Cuando escuches a otra persona, no te
limites a hacerlo con tu mente; escúchale con todo tu cuerpo. Y mientras escuchas, siente el campo energético de tu
cuerpo interno. Esto aleja la atención del pensamiento y crea un espacio
tranquilo que te permite escuchar sin interferencias mentales. Estás dando espacio a la otra persona,
espacio para ser. Es el regalo más precioso que le puedes dar. La mayoría
de la gente no sabe escuchar porque casi toda su atención está ocupada por el
pensamiento. Suelen prestar más atención
a su propio pensamiento que a lo que la otra persona les está diciendo, y
ninguna a lo verdaderamente importante: el Ser de la otra persona debajo de las
palabras y de la mente. Por supuesto que no puedes sentir el Ser de otra
persona si no es a través de tu propio Ser. Estás empezando a tomar conciencia
de la unidad, que es amor. En el nivel más profundo del Ser, eres uno con todo
lo que es. La mayoría de las relaciones humanas
consisten principalmente en la interacción de unas mentes con otras, y no en
seres humanos que se comunican, que están en comunión. Así no puede crecer ninguna relación, y por eso suelen ser
tan conflictivas. Cuando la mente dirige
tu vida, el conflicto, la lucha y los problemas son inevitables. Estar en
contacto con el cuerpo interno crea un espacio abierto, de no-mente, en el que
pueden florecer las relaciones.
Eckhart Tolle
Eckhart Tolle
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