Las
Verdaderas Nuevas Más Allá del Terror. La sangre fluye por las calles de París.
De nuevo. Gente matando gente en nombre de dioses e ideologías. Tortura,
violación, asesinato, impactantes violaciones a los derechos humanos. En todo
el mundo. Simplemente un día más en este antiguo planeta. ¿Acaso llegó el
momento de darnos por vencidos?
¿Será
éste el momento de cantar con más fuerza nuestras canciones de amargura,
derrota y rabia desenfrenada? ¿Es el mundo un error insensato, una aberración
de la consciencia, una pérdida de tiempo para todos? ¿Al final del camino, la
filosofía nihilista estaba en lo correcto?
Cuando
nos enfrentamos a noticias como éstas a menudo podemos sentirnos tan
impotentes, tan decepcionados, tan asustados, tan inseguros; como si
estuviéramos viviendo en un mundo que se ha vuelto loco, desquiciado, fuera de
control. Todo parece como una pesadilla, como si una especie de fuerza oscura o
maligna estuviera asumiendo el control. Algunos comienzan a hablar de la
llegada del Apocalipsis. Ciertamente, se puede sentir como el fin del mundo de
cuento de hadas en el que algún día creímos.
En
medio de la devastación buscamos respuestas, causas, algo o alguien a quien
culpar, una forma de dispersar nuestra tensión, una salida para toda esa rabia,
dolor y confusión, un escape de esa energía de vida no procesada. ¿Culpamos a
los asesinos? ¿A sus padres? ¿A la sociedad en general? ¿Al cerebro humano? ¿A
la comida que consumimos? ¿A los químicos? ¿A las estrellas? ¿A nuestros
gobiernos? ¿A las religiones? ¿Cosificamos a los asesinos como enfermos,
retorcidos, locos, malditos? ¿Nos ponemos en guerra con ellos como lo han hecho
ellos con nosotros, deseando más muerte y destrucción sobre ellos y sobre sus
hijos, sus madres, sus amantes? ¿Nos adentramos en la milenaria historia del
bien contra el mal, de nosotros contra ellos? ¿Consolidamos aún más nuestra
identificación con un irreflexivo sentido del yo construido por la mente?
¿Acentuamos las divisiones?
En
nombre de la paz, ¿nos convertimos a nosotros mismos en terroristas?
¿Maldecimos
a Dios y al universo, y deseamos nunca haber nacido? ¿Tratamos de adormecernos
a nosotros mismos, distraernos de esas noticias, con alcohol, drogas, sexo,
trabajo, compras, comodidades mundanas? ¿Desestimamos los horrores, retiramos
nuestros corazones de los corazones de nuestros hermanos y hermanas en otras
regiones del planeta, le damos la espalda a su triste situación, murmurando
para nosotros mismos, mientras leemos el periódico en la mañana, lo
"fea" y "terrible" que está la situación, sin hacer nada
para generar un cambio y una sanación real?
¿Nos
encargamos de difundir el problema, pero nos damos por vencidos cuando se trata
de ser parte de la solución?
¿Acudimos
a maestros espirituales para que nos consuelen con una charla sobre la
naturaleza ilusoria de la vida y la irrealidad de la que todos somos testigos?
¿Regurgitamos frases vacías como 'nada importa', 'todo es un inocente juego de
maya,' y 'de cualquier forma, nadie tiene elección'? ¿Calificamos lo que vemos
como 'irreal' o 'ilusión' para alejarnos del dolor de tener que confrontar todo
el lío y la aparente falta de control de esta manifestación relativa e
impermanente? ¿Pretendemos que los acontecimientos del mundo no tienen nada que
ver con nosotros, que todo es independiente y que somos personas separadas?
¿Caemos en el solipsismo? ¿En la anarquía? ¿Cerramos nuestros corazones con más
fuerza, construimos nuestros muros aún más altos y vivimos en un estado
protegido, impregnado de miedo? ¿Rechazamos este mundo y soñamos con una
perfecta vida después de la vida?
¿Utilizamos
la 'realidad' de las noticias como una excusa para darnos por vencidos, para
cerrarnos, para olvidar lo que realmente somos? ¿Dejamos que los 'terroristas'
ganen abandonando nuestro camino y viviendo una vida de terror nosotros mismos,
y aterrorizamos a otros que etiquetamos como 'malos'? ¿Nos sumamos a los
problemas que vemos?
