El Iluminado Rumi es
una hermosa recopilación de poesía, traducido por Coleman Barks e ilustrado por
Michael Greene. A continuación se muestra uno de los poemas traducidos por el
poeta y místico sufí del siglo XIII, Jelaluddin Rumi:
“He
vivido al borde de la locura,
Tratando de conocer las razones,
Aporreando una puerta.
De pronto, se abre.
¡He estado golpeando desde adentro!”
Tratando de conocer las razones,
Aporreando una puerta.
De pronto, se abre.
¡He estado golpeando desde adentro!”
Como Rumi tan poéticamente
señalaba en el poema anterior, ya te encuentras en el interior. Tú eres lo
que estás buscando. No hay ni siquiera una puerta que abrir, así que no hay
necesidad de llamar. Tú estás Despierto y el Siempre Ahora es atemporal. Un
paso en el tiempo y eres cautivado por el pensamiento condicionado.
Las prácticas requieren de
un practicante y un practicante requiere tiempo. El tiempo es el ego pasado,
que es el practicante. No necesitas practicar el estar presente. No puedes
llegar a ser lo que ya eres. El darte cuenta está a pesar de todas las
apariencias en la Consciencia. ¿No es verdad que te das cuenta de cuando estás consciente y
te das cuenta de cuando estás inconsciente? Tu eres Conciencia consciente
y Eso está Despierto. El esfuerzo para ser consciente es
sólo de la mente. El esfuerzo del practicante protege al ego. Renuncia a toda
idea de llegar a ser y simplemente sé. Al detenerte, ves que todo está
sucediendo por sí mismo. Estás floreciendo en Presencia y una hermosa flor no
necesita practicar para florecer. No hay lugar a donde ir y no hay nada que
hacer, sino darte cuenta y ser quien realmente eres, no quien piensas o deseas ser.
"Pensar" y "desear" son actividades del ego. En su lugar,
sé fiel en el Ser sin esfuerzo, con una disposición de "no saber"
quién eres. La conciencia entonces discierne la impermanencia.
Por ejemplo, y como analogía,
imagínate que te identificas con ser una ola en la superficie del océano, te
darías cuenta de que la ola es temporal y no permanente. La ola parece moverse,
según el agua ondula arriba y abajo. En el reconocimiento de la impermanencia,
tu identificación de ser una ola sería realizada como falsa. Al renunciar al
cambio, tu realización te llevaría más cerca de lo que realmente eres. En tu
disposición a no saber quién eres, permanecerías presente y alerta
para el cambio. Continuando con nuestra analogía, quizás entonces observarías
que eres realmente el océano, hasta que sintieras el ir y venir de las mareas.
Renunciando a las mareas, te disolverías en la quietud de la profundidad del
océano. Los matices de la mente se vuelven cada vez más sutiles y tal vez
incluso la profundidad del océano parecería ir y venir, ser impermanente, y por
lo tanto renunciarías aún más. Tal vez reconocerías que la esencia del océano y
de la ola parece ser el agua, así que te difundirías en ser agua. Sin embargo,
incluso el agua cambia de forma, por lo que sería reconocida como impermanente,
cuando te dieras cuenta del vapor. Todo el tiempo, has reposado como la
vanguardia de la Presencia, que es la permanencia de la tranquila atención.
Y lo mismo ocurre con el
despertar. Estando presente y e inmutable, eres capaz de discernir lo
cambiante. Cuando se observa el cambio, la renuncia se produce espontáneamente.
Entonces, permaneces tranquilo para discernir un cambio más profundo. Este
discernimiento es la permanencia de la Verdad viviente dentro de ti. Se podría
decir que se trata de un proceso de eliminación, un reconocimiento constante de
lo que no eres. La permanencia inamovible reconoce fácilmente como falso el
movimiento y el cambio y lo elimina. Renuncia a todo lo que va y viene, a todo
devenir y escape, y a todo movimiento de acercarse y alejarse.
Cuando asumes una
práctica, estás esencialmente de acuerdo con el proceso del devenir. Practicas
con el fin de llegar a ser lo que quieres ser en el futuro. Pero no puedes llegar
a ser el Ser ahora-presente. Tú no estás en el futuro ni tampoco lo está
el ahora. Tú y el Ahora ya están aquí, ¿no es así? Cuando te implicas en el
proceso del devenir, del llegar a ser, no puedes estar presente para realizar
lo que eres. La práctica mantiene la creencia de que se puede alcanzar en el
futuro, lo que no eres ahora. Devenir es evitar el ahora. Sólo el ego es el que
practica y así mantiene y prolonga su supervivencia como el hacedor imaginario.
En Verdad, no hay ningún practicante. La práctica es la estrategia del ego de
posponer. Es un alejamiento de lo que eres. ¿Por qué hay que practicar para ser
lo que ya eres? Una montaña no practica para ser una montaña en el futuro. Una
montaña es una montaña ahora. Mediante la práctica, escondes el tesoro infinito
que estás buscando. Incluso buscar es hacer demasiado. No hay ningún buscador.
Este es el mismo engaño. No tienes que buscar el Ser inherente. Además, si hay
una expectativa de encontrar un tesoro, eso es demasiado. La expectativa es el
futuro y tú no puedes estar presente cuando estás en expectativa.
Esencialmente, libera todos los obstáculos que hacen que creas que no eres el
Ser ahora-presente.
¿Quién busca?
"yo". ¿Quién espera? "yo". ¿Quién se esfuerza?
"yo". ¿Quién practica? "yo". La imagen del "yo"
es el ego. Para deshacer del nudo de la obstrucción, "yo" hago la
pregunta, "¿Quién soy yo?" Sigue al pensamiento "yo" de
vuelta a su fuente dentro de ti. Haz la pregunta y luego escucha intensamente.
Esta pregunta elimina la idea del practicante, que es un producto de la
imaginación. Aquel que hace el esfuerzo es el problema, por así decirlo. Sólo
tienes que reconocer lo que está aquí ahora sentándote en silencio y
pacientemente Ser. A través de la observación, descubres lo que es real y lo
que no lo es. Como un imán, atraes la Gracia hacia ti. Sé aquí ahora, como
realmente eres. "¿Está la Presencia aquí?" Sí, y tú eres Eso.
Para la mayoría de las
actividades, se puede practicar, pero no para la iluminación. Se puede
practicar con el fin de aprender a patinar sobre hielo, a montar en bicicleta,
o pintar un cuadro. Sin embargo, ¿por qué practicar estar tranquilo o en
silencio, cuando tu propia naturaleza es la quietud? En lugar de tratar de
alcanzar algo, busca al que trata de alcanzar. Síguelo hasta su Fuente. Las
prácticas en ocasiones pueden proporcionar una "solución" temporal,
pero el resultado no es permanente. Es a través de la Presencia y no de la
práctica que descubres lo que es permanente dentro de ti. La auto-realización
no es algo que se pueda alcanzar. No puedes convertirte en un Ser iluminado. El
Ser es lo que ya eres. A través de la Presencia, rompes las capas de
condicionamiento, con el fin de revelar lo que está realmente aquí. Por lo
tanto, las prácticas son aplazamientos sin sentido. Tu salvación es la
revelación del Ser, que está oscurecida por el practicante y sus prácticas.
Katie Davis
Fuente: Advaita Visión