29 de septiembre de 2015

SOBRE LA VERDADERA AMISTAD.


La palabra 'amigo' - como la palabra "amor" o "Dios" - se ha vuelto casi sin sentido en estos días, vacía por el uso excesivo. Ha perdido su carácter sagrado, su belleza. La verdadera amistad no es un clic en Facebook. No se trata de una alabanza ciega. No se trata de cómo te hacen ver los demás. No se trata de una mercancía.  No es algo que decides hacer en tu día.
Es fácil decir "ahora somos amigos." Suena bien, positivo, reconfortante.
Y mucha gente obtiene su sentido de autoestima basándose en "cuántos" amigos tienen. O qué "tan a menudo" los busca la gente.  Porque vivimos en un mundo de cantidad, no de calidad. Estamos tan conectados, y sin embargo tan desconectados. Sólo a través del tiempo puedes descubrir quiénes son tus verdaderos amigos.  No lo sabrás hasta que ambos sean probados, una y otra vez
La verdadera amistad se forja en la hoguera de la experiencia.  Es un viaje, no un destino. Porque, ¿qué ocurre cuando el dolor y el malestar surgen?, porque sí que surgen.  ¿Se esconderán su dolor, su miedo, su ira, su tristeza mutuamente? ¿Se harán los desentendidos, se evitarán el uno al otro, o se distraerán?  ¿O le pondrán atención a su dolor? ¿Lo harán propio? ¿Lo compartirán entre ambos?  ¿Se seguirán conectando aunque sus corazones estén rotos y sensibles? ¿Podrían entrar ambos en el campo del amor, sin avergonzarse ni culpar al otro, sin juzgarse por sus pensamientos y sentimientos, sino mantenerse presentes, creando un cielo seguro, un santuario de amistad donde las energías más intensas puedan ser metabolizadas? Y no tratar de componerse mutuamente. Ni desde la culpa tratar de borrar el dolor del otro. Ni tratar de ocultar sus sentimientos, por miedo a perderlo a decepcionarlo o disgustarlo.  ¿Podrían escuchar sus puntos de vista, incluso cuando estén en total desacuerdo, honrar la forma en que estén procesando cada uno la realidad?  ¿Serías capaz de apoyar a tu amigo, y al mismo tiempo sentir su amoroso apoyo, para que la amistad se sienta recíproca, balanceada, no co-dependiente o necesitada?
¿Cuándo pierdes tu estatus, tu empleo, tu apariencia, tu salud; cuando tu éxito se convierte en fracaso; cuando las cosas no están yendo bien para ti, sigue tu amigo allí, para ti? ¿O de repente perdió el interés cuando tomaste un camino diferente, uno que no “aprobaba”?
¿Te quiere por lo que eres, no por lo que haces, o cómo lo haces ver a él, o por cuánto le das materialmente? ¿Es una conexión incondicional, forjada en los fuegos? Entonces, y sólo entonces, sólo quizás, podrías comenzar a usar la palabra “amigo”. Porque la amistad es sagrada, y excepcional, e infinitamente preciosa cuando la encuentras, a través de los años.

Jeff Foster
Fuente: /www.facebook.com/Jeff-Foster-en-español

22 de septiembre de 2015

CUANDO ME NECESITES....


Cuando me necesites, búscame en el silencio de tu noche te miraré a través de las estrellas y desde la luna escucharé tu voz, iluminaré tu rostro, me reflejaré en tu mirada y con una suave brisa te acariciaré.
Cuando me necesites, búscame en el murmullo del viento escucha sus sonidos, en ellos te hablaré, te susurraré un te quiero con las hojas, que rozan tu cuerpo, y en el suave aroma que despiden, un te extraño te regalaré.
Cuando me necesites búscame en el correr del río, entrégame tus miedos, que yo me los llevaré, te daré a cambio,mi Amor tan cristalino, y te bañaré en caricias al rozar tu piel. Cuando me necesites, búscame en las montañas, te sembraré el camino de capullos de algodón, para que sigas mis huellas, y encuentres mi vida
para unir nuestros deseos, y que me hables de tu amor.
Cuando me necesites, sólo tienes que pensarme, cerrarás tus ojos y a tu lado estaré
me enseñarás tu vida, aprenderé de tus silencios, y en ellos, como siempre, tu amor encontraré. Ya no tienes que llamarme, si estoy aquí a tu lado, donde quiera que vayas, junto a ti estaré, no me digas nada, solo tienes que sentirme...en un bosque, en la montaña, en el murmullo del viento y en las caricias que en el río yo dejé sobre tu piel.
Cuando me necesites ¡AQUÍ ESTARÉ!



