26 de septiembre de 2013

EL AMOR NO DUERME.

Donde hay amor no hay deseos. Y por eso no existe ningún miedo. Si amas de verdad a tu amigo, tendrías que poder decirle sinceramente: "Así, sin los cristales de los deseos, te veo como eres, y no como yo desearía que fueses, y así te quiero ya, sin miedo a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras." Porque en realidad, ¿qué deseas? ¿Amar a esa persona tal cual es, o a una imagen que no existe? En cuanto puedas desprenderte de esos deseos-apegos, podrás amar; a lo otro no se lo debe llamar amor, pues es todo lo contrario de lo que el amor significa.
El enamorarse tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de una persona. Todo es un sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la realidad de esa persona, como no coincide con lo que tú te imaginabas, te desenamoras. 
La esencia de todo enamoramiento son los deseos. Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad, en la desconfianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se vengan abajo.
El enamoramiento proporciona cierta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad afectiva y que alimentan una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio. Cuando estás enamorado no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fondo, sabes que el enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas.
El enamoramiento supone una manipulación de la verdad y de la otra persona para que sienta y desee lo mismo que tú y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El enamoramiento no es más que una enfermedad y una droga del que, por su inseguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.
La gente insegura no desea la felicidad de verdad; porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la droga de los deseos. Con los deseos vienen el miedo, la ansiedad, las tensiones y..., por descontado, la desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.
¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas? El primer sorbo de placer es un encanto, pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de ti las dudas, llega la tristeza. La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha... o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena?  Donde hay miedo no hay amor, y podéis estar bien seguros de ello. Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. Entonces puedo decirle al otro: "Como no tengo miedo a perderte, pues no eres un objeto de propiedad de nadie, entonces puedo amarte así como eres, sin deseos, sin apegos ni condiciones, sin egoísmos ni querer poseerte." Y esta forma de amar es un gozo sin límites.
¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía? Escuchas cada nota, te deleitas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su discurrir está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Pues, en el amor, es igual. En cuanto te agarras a la permanencia destruyes toda la belleza del amor. No hay pareja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre. El apego mutuo, el control, las promesas y el deseo, te conducen inexorablemente a los conflictos y al sufrimiento y, de ahí, a corto o largo plazo, a la ruptura. Porque los lazos que se basan en los deseos son muy frágiles. Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre vulnerable.

Tony de Mello

ALEJANDRO JODOROWSKY - LA DANZA DELLA REALTA' - CONSAPEVOLMENTE 2013 LERICI

17 de septiembre de 2013

Dos cuerpos frente a frente 
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

Octavio Paz

Imágen: Nicoletta Thomas

LA CONSCIENCIA LO ES TODO.

Este Advaita, del que hablo, no es en realidad una filosofía porque no se aferra a ningún principio. Es simplemente una recopilación de directrices y conceptos, y declara que ninguno de ellos es verdadero en un sentido absoluto. Se trata de indagar dentro de las limitaciones y los conceptos erróneos sobre cómo son las cosas. Por ello más que una verdad absoluta es un proceso. Sus enseñanzas contienen una serie de herramientas.
La herramienta primordial es que todo es Consciencia; todo es Uno. O, para ser más precisos, Advaita, si se traduce literalmente, significa "no dos". Ésa es la directriz más esencial. No es una verdad. Y una directriz se debe utilizar como medio para averiguar qué es verdaderamente válido; para indagar dentro de uno mismo y descubrir la propia naturaleza. Es un proceso que, cuando ocurre, se entiende como una parte natural del fluir de la vida.
Así que la Enseñanza como ocurre ahora, ya está surtiendo efecto en este momento. Si hay un "yo" autor presente, dirá: "Mira lo que he hecho. He pensado, me he dado cuenta, hoy he visto y he prestado atención, y por ello he obtenido tantos beneficios y resultados". El entendimiento es que es la Enseñanza misma la que te ha hecho reaccionar de la forma que ha querido. Es la Enseñanza misma la que, por su propia fuerza, tiene un impacto sobre ti.
A lo que esta enseñanza apunta es a que la Consciencia es la autora de todas las acciones y la que da vida a todo. Actúa a través de estos instrumentos humanos de la misma manera que actúa a través de los árboles, los pájaros o las cataratas. Los humanos están estructurados de tal forma que cuando la fuerza de la vida fluye a través de ellos reaccionan de acuerdo a su programación. Por lo tanto, hay organismos asesinos, organismos trabajadores, organismos perezosos; todos están creados para efectuar diferentes acciones. Hay organismos de perros, organismos de ardillas, organismos de peces, cada uno de los cuales actúa de acuerdo a su naturaleza biológica y a su programación. La Consciencia actúa a través de todo. Cada organismo humano está programado genéticamente para producir una amplia variedad de acciones y reacciones. Tiene instintos y necesidades físicas. El organismo reacciona a esta programación de forma orgánica. Necesita aire y luchará para conseguirlo. Necesita agua; necesita comida; necesita calor y cobijo; tiene necesidad de sexo; tiene necesidad de todo tipo de cosas. Las necesidades del organismo le llevan a la acción, de forma completamente independiente a cualquier "yo" egóico. Tus propias investigaciones te mostrarán que no se necesita la presencia de un "yo" egóico para que la acción ocurra.
Es el ego o la mente pensante la que falsamente reivindica la autoría de la Consciencia como "mi" acción. Vocifera y amenaza, sugiriendo que si "yo" me voy no se hace nada. Lo que, por supuesto, ¡es ridículo! Está claro que ése no es el caso. En la ausencia de este "yo" egóico, se crea todo el universo. Todo forma parte del mecanismo de la Consciencia, porque Consciencia es todo lo que hay. Ésa es la directriz fundamental de la Enseñanza. Todo es Consciencia, por lo tanto, todo lo que ocurre es Consciencia. Pero la Consciencia no es una cosa que pueda ser absorbida por la mente humana. Cuando utilizamos la palabra "Consciencia" no estamos hablando de una cosa. Si fuese una cosa, entonces podría ser comprendida por la mente humana; si fuese un objeto, podría ser conocido. En esta enseñanza, la palabra "Consciencia" es usada para señalarlo todo —la fuente y la sustancia de todo— y, sin embargo, no es una cosa, no es un objeto. No puede ser conocida en su totalidad porque no hay un "ello" que conocer. La Consciencia sólo puede ser conocida por sus aspectos, y éstos son la manifestación del mundo entero.
Wayne Liquorman 


