Los maestros de la Ciencia de Dios, son definidos como sabios perfectos dotados de dos grandes cualidades: instruidos y también exaltados espiritualmente. La interesante aclaración que los hombres instruidos tratan de dar sobre estos dos aspectos, es que un maestro de la ciencia del Espíritu debería ser instruido intelectualmente y también espiritualmente. La razón por la cual se esperan estas dos calificaciones de una persona es esta: si bien es verdad y maravilloso que estar establecido en la Conciencia Divina es el logro más valioso para cualquier individuo en cualquier momento; es necesario también estar equipado para comunicar este conocimiento a los estudiantes, aspirantes o discípulos.
Este instrumento es la psicología o conocimiento del proceso de enseñar, lo que requiere conocer las escrituras y saber los requerimientos para tener un acercamiento lógico hacia las cosas, lo que generalmente es conocido hoy como erudición. Un mero erudito tampoco sería la persona apropiada para enseñar la ciencia del Espíritu porque debería también tener experiencia interior. La fuerza de la convicción no puede ser adquirida por el mero estudiar, no importa la vastedad de la educación. El conocimiento debe surgir de su corazón, lo que significa que él debería también tener un conocimiento interno profundo de la realidad de la cual habla o está tratando de comunicar.
Los más grandes Gurús fueron o son, un Dios-hombre o podría decirse un hombre-Dios, cuyos poderes y conocimientos resultan insuperables. Dicen que el más grande de ellos “Vyasa”, podía ver el pasado, el presente y el futuro de una vez. Fue una persona dotada de conciencia cósmica. Nada le era desconocido, en ningún momento, en todos los reinos de la existencia. Imaginen ustedes la extensión de la realización o Perfección obtenida por el sabio Vyasa. Inmenso fue su poder.
El servicio al Guru en esos días era considerado como Karma. La connotación de Karma como parte necesaria del proceso de purificación, es el servicio al maestro y al estudio bajo su tutela por un período largo, en cuyo transcurso la entrega del estudiante al Guru es tan completa que el estudiante se capacita para la iniciación. En los Upanishads, tenemos varios ejemplos mencionados acerca de como era el estudio de los buscadores sinceros que servían a sus maestros o Gurús por varios años, esperando nada, y sobrellevando dificultades impensables como parte de su entrenamiento. Este solo servicio no era suficiente puesto que el conocimiento de Brahman (El Absoluto), siendo una idea supra-individual que todo lo comprende, debe ser precedida por una concentración de la mente en conceptos más elevados que la ordinaria percepción individualizada de objetos. Desde la multiplicidad nos elevamos al concepto de Unidad Suprema, donde la mente ofrece su adoración a la Realidad como un ideal Creador, Mantenedor y Destructor, causa del origen, sostén y disolución del universo. Pero Brahman, es superior a nuestra noción de creador, mantenedor y destructor. Cuando el discípulo pregunta al Guru, '¿Qué es Brahman?', se le dice, 'Brahman es Aquello de Lo cual todo proviene, en Lo cual todo mora y a Lo cual todo retorna.'
Brahman es Dios como tal, no como aparece a nuestros sentidos o se refleja a través de su creación, el universo. Dios debió estar ahí incluso antes de haber creado el universo. Esto es algo muy simple de apreciar. ¿Qué era Dios antes de crear el universo? Nuestra mente no puede comprenderlo. ¿A dónde se encuentra Él? Podríamos decir que Dios está en los cielos. ¿Pero, quien creó los cielos? Dios creó los cielos. Entonces, Él está en los cielos que Él mismo creó. ¿Pero, donde estaba Él antes de la creación de los cielos? Nosotros nos encontramos en nuestra casa, pero antes de edificar la casa, donde estábamos? ¡Seguramente en algún lugar! Con respecto a 'donde estaba Dios antes de la creación', incluso la idea de 'en algún lugar' no debería surgir, pues esa idea se refiere también al 'espacio' el cual viene después de la creación.
¡La mente no está capacitada para seguir adelante! Pues, la mente, debe ser llevada gradualmente de una etapa a otra, desde el fenómeno perceptible a la idea conceptual, ya que Dios mismo no puede expresarse en palabras. Eso es Brahman. El intelecto es insuficiente para entender el hecho de la creación, etc., del Ser Supremo. La escritura es la autoridad. La revelación, nuestra guía.
PRACTICA SUGERIDA: Las antiguas proclamaciones de los maestros deben ser nuestra luz. De lo contrario, nuestro pobre cerebro ¡no podrá saber que Dios creó este mundo!
Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos
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