LA ZONA DE INCONFORT.

¿A quiénes de vosotros les gustan las sorpresas?
Mentira, solo os gustan las sorpresas que queréis.
A las demás les llamáis problemas.
Tony Robbins.

Si yo fuera jefe de un ejército y esto fuera la Edad Media, si me encontrara con un castillo en lo alto de una montaña alejada, con foso, gruesas murallas y rodeado de guardianes, no huiría pensando “vaya rey tan poderoso”, daría orden de atacar diciendo “vaya un monarca tan acojonado”.
Tendemos a pensar que a más candados, más seguridad, y construimos nuestra vida en un espacio cerrado y bajo llave. Sin embargo, el ideal de seguridad es la ausencia de cerrojos. En lugar de trabajar por tener un buen sistema de seguridad, control y alarmas, quizás sería mejor hacerlo para lograr una vida de puertas abiertas que permita entrar las sorpresas. ¿Y si las cosas más bonitas aún no las hemos visto?
Es un error pensar que somos obras concluidas. Hacerlo es el principio del conformismo y de una existencia apagada: “yo es que soy así”, dirán. Cada vez sospecho más de aquellos que parecen muy seguros y cada vez admiro más a aquellos que saben decir sin esconderse “pues oye, no lo sé”. La seguridad es el traje favorito de la ignorancia. Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco. El mundo es demasiado grande para perder la capacidad de asombro.
Uno de los mayores síntomas de la búsqueda de seguridad es la obstinación por tener razón. Sin embargo, el mayor prodigio de nuestra mente no es tener razón, es ser capaces de cambiar de opinión o soportar la duda. Tener una mentalidad fija en un mundo cambiante es, cuanto menos, poco adaptativo. La grandeza de una persona no está en acertar, sino en aceptar el reto de crecer. Dar más importancia al aprendizaje que a nuestro ego supone un salto cualitativo, y un salto así nunca es al vacío.
“Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco”.
No hay mayor enemigo del crecimiento que el estatismo, la rutina y la cabezonería, del mismo modo que no hay mejores amigos de la creatividad que el movimiento, la experimentación y la humildad. Atreverse a crecer es una elección que evidencia uno de los más grandes actos de valentía. Es dar el paso para verse pequeño, para saberse poca cosa y para renunciar a ese ego de creernos el centro. Madurar es aprender que vale más no saber nada de un mundo enorme que saberlo todo de un mundo pequeñito. A fin de cuentas, ¿qué es más hermoso?, ¿creerse en el cielo y mirar desde arriba la tierra o saberse en la tierra y mirar desde abajo al cielo? (Importante recordar que la palabra humildad deriva del latín humus, tierra).
Dice Seth Godin que “la búsqueda de la respuesta correcta es enemiga del arte”. Quizás la mejor forma de pasar por la vida sea como un artista. Ellos saben que el milagro de nuestra humanidad no es tratar de ver las cosas como son, sino rebelarse para transformar el mundo, y que no hay arte sin riesgo. Lo que da belleza y valor a los acróbatas y trapecistas no es lo que hacen cuando están sujetos, sino cuando están en el aire. Son esas décimas de segundo las que convierten un ejercicio en espectáculo. Son esos leves instantes en el aire los que, aunque sean cortos, sirven para justificar que el hombre, si quiere, vuela.

No existe una sola esfera bañada totalmente por la seguridad. Todo cuanto tenemos es susceptible de ser perdido: tu pareja, tu familia, tu trabajo, tu dinero, tu vida. No hay forma de escapar, y la única forma posible de no sufrir es la completa negación a todo. El que no arriesga no… nada. Ni pierde, ni gana; ni sufre, ni ama. “La alternativa a la inseguridad no es el paraíso de la tranquilidad, sino el infierno del aburrimiento”, dice Zigmunt Bauman. El mundo no es un lugar cómodo y seguro, es un lugar incierto con sus picos y valles. Hace falta ser muy valiente para amarlo tal cual se presenta. Cualquier moneda que no tenga dos caras es falsa (y nos hace pobres).
Ante lo incierto, es normal sentir temor. En el mundo no están a un lado los que tienen miedo y al otro los que no –miedo tenemos todos–, están los que temen desde la orilla y los que temen desde la barca, los que aspiran a los tesoros y los que los dejan para otros.
Todo cuanto vale la pena está en la zona de inconfort, porque todo es la zona de inconfort. No se trata de si sales o no de tu zona de confort, sino de si tiras tus muros, miras a la cara a los acontecimientos y aceptas que lo único cierto es que todo es incierto. Crecer es alejar la valla; la plenitud, quitarla.
Mudarse a la zona de inconfort es mudarse a ‘El universo de lo sencillo’: es ser valienteatreverse a fracasar y pelear por no ser tu plan B; es aprender a soltardisfrutar del vértigo y vivir de forma que te duela marcharte. Mudarse a la zona de inconfort es descubrir que nada importa tanto como nos creemos y que solo somos unas pequeñas cosas en medio de la inmensidad, que tenemos las horas contadas y que lo mejor que podemos hacer es dejar de preocuparnos por cosas insignificantes, mirar la vida como un juego y empezar a divertirnos.
Por esto, tienes dos opciones: ir o no ir; salir o no salir. Si no vas es posible que no pase nada que valga la pena, pero también lo es que pase algo. Si no vas, si te quedas, puedes esperar a que te cuenten qué pasó y, quizás, alegrarte si no te perdiste nada. Ahora bien, si vas, es posible que no pase nada, pero también lo es que pase. Corre el riesgo, sal, di sí, porque tal vez no ocurra nada, pero tal vez aparezcan los mejores momentos de tu vida.
Pablo Arribas

