U.G.
Krishnamurti decía que uno no se puede separar a sí mismo de lo que escucha o
mira, queriendo decir probablemente que nuestros pre-conceptos y expectativas
son parte de lo que uno cree que está escuchando o mirando. Normalmente solo
oímos en las charlas de Maestros (o cualquiera que hable), aquellas cosas que
nos interesan, nos dan esperanza, nos dan algo que podemos volver una receta
sobre como vivir, o algo que nos da (o podamos usar para tener) desde riqueza,
prestigio, felicidad hasta la iluminación. El mero hecho de que hasta tratemos
a alguien como a un maestro o gurú (místico, empresario o deportista) y
lo escuchemos con atención y reverencia revela que estamos detrás de alguna
clase de transformación la cual esperamos recibir usando lo que él dice. Des-afortunadamente para nosotros, este proceder nos frustra desde el primer
paso.
U.G.
Krishnamurti, dice que -No hay nada que uno pueda hacer para cambiar la actual
condición porque cualquier cosa que uno sea
ahora, su confusión, sus problemas, sus conflictos, su violencia, son todos productos del pensamiento y la
auto-conciencia. Cualquier intento de parte de uno por cambiar lo que es
nace del pensamiento! , y cualquier cosa que el pensamiento haga solo lo
perpetúa y fortalece a él y al conocimiento que tiene, pero nunca lo libera a
uno de él-.
Cada
pensamiento se parte en dos y crea la división del pensador, o el yo, y el
mundo. El proceso de pensar es un intento constante por convertirse en otra
cosa, por cambiar lo que ya es o la condición actual, como sea que se perciba
esa condición. El pensamiento usa todo su conocimiento del pasado, conocimiento
de todas las cosas que nos han dado placer o dolor, para crear un estado de
permanencia para sí mismo, un estado de felicidad permanente, y busca
perpetuamente alcanzar ese estado. Ya
sea un millonario buscando su siguiente millón o un devoto religioso buscando
la gracia de Dios, el proceso de buscar es idéntico.
Con
el fin de perpetuarse a sí mismo el pensamiento crea muchas ilusiones,
incluyendo la ilusión de las experiencias espirituales. Estas últimas son
también ilusiones, porque solamente el pensamiento puede identificar una
experiencia como tal; en la ausencia de pensamiento identificando y reconociendo
no tenemos forma de saber ni siquiera que eso es una experiencia, mucho menos
una experiencia espiritual de alguna clase. El pensamiento utiliza el mecanismo
del conocimiento para perpetuarse a sí mismo, para producir una continuidad y
una permanencia para sí mismo. El
pensamiento nunca puede conocer nada tal cual es. Tiene que distorsionar lo
que es de acuerdo a sus preferencias según lo que es placentero y lo que es
desagradable, perseguir lo placentero y evitar lo que ve como una experiencia
desagradable, y perpetuarse a sí mismo en este proceso de buscar. La ilusión
del 'yo' también es un producto del pensamiento, una abstracción de grado
superior que e l pensamiento usa para perpetuarse. Incluso la actividad egoísta
es un plan que el pensamiento usa en su actividad egocéntrica.
No hay problema con
nuestra vida actual. El pensamiento cree que sí porque extrae cierto
conocimiento de los placeres y dolores pasados, compara el presente con eso,
emite juicios, y evita el presente proyectando un futuro y persiguiéndolo. Pero
aparte de las comparaciones que el pensamiento hace no hay problema con nuestra
vida tal cual es; y no hay otra vida. Es
precisamente nuestro pensamiento sobre un estado mejor lo que nos impide lidiar
con nuestra vida tal como es.
Las
preguntas que generalmente hacemos las personas son parte también del intento del pensamiento
por continuar. De hecho nosotros ya sabemos las respuestas en tanto que solo
aceptamos aquellas respuestas que se ajustan a nuestras preferencias y rechazamos
las otras. Pero esas respuestas no pueden, y de hecho ninguna puede,
satisfacernos en absoluto. Si lo hicieran, el pensamiento tendría que descansar
en la respuesta, pero eso destruiría el proceso del pensamiento porque este no
podría ya buscar ninguna respuesta en su intento por perpetuarse a sí mismo. En
otras palabras, el pensamiento no quiere
que ninguna respuesta termine con él. Si alguna respuesta realmente
satisficiera la pregunta, tendría que terminar con ella. Pero si la pregunta es
el pensador, entonces con el final de la pregunta el 'cuestionador' debería
llegar a un final, y esa es la última cosa que queremos. U.G. dice que nosotros realmente no queremos una respuesta a nuestras
preguntas.
¿Qué
bien le hace a alguien que escuchar a un Maestro? Preguntar eso es caer otra
vez en la trampa de pescar alguna -directiva-, para usar un término de U.G., a
partir de lo que dice. Él dice a veces que cuando nos demos cuenta de que todo
lo que el pensamiento hace es un intento de este por perpetuarse, de que no hay
absolutamente nada que uno pueda hacer para liberarse a sí mismo de su estado,
y de que la misma idea de libertad es una ilusión producida por el pensamiento,
entonces tal vez la pregunta se -consuma a sí misma.- Y con la pregunta se va
el pensador.
Uno
tal cual se conoce se termina. Uno atraviesa lo que U.G. llama una -muerte
clínica.- Lo que le sucede a uno luego de eso no es, -asunto nuestro.- Escuchar
esto nos da, otra vez, una pizca de esperanza.
Nosotros
esperamos que por hacer algo, por tratar de renunciar al pensamiento o lo que
sea, podremos hacer que este -darse cuenta- suceda. Pero desafortunadamente no
podemos hacer nada tampoco para que este -darse cuenta- suceda.
U.G.
dice que uno tiene que aceptar el hecho de que esta vida del pensamiento, a la
que llaman de no libertad, podría ser lo único que haya, y que podría no haber,
en lo que a nosotros concierne, ninguna otra vida. Esto, otra vez, nos da
esperanza, y recomenzamos nuestro -viaje-: ¿Qué podemos hacer para aceptar esta
vida tal cual es? Preguntar eso es querer cambiar lo que es, y no aceptar lo
que somos en realidad.
Obviamente otra vez no entendimos el punto. ¿Por qué
entonces dice U.G. esas cosas? O para hacer la pregunta de forma diferente,
¿por qué nosotros, a pesar de las garantías de un Maestro como por ejemplo U.G.
de lo contrario, seguimos tratando de cambiar lo que tenemos?
Siempre
juntos. Siempre Positivos
Marcelo
dos Santos
Es grato leer comentarios de las afirmaciones de U.G. Me guta tu comentario,en lo personal considero que U.G. es la persona mas honesta que ha pisado este planeta...El dice que si no tuvieramos el consatnte dialogo interno no habria nesecidad de platicar nada con nadie, que NO HAY NADA QUE COMPRENDER...Quien podria tener la facultad de aceptar o rechazar eso?,Tu sabes?
ResponderEliminarGracias por detenerte en este espacio,eres bienvenid@.
ResponderEliminarQuién acepta?,quién rechaza?, quién sabe?...O para hacer la pregunta de forma diferente, ¿por qué nosotros, a pesar de las garantías de un Maestro como por ejemplo U.G. de lo contrario, seguimos tratando de cambiar lo que tenemos?