Te
escuchare profundamente, sí, pero nunca intentaré corregirte, salvarte,
recomponerte, evitar que sientas lo que estás sintiendo o darte respuestas
usadas, memorizadas. Nunca fingiré ser ‘el que sabe’, ‘el iluminado’, ‘el gurú’
o un extraño misionero con una verdad conceptual eliminada del tiempo real, inmediato.
No consentiré o alimentaré tus historias, conclusiones y proyecciones; no me
vincularé con tu drama, no te confundiré con mi propia idea sobre ti, con mi
sueño de quien eres. Pero
amigo, te hablaré con la verdad, aún si ella te produce un gran dolor. No
salvaré nuestro amor de la verdad. Te encontraré en el fuego del infierno. Allí
te tomare de la mano. Caminaré contigo tan lejos como pueda caminar contigo en
este momento, y te bendeciré cuando nos separemos. Porque en el más profundo
vacío de nuestra experiencia somos íntimamente independientes y no podremos
fingir lo contrario. El
amor no es un sueño, no es ni siquiera una promesa, el amor es la disposición
para destruir lo falso, el coraje de reunirnos en el fuego.
Jeff
Foster
Fuente:
Jeff Foster en español
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