Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles.
También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.
Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO.
La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana.
Yo sabia cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.
Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la auto-afirmación.
La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.

Dr. Jorge Carvajal Posada 

24 de marzo de 2012

LA RADIÓNICA EN LA PRÁCTICA.

La radiónica es una terapia puramente acuariana, no invasiva, capaz de lograr resultados espectaculares tanto en los seres humanos como en los animales y las plantas.
En sus orígenes, el diagnóstico se realizaba en el paciente que debía estar presente físicamente, pero ya el mismo Abrams había descubierto que su presencia no era necesaria y que bastaba una gota de su sangre para el efecto.
Esta es una de las grandes y exclusivas ventajas de la radiónica : la posibilidad de un análisis y una terapia a distancia. Esto la hace única y valiosa en muchos casos. Por ejemplo, en el caso de un accidente, puede intervenir incluso cuando nadie ha podido hacerlo, o en situaciones donde nadie puede ayudar físicamente. Piense en los exploradores, solos en los confines de la tierra, o en medio del mar, en los astronautas encerrados en las naves espaciales, inmersos en el espacio, a miles de kilómetros de distancia de cualquier tipo de ayuda.
Con la radiónica es posible intervenir, y no sólo sobre problemas físicos, sino también en los psicológicos.
Piense en una competición, o un examen, en la posibilidad de dar energía, calma, concentración, y cuando sea necesario para afrontar la prueba en perfecta forma.
Piense en los niños, que todavía no saben expresarse y decir lo que les molesta, en los animales o en las plantas, o en las personas que se encuentran inmersas en el profundo sueño del coma. ¿Cómo podemos saber cómo están?. La radiónica, de manera completamente no invasiva, puede dar respuesta y ayudarlos, sin obligarlos a moverse, aunque se encuentren al otro lado del mundo.
Sin llegar a casos extremos, conviene para todos poder curarse permaneciendo en la propia casa, trabajando o viajando. En pocas palabras, sin cambiar los hábitos de vida o nuestras rutinas.
Sin embargo, esta posibilidad a veces se ve de manera negativa, y se asocia la radiónica con la magia y la brujería. Es verdad que la acción a distancia es típica de la magia, pero en la radiónica no hay invocaciones ni peticiones de ayuda o evocaciones, de entes más o menos espirituales, o de elementales fuerzas de la naturaleza, como ocurre generalmente en los rituales mágicos. Sería más correcto ver al operador radiónico no como un mago, sino como un sanador del futuro, que utiliza conocimientos particulares para ayudar a sus semejantes, como lo hace actualmente el médico cuando nos prescribe medicamentos. Más difícil es entender, con nuestros medios actuales, cómo ocurre esto, pero para el operador radiónico, que a diario realiza análisis y tratamientos, es una realidad corriente, como para sus pacientes.
Simplemente para evitar que la radiónica se mezcle con otros campos que no le pertenecen, y para salvaguardar a los pacientes de las acciones de personas inexpertas o amorales, la Escuela de Radiónica de la Sociedad Italiana de Radiónica se preocupa por seleccionar y formar operadores profesionalmente competentes y éticos. Por ejemplo, no es necesario que el paciente sepa cuando el terapeuta está tratándolo para que la radiónica funcione, como prueban los tratamientos en animales, en niños pequeños o en plantas. No obstante, en la ética profesional de los operadores radiónicos se prohíbe tratar o analizar radiónicamente a una persona sin su consentimiento explícito.


Alessandra Previdi

21 de marzo de 2012

DÓNDE ESTÁ CONECTANDO SUS CIRCUITOS ENERGÉTICOS?

Adopte la costumbre cotidiana de tomar nota de dónde ha invertido su energía. Preste atención a cualquier sensación que le indique que su cuerpo está perdiendo energía, y analice los motivos. Si su energía se dirige hacia un objetivo que consume los recursos de su cuerpo, procure reorientarla hacia objetivos más positivos. Preste atención y aprenda a sentir el flujo de energía que entra y sale de su cuerpo. Ya conoce la sensación de una merma de energía cuando está furioso o atemorizado, la sensación de debilidad que experimenta en el acto. Algunas personas experimentan un intenso dolor de cabeza o de espalda. Interprete cualquier síntoma físico como una señal de que está perdiendo energía.
Como medida preventiva, dirija a diario sus circuitos de energía hacia objetivos positivos que le ayuden a sentirse rebosante de poder y de luz. Una persona que conozco visualiza sus circuitos conectados a las efigies de Jesús y de María que se hallan en la iglesia a la que asiste. “Conectarse” con esas imágenes cada  mañana y cada noche le hace sentirse conscientemente vinculada a la energía Divina. Otras personas visualizan sus circuitos energéticos conectados con el poder del sol y otros sistemas de la naturaleza que emanan una fuerza vital infinita y que representan el apoyo constante que nos brinda la naturaleza.
Otro sistema eficaz para conectar o desconectar sus circuitos es utilizar la respiración. Cuando inspire aire, imagine que está recuperando la energía que le ha arrebatado algún elemento perjudicial. Conecte su energía al inhalar, aspirando su propia energía y poder. Cuando se disponga a exhalar el aire, visualice un símbolo de fuerza y poder. Concéntrese en el símbolo, exhale el aire y libere su energía con estas palabras: “Formo parte de la energía de este símbolo de fuerza y poder. Ruego que esta energía penetre constantemente en mi organismo”. Cuando se haya conectado con un símbolo que para usted represente poder, la energía penetrará continuamente en su cuerpo.

Caroline Myss
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...