24 de abril de 2015

QUERIDA MAMÁ QUE TRABAJA.

Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.
¿Cómo pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones más importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la escuela y estabas escogiendo tus materias.
Te veo en todas partes. Tú eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia al maní. Tu eres la terapeuta que está tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La profesora de básica de mi hijo. La directora de la guardería. La profesora de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa.  ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?
Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a reuniones importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estás a cargo de tu casa y además tienes un trabajo. Regresas a casa y haces comida, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tú pagas las cuentas, vas al súper, lavas la ropa, los platos y todas esas cosas como todas las mamás.
Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajo es tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estas en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu almuerzo en tu escritorio, no sales por café y muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tú escogiste estar ahí, tú quieres estar ahí. Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que sólo dejas a tus hijos en un lugar donde estás segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos. Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estás poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estás enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estás mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y además  lo estás haciendo con mucha alegría y amor.

Sólo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.

Con mucho Amor y admiración,
Mamá Que No Trabaja

Fuente: BioBioChile 

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