“La consciencia” y "la atención" son finalmente una y la misma cosa, aquello que atendemos crece y cuando posamos la atención en atender la Conciencia se manifiesta como plena Luz, auto luminosa. La atención ordinaria está concentrada involuntariamente en objetos o ideas específicas, está atraída hacia un lado u otro, como aquello que es resaltado por las luces de un vehículo a los lados de un camino en plena noche. La atención superior está desenfocada de objetos específicos de la atención ordinaria. Es importante entender que la atención no es una actividad mental, aunque la mente puede ser su instrumento a voluntad cuando decidimos prestarle atención a algo, ejemplo: presta atención ahora mismo a algo que sea de color blanco.
La mente tiende a involucrarse en cualquier actividad, y puede ser atraída involuntariamente a muchas actividades por puro aburrimiento. La atención tiene su fuente totalmente fuera del universo fenoménico y existe aparte del espacio y tiempo y de la vida orgánica. Aplicado al trabajo evolutivo, sólo nosotros mismos somos capaces de saber realmente si hemos concentrado nuestra atención o si la tenemos difusa, y si nuestra atención es voluntaria o involuntaria, orgánica o intencionada. Si de vez en cuando descubrimos que nuestra atención ha vagado, o que se ha hecho difusa involuntariamente, se ha quitado del objeto-practica de nuestra evolución, o que ha caído en la identificación con lo superficial y mundano, entonces, nuestro estado es de “atención involuntaria” y podemos solucionar esa pereza momentánea, volviendo a “enfocar” nuestra mente, es decir, volver a la “atención voluntaria”.
La atención no depende de un cambio de estado de ánimo o estado psicológico. Es totalmente independiente de toda condición orgánica, aunque sus actividades y observaciones pasan por los cinco sentidos.
Algunas diferencias observables en la atención:
1.-Mientras que la atención involuntaria no tiene una duración específica, la atención voluntaria tiene un comienzo y un fin definido.
2.- La atención involuntaria viene y se va, y existe más o menos como un estado permanente, pero la atención voluntaria conlleva una sensación definida de su presencia. Podemos determinar la frecuencia con que fuimos capaces de activar nuestra atención voluntaria durante cualquier periodo de tiempo.
3.- Mientras que la atención involuntaria cae en un objeto tras otro, sin dejar rastro alguno de su paso en nuestros recuerdos excepto una tenue y general recordación borrosa y nebulosa, la atención voluntaria es exacta y podemos decir en qué colocamos nuestra atención en cualquier momento dado, y podemos apartar nuestra atención de un objeto y colocarla en otro siguiendo nuestra propia discreción.
4.- El hecho de que la atención puede ser hecha voluntaria, continua y controlable mediante esfuerzos especiales, la hace el instrumento único irremplazable para evolución de nuestra conciencia ordinaria.
La consciencia ordinaria en primer lugar depende de la atención voluntaria para evolucionar y luego de evolucionar, la práctica de la atención voluntaria es automática. Por ejemplo, primero prestamos atención al equilibrio necesario para montar una bicicleta, luego que aprendimos a no caernos de la misma, el equilibrio esta por si solo. A diferencia del estado de conciencia ordinario, los estados de conciencia Superiores, no se auto revelan por sí solos sin prácticas especiales y continuas.
Practica:
Luego de los estudios iniciales, debemos llegar a un entendimiento de la idea de la consciencia y de qué papel juega ésta en la evolución voluntaria. Una escuela, taller, seminario o publicación que no pueda guiar o al menos señalar satisfactoriamente la posibilidad de la evolución de la consciencia hacia estados superiores, y siga entreteniéndonos en conseguir: dones, cualidades psíquicas, carros, casas, parejas o fortuna, es solo otro pasatiempo.
Siempre juntos. Siempre Positivos
Marcelo dos Santos
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