Fuente: http://www.eluniversodelosencillo.com/

20 de septiembre de 2015

SI ELIGES AMAR A UNA MUJER DESPIERTA...

Si decides Amar a una mujer despierta, entiende que estás entrando en un territorio nuevo, radical y desafiante. Si decides Amar a una mujer despierta, no puedes quedarte dormido. 
Si decides Amar a una mujer despierta, cada parte de tu alma será despertada, no sólo tus órganos sexuales sino incluso tu corazón.
Francamente, si prefieres una vida normal, sigue con una chica normal. Si quieres una vida dócil, sólo busca una mujer que se ha permitido a sí misma ser domesticada.  Si sólo deseas sumergir tu dedo del pie en las aguas que fluyen de Shakti, quédate con la mujer segura, domesticada que todavía no se ha sumido en el desenfreno del océano Sagrado Femenino.
Es cómodo Amar a una mujer que todavía no ha activado sus poderes sagrados interiores, porque ella no aprieta tus botones. Ella no te pondrá a prueba. Ella no te presiona para convertirte en tu más alto Ser. 
Ella no va a despertar las partes olvidadas y entumecidas de tu
Espíritu que te instan a recordar que hay más para tu vida aquí que esto.
Ella no va a mirar en tus ojos cansados y enviarte un rayo de Verdad a través de tu cuerpo, sacudiéndote despierto y agitando tus deseos perdidos hace mucho tiempo por el Amor de Almas dentro de ti.
Una mujer dormida, seguro, será maravillosamente satisfactoria y relajante para tu ego, corazón y cuerpo. Ella va a caminar en silencio junto a ti y te hará sentir necesitado, responsable, como que estás cumpliendo con tu papel masculino.
Si esto es suficiente para ti, entonces acéptalo, Ámala con todo tu corazón, permanece fiel a ella y dale las gracias todos los días por el don de su leve, no amenazante presencia femenina en tu vida.
Si esto no es suficiente para ti - si tu corazón, cuerpo y espíritu sólo están anhelando el "otro tipo de mujer". Aquel salvaje - entonces debes saber que estás en la cúspide de la transformación del alma.
Si decides entrar en el aura y el cuerpo de una mujer cuyo incendio espiritual está ardiendo, estás aceptando que necesitas un cierto nivel de peligro y de riesgo con el fin de crecer. Una vez que empiezas a Amar a una mujer de esta naturaleza, debes aceptar la responsabilidad total de los cambios de vida que luego derivarían.
Tu vida no será cómodamente adormilada todo el tiempo. Tu vida no va a permitirte que te quedes atrapado en surcos viejos y rutinas estancadas. Tu vida tomará un radicalmente nuevo sabor y aroma. Vas a ser encendido por la presencia de lo femenino salvaje, y comenzará a enviar ondas de shock eléctrico de luz espiritual a través de tu sistema de chacras entero, que te sintonizarán con la convocatoria de la Divinidad.
La elección de ser sexualmente y románticamente-íntimo con una mujer despierta, necesita de coraje masculino para caminar sin miedo a lo desconocido. Pero vas a cosechar recompensas más allá de la comprensión de tu mente.
Ella te llevará a mundos desconocidos de misterio y magia. Ella te llevará, hipnotizado y medio borracho de Amor, dentro de los bosques salvajes de éxtasis sensual y asombro. Ella te mostrará cielos sagrados tan llenos y ardientes de estrellas que vas a empezar a preguntarte si todavía estás viviendo en el mismo planeta en el que naciste. Ella va a romperte y rasgarte para que tú feroz, corazón apasionado te vuelva medio loco de deseo. Tendrás que consumirla y penetrarla en todos los niveles para que tu esencia masculina pueda consumir y penetrar el mundo - iluminar el universo con tu Amor devoto.
Ella te verá como nunca has sido visto antes. Ella va a confiar en ti. Ella te apreciará. Ella va a reconocer tus esfuerzos para hacerla feliz. Ella va a valorar todo lo bueno que haces, y todo lo bueno que eres. Ella no va a escapar de tu oscuridad, porque tu oscuridad no la asusta. Ella va a abrazarte, besarte, acariciarte y Amarte de vuelta a la vida. Ella hablará palabras que tu alma entiende. Ella no te castigará por tus errores.
Es un riesgo monumental Amar a una mujer despierta, porque no hay de repente lugar para esconderse. Ella lo ve todo, por lo tanto ella puede Amarte con una profundidad y presencia que tu corazón y cuerpo han anhelado mucho, por tanto tiempo, tan ferozmente... que te preguntarás si realmente has estado vivo durante todo el tiempo que has estado fuera.
Amar a una mujer como esta es una opción que eliges para empezar a vivir con tu alma en llamas. Tu vida nunca volverá a ser lo mismo una vez que hayas invitado a su energía en ti.
Toma este riesgo en ti mismo, o da un paso atrás, quédate con la chica normal y acepta una vida segura, diferente, más cómoda y algo más tranquila.
Sólo asegúrate de que si eliges esta última, no te pases el resto de tus días con los ojos mirando hacia atrás sobre tu hombro, tratando de ver una vez más la visión borrosa del Misterio Femenino que ahora ha desaparecido de tu vista…ella se ha ido hace un largo tiempo, de vuelta a las estrellas, las galaxias distantes y los cielos... desde donde ella vino.

