Fragilidad no es sinónimo de inferioridad. La naturaleza está nutrida por
pequeños habitantes frágiles capaces de adaptarse con una habilidad más
efectiva que las criaturas más grandes. Hojas, telas de araña, flores, y
pequeños animales… pueden llegar a ser enormemente resistentes gracias a una valiosa
particularidad: son flexibles, son receptivos y se adaptan a los medios donde
se desarrollan.
¿Qué
lección podemos tomar las personas de la propia naturaleza? Hoy en día
apenas hay espacio para esta palabra “fragilidad”, asociada normalmente a la
debilidad, a no saber encajar en un mundo donde se sobrevalora la prisa, la
fuerza, la competitividad y un objetivo único: la superioridad sobre el resto
para encontrar mayores beneficios.
Pero ¿son realmente felices las personas aparentemente fuertes y poderosas? ¿O
sentirán quizá un vacío inexplicable en sus mentes y corazones?
LA NECESIDAD DE MOSTRARNOS FUERTES
Es casi una imposición. Mostrar capacidad y fortaleza no solo en nuestros
trabajos, sino también en nuestra vida personal. En ocasiones preferimos
vestirnos con una máscara de autosuficiencia, desde donde poder esconder nuestras emociones y sentimientos. Sin dolor, una vida inocua desde donde
aparentar estar bien. Pero la realidad es que todos estos esfuerzos en
ocasiones originan grandes caídas. Nos mostramos en ocasiones de un modo
diferente a como somos en realidad, creando “apariencias vacías”. No todos los
fuertes son felices, ni débiles las personas frágiles.
Un error de nuestra sociedad es a veces pensar que lo único que necesitamos
para sobrevivir es desarrollar la fortaleza en nosotros mismos y en nuestros
hijos. Ser superiores intelectualmente, obtener logros. Obtener victorias.
Conseguir que los niños sean resistentes emocionalmente y que guarden sus
lágrimas lo antes posible para madurar. Si orientamos a las personas
únicamente hacia la obtención del logro y hacia la resistencia, es muy probable
que ante la primera decepción, la primera derrota, caigan de inmediato al no
saber de qué modo afrontar las adversidades. Entre la fortaleza y la
resistencia también debe existir otro término igual de importante: flexibilidad
y adaptación.
Una piedra nunca logrará ser flexible, pero pensemos en algo increíblemente frágil,
algo apenas perceptible como lo es por ejemplo una tela de araña…
¿FORTALEZA O FRAGILIDAD?
Recordemos una vez más que no hay que confundir fragilidad natural con
debilidad física, moral o emocional. La fragilidad es una tendencia, un modo de
ver la vida y a uno mismo. Significa saber escuchar, sentir y comprender. Es también un recurso propio de la
naturaleza mediante el cual poder desarrollarse y crecer, ser un poco más
sensible hacia nuestra realidad exterior comprendiendo primero nuestro universo
interior.
Es verdad que puede resultar complejo quitarnos esa armadura diaria en la que
nos vestimos para hacer frente al mundo y del cual protegernos, pero quizá
deberíamos hilar ambas tendencias para encontrar un equilibrio. En nuestro
interior todos tenemos miedos e inquietudes que nos esforzamos en ocultar de
algún modo, tal vez, mediante la fragilidad podríamos ser un poco más
conscientes de ellas para entenderlas y afrontarlas, para ser un poco más
receptivos…
Cuando las adversidades nos alcancen, siempre será mejor recibirlas con
equilibrio y flexibilidad. Si actuamos de forma férrea y resistente es probable
que nos cueste mucho más asumirlas, entenderlas y afrontarlas. Tal vez
deberíamos dar un giro de conciencia y valorizar un poco más el sentido de la
fragilidad y el grandísimo poder que se encierra este sencillo concepto.
Valeria Sabater.
la frajilidad se relaciona con el termino resiliencia.es decir la capacidad del ser de sufrir impactos serios en su vida y recuperarse y volver a reconstruirse. la frajilidad es sinonimo de vulnerabilidad. nadie es 100% invulnerable. me encanta el poder de la frajilidad. prefiero llorar y ser sensible y acojer-me. gracias
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsí es, la resiliencia tiene mucho que ver con la fragilidad ya que nos enfrenta con la capacidad de sobreponernos a situaciones adversas que nos conducen al dolor emocional; nos sacan de la "zona cómoda" haciendo tambalear nuestros cimientos. A propósito del tema, recordé una frase de Antoine de Saint -Exupery : "Detrás de cualquier cambio social, de cualquier revolución, lo único realmente importante es el tipo de ser humano que resultará de ello".
EliminarUn fuerte abrazo y mil gracias por pasear por aquí.