8 de septiembre de 2013

ME TIENES EN TUS MANOS.

Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

Jaime Sabines

EL LATIDO DE LO ABSOLUTO.

-En la Biblia cristiana se dice: "Al principio, dios creó al hombre de barro y agua y luego insufló vida en él, y el hombre se convirtió en un ser vivo". Entonces, ¿qué es el hombre, el cuerpo o el hálito?
-Ambos. El vehículo para el espíritu se formó de la tierra. Cuando estuvo terminado, el Ser supremo sopló en la forma inerte y esa forma cobró vida. Empezó funcionando como un cuerpo biológico y una entidad pensante —un ser psicosomático—, una integridad. Aparece bellamente expresado en la Biblia. El hálito, el soplo de dios, es la fuerza vital, que se anuncia en la sensación de yo-soy —la conciencia—, yo-existo. Sólo entonces pudo aparecer el conocimiento de ser. Por ello, la sensación yo-soy es el soplo o latido de lo absoluto.
-Pero has dicho que lo absoluto está más allá del proceso creativo.
-Sí, aunque toda la manifestación mana sólo de ahí. Primero debe manifestarse la conciencia, el Ser fluido. Para anunciar su presencia y expresarse a sí mismo necesita un cuerpo. Una vez que se ha preparado adecuadamente el cuerpo, aparece el conductor inteligente, el yo-soy-conciencia, junto con el hálito o fuerza vital, y se pone en marcha el potencial para un funcionamiento armonioso e inteligente. Así pues, lo absoluto, aunque no provoca deliberadamente la aparición de la manifestación, debe considerarse como el origen de la aparición de toda manifestación, aunque él mismo no sea causado. La conciencia y la fuerza vital son, juntas, el soplo o latido de dios. Aquí me tomo la libertad de referirme a dios como lo absoluto.
-¿Desde qué lugar hablas?
-La comprensión pura surge del intelecto de lo absoluto manifestado. Es el hijo (conciencia) de dios; el saber intuitivo del universo apareciendo en el cuerpo de un ser humano.
-¿En ese caso podrías decir que eres dios?
-El yo-soy también es dios. No en un sentido de separación o arrogancia, no personalmente, pero como dios es el único, anunciándose a sí mismo a través de la intuición o el saber —yo-soy— en el interior del cuerpo de todos y cada uno de los seres conscientes, ninguno puede existir separado de él. La persona tiene su ser en dios, pues dios es omnipresente. Es el único Ser consciente. En la India, el dicho "jiva es Shiva" se acepta con facilidad. Aquí jiva se refiere al individuo y Shiva al Ser supremo.
El término dios evoca muchas connotaciones incómodas para mí.
Puedes utilizar el término conciencia en su lugar.
Mooji

5 de septiembre de 2013

LA CAMARADA

Claro que sos mi camarada
porque sos más,
sos siempre más.
Hay una ruta en común, el horizonte
dibujado con lápiz de esperanza,
hay la amargura del fracaso
a la hora en que los hornos no se encienden
y hay que palear de nuevo
el carbón del mañana.

Claro que sos mi camarada
porque sos la que dice no, te equivocaste,
o dice sí, está bien, vayamos.
Y porque en vos se siente
que esa palabra es una
lenta, feliz, necesaria palabra:
hay cama en camarada,
y en camarada hay rada,
tu perfume en mis brazos,
tu barca anclada al lado de la mía.


Julio Cortázar
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