¿O
utilizamos la aparición de los problemas para vernos más profundamente a
nosotros mismos y a la forma en que vivimos y como tratamos a los demás? ¿Vemos
la locura como un llamado a la claridad? ¿A la violencia como una invitación al
amor? ¿Al dolor como un llamado a la compasión? ¿Al terror como una invitación
a recordar y expresar con más profundidad y con más convicción la infinita
inteligencia que somos?
¿Justificamos
las matanzas? Absolutamente no. ¿Sentimos el dolor de las víctimas, y la de sus
seres queridos? Por supuesto que sí, porque no estamos separados. ¿Haríamos
todo lo posible para evitar que este tipo de cosas ocurran de nuevo?
Absolutamente. ¿Trabajamos por la justicia? Sí. ¿Nos sentamos tranquilamente y
simplemente 'aceptamos'? Si aceptar significa indiferencia y pasividad y
soportar, no. Si significa alinearnos profundamente con la vida, sabiendo que
el cambio inteligente y la sanación siempre surgen del hecho de sumergirnos en
el misterio del momento, entonces, sí. La verdadera aceptación y el cambio
creativo son amantes.
En
Medio Oriente, un judío donó uno de sus riñones a una Palestina enferma,
salvando su valiosa vida. En la India hay una mujer que alimenta y baña a los
leprosos porque se ha dado cuenta que todos somos expresiones de una misma
consciencia y le alegra mucho vivir así, a pesar de lo que los demás digan de
ella. En San Francisco, un hijo toma la mano de su anciano padre y de repente
se da el perdón, como por arte de magia; en una forma inesperada, el peso de la
violencia y el resentimiento de toda una vida se desvanecen, como si nunca
hubiera pasado nada.
¿Qué
'nuevas' les estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Les estamos enseñando que han
nacido en un mundo esencialmente malo, enfermo y lleno de miedo, y que deben
vivir con temor y odio? ¿Les estamos enseñando que la violencia es inevitable y
que ya viene 'incluida' en su naturaleza? ¿O les estamos enseñando que todo el
crimen y la tortura que vemos en las noticias diarias surgen del olvido de lo
que somos, de una falsa y equivocada creencia en la separación?
¿Cuáles
son las verdaderas 'nuevas' de nuestros días?
¿Les
estamos enseñando a renunciar a sus sueños porque hay gente mala allá fuera
intentando detenerlos? ¿Los estamos enseñando a renunciar al amor y a la
compasión, y al cambio y a la humanidad y a la alegría debido a todas esas
'nuevas'? ¿Les estamos enseñando a enfocarse en lo que está mal en el mundo, a
aferrarse a lo 'negativo', a cantar canciones de derrota y desilusión? ¿Los estamos
volviendo ciegos a lo 'negativo' enfocándolos solamente en lo 'positivo'? O los
estamos enseñando a reconocer la violencia en el mundo, el dolor, pero estando
conscientes de que todo eso es parte de una imagen infinitamente más grande,
una imagen en donde todo está interconectado y todo es importante y todo está
en equilibrio y nada está escrito sobre piedra?
No utilices las noticias
como excusa para dejar de vivir tu verdad, ni por un solo instante. No creas,
ni por un segundo, que hay una fuerza en el mundo llamada 'el mal' con algún
tipo de poder que sea capaz de vencer a la vida.
El terror no puede ganar
porque proviene de un craso malentendido acerca de nuestra naturaleza.
Solamente nos estamos lastimando, nos estamos apuñalando a nosotros mismos, nos
estamos defraudando y en el fondo lo sabemos y siempre lo hemos sabido. Una ola
nunca puede separarse del océano, ni tampoco de ninguna otra ola, y más allá de
nuestras diferencias de creencias y opinión, todos somos movimientos de la
Única Vida, el verdadero Poder, más allá del 'poder' mundano de las armas de
fuego y cuchillos de carne con sangre goteando.
Enséñales a tus hijos las
realidades del mundo sí, pero, lo más importante, muéstrales las realidades de
sus corazones y de los corazones de aquellos a quienes llaman 'los otros'.
Permite que el juego actual de la violencia sirva para profundizar aún más tu
convicción en este don eterno, inmutable que es la Presencia, la Presencia que
siempre has conocido, y para confirmar nuevamente tu intención de parar toda
violencia en ti mismo, para vivir como tú sabes que puedes vivir. No permitas
que las noticias, o las historias que selectivamente se te presentan como
noticias te distraigan de la Verdad. Honra a las víctimas.
Recorre tu camino con
coraje. Exprésate. Crea. Organiza. Apaga tu maldita televisión. Mantén
tu vista en el objetivo real.
Jeff
Foster
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