Resulta que la mayor parte de las personas buscamos algo espiritual en mayor parte al estar inmersos en situaciones de desazón, depresión o luego de un gran golpe emocional o de desastre económico.
Las personas nos enfocamos más hacia la “vida desde la óptica espiritual” por cinco situaciones
1) Por enfermedad
2) Por shock emocional (muerte de alguien, separación de pareja, un gran engaño)
3) Por accidente (automovilístico, desastre natural, fracturarse un hueso)
4) Por curiosidad ( algo que nos haga sentir a Dios)
5) Por decisión libre y espontánea (la menos frecuente de todas)
Sucede que ni bien encontramos el satisfactor o pastillita que medio nos armoniza volvemos a caer en viejos patrones de pensamiento, conducta emocional o tipo de relación.
Pocos somos en el camino los que elegimos el compromiso con una enseñanza hasta saber la verdad hasta experimentar de manera directa de que se trata todo el rollo de La Vida, Dios, existir y Ser, solo Ser sin pretender aparentar nada.
Para estos buscadores es que escribiremos algo sobre los requisitos del Discípulo, según Swami Vivekananda, en el libro “La Meditación” de acuerdo al yoga y al vedanta.
“Tres cosas son necesarias para el discípulo que desea tener éxito:
Primero: abandona toda idea de gozo en este mundo y en el próximo, cuídate solo de Dios y de la Verdad. Estamos acá para conocer la Verdad, no para gozar. Deja eso para los brutos, que se divierten como nunca podremos hacerlo nosotros. El hombre es un ser pensante y debe luchar hasta conquistar la muerte, hasta ver la luz. No se debe desgastar en vano hablando, eso no da resultados. El culto a la sociedad y a la opinión pública es idolatría. El alma no tiene sexo, ni país, ni lugar, ni tiempo.
Segundo: Desea intensamente conocer la Verdad y a Dios. Anhélalos, extráñalos, como un hombre que se está ahogando desea respirar. Desea solamente a Dios, no tomes otra cosa, no dejes que “el parecer” te siga engañando. Apártate de todo y busca sólo a Dios.
Tercero: Las seis disciplinas: Primero – Impide que la mente se pose en lo exterior. Segundo – Refrena los sentidos. Tercero - Vuelve la mente hacia tu interior. Cuarto - Soporta todo sin quejarte. Quinto - Fija la mente en una idea. Toma el tema en cuestión y resuélvelo; nunca lo abandones. No tomes en cuenta el tiempo. Sexto – Piensa constantemente en tu verdadera naturaleza. Líbrate de la superstición. No te auto-hipnotices con la creencia de tu propia inferioridad. Repite día y noche lo que realmente eres hasta comprender verdaderamente tu unidad con Dios”.
Nuestro agradecimiento a un Ser Realizado, Swami Vivekananda.
Allí solo resta nuestra dedicación y observancia como verdaderos discípulos.
Siempre Juntos. Siempre positivos.
Marcelo dos Santos
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