Sophie Bashford


13 de septiembre de 2015

¡ENCIENDE TU LUZ HASTA EL 11!

Cuando alguien te insulta, o te reduce a una cosa, cuando te dan un consejo que no solicitaste, cuando te echan la culpa por su dolor, cuando no te escuchan, y sólo hablan de ellos mismos, cuando te comparan con los demás, cuando te ignoran, invalidan, juzgan o se burlan de tus pensamientos y sentimientos.
Detente. Respira.
Recuerda que es su dolor, no el tuyo. Recuerda que ellos están soñando el único sueño que pueden soñar hasta que despierten. Recuerda que no te conocen a ti, sólo a su propia fantasía.
Tal vez a ellos les resulte demasiado difícil amarse a sí mismos. Tal vez ellos busquen su valía en el exterior. Tal vez ellos estén desconectados de su aliento, de su cuerpo, de su preciosa vitalidad, de su verdadera vocación. Tal vez ellos viven en un mundo dualista donde hay bueno y malo, correcto e incorrecto, éxito y fracaso. Tal vez ellos olvidaron la simple alegría de vivir. Tal vez tú entiendas esto. Tal vez tú has estado donde ellos han estado.
No trates de cambiarlos ahora. Quizás nunca cambien. No intentes corregirlos. Ellos no están pidiendo ser corregidos.  Cuanto más presiones, más se alejarán de ti. No te enredes en su urdimbre de tristezas. Ve con claridad, incluso ten compasión, pero no presiones.
Está bien que ellos se sientan molestos. En verdad que sí. Dales espacio para que se sientan molestos. Está bien que se sientan decepcionados de ti. Dales espacio para que se sientan decepcionados. Está bien que te juzguen. Abre un espacio para sus juicios, también.
¡Dale cabida a tus propios pensamientos y sentimientos!
Permítete sentirte triste, enojado, culpable, desconfiado. Deja que todas esas valiosas energías te bañen por dentro. No te harán daño, si les permites moverse. Sí, conocerás a muchos guardianes en este viaje.
Recorre tu camino de todos modos, y permite que los demás recorran el suyo. No tienes que justificar tu camino, ni defenderlo. Mantente cerca de ti mismo en estos tiempos difíciles. No luches contra la oscuridad; no tiene ningún poder de todos modos. Simplemente enciende tu luz hasta el 11.
Jeff Foster
Fuente: Jeff Foster en español (Facebook)




LAS ARRUGAS DE LA RISA (CUENTO)

Hay gente con la que la vida se ensaña, gente que no tiene una mala racha sino una continua sucesión de tormentas. Casi siempre, esa gente se vuelve lacrimosa. Cuando alguien la encuentra se pone a contarle su desgracias hasta que otra de sus desgracias acaba siendo que nadie quiere encontrársela.
Esto último no le pasó nunca a la tía Ofelia, porque a ella la vida la cercó varias veces con su arbitrariedad y sus infortunios, pero mi tía jamás abrumó a nadie con la historia de sus pesares. Dicen que fueron muchos, pero nadie sabe siquiera cuántos, y menos las causas, porque ella se encargó de borrarlos cada mañana del recuerdo ajeno.
Era una mujer de brazos fuertes y expresión juguetona, tenía una risa suave y contagiosa que supo soltar siempre en el momento adecuado. En cambio, nadie la vio, jamás, llorar.
A veces le dolían el aire y la tierra que pisaba, el sol de amanecer, la cuenca de los ojos. Le dolía como un vértigo el recuerdo y como la peor amenaza el futuro. Un tiempo despertaba a media noche con la certidumbre de que se partiría en dos, segura de que dolor se la comería de golpe. Pero apenas había luz para todos, ella se levantaba, se ponía la risa, se acomodaba el brillo en las pestañas y salía a convivir con los demás como si los pesares la hicieran flotar.
Nadie se atrevió nunca a compadecerle. Era tan extravagante su fortaleza, que la gente empezó a buscarla para pedirle ayuda. ¿Cuál era su secreto? ¿Quién amparaba sus aflicciones? ¿De dónde sacaba el talento que la mantenía erguida frente a las peores desgracias?
Un día le contó su secreto a una mujer joven cuya pena parecía no tener remedio:
“Hay muchas manera de dividir a los seres humanos”, le dijo. “Yo los divido entre los que se arrugan para arriba y los que se arrugan para abajo. Y quiero pertenecer a los primeros. Quiero que mi cara de vieja no sea triste, quiero tener las arrugas de la risa y llevármelas conmigo al otro mundo. Quién sabe lo que habrá que enfrentar allá.”
Ángeles Mastretta D (Mujeres de ojos grandes, Seix Barral, 1990.)
Fuente: zonalibreradio1.wordpress.com


2 de septiembre de 2015

APRENDÍ.

Aprendí estos últimos años sobre la urgente necesidad de desaprender todo lo que he aprendido.
Aprendí que las mujeres no somos aquello que yo creí que éramos.
Aprendí que Dios no era Padre, es decir ese hombre de barba que mete culpa del cual tanto me hablaron. Si, lo aprendí estos últimos años.
Aprendí que consumimos para calmar nuestra angustia.
Aprendí que estamos devastando los ecosistemas de nuestra Tierra de un modo tal que ya hemos puesto en riesgo de vida inclusive a nosotros mismos.
Aprendí que los árboles para muchos son una molestia, porque dan trabajo y arruinan veredas, y que aun entonces falta mucho por aprender.
Aprendí que personas que nunca vi en persona, pueden darte la mano, y rescatarte en tu noche oscura del alma.
Aprendí que esa "gente mala" es gente muerta de miedo y que nunca recibió Amor.
Aprendí que las revoluciones si no pasan por uno mismo ante todo, poco van a cambiar el mundo.
Aprendí que la realidad que me rodea en mis vínculos más cercanos, es en gran parte responsabilidad mía.
Aprendí que los animales no son seres inferiores y que los zoológicos son cárceles.
Aprendí que está en nosotros y cada uno cambiar la realidad que no nos gusta, porque esta no existe en el afuera sino en la medida que nosotros mismos permitimos que exista.
Aprendí que si no traemos a la conciencia lo vivido y no aceptado, esto reaparecerá como enfermedad o seguirá repitiéndose indefinidamente. Aprendí que si no me quiero a mi misma, mis "te quiero" a los otros serán posiblemente superficiales.
Aprendí que los niños necesitan otro tipo de educación, especialmente una que involucre el aprendizaje de sus emociones, y la ecología.
Aprendí que mucho de lo que DECIMOS son repeticiones de cosas que NOS DIJO ALGÚN OTRO, y que si no son elegidas a conciencia ahora de adultos, nuestra lengua simplemente es "movida" por un titiritero que nos dirige inconscientemente.
Aprendí que la PALABRA es sagrada y crea realidades.
Aprendí que tengo permitido perdonarme y que al hacerlo, eventualmente dejare de sentir la necesidad de criticar.
Aprendí que la vida no es amenazante sino una danza perfecta en donde cada uno tiene su lugar y razón de ser.
Aprendí muchas cosas más que me son imposibles de enumerar aquí, y aprendí que aún tengo mucho por aprender. Y por sobre todo aprendí que no podemos arrancar una flor sin perturbar una estrella.
M u j e r A r b o l αεյαηdrα ßαdrïςh


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